Tressis Gestión lanza Adriza International Opportunities, fondo de alta rentabilidad por dividendo gestionado por Daniel Lacalle

Tressis Gestión lanza Adriza International Opportunities, fondo de alta rentabilidad por dividendo gestionado por Daniel Lacalle

♣ El fondo, centrado en empresas industriales y de consumo, invierte al menos el 75% en valores de renta variable internacional con alta rentabilidad por dividendo, con programas de recompra de acciones en marcha o en fase de reestructuración

♣ Tressis Gestión prevé que este fondo supere los 20 millones de euros de patrimonio durante su primer año de comercialización

Madrid, 15 de enero de 2016.- Tressis Gestión refuerza su gama de fondos de inversión con el lanzamiento de Adriza International Opportunities, fondo mixto global que invierte al menos un 75% en empresas industriales y de consumo que ofrecen alta rentabilidad por dividendo, con programas de recompra de acciones en marcha o en fase de reestructuración de su negocio. El porcentaje restante se invierte en activos de renta fija pública o privada, incluyendo depósitos e instrumentos líquidos (cotizados o no) del mercado monetario.

“En un entorno de bajos tipos de interés, baja inflación y bajo crecimiento, este fondo busca invertir en aquellas empresas con una política de alta rentabilidad y máxima retribución al accionista, escogiendo a los ganadores globales de un ciclo inversor superior al billón de dólares anual”, explica Daniel Lacalle, gestor del Adriza International Opportunities y director de inversiones de Tressis Gestión.

El fondo se basa en el análisis fundamental global (“macro”) y de valores (“micro”) para seleccionar aquellos más adecuados en cada momento. El universo de inversión del fondo es de 1.000 empresas cotizadas, aproximadamente, con un “free float” superior a 3.000 millones de dólares. “Con un universo que supone el 80% del MSCI World, el fondo puede estar invertido al 100% en valores muy líquidos sin caer en riesgos excesivos”, explica Lacalle.

Para Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, el lanzamiento de este fondo “es una oportunidad interesante para un amplio espectro de inversores porque acceden a un producto diferenciado que apuesta por compañías con vocación y potencial de remuneración al accionista incluyendo pago de dividendos, recompra de acciones y reestructuración de capital. Además, Daniel cuenta con un profundo conocimiento de la industria y una experiencia de más 25 años en análisis e inversión, factores clave para la gestión de este fondo”.

Adriza International Opportunities tiene como objetivo alcanzar un patrimonio bajo gestión de 20 millones de euros durante su primer año.

El fondo está disponible en las plataformas de Tressis SV e Inversis.

Acerca de Tressis Gestión
Tressis Gestión (www.tressisgestion.com) es una Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva que cuenta con un patrimonio de más de 285 millones euros bajo gestión. Está dirigida por Jacobo Blanquer, su Consejero Delegado, y sus principales fondos de inversión son el Adriza Neutral, el Adriza Global y la gama de fondos perfilados. Cuenta también con amplia experiencia en gestión de SICAV. Fundada en 2011, es una de las primeras gestoras independientes de España. Está formada por un equipo de gestores con amplia experiencia en el sector.

Para más información:

Tressis: 91.702.02.74
Ana Jurado, dir. Comunicación marketing@tressis.com

Evercom Comunicación: 91.577.92.72
Laura Díaz laura.diaz@evercom.es
Sonia Álvarez sonia.alvarez@evercom.es

Crear dinero artificialmente siempre provoca alta inflación y crisis. La falacia de la MMT

“Money is the general medium of exchange, the thing that all other goods and services are traded for, the final payment for such goods and services on the market” Rothbard

Si existe una excusa a la que muchos acuden cuando sus propuestas fracasan estrepitosamente esa es la de culpar de los errores a factores externos. Los mercados o los malvados empresarios, o el Estado se convierten en la cabeza de turco única y perfecta cuando la impoluta teoría, por el bien de ustedes, no funciona. Nuestra buena voluntad lo justifica todo.

