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España

Sube el PIB y bajan los precios, ¡no puede ser! ¿O sí?

30/7/2014 El Confidencial

“Inflation is taxation without legislation” – Milton Friedman

Este miércoles hemos recibido dos buenas noticias. Bajan los precios y sube el PIB. ¿Cómo? ¿No es malísimo que los precios no suban? ¿No es la inflación la solución a nuestros problemas? Pues no. A pesar de que les repitan una y otra vez que la inflación es la panacea, es empíricamente incorrecto.

El PIB avanza un 0,6%, por encima de lo esperado, y ya supera todas las estimaciones de consenso con una subida interanual del 1,2%. Ya lo comentábamos en esta columna hace meses, el crecimiento español es una buena noticia tras otra. Lo más relevante de esta mejora del PIB es que el consumo y la inversión empresarial son los principales motores de la sorpresa. La demanda nacional es el principal factor positivo del PIB del segundo trimestre. Por otro lado, la evolución del sector exterior vuelve a ser positiva, +0,2%, confirmando la buena salud de nuestras exportaciones en un entorno de desaceleración del comercio mundial, según la OMC y el FMI, y caída de las exportaciones en países como Japón, durante dos meses consecutivos, y varios de nuestros socios de la UE.

Respecto a los que hablan de un ‘colapso’ de las exportaciones, miren el cuadro:

http://www.bde.es/webbde/es/estadis/infoest/a1703.pdf

Entre bienes y servicios exportamos hasta mayo 143.700 millones frente a algo más de 138.600 millones en 2013. Es una subida del 3.6%. Nada espectacular, pero no está nada mal cuando las exportaciones de nuestros comparables lo hacen peor.

Muchos analistas ponen en cuestión el PIB, sin embargo, como explicaba en «Razones para creer el PIB»,  aquí estamos viendo un cambio radical en la composición de un Producto Interior Bruto menos expuesto a la construcción y la obra civil y más al sector exterior y el consumo, aunque también, desafortunadamente, sostenido por un gasto público excesivo.

Desde mi punto de vista, la moderación de las importaciones es un factor clave, ya que el déficit exterior se había acelerado en los primeros meses, con lo cual la estimación de una aportación al PIB positiva del sector exterior en el año 2014 se mantiene. Es curioso que los analistas burbujeros se empeñen en hablar del inexistente desplome de las exportaciones y aumento del déficit exterior -preocupante, por supuesto- a 8.200 millones, mucho menor que el de Francia o Reino Unido en cualquier caso, cuando en 2009, con un déficit exterior de 94.000 millones de euros, afirmaban que todo iba estupendamente.

Nuestros economistas burbujeros de «la inflación es necesaria» se mesan los cabellos. No solo creamos empleo, sino que crecemos más de lo esperado, y el consensos ya se mueve entre +1,2% y +1,5% cuando solo hace siete meses se situaba en la mitad. España ha creado 402.000 puestos de trabajo durante el segundo trimestre, aumentando empleo privado y contratos fijos, con un crecimiento del PIB del 0,6% intertrimestral. Para generar este nivel de empleo en el pasado había que crecer el doble. Si, empleo temporal, pero nadie ha salido de una crisis como la nuestra desde el empleo fijo y los sueldos de 3.000 euros al mes en la construcción, siempre se empieza por el empleo temporal y, a medida que la confianza se recupera y se invierte, se va creando, como estamos viendo en 2014, mayor empleo fijo. De los 402.000 nuevos empleos mostrados en la EPA, unos 180.000 fueron indefinidos (44,2%), el 94% a tiempo completo.

Mientras, las estimaciones de crecimiento de EEUU se desploman de +2,9% a +1,7% con el índice de participación laboral más bajo desde 1978, y las estimaciones de Japón bajan a +1,3%, sus exportaciones -2,2% y aumenta el paro con la mayor caída en salarios reales en veinte años.

