Riesgo Político y Recuperación

El riesgo político ha sido analizado por economistas de todo el mundo. Fitzpatrick o Kobrin afirman que dicho riesgo reduce el crecimiento del PIB potencial, la calidad del empleo, el coste de financiación y hace que las inversiones se frenen o se limiten al muy corto plazo. Adicionalmente, Blanchard alertaba de los efectos negativos del intervencionismo y la rigidez en la creación de empleo. En España el riesgo político hoy es desestabilizador y además, intervencionista. Muy negativo. Lo peor para un país y su imagen internacional son amenazas a la inversión y creación de empleo que aumentan el riesgo.

Las coaliciones de perdedores siempre son débiles y negativas para la economía porque, históricamente, solo se ponen de acuerdo en gastar. En la Unión Europea más de 20 países tienen gobierno de coalición con el partido ganador, y eso se percibe como estable y positivo puesto que reconoce la voluntad de los ciudadanos y refuerza los procesos de recuperación iniciados. Una coalición cuyo único objetivo es desplazar al que ha ganado suele afectar negativamente al crecimiento y la actividad económica cuando sus objetivos buscan eliminar las reformas para aumentar el intervencionismo. Si además añadimos la locura de lanzar un proceso constituyente y referéndums separatistas, el impacto puede ser mucho mayor.

Un posible escenario, ante varios meses de incertidumbre y ninguna mayoría clara, supondría el frenazo de la inversión financiera directa y de la creación de empleo. Ya se había ralentizado ante las elecciones catalanas y generales. Las estimaciones más moderadas asumen un impacto de 0,5-0,7% en el crecimiento del PIB. Eso sin considerar la secesión o cambiar todo el marco laboral, que supondría volver a escenario de crisis.

La prima de riesgo ya se ha disparado comparada con la italiana ante el riesgo de una coalición con radicales. Teniendo en cuenta que aún contamos con el apoyo del Banco Central Europeo, no sería extraño que subiera mucho más si se aprueba un proceso rupturista.

Muchos piensan que el plan de estímulo del Banco Central elimina estos riesgos, y que la política económica viene “dictada” desde Bruselas, y es incorrecto. Vean la política económica completamente opuesta en dos países rescatados, Grecia e Irlanda, uno en recesión y otro creciendo más que la media. No hay más que ver el desastre de las medidas populistas en Grecia o la coalición de perdedores en Portugal. O el estancamiento en que se sumió Italia con años de riesgo político. Además, ya lo vivimos en 2008-2010 con el BCE comprando bonos españoles y enormes planes de estímulo. La prima de riesgo no solo aumenta, sino que entra en juego un elemento mucho más importante. El acceso a refinanciación y crédito de empresas, sobre todo pymes y autónomos, se corta.

Si se confirma una coalición de perdedores con radicales, separatistas y anti-sistema el resultado puede ser el retorno a la recesión. Es inasumible pensar que las inversiones crecerán y se contratará a largo plazo ante un entorno donde se cambia todo a peor. Según varias estimaciones, nos harían perder un 1% de PIB potencial y hasta destruir unos 300.000 empleos. La derogación de la reforma laboral e incluso el Estatuto de Trabajadores, un cambio de la constitución y el planteamiento separatista supondrían una combinación letal para la confianza y la inversión en un año especialmente difícil para la economía global.

El cálculo asume que, si se revierte la reforma laboral y las bonificaciones impositivas a la contratación implementadas en 2014 y 2015, alrededor de la mitad de los puestos de trabajo creados se destruirían por el encarecimiento de la contratación. Eso es antes de considerar ninguna ralentización de la actividad económica grave.

Los datos muestran que antes de la Reforma Laboral el empleo neto se creaba a partir de un crecimiento del PIB de 1,3%. Ese umbral descendió a finales de 2012 hasta el 0,6% y hoy se crea empleo neto a una tasa superior al doble de la correlación histórica. El empleo ahora crece con mayor intensidad con menor crecimiento del PIB porque no viene de sectores endeudados y de baja productividad. Para un crecimiento del 1-2%, se crearían anualmente en la actualidad más de 150.000 empleos comparado con el periodo previo a la reforma. El crecimiento interanual de las afiliaciones a la Seguridad Social tiene una correlación con el crecimiento interanual del PIB que es casi del 99%. Es por ello que la estimación de destrucción de empleo ante una caída del PIB potencial puede ser aún mayor si se elimina la reforma laboral.

