La deuda gratis no existe

El Banco de España ha publicado un documento muy revelador. “La evolución de la deuda pública en España en 2016”, que presenta conclusiones importantes.

La dependencia de las Comunidades Autónomas del Estado central ha aumentado. La “nacionalización” de la deuda de las autonomías, como dice un amigo mío, supone que el total de deuda en manos del Estado sea casi del 54%, seis puntos más que hace un año. Por supuesto, existe una razón de coste. Mientras el Estado puede financiarse sin problemas, una gran mayoría de regiones siguen mostrando diferenciales -primas de riesgo- muy importantes.

Es interesante analizar el aumento desde un punto de vista de stock y de flujo. Si bien algunas regiones pueden considerar esa compra como un rescate silencioso, el problema sigue estando en el flujo. En 2017 la reducción del déficit de las autonomías es muy relevante, pero sigue preocupando que cuando crecen los ingresos, gasten más de lo estimado, y cuando bajen, también. La desviación presupuestaria de las comunidades autónomas se explica sobre todo por las expectativas de ingresos extremadamente optimistas.

¿Por qué es esto importante? El entorno actual de bajísimos tipos de interés y alta liquidez nubla el riesgo de gastar mucho más de lo que se ingresa, pero sobre todo disfraza el riesgo que supone disponer de unas estimaciones presupuestarias tan equivocadas ante un entorno en el que se normalice la política monetaria. Errores evidentes de presupuestación, con estimaciones de ingresos equivocadas en más de 6.000 millones solo en 2016, a pesar del crecimiento y creación de empleo, son factores que disparan las primas de riesgo y multiplican la desconfianza de los inversores cuando se busque emitir bonos en el mercado secundario.

Los tipos bajos no son un cheque en blanco. Son una oportunidad para hacer los deberes y prepararse para cuando suban. La carga de intereses sólo aporta 2,8 puntos porcentuales del PIB a la deuda de 2016, es decir, tres décimas del PIB menos que en 2015. Ese enorme ahorro en términos de costes financieros se explica por la reducción de la deuda con respecto al PIB, ligerísima, de 99,8% a 99,4%, pero sobre todo por la política correcta del Tesoro de extender la madurez de los vencimientos de la deuda aprovechando los tipos de interés bajos.

Pero nos explica también que es erróneo lo que nos dicen tantos redistribuidores de la nada, que “hay que relajar la reducción del déficit”. A pesar de la caída de los costes medios de la deuda, gastamos lo mismo.

En 2011 el coste medio de la deuda era cercano al 4%, hoy es del 2,6%… sin embargo, el gasto por intereses no se reduce, y se sitúa en 32.000 millones de euros a pesar de que el Banco Central Europeo ya acumula casi el 25% del PIB de la eurozona en su balance. Recordemos que “relajar el déficit” es aumentar la deuda, aunque se desacelere el ritmo. Y que no podemos pensar que lo que se ha sido incapaz de conseguir con la mayor bajada del coste medio de dicha deuda en años, se va a conseguir elevando el riesgo y aumentando el déficit con el cuento de que “en 2019” lo bajas. Porque se habrá aumentado mucho más el stock de deuda.

Para que se hagan ustedes una idea, si no se hubieran llevado a cabo las reformas y ajustes de 2011, hoy -asumiendo lo que ha ocurrido en otros países de la Eurozona- los costes anuales de la deuda serían más de 10.000 millones de euros superiores, por mayor deuda y mayor coste.

La deuda importa, y el riesgo acumulado en los tiempos de bonanza siempre -SIEMPRE- implica más recortes y más impuestos cuando cambia el ciclo.

Es por ello que es tan importante reducir el déficit y cercenar la deuda. Porque incluso si baja el coste medio, nos cuesta más en intereses acumulados, y porque los que defienden la irresponsabilidad presupuestaria ponen en peligro lo que fingen defender -el sector público- poniendo los cimientos de otro shock de deuda.

Japón, a pesar de pagar tipos casi cero por su deuda, gasta ya más del 22% de su presupuesto en intereses de la deuda. La deuda gratis no existe.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

6 comentarios en “La deuda gratis no existe

  1. Saludos sr Lacalle. Es muy interesante su página. La revisare con frecuencia.

    Me gustaría saber si existen libros en castellano que traten sobre el tema de los impuestos, ya criticando ya defendiendo su aumento o las alternativas de su uso. Vivo en Venezuela y aquí es imposible pagar en euros, ya que existe un control cambiario gubernamental a las operaciones en moneda extranjera (de todos modos, es caro en extremo comprar en euros o dólares) y no hablo inglés, así que si me pudiera dar títulos que sean descargables gratis, mejor. Estoy muy interesado sobre el tema. Sin embargo, no entiendo porque los liberales están tan solos en su defensa de los impuestos bajos, si todos los economistas reconocen que los tipos altos desalientan la inversión y fomentan el paro. Parece que los tipos altos son un atractivo para quienes proponen luchar contra la desigualdad a estacazos, simplemente empobreciendo a los ricos, en vez de favorecer a los pobres con mejores fuentes de empelo y mayor oferta de productos/servicios. En particular tengo dudas de porqué, si se supone que la edad dorada del capitalismo fue precisamente durante los tipos altos, esta supuesta edad dorada termino tan mal.