Pues bien, la sorpresa en el crecimiento de la economía española no es independiente del hecho de que los precios hayan bajado. Es claro que la moderación de los precios energéticos y los alimentos son precisamente soporte para que el consumo y la inversión se recuperen, en un país donde hemos visto caer la renta disponible por devaluación salarial e impuestos y los márgenes de las empresas precisamente por los excesivos costes energéticos (los terceros más altos de la UE, según Eurostat). Nos encontramos en una recuperación apuntalada precisamente por la baja inflación, como comentaba el propio Wall Street Journal o el Independent . Energia y alimentos no elaborados explican la mayor parte de la caída de precios, y eso es bueno para el crecimiento en un entorno de salida de una recesión de exceso de deuda. Porque ayuda a limpiar los balances sin acudir al impuesto de los pobres, la inflación.

Ya me imagino a algunos economistas alarmados contando la monserga que la inflación baja es mala porque retrasa la decisión de consumo, mientras pienso en el ciudadano que va al supermercado o a la gasolinera y dice «este mes no voy a comer, encender la luz o llenar el depósito, no vaya a ser que bajen los precios el mes que viene».

Por otro lado, el cuento del miedo a la deflación que comentábamos aquí  olvida que los precios bajan porque la renta disponible de los ciudadanos se ha destruido a través de una fiscalidad confiscatoria, y que intentar forzar la inflación con políticas artificiales es un fracaso para la economía, como hemos visto en Japon, con las exportaciones, producción industrial y salarios reales cayendo. Mientras no recuperemos la renta disponible, la inflación sería un enorme fracaso y un escollo a la recuperación.

Les recomiendo que lean el análisis de George Selgin, de la Universidad de Georgia, llamado «Una súplica por una deflación moderada» en la que muestra lo que estamos viendo. Los precios bajos en los elementos adecuados -energía en particular- son positivos para una recuperación sostenida, en la que el empleo vuelve de manera lenta pero firme. Es por ello que el consumo va despertando poco a poco (fuente BBVA).

Nos seguirán diciendo que la inflación es necesaria para salir de una recesión de balances porque así se pagan las deudas. Las deudas se pagan con crecimiento económico, renta disponible y mejores beneficios empresariales. Las medidas inflacionistas solo traen desequilibrios que luego se pagan mucho más caros. Nuestro país es el ejemplo de la debacle tras las políticas de demanda.

Como comentaba en 2011 en «Semana de pánico, década de borrachera, año de resaca», estamos sufriendo los efectos devastadores de una década de exceso, y de la decisión suicida de aumentar el déficit en 100.000 millones anuales desde 2009 «para estimular», que nos ha llevado a aumentar la deuda a niveles preocupantes en tiempo récord.

Los datos de este miércoles son esperanzadores, pero hay mucho trabajo que hacer. El gasto público, el déficit y la deuda siguen siendo extremadamente altos, y un crecimiento del 1,5% – 2% en 2015 no va a reducir el peso de esas cifras. El desempleo sigue siendo demasiado alto y las dificultades para crear empresas, burocracia y rigideces de la economía siguen siendo altas. Hemos perdido diez puestos en el ranking de libertad económica mundial y los empresarios y emprendedores siguen encontrando enormes trabas impositivas y administrativas para crear empleo y cambiar el modelo de crecimiento. Pero estamos saliendo del infierno creado por el estímulo artificial de la demanda interna desde la construcción y la obra civil, que nos llevó a la peor recesión de la historia. Ese nuevo modelo no se va a decidir en un comité en La Moncloa o en Ferraz o en un guatequillo de indignados. Se va a decidir en el mercado, compitiendo. Pero las tentaciones de darle otra vez a la chequera en blanco pueblan las promesas de las viejas-nuevas caras de nuestro arco político.

Siempre se dice que los norteamericanos votan con el bolsillo, y a veces uno piensa que los españoles votamos con el bolsillo… de los demás. A pesar de tener el ejemplo de lo que no hay que hacer en nuestro pasado más reciente, lo querremos repetir. Esperemos que no.

¿Cómo pagamos las pensiones?

19/07/2014 El Confidencial

“In a Ponzi scheme, when investor growth slows the problem arises. This is exactly the problem that Social Security faces: population growth slows, and now it’s running out of money.” Daniel Inviglio

Hace un par de semanas comentaba en un programa de televisión queEspaña tiene un problema demográfico y que debemos tomar medidas para garantizar las pensiones, tras las noticias de que el Estado ha tenido que utilizar 5.500 millones de euros del Fondo de Reserva en junio.