Algunos economistas dicen que la creación de empleo no depende de la estabilidad política, y se equivocan. Pero además me parece de una falta de honestidad intelectual enorme asumir que grandes cambios en la legislación laboral no afectan al empleo cuando la evidencia empírica mostrada en trabajos como el de Olivier Blanchard “Desempleo, shocks e instituciones” de 2004 muestran la relación directa entre aumento de la rigidez y del desempleo. No es una casualidad que los países que más rápido han reducido el paro son también aquellos que han demostrado ser fiables.

España puede recaer en la recesión porque la recuperación precisa de profundizar en las reformas para afianzarse. Derogar reformas e introducir cambios radicales puede afectar a la capacidad de financiación del país. Puede reducir de manera drástica el acceso a crédito, y con toda seguridad lo encarecerá. En algunos casos se ha visto que hasta en 300 puntos básicos.

Los inversores globales no tienen por qué arriesgar dinero en España o cualquier otro país si no se da estabilidad y confianza. No podemos correr el riesgo de que se considere un país donde es “imposible invertir”.

En los últimos doce años España ha perdido más de diez puestos en el índice de facilidad para crear empresas del Banco Mundial. Se ha recuperado parte en 2015. Debería ser una prioridad de gobierno alcanzar y superar la posición perdida. Una coalición de perdedores sólo la empeoraría, al centrarse en aumentar la rigidez y subir impuestos.

 

@larazon

Desplome bursátil. No es el PIB, son los precios

El desplome de las bolsas en este nuevo año no es sorprendente cuando se analizan tres factores:

– La ralentización global que comentamos aquí. El Banco Mundial reducía un 14% sus expectativas de crecimiento global para 2016 hasta un 2,9%. Esto ha ocurrido a la vez que se publicaban indicadores adelantados pobres tanto en India –el último bastión del espejismo emergente-, como en EEUU o China.

– El impacto de China, en especial sobre los precios. Ya mencionábamos en julio que el efecto deflacionista de la situación china era muy claro. Esta semana The Economist hablaba de “lowflation” pero hacía un análisissorprendemente benigno de la política china. La realidad es que, como hemos comentado en El Confidencial tanto McCoy como un servidor, China no es la única causa, sino un síntoma más de una economía global enferma por exceso de estímulos. Estados Unidos, tras inyectar billones en la economía, ha vuelto a ver como la Reserva Federal de Atlanta revisaba a la baja sus estimaciones de crecimiento del cuarto trimestre.

– El riesgo de impago de los sectores cíclicos. Les recuerdo que vencen más de $10 billones entre 2016 y 2020 antes de incluir la deuda soberana. Y que la capacidad de repago se ha reducido a niveles de 2001 porque los ingresos caen.

Tras más de seiscientas bajadas de tipos, $20 billones de estímulos monetarios globales y nueve años de tipos bajos se ha generado un mercado incapaz de sobrevivir a una subida de tipos a 0,25%. Señores, 0,25%. Que haya economistas que le echen la culpa a la Reserva Federal del desaguisado por subir tipos de 0 a 0,25% y no por haberlos bajado de 5 a 0% y crear y mantener burbujas de deuda de alto riesgo es, cuando menos, alucinante.

China está cometiendo los mismos errores que Japón, con diferencias demográficas, por supuesto, pero casi calcados a los del país vecino

Y lo he repetido una y otra vez, los bancos centrales no nos van a proteger de la próxima recesión, y los planes de estímulo no están funcionando. La política de los bancos centrales de expandir la masa monetaria y bajar tipos de interés, la represión financiera, no ha reducido la deuda global, la ha aumentado en más de 60 billones desde 2008, mientras se ha reducido el crecimiento potencial de la economía a menos de la mitad (en el caso de EEUU, crecer un 2-2,5% tras crear  más de la mitad de la masa monetaria de su historia en ocho años es francamente desalentador).

En los próximos días y antes de fin de mes, recibirán ustedes noticias macroeconómicas que se usarán para decir que “todo va bien”. China publicará un PIB aceptable, consumo creciente, pero lo que nos debe importar es el efecto de “empobrecimiento del vecino” de las devaluaciones del yuan que seguirán dándose.