El fracaso evidente de las políticas monetarias expansivas, ante el riesgo de recesión global, ha creado una “nueva” escuela. Y digo nueva con ironía porque es la más antigua de la historia, crear dinero de la nada para financiar “al pueblo”. Siendo “el pueblo”, por supuesto, el gobierno -solo si gobiernan ellos, claro-. Lo llaman la Teoría Moderna Monetaria y no es más que exactamente lo mismo que se ha hecho toda la vida desde los Assignats franceses a Kiciloff en Argentina o Maduro en Venezuela. Y con el mismo resultado. Exceso de inflación, destrucción de confianza, culpar a “los comerciantes” y quiebra.

Primero, debemos entender qué es el dinero y por qué “crearlo” de manera agresiva destruye más de lo que aparentemente mejora.  Es un medio de cambio y pago que debe ser de aceptación generalizada. Si los ciudadanos pierden confianza en su valor como medio por la eterna manipulación, desaparece como medio de cambio, depósito de valor y unidad de cuenta. Y esa confianza no la decide un comité o un gobierno desde la imposición. El dinero en su función de medio de cambio facilita el intercambio, o sea, evita el trueque. Cuando su valor está cuestionado, cuando pierde esa “reserva” que tanto monitorizan los países líderes -que además tienen la mayor balanza financiera precisamente para cimentar su posición-, se destruye la economía yendo de crisis en crisis que cada vez son más rápidas y violentas, aumentando la fragilidad y desde la estanflación o la enorme inflación.  La inflación siempre es un proceso monetario, es el síntoma de un desequilibrio brutal.

Money vs inflation

El dinero, cuando se crea desde la expansión de crédito artificial también se destruye -una grave crisis financiera, impagos, caídas de los activos reales- al basarse en expectativas injustificadas. Que esa creación artificial sea a través de crédito a estados, a personas o empresas es igual. Si se genera distorsión por asignación ineficiente de capital, el efecto es el mismo. Por eso la pretensión de aplicar la misma política monetaria, pero en vez de usar el mecanismo de transmisión bancaria, se entregue directamente al estado para financiar elefantes blancos es lo mismo que una burbuja. Solo que, como estamos viendo en China, Argentina o Brasil, salta de manera más agresiva. El efecto embudo de años de desequilibrios propiciados desde el poder político luego no se puede “controlar” desde el mismo.

Vean Argentina, con una inflación de 350% desde 2008 desde la política “inclusiva” de crear dinero para pagar “empleo e inversión pública”. Un aumento de la masa monetaria del 30% medio anual.

Argentina

La falacia de que “la creación de dinero no tiene por qué crear inflación”.

En el mundo, desde 2009, se ha aumentado la masa monetaria desde los bancos centrales de manera desproporcionada. Más de 600 bajadas de tipos y 19 billones de dólares de estímulos monetarios no solo han llevado a la inflación subyacente a crecer. Es que se ha creado dinero que ha ido fundamentalmente a financiar estados deficitarios y sectores endeudados. Eso ha creado inflación, además de en precios, en los activos financieros.

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La inflación, repitan conmigo, no es solo el IPC. Se crea inflación allá donde va el dinero. El efecto inflacionista es evidente en los activos financieros, con los bonos soberanos a tipos jamás visto en la serie histórica y los bonos de alto riesgo cotizando con rentabilidades exigidas a mínimos de 38 años.

Inflation financial assets

Pero el deseo de pensar que hacer dinero de la nada “crea riqueza” y no tiene consecuencias es simplemente un prejuicio pseudo-religioso, no una realidad. Cualquier análisis de creación de masa monetaria e inflación muestra que el efecto es evidente y que siempre se salda con una crisis financiera, mayor inflación y mayor desempleo. El “efecto placebo”, la ilusión de crecimiento que crea a corto plazo el gas de la risa monetario, salta con una crisis mayor en poco tiempo.

Lo que los inflacionistas socialistas de la MMT olvidan -a sabiendas- es la saturación de deuda y el impacto de la continuada creación de dinero en la velocidad del mismo -que mide la actividad económica-.