La reacción fue furibunda, pero la más curiosa fue cuando Pablo Iglesias me dijo que las pensiones son “una decisión política” y como tal se podía -y cito- “poner un impuesto a las grandes fortunas y empresas para pagarlas”.Eso de las “grandes empresas y fortunas” es como el cántaro de la lechera, se usa para justificar cualquier gasto y a correr. Luego, cuando no recaudamos ni una fracción de lo soñado, declaramos la deuda ilegítima, que no pasa nada.

Empecemos por entender que el sistema de pensiones “de reparto” no nos paga la pensión con el dinero que cada uno haya acumulado durante su vida laboral. Los trabajadores actuales pagan las pensiones de los que hoy están jubilados esperando que, cuando ellos se retiren, otros contribuyan a la suya.

Es el “contrato social”. Eso está muy bien si la población activa crece muy por encima de la jubilada… O si creemos en el milagro de los panes y los peces.

EL PROBLEMA ECONÓMICO

El sistema de pensiones es deficitario. Es decir, se recauda menos de lo que se paga. Alrededor de 18.000 millones de “agujero” estimado en 2014.

El secretario de Estado de la Seguridad Social mencionaba recientemente que esperaba que «más pronto que tarde, esa situación de déficit en el sistema de Seguridad Social se reconduzca hacia cifras positivas para el sistema». Sin embargo, las cifras de crecimiento en prestaciones comparado con ingresosseguirán siendo un problema si analizamos las tendencias demográficas del país.

Hay elementos positivos. El aumento de los afiliados a la seguridad social y la caída del paro llevarán a que ese “agujero” se reduzca de manera muy relevante ya en 2015. Sin embargo, no es suficiente generar cierto crecimiento económico y mejorar el desempleo. Aunque unos partidos acusen a otros de llenar o vaciar “la hucha de las pensiones”, todos ignoran un problema obvio de caída de cotizantes a ese sistema en el que cada vez hay más receptores.

EL PROBLEMA DEMOGRÁFICO

Desde 1975, el promedio de edad de la población residente en España ha subido de 33 años a 42. La población española es una de las que más envejece en media de la OCDE. Pero es importante recalcar que el problema demográfico se genera por la caída de la fecundidad y no porque las personas vivan más años, que es una bendición.

El crecimiento vegetativo de la población, es decir, nacimientos menos muertes por cada mil habitantes, ha pasado de 10,5 a 0,8 entre 1975 y 2013, y se estima que será negativo en 2016 (todos los datos son del INE).

La unidad familiar ha perdido un 44% de miembros de media desde los años 70.

El número de nacimientos anuales ha caído desde 669.000 en 1975 a 425.000 en 2013. Así, la población con 65 años o más ha crecido de un 11% a casi un 19%. Unos 100.000 jubilados anuales adicionales desde 2008.

Al ritmo de envejecimiento de la población, es muy difícil que superemos el mínimo de dos asalariados por jubilado para considerar el sistema de pensiones sostenible

España ya supera los 9 millones de jubilados y la población ocupada es de 16,9 millones de personas, pero jamás ha superado los 20,7 millones, así que no es “solo un problema de empleo”. Es decir, al ritmo de envejecimiento de la población, es muy difícil que superemos el mínimo de dos asalariados por jubilado para considerar el sistema de pensiones sostenible… Aunque aumente de manera espectacular el salario medio de los cotizantes.

En Suecia, los salarios medios son un 60%-70% superiores a los de España y tuvieron que modificar su sistema de pensiones a uno mixto (público-privado) ya que el estatal era insostenible. Y en España, las pensiones ya suponen casi 127.500 millones de euros, el 35,9% del presupuesto. 

La reducción del paro hará que las prestaciones por desempleo caigan, pero España se endeuda en unos 65.000 millones anuales, con lo cual la caída del paro no hace “hueco” para cubrir unas pensiones crecientes. Se paga dicha diferencia con deuda.