Para “sostener” el empleo y los sectores sobredimensionados, intentar exportar más hundiendo los precios en todo el mundo.

Atacar la renta disponible y el ahorro.

Mitigar el efecto explosión del problema de deuda chino.

China está cometiendo los mismos errores que Japón, con diferencias demográficas, por supuesto, pero casi calcado y, al contrario que en otras épocas, el desplome de las materias primas y la política del avestruz de seguir gastando de los países emergentes e ignorar los riesgos no lleva a compensar.

El que piense que una Europa que se beneficia de la caída de materias primas y el efecto “parada en seco” de emergentes va a compensar a un 40% del PIB de Latinoamérica en recesión y un 25% del PIB global en ralentización, simplemente delira.

Europa se enfrenta a esta situación con superávit comercial y puede ser beneficiario neto de la búsqueda de activos de bajo riesgo

Para el inversor este efecto de caída de precios es lo que realmente importa y no debe caer en el espejismo de pensar que “todo está descontado” cuando salgan datos razonablemente aceptables. Nadie está preparado para el efecto de una devaluación del 25-30% del yuan. Menos de un 10% de devaluación y una subida irrisoria de tipos en EEUU ha coincidido con un desplome de casi el 25% de los activos de riesgo desde máximos. Imaginen una devaluación como la que intentarán para solucionar el brutal aumento de deuda de los últimos diez años. Afecta a materias primas, a los sectores cíclicos, a la capacidad de repagar el enorme endeudamiento, a los múltiplos de los valores cíclicos –al reducirse las estimaciones de crecimiento- y a la solvencia de la banca –al aumentar los préstamos de difícil cobro de los mercados emergentes-.

Un mercado “yonki” que necesita crear (y creer) una inflación artificial o la promesa de la misma para sostener valoraciones de burbuja es incapaz de calibrar el efecto de que China haga lo mismo que los “chicos más listos del barrio” han hecho durante décadas. Beggar the neighbour. Empobrecer al vecino. Devaluar el dólar exporta inflación a las economías dolarizadas ydependientes de materias primas, como hemos visto en la época de la locura monetaria. Devaluar el yuan exporta deflación a todos.

No todo es riesgo. Europa se enfrenta a esta situación con superávit comercial y puede ser beneficiario neto de la búsqueda de activos de bajo riesgo. Pensar que un plan de estímulo va a cubrir con azúcar la diabetes global puede ser un error fatal. 

Vídeo Conferencia: Presentando «Acabemos con el Paro» #Sevilla 2015

 

Cortesía http://circuloliberalbastiat.org/#LacalleParo

El paro en 2015 ha caído en 354.203 personas y la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en 533.186 personas.

España ha sido el único país de la Unión Europea que ha aumentado empleo fijo a tiempo completo (+13,8%) por encima de su PIB nominal.

No solo ha aumentado la contratación fija a tiempo completo un 13,8% sino que ha caído el desempleo juvenil un 11,8%. Recordemos que en países como Francia y Bélgica ha caído el empleo fijo de nuevo en 2015.

Estos datos son muy relevantes porque han ocurrido en un escenario incierto:

– Con la mayoría de nuestros socios comerciales en estancamiento o recesión (Francia, Brasil).

– En un entorno de ralentización global, con el comercio global muy por debajo de las expectativas, hemos exportado más y ganado cuota de mercado. Eso con China y los emergentes en proceso de frenada.

– Ante un periodo electoral complejo.

– No es correcto que la creación de empleo venga de bajos precios del petróleo y ayuda del BCE, como comentábamos aquí. Ya creábamos más empleo y crecimiento que la media de la Unión Europea con el petróleo por encima de los $110 y antes del programa de estímulos del BCE.

Que en ese entorno España cree empleo, lidere –con Alemania- la creación de empleo fijo y crezca al 3,2% no es una casualidad ni por factores externos. Que en diciembre el paro haya registrado una caída de 55.790 personas en medio de turbulencias políticas amenazando con cambiar toda la legislación y marco impositivo es casi un milagro. El paro desestacionalizado ha bajado en 30 de los últimos 32 meses.