Money velocity

Crear dinero para subvencionar a estados hipertrofiados o perpetuar la mala asignación de capital de los agentes privados es lo mismo. Una unidad adicional de endeudamiento no genera un crecimiento del PIB nominal suficiente para reducir la acumulación de deuda, aunque se monetice el stock, porque el flujo -aumento de cantidad de dinero a crear necesario para cubrir gastos crecientes no cubiertos por actividad real- se dispara, creando el siguiente shock con mayor virulencia.

Vean la relación entre creación de dinero e inflación desde 1960: Directa.

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El efecto de saturación y la manipulación de la asignación de capital en la economía favoreciendo a sectores endeudados desploma la actividad económica, al aumentar la represión financiera y la presión fiscal a familias y empresas. Es falso que la inflación se cree porque las empresas quieren “forrarse” cuando el gobierno imprime dinero. Los insumos se disparan, la presión fiscal aumenta, los ciclos expansivos son más cortos y los márgenes son más débiles.

Pero … si «el Estado gasta, aumenta la actividad económica y se produce un efecto multiplicador» ¿no?. No. La falacia del multiplicador del gasto público se ha demostrado en muchos estudios (lean). En el historial de más de 44 países se demuestra que el efecto multiplicador es inexistente en economías abiertas, o altamente endeudadas.

Multiplier

Multiplier closedEl estudio de Ethan Ilzetzki, Enrique Mendoza, y Carlos Vegh, “How Big (Small?) are Fiscal Mutlipliers?” analiza la historia del impacto acumulativo del gasto público en 44 países mostrando que el multiplicador es cero en economías abiertas y negativo en economías abiertas y endeudadas.

Los tipos de interés no están bajos porque el mercado lo considere, sino por la intervención constante de los bancos centrales. Por eso, ante tipos ultra bajos, la inversión productiva global no está creciendo en términos reales.

El déficit acumulado son mayores impuestos después. Las preferencias de los consumidores, ante la represión financiera, no mejoran porque gaste el Estado. Solo genera mayor sobrecapacidad. Los nuevos monetaristas olvidan que su recomendación es precisamente lo que ha llevado a Brasil y a China a la sobrecapacidad industrial del 27% y el 38%. Y no son poblaciones con problemas demográficos.

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La falacia de la MMT es decir que la creación de dinero no generará inflación porque la demanda y oferta de bienes y servicios crecerá en tándem. El milagro de los panes y los peces. Nunca ocurre y nunca ha ocurrido.

No deja de ser un espejismo, una teoría completamente falaz y desacreditada pensar que el gobierno sabe perfectamente cuál es la demanda y oferta real de bienes y servicios, y sabe perfectamente cuál es la cantidad de dinero que debe crear para generar crecimiento sin hundir la moneda y crear enorme inflación. Literalmente, es creer en la magia. Igual de falaz que la de pensar que crear dinero con la expansión cuantitativa va a hacer lo mismo. El error no es el método de creación artificial planificada de dinero, sino la creencia en el alquimismo por dicha planificación centralizada.

Si esperamos que la ralentización china la compensen las políticas de demanda del resto del mundo, estamos abocados a cometer el mismo error que China y el desastre de 2008.

No es que haya baja inflación y bajo crecimiento por falta de inversión, es que se dan bajos precios por saturación de oferta, y la ‘zombificación’ -gra cias a los tipos bajos- de industrias excedentarias.

Pues ahora, lo último que me faltaba leer es que no hay un problema de sobrecapacidad (vean sector puertos, automóviles, eléctrico, etc). Lean este informe de McKinsey “Profitability in a world of overcapacity” (http://www.mckinsey.com/industries/oil-and-gas/our-insights/profitability-in-a-world-of-overcapacity) .

Overcapacity 2

No es que haya bajo crecimiento por falta de gasto público, que se encuentra a máximos de los últimos 50 años a nivel global, sino por el ataque al consumidor a través de impuestos para sufragar ese dispendio y el asalto al ahorrador que supone la represión financiera -devaluar y bajar tipos-.