CÓMO SE SOLUCIONA EL PROBLEMA DEMOGRÁFICO Y EL ECONÓMICO

Por supuesto, nadie defiende que las familias tengan que ser iguales que en 1975 ni que se tenga que penalizar a los jubilados por los cambios demográficos. Pero no se debe engañar a la población sobre la sostenibilidad del sistema desde posturas partidistas.

Por ello, se debe avanzar hacia un sistema dual, de reparto (publico) y de capitalización (aportación privada), donde los jóvenes trabajadores puedan saber a ciencia cierta cuánto están acumulando para su jubilación sin hacer una apuesta suicida a que quede algo en la hucha de las pensiones cuando se retiren.

Se debe avanzar hacia un sistema dual donde los jóvenes trabajadores puedan saber cuánto están acumulando para su jubilación, sin hacer una apuesta suicida a que quede algo en la hucha de las pensiones cuando se retiren

No es una propuesta liberal y anti-social. Es el modelo que se utiliza en Suecia, y que ha garantizado que las pensiones sean sostenibles tras situarse al borde de la quiebra. Así evitamos que el sistema de pensiones sea una apuesta con los ojos vendados a que la población activa crezca cuando nos jubilemos.

Los documentos defensores del sistema de reparto a toda costa, de Attac por ejemplo, muestran cifras que llevan a cualquier país a la quiebra, si la población mayor de 60 años llega al 33,2% en 2040, como ellos mismos estiman. Si el 35,9% del presupuesto se consume en pensiones, con un 19% de jubilados, y España dedica el 45% de su PIB al gasto público, imaginen el peso del Estado y el nivel de impuestos necesario si más de la mitad del presupuesto fuera a pagar pensiones en 2040.

Asumiendo un nivel de paro del 5%, seguiría siendo imposible de financiar. Pero, sobre todo, haría que la probabilidad de que los jóvenes accediesen a una pensión se redujese aún más que hoy.

Intentar sostener el sistema de reparto con mayor gasto y empleo público es simplemente económicamente incoherente

Lo que esconden estos defensores de lo “público” es que las reformas son inevitables. Países como Francia han hecho tres cambios drásticos desde 2003 y casi todos los países de la Unión Europea han reformado sus sistemas de pensiones desde 1996, retrasando la edad de jubilación, por ejemplo.

Intentar sostener el sistema de reparto con mayor gasto y empleo público es simplemente económicamente incoherente. Para “llenar” desde el estado una parte del agujero de las pensiones, el gasto público se tendría que aumentar masivamente (35.000-40.000 millones de euros anuales, piden algunos), disparando el déficit, y con ello, los impuestos, destruyendo consumo e inversión privada. Intentando cubrir un agujero cavando más hondo.

Intentar suplir los ingresos con impuestos confiscatorios hunde la inversión, la actividad económica y el incentivo para crear riqueza y… lleva al sistema público a quebrar. Pretender cubrir el agujero de 2014 de las pensiones con “impuestos a las grandes empresas” es intentar recaudar una cantidad equivalente al… ¡53% de los beneficios de las 7.000 mayores empresas de España!.

La prosperidad y la inmigración son factores esenciales, y positivos, para un sistema de pensiones sostenible. Y ninguna de las dos se consigue con políticas intervencionistas. Dos tercios del crecimiento de la población entre 1975 y 2013 se ha debido a los inmigrantes y sus descendientes. Pero no es suficiente. Si la población mayor de 60 años se acerca a la cifra de 33%-35% que estiman los analistas para 2040, no podemos engañar a los jóvenes diciéndoles que el sistema actual está garantizado, o que se puede financiar sacando del bolsillo de los demás a impuestos.

No olviden que los que hoy prometen jubilaciones de oro para todos con dinero salido de la nada, luego son los que crean hiperinflación o devalúan la moneda y hacen impago… y adiós jubilados

La garantía de que los jóvenes vayan a recibir una pensión y la solución al envejecimiento de la población viene de implementar un modelo mixto público-privado, del crecimiento económico y mejores condiciones para crear riqueza. Sin un crecimiento sostenido y apertura, ningún modelo es sostenible. Sin un modelo mixto, nos vemos abocados a recortes constantes cada cierto tiempo.

No olviden que los que hoy prometen jubilaciones de oro para todos con dinero salido de la nada, luego son los que crean hiperinflación -y las pensiones no valen nada-, o devalúan la moneda y hacen impago… y adiós jubilados.