Muchos de los que critican los datos del paro estos días, no lo olvidemos, son los mismos que se felicitaban en 2011 porque “sólo” se perdían 1.500 empleos al mes o los que decían en 2010 que “bajaba la temporalidad” cuando se despedía en masa a los trabajadores temporales.

Crear empleo de manera intensa es posible. Lo explico en “Acabemos con el Paro” (Deusto) y lo hemos comentado en esta columna. Hay que:

– Fomentar el autoempleo. España sigue teniendo una de las tasas más bajas de emprendimiento de la OCDE. Crear empresas en 24 horas, como en tantos países, no ser uno de los países donde es más caro y lento montar una empresa. El tiempo necesario para poner en marcha un negocio en España es el doble que la media de la OCDE.

– Incentivar a las PyMEs. Seguir bajando impuestos de Sociedades y Cuotas Sociales, que aún son de las más altas de la OCDE.

– Seguir bajando cuotas a autónomos.

– Cercenar de manera drástica las trabas burocráticas y la extremada complejidad legislativa de un país de diecisiete regímenes que se autojustifican creando centenares de normas entorpecedoras cada año. Cambiar los incentivos. Menos capataces para “parar y fiscalizar” y más facilitadores.

– Cortar gasto político y superfluo, subvenciones y excesos de burbuja.

El riesgo que suponen las amenazas de revertir las reformas, cambiar la constitución, subir impuestos y cambiar todo el Estatuto de los Trabajadores para el empleo es enorme.

 

La Economía Global Se Ralentiza

La caída de la bolsa china muestra lo que llevamos comentando desde hace meses. La ralentización china es mucho más severa de lo que las cifras «oficiales» muestran.

La caída del índice Baltic Dry a los niveles más bajos en treinta años muestra dos realidades preocupantes. Por un lado, la creciente sobrecapacidad por el exceso en construcción de barcos. Ese efecto es negativo porque se puede generar una cadena de quiebras en una industria que lleva apostando por la absorción del exceso de capacidad desde hace ocho años. La segunda es más problemática. El comercio global lleva mostrando crecimientos muy pobres, según la Organización Mundial del Comercio, desde hace varios años. 2015 fue un año especialmente complicado por la recesión brasileña y China en frenazo. Lo que muestran los indicadores para 2016 es un más que probable empeoramiento.

Los últimos datos publicados por China, EEUU e India, índices manufactureros, me hacen dudar de las expectativas de crecimiento global para 2016. La mayoría del consenso estima un 3,5% y, en mi opinión, puede ser muy inferior. El Banco Mundial ha rebaja al 2,9% su previsión de crecimiento mundial en 2016 y también la de 2017. Un 14% inferior a sus estimaciones para 2916 de julio de 2015.

Sin embargo, los datos del sector servicios de la Unión Europea publicados han sido positivos. La economía europea se mantiene en expansión y ligeramente mejor de lo esperado.

Achacar esa mejora a la política del Banco Central Europeo es un gran error. Europa ya exportaba mejor y, en casos como España, aumentando cuota de mercado, antes del plan de estímulo.

Adicionalmente, planes de expansión monetaria similares se están llevando a cabo en Japón y más de 25 países del mundo con resultados extremadamente decepcionantes.

La ralentización global está causada por el exceso de estímulos, no por la falta de ellos. Una expansión monetaria global de más de $20 billones y nueve años de tipos bajos perpetúan la sobrecapacidad, como muestran China, Japón y Brasil, y la liquidez extrema llevó a que se hicieran inversiones de dudosa solvencia y burbujas de deuda. Abusar de medidas extremas para situaciones urgentes, como son los estímulos y bajadas de tipos, para convertirlas en estructurales y eternizarlas, ha llevado a que la velocidad del dinero global -que mide la actividad económica- se desplome. Cuando las empresas perciben que la cantidad y precio del dinero son fijados artificialmente, se resiente la inversión productiva a largo plazo.

Europa está siendo beneficiaria neta de la parada en seco de países emergentes, pero podemos caer en el mismo error de 2009, fiarlo todo al Banco Central. Seamos conscientes de los riesgos de 2016 y no repetir planes de gasto descontrolado que solo generan sobrecapacidad, deuda y recesión.