Asumir que la demanda se incentiva desde el gasto cuando hemos superado el umbral de saturación de deuda es simplemente un brindis al sol. Es decir “como ha fallado, repetir pero a lo bruto”.

Según el Banco Mundial y la ONU, las necesidades totales de infraestructuras y educación a 2030 suman un 1-1,2% del PIB global. Y quieren gastar cada año más que las necesidades (optimistas) de 15 años. Esa enorme expansión fiscal no compensa la diferencia entre el crecimiento histórico global y el actual. Ni siquiera si asumimos multiplicadores del gasto que hoy en día están más que desacreditados visto en estudios del Nobel Angus Deaton entre otros. El multiplicador del gasto público que usan muchos teóricos no se ha dado en ningún país desde al menos 1996. Son matemáticas.

Vean ejemplos de descontrol monetario e hiperinflación (casos Chile, Zimbabwe y Venezuela)… A los que los perpetradores del desastre siempre tildan de «guerra económica» -culpando a empresarios o comercios de su irresponsabilidad monetaria’.

inflacionchileallende

Zimbabwe

Venezuela

Regar de dinero “nuevo” al sector público olvidando déficits y esterilizaciones, monetizando todo lo que se crea o el “QE Popular” es la misma locura y tiene los mismos efectos. Supone que el banco central pierda su ya cuestionada independencia y directamente se convierta en una agencia gubernamental que imprima moneda cuando el gobierno quiera, pero ese aumento de masa monetaria no se convierta en parte del mecanismo de transmisión que llegue a todas las partes de la economía, sino que el nuevo dinero solo sea para el gobierno para financiar un “Banco Público de Inversiones”.

El error de los monetaristas socialistas del “QE Popular” es que parte de la base, correcta, de que la expansión monetaria como la conocemos hoy no funciona, pero en vez de entender que imprimir moneda es simplemente una transferencia injusta de renta de los ahorradores y eficientes a los endeudados, parte de que el QE no es el problema, sino el mecanismo de reparto del “gas de la risa monetario”.

El primer problema es evidente. El Banco Central crearía dinero que se utilizaría para elefantes blancos, proyectos tipo Plan E y ciudad del circo, y, al contar el banco público de inversiones con financiación ilimitada, el riesgo de irresponsabilidad en el gasto es claro. Y es un evidente desplazamiento de incentivos al malgasto.

El segundo problema es que las deudas crecientes del banco público de inversiones utilizadas en proyectos sin rentabilidad, y por lo tanto, sus potenciales pérdidas, se cubren sea como sea con impuestos, ya que el capital de dicho banco lo pone el Estado.

El tercer problema es que la inflación creada por esos proyectos la sufre el ciudadano que no se beneficia de esa expansión de gasto “ilimitada”. Subidas de impuestos, mayor coste de vida y, sobre todo, destrucción de una gran parte del tejido empresarial porque el Estado acapara con aún mayor crédito privilegiado mayores sectores de la economía. Pensar que esa inflación se traslada a mayores sueldos es una falacia que se demuestra en la historia. Siempre se ha visto que los salarios reales caen a mínimos (suben mucho menos que la inflación).

Subidas de impuestos, mayor coste de vida y, sobre todo, destrucción de una gran parte del tejido empresarial que pasa a ser acaparado por el Estado -que es el verdadero objetivo-. Y se culpa a los comerciantes de las subidas de precios y la escasez.

El cuarto problema de esta política es que, como hemos comentado, se ha hecho muchas veces en el pasado. Es el modelo que hundió a la revolución francesa con los Assignats, el argentino de Fernández de Kirchner y su ministro Kiciloff disfrazado con términos nuevos, un modelo que solo ha creado exceso de inflación y estanflación. Es el modelo chino que cada día nos da más sustos y es el error llevado a cabo por Brasil. Pensar que el Estado puede decidir la cantidad de dinero y gastarlo en lo que quiera sin consecuencias sobre el resto.

