Ayer (8/2/2016) se presentaron las principales propuestas económicas del PSOE para formar gobierno. Lo más sorprendente es que anuncie como «nuevo» repetir las mismas políticas que nos llevaron al borde de la quiebra sin ruborizarse. Se presenta como el “cambio” volver a 2008.
Las promesas son inverosímiles. Pedro Sánchez tiene «un plan» para reducir el paro a la mitad en cuatro años. Un plan que es la misma política que ha aplicado el PSOE desde 2008, y destruyó 1 millón de puestos de trabajo al año. Pero, si tiene un plan infalible ¿acaso lo han tenido escondido para Andalucía?.
Que un partido político que ha gobernado 22 años tilde de “cambio” a aumentar el gasto y subir los impuestos es irónico.
Que hable de “programa por el empleo” el mismo partido que destruyó 3,5 millones de puestos de trabajo y lleva más de treinta años gestionando la comunidad autónoma con mayor paro de toda la Unión Europea, Andalucía, es una broma. Más de tres décadas de asistencialismo, sin cambiar el modelo productivo, con un 30% de paro y en los últimos años los mayores recortes en Sanidad y Educación de todas las regiones.
Retrasar la reducción del déficit cuando llevamos ocho años consecutivos por encima del objetivo de estabilidad y una expansión fiscal superior a 60.000 millones anuales es simplemente una locura que volverá a disparar la prima de riesgo cuando se constate el incumplimiento.
En la parte de impuestos, subidas generalizadas. El impuesto de sucesiones es injustificable. Se penaliza el ahorro y se hace pagar por cosas que ya han tributado varias veces en renta, IBI, sociedades o plusvalías. Los impuestos a las transacciones financieras ya fueron un fracaso en Suecia, que tuvo que retirarlo, además de recaudar casi diez veces menos de lo anunciado. Igual que los mal llamados «verdes», los paga siempre el ciudadano medio e inversor minoritario.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) ha criticado que el programa supone «una importante subida de cotizaciones» para el 80% de los autónomos. Las subidas de impuestos anunciadas son un ataque directo a pymes y autónomos, que generan más del 80% del empleo y valor añadido en el país. El 80% de los autónomos están cotizando en estos momentos por 267 euros y, de aplicarse la medida que plantea el PSOE, «tendrían que cotizar 440 euros». Casi el doble.
La entelequia de siempre de “subir los impuestos a las rentas altas” con estimaciones alucinantes. Recaudar 25.000 millones más por esos conceptos es a todas luces inalcanzable.
La media de error en estimaciones de ingresos por nuevos impuestos de los últimos 10 años ha sido del 50%, según estudios de la Universidad de Lisboa, y la media de error en las estimaciones de ingresos fiscales en España ha sido de un 1% del PIB en el primer año, del 1,6% el segundo y del 1,8% el tercero, según el Banco Central Europeo.
Todo esto para gastar más, especialidad del PSOE que aumentó el gasto público en España un 41% entre 2004 y 2009, más del doble que la media de la Unión Europea.
Todo ello sin racionalizar el gasto o revisar duplicidades. Burocratizar e intervenir. Gastar en «políticas de empleo» subiendo impuestos cuando en Andalucía han usado 515 millones de euros en cursos en 11 años para acabar con un desempleo récord en la UE.
Derogar la reforma laboral y aumentar la fiscalidad son recetas que no solo no reducen los desequilibrios de la economía, sino que atacan a la recuperación.
¿Cual es el problema del programa? El mismo que en 2008. Aumentar gasto corriente y subvenciones improductivas a cargo de mayores impuestos y mayor rigidez prometiendo ingresos inverosímiles. Luego, cuando esos “ingresos” no aparecen, ya habrán gastado todo y más de lo anunciado, y subirán los impuestos a todos.
Ya lo estamos viendo en poco tiempo en Portugal. Estas promesas de gasto e impuestos «a los ricos» terminan con más recortes, más impuestos a todos, menos ingresos y la prima de riesgo disparada.
Un programa que garantiza menos crecimiento y menos empleo y cuando se dispare la prima de riesgo, echar la culpa a otro. Pero crea muchos comités, observatorios y subvenciones.