El reciente decreto que regula el autoconsumo eléctrico ha sido recibido con todo tipo de críticas por parte de los sospechosos habituales, la oposición y grupos de presión. Los mismos que incentivaron una de las mayores burbujas de nuestra historia reciente, la solar fotovoltaica, quieren repetirla.
Recordemos que en España la energía solar supone menos del 6% de la electricidad producida y más del 22% de las subvenciones. Que la tarifa eléctrica, que todos pagamos, es menos de un 30% el componente energético –lo que se produce– y el 70% son impuestos, subvenciones y costes fijos regulados. No olvidemos tampoco que España planeó instalar 400 megawatios de solar fotovoltaica y se instalaron diez veces más al calor de las subvenciones más jugosas de la OCDE. Gracias a una planificación de burbuja, en España hoy contamos con la mayor capacidad excedentaria de la Unión Europea. Pero dicha capacidad, encima, no baja el precio porque una gran parte es subvencionada. No sólo la solar, el carbón, los pagos de capacidad, la interrumpibilidad, etc.
Una de las cosas que sorprenden del lobby de las subvenciones es su victimísmo con el dinero de los demás. Primero crea la mayor burbuja energética de la OCDE y un enorme sobrecoste que supone más de 5.000 millones de euros anuales desde el año 2009. Mientras la energía eólica cubre los costes generados por las primas a través de efi ciencia y menor precio de generación mayorista, la solar fotovoltaica dista mucho de ello, y la propia IEA reconoce que su coste medio superará a todas las tecnologías hasta 2020.
No, el sol no es gratis, pero no por culpa de un gobierno que ha tenido que legislar para evitar que las burbujas se repitan, que ha tenido que lidiar con una tarifa condenada a subir un 11% anual por los excesos del pasado.
El sol no es gratis porque lo pagamos más de cinco veces más caro que el petróleo por las subvenciones acumuladas.
Nadie prohíbe el autoconsumo en España ni el desarrollo de renovables. Cualquiera puede instalar sus paneles solares cuando quiera, sólo que no espere subvenciones. Y sí, una subvención es también permitir verter y vender electricidad a la red sin pagar por el uso de la misma.
Las energías renovables son esenciales. Los que intentan promover otra burbuja a costa del consumidor no las defienden. Sólo se aprovechan.
El 24 de noviembre sale a la venta mi libro «Acabemos con el Paro» en el que analizo las medidas que podemos tomar para crear mucho más empleo y de mayor calidad. En este vídeo cortesía de La Sexta Noche, comentamos las claves para reducir el desempleo en España.
De repente, alguno ha descubierto la desigualdad… en esta legislatura. A pesar de que la desigualdad se disparó entre 2006 y 2011 un 11% con respecto a la media de la UE y haya caído en 2014 y 2015, según Eurostat. A pesar de que la desigualdad haya crecido en España desde 2005 menos que en Dinamarca o Francia.
El 52% de los nuevos parados de España y el 27% del total están en Andalucía. La región con más paro de Europa desde hace muchos, demasiados años. Treinta y tres años de asistencialismo, políticas de intervención y redistribución no solo no han cambiado el patrón de crecimiento, han perpetuado el rentismo y la baja competitividad. Y nadie se arrepiente. Será que les ha faltado tiempo. Y aun “exigen” que se aplique el mismo modelo al resto del país.
Nos rasgamos las vestiduras ante la temporalidad y precariedad, pero la temporalidad era del 31% del total de contratos en 2007 y hoy es el 25%. En el cuarto trimestre de 2007 los contratos indefinidos eran el 69% y hoy son el 75%. A finales de 2011 era el 74%. Parece a veces que antes de 2011 vivíamos en Silicon Valley.
El subempleo en España es del 9% del total, según la OCDE, y son menos de un 3% los contratos de menos de tres meses.
Nos rasgamos las vestiduras ante la temporalidad y precariedad, pero la temporalidad era del 31% del total de contratos en 2007 y hoy estamos en el 25%
Crear 353.000 puestos de trabajo y 528.000 afiliados a la Seguridad Social, cuando desde hace siete años solo hablábamos de destrucción de empleo,debería ser causa de celebración. Que lideremos la creación de empleo de la OCDE es una gran noticia. La calidad, los salarios altos y la mejora vendrán cuando las condiciones de inversión y la certidumbre para crear proyectos a largo plazo mejoren, no cuando lo decida un comité. Y hacer mucho más debe ser una prioridad. Sin embargo quieren que hagamos mucho menos.Introducir mayor rigidez y revertir las reformas para repetir los errores de 2008, sin sonrojarse ni pedir perdón por poner al país al borde de la quiebra.
Es una buena noticia que España sea el segundo país de la Unión Europea en número de nuevos contratos indefinidos entre 2014 y 2015. Pero lo que es más revelador es que el modelo dirigista e intervencionista francés está destruyendo empleo fijo y juvenil.
En el periodo 2014-2015 mientras España ha creado un millón de puestos de trabajo y liderado, tras Alemania, la creación de empleo indefinido, Francia destruía 236.000 empleos indefinidos y Bélgica 47.000, destruyendo ambas también empleo neto.
La Unión Europea gasta en políticas activas de empleo casi el 1% del PIB anual y sin embargo ha destruido empleo mientras aumentaba el gasto.