El problema, al final, siempre es el mismo, los aristócratas del gasto público, que jamás han creado una empresa ni contratado a nadie con sus ahorros y esfuerzo, siempre piensan que interviniendo sobre la creación de dinero y la economía van a salvarlo todo.

¿Lo saben? Les da igual, porque para ellos Estado es infalible y se le excusa todo. Defender la idea diciendo que “es diferente”. El socialismo tiene un historial de fracasos tan brutal que solo un grupo de pseudointelectuales puede ignorarlo y decir que ellos lo van a hacer distinto.

Al final, la lógica siempre prevalece. Aumentar la masa monetaria más que el crecimiento histórico del PIB nominal siempre crea unos enormes desequilibrios que saltan en una gran crisis, sea estatal, bancaria, o de exceso de inflación.  Los que delimitan sector público y sector financiero como antagónicos simplemente mienten. Son brazos de un mismo tronco.

El desarrollo, necesario, se debe hacer, pero no incentivando el sobreendeudamiento, sea privado o público. Y eso es lo que hace el monetarismo socialista, a expensas de nuestros nietos. Se puede hacer sin coste fiscal acudiendo a la lógica. Mejorando la renta disponible y poniendo incentivos al sector privado para acometer inversiones con retorno real, como decía Keynes, al que no leen para ahorrar, solo para gastar. Keynes hablaba de invertir el excedente del ahorro público en proyectos con rentabilidad real que pagasen la deuda contraída a medio plazo (http://www.jstor.org/stable/4538449?seq=1#page_scan_tab_contents) , no de perpetuar el endeudamiento de un sector público deficitario crónico.

La “Teoría Moderna Monetaria” no es ninguna novedad. Es la búsqueda de la burbuja -en este caso estatal- a toda costa financiada a expensas de todos. Luego les echan la culpa a los norteamericanos, a Merkel o a los mercados. Y a correr.

Lean Debunking Modern Monetary Theory

Modern Monetary Theory: Debunking the Latest Incarnation of Government’s Magic Money Tree

Does money growth help explain the recent inflation surge?

The Weakness of MMT

Modern Monetary Theory, debunked everywhere except among government big-spenders.

Aumentar el déficit dispararía la prima de riesgo

deficit 2015

Si existe un mito peligroso entre la clase política es el de pensar que la política del Banco Central Europeo puede enmascarar los desequilibrios estructurales eternamente.

La política monetaria no puede ser una justificación para extender y esconder problemas fiscales evidentes. El propio presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, repite constantemente que sin reformas estructurales la política monetaria no funciona. Y además ha comentado en muchas ocasiones que los estados deben ajustar sus cuentas reduciendo gastos superfluos y permitiendo bajadas de impuestos, no haciendo lo contrario. Una afirmación de la que se ha hecho eco la Comisión Europea.

No tenemos más que ver lo que ha ocurrido en Portugal. Desde que ha llegado la coalición de perdedores, la prima de riesgo de Portugal se ha disparado a 347 puntos básicos. Sube 132 puntos en desde la llegada del nuevo gobierno a pesar de que el BCE sigue comprando miles de millones de euros de activos mensuales. El gobierno portugués, referente de Pedro Sánchez, se encontró con un bono al 2,26% y ahora paga el 4% tras presentar su plan económico. En menos de 100 días.

El banco central puede enmascarar el riesgo a corto plazo, pero este vuelve a mostrarse con virulencia cuando la evidencia del deterioro es clara. Y suele ocurrir ante un periodo de refinanciaciones relevantes. La prima de riesgo de Portugal, España o Grecia, por ejemplo, se ha disparado a pesar de que el programa de recompras del BCE adquiere casi todos los bonos soberanos que emiten. ¿Por qué? El riesgo no se mide por la demanda actual, sino por la marginal. Cuando desaparece el interés de los agentes porque el deterioro de las cuentas previsto es demasiado alto, porque las políticas anunciadas se ven claramente como anti-crecimiento, no hay banco central que lo esconda.

