Emigración fiscal: las empresas huyen

El confidencial 06/09/2014

“You gave me nothing at all, now let me give it to you. You taught me how to be cruel, now let me try it on you” Jim Steinman.

Cada vez que leo esas estimaciones de cuento de la lechera sobre ingresos fiscales futuros si subimos los impuestos a los ‘ricos’ o a las grandes empresas, me sorprende la ingenuidad de pensar que se va a quedar aquí alguien a esperar el expolio. Nunca he visto una sola estimación de esas que refleje una posible pérdida de actividad económica. Todas parten de la base de que nada cambiaría. Y me consterna lo poco que miramos al exterior. Porque a los aristócratas del gasto público siempre les parece que usted gana mucho y que ellos gastan poco. Y que “aquí no va a pasar”.

Pues bien, desde hace años, el fenómeno de emigración fiscal, los inversion deals de Estados Unidos, es algo que deberíamos analizar, y con preocupación, en esta Unión Europea que ya sufre el goteo de empresas fuera de su territorio –lo que yo llamo el “Depardieu silencioso”-. Por favor, ténganlo en cuenta porque corre el peligro de acelerarse.

¿QUÉ ES UN ‘INVERSION DEAL’?

Imagine que tiene usted una empresa y le cobran unos impuestos muy altos. Adquiere o se fusiona con otra en un país más amigable fiscalmente y traslada la sede corporativa a dicha nación. Así, el nuevo grupo, además de todas las razones estratégicas para unirse, se beneficia de un mejor trato fiscal. Lo acaba de hacer Burger King.

No es fácil de conseguir. La empresa fusionada debe tener menos del 80% de su accionariado dentro de los Estados Unidos, y al menos un 25% de la actividad del nuevo grupo debe generarse en la nueva sede social.

¿SE HACEN SÓLO POR NO PAGAR IMPUESTOS?

Este es un gran error mediático. El problema, en gran parte de los casos, no son sólo los impuestos que se pagan, sino la burocracia y trabas para generar actividad económica. Gran parte de las empresas que han dejado Estados Unidos por Canadá o Irlanda también lo hacen porque las condiciones para su actividad son más atractivas.

Dada la complejidad de hacer el cambio de domicilio social, estas transacciones suelen tener una lógica estratégica muy clara. Las fusiones ‘criticadas’ por el gobierno de Estados Unidos desde 2004 han creado más de 6 millones de puestos de trabajo en todo el mundo y a nivel global generan mayores ingresos fiscales en los países donde operan, según UBS (“A New Wave of Tax Inversions”).

Por lo tanto, una gran parte de la queja de la administración Obama no es justificable desde el punto de vista social, sólo desde la perspectiva recaudatoria de su país. Según el Congreso, entre 2015 y 2024 se podrían perder unos 19.500 millones de dólares de ingresos fiscales. No hablan de cuánto se podría ganar bajando cinco puntos el impuesto de sociedades. Una cantidad equivalente si asumimos los mismos márgenes y beneficios generados en 2014 y un 1,6% anual de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).

Esa preocupación “por ingresos perdidos” no existiría si bajasen los impuestos. Pero eso no se les ‘ocurre’. ¿Es una carrera a cero? Pues claro que no, ya que las empresas funcionan con muchos baremos de riesgo y oportunidad. Si la fiscalidad es competitiva, no se van por pequeñas diferencias. Hay muchos factores relevantes.

¿SE PUEDEN EVITAR LEGISLANDO?

En Estados Unidos el impuesto sobre sociedades es uno de los más altos de la OCDE. En vez de reducirlo, se implementaron leyes para evitar las fusiones emigratorias, una en 1983 y otra, muy dura, en 2004. El congreso impuso su “Acta de Creación de Empleo Americano” de 2004 (American Jobs Creation Act). Por supuesto, en poco tiempo se dispararon los inversion deals. Entre 2007 y 2014 se han llevado a cabo más ‘emigraciones’ de empresas saliendo de Estados Unidos que en todo el periodo 1981-2003, según elCongressional Research Service.

La represión legislativa y las llamadas al patriotismo, incluso proclamas inflamatorias de “boicot” a las empresas, no han funcionado. Sin embargo, en vez de facilitar una transición a un entorno fiscal y legislativo más competitivo, y sólo una mejora de 5 puntos habría bastado, la solución que propone la Administración Obama es legislar de nuevo. Y no va a funcionar.

¿Por qué debemos temerlo en Europa?

Cuando contamos con el dinero de los demás para mantener el gasto hipertrofiado, al menos deberíamos cuidar a nuestra gallina ponedora. Y el riesgo en Europa de una oleada de emigraciones es alto.

Primero, nos engañan con mensajes recaudatorios hablando de “la baja tributación de las grandes empresas”. Es falso que las grandes empresas tributen un 6%. Más del 89% tributa por encima del 27% tras excluir las minoraciones por doble imposición, según los datos del Informe Anual de Recaudación 2013 de la Agencia Tributaria.

Además, en el Eurostoxx 50 la enorme mayoría de las grandes empresas se han comportado como “seguridades sociales encubiertas”. Superan en un 17-20% en media a sus comparables norteamericanas en número de empleados. De hecho, si se analiza con respecto a ingresos, en algunos sectores, como telecomunicaciones, infraestructura o energía, las empresas europeas cuentan con una media de hasta un 30% más de empleados que sus competidoras estadounidenses o británicas. Las empresas del S&P 500 (Estados Unidos) se encuentran en una situación de caja y deuda mucho más sólida que sus comparables europeas.

Adicionalmente, y si consideramos todas las cargas –verdes, regionales, locales, tarifas sociales, etc- las mayores empresas europeas pagan en impuestos hasta un 40% de su beneficio operativo nacional. Por darles un ejemplo, la segunda mayor empresa industrial española paga en nuestro país el equivalente al 51% de su Ebitda generado en el territorio nacional.