Es por ello que, cuando planteamos el modelo económico de nuestro país no podemos partir de la base del intervencionismo y la autarquía. Como país sin recursos naturales y con la estructura de población descrita, lo único que va a garantizar nuestras prestaciones sociales es atraer capital, inversión, mejorar la riqueza y entender nuestra pirámide de población, como hizo Suecia.

La injusticia social que supone que alguien que haya trabajado toda su vida para los demás tenga casi asegurado que no cobrará pensión alguna es, simplemente, inaceptable, puesto que condena, de nuevo, a los más jóvenes.

Paro, Pensiones y Liberación Fiscal (La Sexta Noche 6/7/2014)

Mi intervención en La Sexta Noche 6/7/2014

Paro: Las afiliaciones a la seguridad social de Junio (INEM, equivalente a las payrolls) subieron 56.000 hasta los 16,7 millones de afiliados, un cambio interanual del 1,8%. Esta mejora repercute positivamente en la confianza del consumidor, lo que hace subir el consumo y reducir el ahorro en términos marginales); en términos desestacionalizados (Junio es un buen mes estacional por el turismo) se han creado 8.700 puestos de trabajo (Alemania durante el mismo mes ha destruido 9.000); es el décimo mes consecutivo en el que la economía española crea empleo neto. En términos de desempleo, éste baja en 123.000 hasta los 4,5 millones de parados registrados; la creación de empleo es sólida en muchos sectores, destacando servicios, industria y construcción (por segundo mes este sector crea empleo, otro signo de que se puede estar generando un punto de inflexión en la actividad de este sector, que opera bajo mínimos); el desempleo desestacionalizado bajó en 16.000 en Junio, el mejor dato de los últimos diez años; en los últimos 12 meses el desempleo se ha reducido en 313.000 persona. (via Arcano)

Pensiones: El mayor problema de España es la demografía. La unidad familiar ha perdido un 44% de miembros de media desde los años 70. España ya supera los 9 millones de jubilados y la población activa jamas ha superado los 20,5 millones. Las pensiones ya suponen 127.000 millones de euros, el 36% del presupuesto.

Liberación fiscal: (El confidencial 3/7/2014)

El 3 de julio, se celebra el día de la liberación fiscal, es decir, el día a partir del cual un trabajador medio empieza a generar ingresos para sí mismo y no para el Estado. El Think Tank Civismo publica su informe anual que analiza la fiscalidad del trabajo con una cifra francamente alarmante: los trabajadores españoles necesitan 184 días de media para cumplir con sus obligaciones tributarias.

Calcular el número de días que necesitamos trabajar para pagar impuestos es importante porque refleja visualmente, y de una manera inmediata, si el coste del Estado que sostenemos es proporcionado o desproporcionado comparado con los servicios que recibimos y toda la solidaridad que queramos asumir.

De hecho, el cálculo que detalla el informe anual mencionado muestra que en la enorme mayoría de los casos la cifra pagada en impuestos por los trabajadores supera en mucho las estimaciones más generosas de consumo personal de servicios públicos y solidaridad adicional.

El análisis del día de la liberación fiscal es importante porque muestra el nivel de esfuerzo fiscal, que es lo que realmente pagamos en impuestos de nuestro sueldo y que se sitúa en una media del 40,5%, una de las más altas de la OCDE, y no ese ratio recaudatorio que es la manida “presión fiscal” que tanto usan los medios de comunicación, que mide la recaudación sobre PIB.

Este esfuerzo fiscal sigue situando a España por encima de Dinamarca, Reino Unido, Irlanda y Luxemburgo, y sólo por debajo de Finlandia o Suecia, donde el sueldo medio es un 70% superior a la renta de un trabajador español.

Las conclusiones del estudio son extremadamente reveladoras:

Las rentas más altas sufren el mayor esfuerzo fiscal. Un sueldo de 15.500 euros anuales paga impuestos hasta el 16 de junio, uno de 40.000 o 100.000 euros, hasta el 9 y 7 de julio.