Prima de riesgo

 

España tiene que refinanciar en 2016, incluido el sector privado, unos 400.000 millones de euros en 2016. De ellos, más de 230.000 millones en las administraciones públicas. La pérdida de la confianza, los mensajes populistas y las dudas sobre la ejecución presupuestaria afectarían de manera muy importante a la capacidad y coste de refinanciación.

Si la prima de riesgo se dispara por aumentar gastos corrientes en 25.000 millones, subir impuestos y retrasar el cumplimiento del déficit desde una coalición con partidos que luego piden hacer impago, le supondría a España un coste adicional equivalente a un 20% del gasto en Educación de un año, es decir, casi 10.000 millones de euros.

deficit 2015 zp rajoy

Recordemos que España, gracias al proceso de moderación presupuestaria llevada a cabo y el compromiso con la reducción del déficit, ha conseguido pagar en 2015 menos cantidad por intereses de deuda sobre PIB que en 2007, a pesar de tener una deuda sobre PIB superior al 98% del PIB. La confianza y credibilidad es tanto o más importante que la política de un banco central.

De hecho, como se ha demostrado en Grecia, Argentina, Portugal y otros países, sin la confianza da igual la agresividad de la política monetaria.

Tengamos en cuenta que el riesgo de las propuestas publicadas recientemente viene de varios factores.

Primero, un aumento de gasto de 25.000 millones de euros destinado en su práctica totalidad a gasto corriente y, por tanto, que agranda el agujero del déficit estructural español que los organismos internacionales cifran en casi el 4% del PIB.

Pero … si el Estado gasta, aumenta la actividad económica y se produce un efecto multiplicador ¿no?. No. La falacia del multiplicador del gasto público se ha demostrado en muchos estudios (lean). En el historial de más de 44 países se demuestra que el efecto multiplicador es inexistente en economías abiertas, o altamente endeudadas.

Multiplier

Multiplier closedSegundo, unos aumentos de impuestos, sobre todo indirectos, que atacan al empleo y el crecimiento y afectan a Pymes y autónomos que suponen el 80% del empleo y valor añadido en España. La Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) ha denunciado que la iniciativa del partido socialista supondrá una subida importante de las cotizaciones, de las que se verán afectados el 80% de los trabajadores autónomos de España. El esfuerzo fiscal aumentaría para pymes y autónomos además de reducir la renta disponible de las familias con impuestos indirectos, reduciendo la capacidad marginal de consumo. Pero sobre todo, vuelve a empujar a que crezca una economía sumergida que habíamos conseguido reducir en más de dos puntos en estos cuatro años. Recaudar más no se hace subiendo impuestos, y ya llevamos décadas de error con esta política, que se ha corregido recientemente con resultados evidentes de mayor crecimiento e ingresos fiscales. Se recauda más con una fiscalidad no confiscatoria y orientada a mejorar la renta disponible de las familias y el crecimiento económico, como han hecho los países líderes de la Unión Europea y la OCDE. Bajar impuestos para crecer más y, con ello, recaudar más y mejor.

Tercero, la petición de relajar el déficit mientras se entra en coalición con partidos que proponen abiertamente el impago y la auditoría de la deuda es suicida. Agranda el agujero a la vez que aumenta la fragilidad y riesgo. Pero es que relajar la reducción de déficit, aunque sea desde propuestas más moderadas como la de Ciudadanos, es inasumible.

En España llevamos ya más de ocho años con una expansión fiscal superior a los 60.000 millones anuales, con años en los que llegó a superar los 100.000 millones de euros. El déficit acumulado entre 2008 y 2015 supera los 550.000 millones. “Relajar” la reducción del déficit es una política peligrosa que retrasa la urgente modernización y reforma de la economía, sobre todo cuando se introducen más medidas de intervención que ponen palos a las ruedas del crecimiento.