Esa combinación explosiva de menor productividad y fiscalidad creciente no ha generado aún un gran número de ‘emigraciones’ como en Estados Unidos por tres razones:

  • En Europa, las grandes empresas mantienen una nada desdeñable simbiosis con los estados. Y esa es, en parte, la razón por la que tienen más empleados y tienen objetivos menos exigentes de rentabilidad y retorno al accionista.
  • Muchas grandes empresas europeas suelen tener ‘activos cautivos’. Es decir, es difícil trasladarse a otro país cuando se tienen enormes activos regulados o concesiones.
  • Una cuestión ‘cultural’. Gestores que llevan muchos años, incluso décadas, desarrollando una carrera entre una y otra empresa local. Por ello tienen un incentivo personal ‘nacional’. No tienen nada más que ver las rarísimas ocasiones en las que los consejeros delegados y directivos de las empresas son extranjeros.

Pues bien, si contando todas esas ‘barreras’ el goteo de externalización de actividades es inexorable, piensen lo que puede ocurrir si se imponen las propuestas de aumentos de impuestos del cuento de la lechera. Veremos, igual que ocurrió en Estados Unidos en 2004, un éxodo empresarial sin precedentes. Obama contaba con una fidelidad al recaudador nacional eterna, y además creciente. Se equivocó. Europa, que parte de una situación fiscal –incluyendo todos los tributos- mucho más onerosa, no puede hacer lo mismo.

No podemos poner puertas al campo. Pensar que vamos a evitar la internacionalización y optimización fiscal con represión es un enorme error. Los ingresos fiscales crecen con la actividad económica, no por decisión de un comité.

Los impuestos, queridos amigos, son el pago de un servicio, no el rescate de un secuestro. Algún día lo recordaremos.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

9 comentarios en “Emigración fiscal: las empresas huyen

  1. Soy un ingeniero que, desde su humilde punto de vista, vé la cosas así. Si voy a comprarme un aparato electrónico de una gran multinacional, por un valor de 400€, y el coste industrial de fabricalo en China es de 45€ (aprox). Esta multinacinal debería tener unos beneficios enormes. Pero resulta que no, ya sea «antes o después de impuestos». Es que ni en Irlanda, ni en nungún país de la UE sus cuentas anuales reflejan una gran ganacia; pero su valor en bolsa no deja de crecer. ¿Se han vuelto locos los accionista?… No lo creo. El dinero va a parar a algún lado («paraiso fiscal»), del que sólo puede salir en forma de préstamo (Deuda Pública) a nuestros «infienos fiscales». Al final resulta que en vez de mover la economía en la UE, lo que hago es ayudar a los insolidarios. Y los estados, como ya no se atreven con estas multinacionales, lo que hacen es subir el IVA. Lo que no son capaces de recaudar con el impuesto de sociedades, lo pagará el consumidor. Creo que la auténtica «gallina ponedora» son los consumidores, y no quien no paga.

  2. Isidro, has contemplado que una cosa es el coste del producto en si, y cuanto es el coste de hacer la publicidad, mantener el sistema de soporte, pagar los gastos de las oficinas, los costes de transporte y distribución?

    No digo que no haya mamoneo, pero desde luego el proceso habrá que verlo en conjunto para opinar cuanto se supone que debe o no debe ser el margen de beneficio.

    Hay una razón por la que la tienda guarra china online vende tan barato mientras que el comercio con tienda física en españa te lo vende al doble o más.

  3. Lo que dice el artículo es evidente. Tengo una pyme fácilmente deslocalizable. Como es lógico, si un gobierno populista pretende desplumarme con impuestos, buscare un nuevo domicilio fiscal. Ya estamos en ello, de hecho, por si acaso. Es que estos iluminados no han oído decir q no se debe matar la gallina de los huevos de oro?

  4. La única solución una armonización fiscal a nivel europeo, que a cualquier país que te muevas pagues lo mismo. Y por supuesto no son tontos los países del euro, a la mayoría le interesa atraer empresas de otros países, por ejemplo Irlanda no firmaría porque tiene un impuesto de sociedades muy competitivo.

  5. Totalmente de acuerdo Daniel.
    De la mano de los impuestos va el nivel de vida. Un gobierno populista necesita ofrecer grandes servicios públicos y gratuitos para mantenerse en el poder, para ganar votos. Pero ello supone que hay detrás un pueblo que quiere tener un nivel de vida más alto del que tiene. Por lo tanto, también exigirá a su gobierno que obligue a las empresas a subir los salarios. Luego no solo es un problema de impuestos, sino que unido siempre va el problema salarial.
    En el fondo la economía se mueve, como sucede con cualquier cuerpo físico, por diferencias de potencial. El beneficio se obtiene produciendo barato y vendiendo caro.
    De hecho también las propias empresas terminan perdiendo si el pueblo se empobrece, no pueden vender caro. Por lo tanto, con el sistema capitalista no hay otra solución que la diferencia entre pobres y ricos.
    Hasta hace poco esa diferencia era entre naciones. Ahora parece que habrá que tener focos de pobreza dentro de cada país. O países pobres y ricos en el caso de la UE. Estados Unidos siempre tuvo ese foco con la inmigración y las desigualdades sociales. En el momento que se igualen derechos supongo que mucha pequeña industria e industria sumergida perderá competitividad. Pero ¿hasta qué punto esa hipocresía social no era necesaria en el centro del capitalismo para que el sistema funcionara?

  6. Hola Daniel; dentro de este apartado basado en la emigración fiscal, me gustaría que me dieras tu opinión sobre un pais que me está sorprendiendo cada dia que pasa. Estonia. Un abrazo.

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