España sigue siendo el país de Europa con las cotizaciones a la Seguridad Social más altas (28,3%), sólo por detrás de Italia (33%) y Portugal (34,4%). En Alemania, Francia, Suecia o Bélgica, las cotizaciones fluctúan entre un 16% y el 20%. Este sigue siendo un enorme escollo para la contratación y el empleo.

Por comunidades autónomas, las más penalizadas son Cataluña, Cantabria y Castilla-La Mancha, y las menos afectadas el País Vasco, Navarra y La Rioja, pero, curiosamente, la diferencia en días hasta la liberación fiscal es muy pequeña, unos cuatro o cinco.

Los críticos del análisis del día de la liberación fiscal son muchos, pero acuden a argumentos francamente fáciles de rebatir:

“Asume que el resto del tiempo no se utilizan los servicios del Estado”. Es cuando menos curioso decir esto, ya que en los cálculos más generosos de utilización de los servicios públicos y solidaridad con los desfavorecidos no se llega ni a una fracción de los días dedicados a pagar impuestos.

“Cuenta todos los días de sostener al Estado olvidando los fines de semana y festivos”. Explíquenme qué salario dejan ustedes de cobrar los sábados y domingos y qué gastos del Estado se cortan el viernes por la tarde hasta el lunes.

“Incluye como impuestos pagados por el trabajador a la seguridad social”. Es que es parte del salario. El salario incluyendo todo, impuestos y cotizaciones, es el pago de la productividad marginal del trabajo. El día en que algunos se den cuenta de que las cotizaciones sociales se detraen del salario total del trabajador y no son una donación del empresario, cambiarán muchas cosas.

“Considera al Estado como una carga y no como un servicio”. Es sorprendente en un país donde el gasto público ha aumentado en 132.000 millones de euros desde 2004, se gastan 47.000 millones de euros anuales más que en el máximo de la burbuja inmobiliaria, 2007, y donde se estiman hasta 80.000 millones anuales de gastos duplicados e innecesarios.

“El esfuerzo fiscal es necesario para cubrir el gasto social porque casi todo se invierte en educación y sanidad”. Las cifras tampoco acompañan. El gasto público excluyendo el rescate de las cajas es de 454.000. Todo el gasto social es de unos 198.000 millones. Y no es bajo. El gasto en educación per cápita es superior a la media de la UE y el gasto sanitario per cápita está en línea con la media de la OCDE.

“Llama mantener al Estado a pagar pensiones”. Las pensiones suponen 127.000 millones de euros y el sistema es deficitario, es decir, se paga más de lo que se recibe en aportaciones. Les intentan justificar un sistema “de reparto” en el que las pensiones de hoy no se pagan con las cotizaciones de los jubilados en su día, sino con las aportaciones de los asalariados actuales. El aumento del esfuerzo fiscal no soluciona el mayor problema de España, la demografía. La unidad familiar ha perdido un 44% de miembros de media desde los años 70. España ya supera los 9 millones de jubilados y la población activa jamás ha superado los 20,5 millones. Sólo se pueden financiar atrayendo actividad económica, mejoras de renta disponible, nuevos trabajadores y empresas, no sustrayendo del que queda.

No es un problema de solidaridad, ni de recaudación. Es un problema de gastos inasumibles que no se pueden continuar sosteniendo aumentando la presión recaudatoria sobre la renta disponible.

España, en 2013, excluyendo el rescate financiero, gastó 454.005 millones de euros, es decir, unos 41.000 millones más que en 2008, y recaudó por impuestos 386.250 millones de euros, es decir, 21.000 millones más que en 2009 a pesar de haber visto una caída del 43% en los beneficios empresariales de las 7.300 mayores empresas y una reducción de los salarios y renta disponible superior al 15% (según la fundación BBVA y el IVIE).

Lo que nos muestra el análisis del día de la liberación fiscal es que el país debe empezar a pensar de manera clara que no va a poder sostener un estado hipertrofiado que ha pasado del 39% del PIB al 45% en diez años y unos gastos crecientes a base de impuestos. Se deben buscar reformas, como las que ha llevado a cabo Suecia, por ejemplo, de financiación de servicios desde la actividad privada. El esfuerzo fiscal creciente ataca la renta disponible y cercena las posibilidades de crecimiento económico sostenido.