En mi próximo libro ‘Acabemos con el Paro’ (Deusto, a la venta 24 noviembre), lo explico. Tenemos un problema. Muchos partidos no quieren acabar con el paro. Quieren gestionar los fondos del asistencialismo. Más parados, más subvenciones, observatorios, comités, fondos y cursos.
Si quisiéramos reducir el paro la prioridad de todos los partidos sería facilitar que los autónomos crecieran, que las pymes tuvieran facilidades para hacer la transición a gran empresa, no escollos burocráticos, normativos e impositivos crecientes. La primera línea de su programa sería mejorar diez o veinte puntos en el ranking de facilidad para crear empresas del Banco Mundial. La segunda sería cambiar una fiscalidad anticrecimiento que penaliza al que desarrolla su negocio y critican todos los organismos internacionales. Una fiscalidad mal diseñada que cobra a emprendedores, autónomos y pymes antes siquiera de haber vendido, no ya de tener beneficios, y que penaliza el crecimiento con una falsa progresión que es regresiva, frena el incentivo a crecer.
El empleo de calidad y largo plazo en España no va a venir del asalto al emprendedor. En un país con un 90% de pymes y a mayor parte microempresas, el empresario no es el Tío Gilito nadando en dinero, es un trabajador más que sufre y pelea cada euro con sus empleados.
El empleo solo va a mejorar cuando dejemos de creer que lo van a crear unos señores que nunca han creado una empresa ni contratado a una persona con su riesgo y su dinero.
La precariedad se terminará el día que tengamos más expertos en crear riqueza y menos en redistribuir la nada y repartirse su comisión.
El empleo solo mejorará cuando dejemos de creer que lo van a crear unos señores que nunca han creado una empresa ni contratado a una persona con su dinero
Estamos cambiando el patrón de crecimiento porque, gracias a Dios, no lo ha decidido un comité en un plan quinquenal. Estamos exportando más y mejor sin hundir la balanza comercial “incentivando la demanda interna”. Hemos reducido a casi la mitad el déficit tecnológico sin tirar de las subvenciones de “desmercantilización de la vivienda” y estudios sobre la migración de patos. Yhemos reducido el paro a pesar de los palos en las ruedas normativos, locales, regionales, sectoriales que introducimos cada dos por tres y que convierten crear una empresa en un ejercicio de Corredor del Laberinto.
Hemos comprobado los errores de copiar los modelos que en Europa han generado estancamiento y desempleo. Y encima no han conseguido mejorar las perspectivas ni de igualdad ni de empleo juvenil.
España puede crear mucho más de dos millones de puestos de trabajo en los próximos tres años.
Como no los va a crear es esperando que lo haga un comité de ocupas, politólogos y creadores de observatorios con nuestro dinero.
Pero reducir el paro significa menos cursos y menos comités. Vaya.
@elconfidencial
Adicionalmente, lean «cinco mitos sobre la recuperación y el empleo» aquí.
El Fondo Monetario Internacional estima que la economía venezolana será la que más decrezca del mundo en 2015. La receta populista que contó con el aplauso y asesoría de los líderes de Podemos, que consideraban a Venezuela un ejemplo para
España, ha resultado ser uno de los fracasos más sonados de las políticas económicas del mundo. La inflación estimada alcanza el 168 por ciento. Pero si usamos el índice de pérdida de poder adquisitivo de Hanke, es del 615%.
El desabastecimiento alcanza al 90%, y el salario mínimo es menos de 12 dólares al mes, uno de los más bajos del mundo después de Cuba. Lo peor de la política monetaria salvaje de devaluar y generar inflación es que, además, Venezuela ha dilapidado una década de altos precios del petróleo y su enorme riqueza con el intervencionismo más brutal. Se han expropiado más de 1.500 empresas. Pues bien, el 90% de ellas están en pérdidas, han quebrado o no producen ni un 50% de lo que hacían antes de la intervención. Una economía que no solo no ha reducido su dependencia del petróleo sino que en la época del chavismo ha hundido los sectores industriales y exportadores y además han convertido a la petrolera estatal en una de las más ineficientes del planeta, de la que se extraen más de 12.000 millones de dólares para subvenciones políticas.
Si analizamos el crecimiento y reducción de pobreza desde la llegada de Hugo Chávez y con Nicolás Maduro, países como Chile, Perú o Colombia han conseguido cotas mucho mayores de bienestar para la población sin lanzar a la economía a la hiperinflación.
Lo peor de llevar a cabo estas políticas es que es imposible revertirlas rápidamente. La destrucción del tejido productivo y la ruptura de relaciones comerciales con el mundo no se solucionan en poco tiempo, ni el asalto a la propiedad privada y al imperio de la Ley. Venezuela es uno de los 15 países más corruptos del mundo, según Transparency International.
La oposición o cualquier nuevo gobierno se enfrentará a años para reconstruir lo que se ha roto en estos pasados. Venezuela debe servirnos de ejemplo ante las llamadas a romper con las mínimas reglas de la economía. Y debemos hacer todo lo posible para que no se apliquen las mismas medidas, porque luego los populistas nunca admiten sus errores. Culpan al enemigo exterior y recomiendan repetir.
@larazon.es
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