Todo este debate sobre retrasar la reducción del déficit es además peligroso porque ya partimos de un historial de incumplimientos y las propuestas de los partidos ignoran la historia y la estadística. El propio Banco Central Europeo lo alerta en su informe “Lecciones de las estimaciones fiscales”. Explica “los objetivos han sido sistemáticamente parciales como resultado de presentar planes irreales, políticamente motivados”. El incumplimiento de previsiones en España, según el BCE, ha sido prácticamente constante en la última década, hasta hace bien poco. Y no es “por la crisis”. Ya en 2006 analizaba el error sistemático en la presentación de objetivos por parte de la mayoría de los países de la Unión Europea.

Es importante entender que aumentar deuda puntualmente apalancando la economía cuando se apoya el crecimiento y se facilita la actividad económica puede ser positivo si la economía crece muy por encima del nivel de endeudamiento. Puntualmente, no casi una década. El problema es, como ocurre con los pactos de perdedores vistos en Europa, cuando se aumenta la deuda para inflar el gasto corriente, subiendo los impuestos y poniendo impedimentos adicionales a la creación de empresas y empleo. Se reduce el crecimiento potencial y se aplazan las reformas para aumentar la burocracia.

Volver a cometer el error de financiar desequilibrios estructurales de gasto corriente con déficit es dar la patada hacia delante contando con unos ingresos a todas luces optimistas que luego no se generan. Y con el riesgo de quiebra, inevitablemente, llegan mayores recortes. Luego le echaremos la culpa a “los mercados” o a Alemania, pero será nuestra.

Deficit La Razon

@larazon

Gracias a datosmacro.com y Javier Sevillano por los gráficos

¿Vuelve la crisis europea?

Cuando Mario Draghi lanzó su plan de recompra de activos publicamos un artículo en esta columna que explicaba que “el plan de Draghi no salvará a Europa”.

La tormenta perfecta de los últimos meses nos ha vuelto a demostrar que losbancos centrales no imprimen crecimiento y que enmascarar problemas estructurales con el gas de la risa monetario lleva a mayores problemas después.

A la acumulación de riesgo, incentivado por la represión financiera, se ha añadido a la saturación de deuda y la perpetuación de los sectores “zombies” a través de tipos bajos y refinanciaciones constantes.

Mientras tanto, los estados se han entregado a “el banco central apoya” pararetrasar reformas estructurales y, en algunos casos, empeorar su posición acudiendo a mayores déficits.

¿Qué nos demuestra este entorno?

  • El banco central puede enmascarar el riesgo a corto plazo pero a medio vuelve a mostrarse cuando la evidencia del deterioro es clara. La prima de riesgo de Portugal, por ejemplo, se dispara a más de 300 puntos básicos a pesar de que el Banco Central Europeo compra casi todos los bonos soberanos que emite. ¿Por qué? El riesgo no se mide por la demanda actual, sino por la marginal. Cuando desaparece el interés de los agentes privados porque el deterioro de las cuentas previsto es demasiado alto, no hay banco central que lo esconda.
  • El enorme peso de la banca, donde sus activos pesan más del 300% del PIB de Europa, hace que el deterioro progresivo de su cartera de préstamos –soberano, emergentes y los préstamos zombies a conglomerados locales medio quebrados- tenga un efecto dominó sobre la economía europea. Esa excesiva bancarización de la UE es un elemento diferenciador único de la crisis europea, promovido y defendido por muchos de los estados miembros que hacen todo lo posible por entorpecer el desarrollo de sistemas de financiación no bancarios. ¿Por qué? Porque sus bancos “fetiche”, sus campeones nacionales, son un brazo adicional del Estado y compran todos los bonos soberanos además de financiar los elefantes blancos del gobernante de turno. Para que se hagan una idea, en EEUU en el pico de la crisis los activos de la banca no llegaban al 80% del PIB.
  • La acumulación de riesgo promovida por la política de cero tipos de interés lleva a que la extrema fragilidad de las economías europeas genere un “shock” con muy pocos movimientos.