    1. La defensa de los impuestos altos suele venir de expertos que defienden que el peso del estado aumente o sea muy grande.

      Le recomiendo el libro: For Good and Evil: The Impact of Taxes on the Course of Civilization by Charles Adams
      o
      Those Dirty Rotten Taxes: The Tax Revolts that Built America del mismo autor.

      Un saludo

  2. Gracias por la rapidez al responder.

    Hay un problema; esos títulos están en inglés. ¿No existen libros o artículos en castellano?

    Otra duda; según la teoría keynesiana el objetivo principal de los impuestos altos es remediar la concentración de liquidez en manos de los ricos (o las empresas más ricas, viene a ser poca la diferencia) que simplemente no encuentran salida porque no tienen opciones de inversión, ya que el mercado en ocasiones se estanca y no las ofrece; es entonces que hay que apelar al inversor público. Esta teoría esta orientada principalmente a la creación de empleos (el clásico multiplicador keynesiano) ya que el sector privado no es que no encuentre opciones de inversión, sino que estas no son lo bastante atractivas para tomarlas y se va produciendo una acumulación gradual de ahorro ocioso o, mejor dicho, no invertible por un período dado, que es ineficiente, de la cual no hay manera de salir si se abandona el mercado a sí mismo, y por eso es necesario el gasto público.

    Hasta allí, el razonamiento es consecuente consigo mismo, puede ser correcto o no, pero es consecuente.

    Ahora bien, para que el estímulo sea eficaz el propio keynes sugería (corríjame si me equivoco) que se financie mediante deuda, porque si se hacía mediante impuestos, el multiplicador se anulaba a sí mismo, al ahogar con los impuestos su propio estímulo. ¿Es así?

    Porque si es así, entonces los tipos altos NO deberían ser permanentes según la farmacopea Keynesiana (y de hecho no lo son, ya que el propio Keynes era partidario de bajar los impuestos en época de crisis, y subirlos para prevenir la inflación en tiempos de bonanza; tal razonamiento llevaba implícito el principio de que el estado debía ahorrar esos impuestos en tiempos buenos para no endeudarte ilimitadamente en tiempos malos, y bajar el gasto público en cuanto se pudiera) y NO deberían defenderse a ultranza, sino solo a conveniencia de turno.

    Por eso, es que me interesa saber porque esa defensa de los tipos altos como herramienta para el progreso, cuando deberían ser en todo caso, impuestos VARIABLES y no permanentemente altos.

    Allí veo una inconsecuencia que me confunde un poco. ¿Que motivos hay para defender impuestos perpetuamente altos, según esos economistas partidarios de agrandar el estado?

    Porque la teoría Keynesiana (Hasta donde yo la conozco) no debe ser.

  3. AS DIFERENÇAS .
    Quais são as principais diferenças entre a Teoria Tributária dominante ( mainstream ) e a Teoria Tributária da Escola de Economia Austríaca :
    A TEORIA dominante é marxista / keynesiana , tributa o trabalho , tributa a produção , tributa a poupança , tributa o investimento . É Baseada em impostos pessoais diretos progressivos . TEM uma filosofia coletivista estatista confiscatória . Não tem limites definidos na Carga Fiscal ( até 100 % do PIB ) . E Resulta em injustiça iniquidade indignidade .
    A TEORIA Tributária da Escola de Economia Austríaca , tributa o consumo , tributa a poluição , tributa os vícios , tributa as importações . É Baseada em impostos reais indiretos proporcionais . TEM uma filosofia individualista personalista liberal-clássica . Tem limites bem definidos na Carga Fiscal ( até 30 % do PIB ) . E Resulta em justiça equidade dignidade .
    “”” Confiscar o esforço dedicação trabalho inovação inteligência habilidade mérito e sucesso com impostos é a maior injustiça do mundo “”.
    Só não vê quem não quer .
    PENSE BEM…pensar ainda não PAGA IMPOSTO .

Responder a Daniel Lacalle Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.