En 2014 el día de la liberación fiscal es el 3 de julio. Esperemos que en 2015 sea algún día antes. Ya comentábamos aquí que la reforma fiscal debe ser mucho más ambiciosa.

Debemos cortar el círculo vicioso de sostener el PIB con gasto público superfluo para endeudarnos en 65.000 millones de euros –o más– anuales, caer en la recesión y financiar el aumento del peso del Estado con aumentos de impuestos a los contribuyentes que sobreviven a la crisis. Como contrapartida, España puede entrar en el círculo virtuoso de atraer capital y crear nuevas empresas, mejorar la renta disponible y el consumo, y generar crecimiento económico.

El cuento de las SICAV

«Taxing wealth generates a slower economy and higher government spend. It’s the basic recipe for stagflation». John Carney

Los políticos tienden a crearse sus propios infiernos. Al demonizar de manera demagógica a las sicav y los mal llamados paraísos fiscales se han disparado a sí mismos en el pie (lean Diez mitos sobre los paraísos fiscales). Todo por distraer la atención echando balones fuera ante el problema de impuestos excesivos y de despilfarro publico.

Empecemos por aclarar…

¿Qué es una sicav?

Una sociedad de inversión colectiva donde un grupo de inversores (100 o más) se reúnen para invertir en activos, tradicionalmente a muy largo plazo. Por ello se exige un capital mínimo.

La sicav es uno de los instrumentos de inversión más populares de Europa, y es igual que tantos fondos –mutual funds– similares. España no es el pais donde más hay ni más dinero gestionan. Los mayores centros de sicav de Europa continental son Luxemburgo, Francia e Italia.

¿Tributan al 1%?

Tienen el mismo régimen que cualquier fondo de inversión. Tributan al 1% y un 21-27% sobre beneficios y dividendos cuando el inversor retira su dinero. La ganancia de capital tributa igual que la de cualquier inversor.

¿Son solamente para ricos?

Cualquier persona puede invertir en una de las 3.400 sicav. Como en cualquier fondo del mundo, existen requisitos de capital mínimo. Para ahorradores con cantidades pequeñas, pueden suscribir cualquiera de los centenares de fondos específicos que invierten en sicav comercializados por bancos y casas de inversión.

¿Es fraude fiscal?

No. Es un instrumento legal y legitimo reconocido en todo el mundo.

No es una forma para que las «grandes fortunas eviten al fisco». En España existen unas 3.400 sicav, con unos activos bajo gestión de unos 27.000 millones de euros según la CNMV, y la mayoría de partícipes son profesionales de clase media, según el regulador.

Decir que las sicav esconden una familia o grupo familiar y 100 inversores «falsos» que no tienen oficio ni beneficio y que, por tanto, se usan «para defraudar’ es un error enorme. Es como decir que los inversores que ponen dinero en Berkshire, SAC, Soros, Paulson o Citadel son «falsos» inversores que esconden el fraude de Warren Buffett, Steve Cohen, George Soros, John Paulson o Ken Griffin, ya que una enorme parte de sus fondos de inversión proviene de la fortuna de estos gestores.

El inversor minoritario en una sicav participa de la filosofía y estrategia que propone el gestor, y toma riesgo con él y los partícipes. Llamarlos «mariachis» o «comparsas» que esconden a una familia millonaria es, cuando menos, ignorar los conceptos de inversor minoritario, gestor y estrategia. Mi amigo Francisco de la Torre dice que se usan para la gestión individual de carteras de grandes patrimonios. ¿Si yo invierto unos ahorros en el fondo de Buffett o Paulson soy un «mariachi» porque ellos tengan su patrimonio en el fondo y yo una fracción infinitesimal de esa cifra? No.

¿Los ricos las usan para evadir?

Esas sicav de familias de apellido ilustre a las que atacamos tan frivolamente tienen enormes inversiones fundamentalmente en empresas industriales, constructoras y energéticas españolas, además de bonos. Inversiones a muy largo plazo.

Esas familias y las empresas en las que invierten pagan centenares de millones de impuestos. El beneficio para el Estado de su capital es mucho mayor que rascar unos impuestos adicionales. Reino Unido lo sabe bien.