El enorme peso de la banca hace que el deterioro progresivo de su cartera de préstamos tenga un efecto dominó sobre la economía europea

Seamos conscientes de que las cosas no son tan peligrosas como antes.

El peso del sector inmobiliario en el balance de los bancos ha caído desde un máximo del 30% a un 10%.

La exposición a deuda soberana de los grandes bancos se ha reducido aunque sigue siendo muy relevante.

El ratio de capital de máxima calidad ha aumentado a un 10% de media.

Eso no evita la fragilidad. Porque los vasos comunicantes de riesgo soberano, déficits excesivos y saturación de deuda en un sistema bancario conscientemente hipertrofiado hace que, ante la acumulación de deuda, la más ligera pérdida de capacidad de repago hace que se ponga en riesgo todo el sistema. Sea por caída de expectativas de crecimiento, menor solvencia de emergentes y por la evidencia, como ha ocurrido en Italia, de que refinanciar zombis no soluciona nada a medio plazo.

Las bolsas se han desplomado ante el efecto dominó que llevamos comentando desde “la parada en seco de emergentes”, pasando porChina hasta la ralentización global por saturación de políticas expansivas.

Los agentes económicos, alarmados, se lanzan a pedir que el Banco Central Europeo “haga más”. Tipos negativos, 60.000 millones de recompras mensuales y 639.000 millones de liquidez excedentaria. ¿Ha fallado? Repetir.

El plan del BCE ha llevado a estados y agentes financieros a tomar aún más riesgos al bajar los tipos de interés a niveles ínfimos y al forzar el crédito, aunque no se haya solventado el problema de deuda europeo.

Europa tiene un problema de sobrecapacidad y exceso de deuda, no de falta de crédito, con un exceso de liquidez de 639.000 millones de euros que el propio BCE muestra en sus documentos. Intentar forzar el crédito no es la solución. Se repite el mantra de que hay un problema de concesión de préstamos y no de sobrecapacidad.

Permítanme afirmar, sin ningún género de duda, que lo que se anuncie en marzo –más madera- volverá a fracasar. El propio Draghi lleva diciéndolo hasta perder la voz. La herramienta de la política monetaria es completamente irrelevante si no se llevan a cabo reformas estructurales. La mayoría de los estados siguen rechazando llevar a cabo reformas de calado que devuelvan renta disponible a las familias, y se entregan, desde el populismo, a gastar más, poniendo mayores escollos al crecimiento real.

Permítanme afirmar, sin ningún género de duda, que lo que se anuncie en marzo volverá a fracasar. 

La crisis europea probablemente no se va a replicar porque se disfrazará con más liquidez. Pero será un cierre en falso. Y tratarán de cubrirlo con más gasto, elefantes blancos y planes “industriales” que volverán a acentuar la sobrecapacidad y el exceso de deuda. Aquí, en casa, piensan “solucionar” este problema con 25.000 millones más de gasto corriente. Brillante. Repetir 2008, con mucha dignidad.

La saturación de deuda y la sobrecapacidad siempre se niegan porque se achaca a un problema de “demanda”. Y no es así. Si, además, hemos estado apalancando el sistema a una recuperación que se convierte en ralentización global por exceso de estímulos, la fragilidad del sistema se dispara.

Las bolsas ya descuentan el peligro de una montaña de vencimientos y lo que antes era una oportunidad se convierte en miedo ante la imposibilidad de acotar la exposición a un riesgo que se acumula y que ha sobrepasado las expectativas. Lo comentábamos aquí, más de veinte billones en cuatro años y en enero ya avisaba del riesgo de 2016 “el año de los impagos”. El que piense que los bancos centrales y los estados con políticas expansivas y de gasto van a tapar este problema ignora, a sabiendas, que 26 bancos centrales bajaban tipos y aumentaban masa monetaria ya en 2015 y no han parado el deterioro. Lo han extendido.

Cuidado con esos gobiernos y economistas que están dispuestos a lanzarnos a todos, con mucha dignidad, a otro 2008.

… ya lo explicaba en 2014 en Life In The Financial Markets.

Life In The Financial