Que inviertan en España es importante, que además inviertan fuera, si lo desean, es esencial para seguir atrayendo capital y fortalecer lazos empresariales y financieros globales.

Esas inversiones, además, las llevarían a cabo, con la misma tributación, si en vez de sicav usasen fondos tradicionales o hedge funds.

¿Se recaudarían miles de millones si tributaran de otra manera?

El efecto recaudatorio sería imperceptible.

No existe un solo caso de aumento de ingresos fiscales relevante por cambio de tributación de un tipo de sociedades de inversión. Ninguno. Solo se provoca que ese capital, en vez de domiciliarse en sociedades españolas, se vaya a Luxemburgo, EEUU, Singapur, Reino Unido … O Francia, donde tiene usted sicav hasta de sindicatos de granjeros.

Cuando se ataca a las sicav, o a cualquier fondo de inversiones, sea hedge fund o institucional, se alude a una especie de «ejemplaridad» o «justicia» más que al cuestionable ingreso fiscal adicional. La ejemplaridad o justicia no están en penalizar el ahorro y la inversión para sostener estados hipertrofiados, sino en no atacar al resto de los ciudadanos. No es que las sicav sean malas, es que, como dice Juan Rallo, debemos tener una sicav todos.

Pues bien, como no podía ser de otra manera, ha saltado el innecesario y estéril «escándalo» en la sicav de los europarlamentarios en Luxemburgo. No me negarán que hay una cierta justicia poética en todo esto.

Mira que lo he advertido en todo tipo de debates. Ojo con la demagogia, que el mayor «paraíso fiscal» de la OCDE es Bruselas, donde los europarlamentarios y las agencias de la UE tributan entre el 8 y el 1%. Ni en Caimán se encuentran esos tipos.

En realidad el debate no es si los ricos o europarlamentarios -viene a ser lo mismo- tributan poco por sus rentas de capital mientras los demás pagamos mucho. Primero, porque como explicaba antes, es falso. Es que los ciudadanos no deberían tributar por el fruto de su ahorro y riesgo.

El impuesto sobre la riqueza es injusto y sobre todo, inútil, como decíamos en mi post Piketty se equivoca. La imposición sobre el ahorro es, por definición, una doble imposición al atacar el fruto de la inversión hecha tras pagar impuestos directos, indirectos, patrimonio, bienes inmuebles, regionales, verdes y de todo tipo.

Exigir, ademas, un pedazo de tu esfuerzo inversor, por supuesto asumiendo que siempre ganas, es otra transferencia de renta de los sectores productivos a los parasitarios.

Al transferir renta del ahorro hacia el gasto administrativo y clientelar se provoca estanflación -estancamiento económico con inflación-. Desincentiva la inversión, mientras el estado fagocita una mayor proporción de la economía y sube los precios artificialmente. Así, la velocidad de circulación del dinero, que mide la actividad económica, se desploma. En Japón acaban de conseguir el «exitazo» de subir la inflación gracias a la subida de impuestos y las tarifas eléctricas. El consumo ha caido un 8% y los salarios reales a nivel de 2001.

Y no, no se usa para pagar «sanidad y educación», la demagógica coletilla del momento. Se detrae capital que precisamente es lo que necesitamos para sostener esos servicios. No deberíamos tener 27.000 millones de nada en sicav, sino tener 10 o 20 veces más invirtiendo en empresas y bonos españoles.

El fraude fiscal hay que combatirlo, pero no ayuda al debate engañar a la población llamando «fraude» a lo que es totalmente legal. Ni tampoco ayudan los cuentos de la lechera de supuestos ingresos millonarios perdidos que nunca aparecen. Que nadie les diga que va a recaudar decenas de miles de millones atacando el «fraude» cuando jamás se han conseguido cifras remotamente similares. Ningún país ha aflorado jamás una cantidad siquiera cercana al 2% de su déficit anual (datos Banco Mundial). Decir que se va a recaudar el equivalente al 50% es ciencia ficción. Y no soluciona nada en cualquier caso.

La crisis y el déficit se atacan atrayendo capital, no detrayendo, y promoviendo el crecimiento económico. Lo demás son cuentos.