Vuelve la Energía Nuclear. El Fin del Carbón

I´ve got no car and it´s breaking my heart, but I´ve got a driver and that´s a start” Beatles

La cifra es impresionante. En el mundo hay 437 reactores nucleares operativos, y se están construyendo otros 66, fundamentalmente en Asia.

Japón ha decidido reiniciar uno de sus reactores nucleares y tiene como objetivo seguir el proceso hasta recuperar parte de la generación perdida antes de Fukushima. (Inciso sobre seguridad: comparar la flota nuclear del mundo, que opera con seguridad y garantía, con un accidente en una isla de alta actividad sísmica que diseñó equivocadamente un muro de contención no es infantil, es manipular).

La decisión de China de duplicar su capacidad nuclear con 23GW más y seguir adelante con otros 50GW es parte de su búsqueda de un mix de generación equilibrado y competitivo. Efectivamente, China tiene bajo construcción y planeada potencia nuclear similar a sus instalaciones en energía solar y eólica. Se llama apostar por las nuevas tecnologías con lógica, y la sustitución del carbón sin poner en peligro el suministro ni la competitividad.

Al contrario de lo que nos intentan vender los Talibán nacionales que miran la energía como una pelea entre Darth Vader y Luke Skywalker, lo que demuestra la continuada apuesta por la energía nuclear, además de la renovable y el gas natural para generar electricidad, es lo importante que es un parque de generación equilibrado, con suficiente potencia de utilización continuada –hidraulica, nuclear y gas- que pueda suplir a las energías que no funcionan todo el tiempo –por la variabilidad del factor de carga dependiendo del viento o del sol y de la temperatura-.

En Alemania esa brutal subida de tarifas ha impedido que los consumidores se beneficiasen del desplome del precio del carbón y el gas

Mientras, en Alemania están sufriendo las consecuencias de la retirada de centrales nucleares. No solo se ha disparado la tarifa eléctrica para los consumidores, por las enormes subvenciones, llegando a un punto en el que la electricidad se ha convertido en un bien de lujo, como mostraba Der Spiegel, sino que esa brutal subida de tarifas ha impedido que los consumidores se beneficiasen del desplome del precio del carbón y el gas, que han llevado a los precios de la electricidad mayorista a caer más de un 50% desde los 70 euros por Mwh de hace unos años. Y sin embargo, en ese mismo periodo las tarifas han aumentado más del 40%.

En Francia, a unos kilómetros de la frontera alemana, mantienen 58 reactores y cuentan con la séptima factura de la luz más barata de la Unión Europea, además de ser el mayor exportador mundial de energía por su bajo coste y alta seguridad.

Aparte de los 66 reactores nucleares en construcción, el mundo planea construir otros 166, China, India, Rusia, EEUU, y los países árabes entre los principales promotores.

Si añadimos la capacidad nuclear planeada para los próximos diez años y la renovable, con la reducción de costes que se está llevando a cabo y la revolución tecnológica en seguridad, el futuro del carbón como fuente de generación es cada vez peor.

Impacto sobre el carbón y el uranio

¿Cuál es el impacto total de esta política?.

El carbón seguirá perdiendo peso en generación, y ni siquiera la caída del precio lo hace más competitivo que el gas natural en la mayoría de mercados. Con un nivel de sobrecapacidad productiva que se estima que continúe hasta 2017, y que yo creo que es estructural, la sustitución está garantizada. Como ocurre con el petróleo, la oferta y las exportaciones aumentan mientras la demanda tiene cada vez mayores fuentes para diversificar su suministro. Con China desacelerándose y buscando reducir sus emisiones de CO2, la nuclear, las renovables y el gas son una apuesta que ni las carboneras semiestatales niegan.

En cuanto al uranio, cuidado con las estimaciones. Los proyectos anunciados requerirían unas 66.000 toneladas de uranio, por lo que la demanda aumentaría un 30% por encima de la oferta actual. Pero no funciona así. Como llevo explicando desde hace años con el petróleo, hay que estimar usando la capacidad productiva, es decir cuánto se puede producir si se necesita. La realidad desde 2012 es que la capacidad productiva de uranio siempre ha sido igual o ligeramente superior en algunos casos a la demanda. Asimismo,conviene poner un cierto nivel de duda en la cantidad de proyectos nucleares anunciados, Porque luego muchos se retrasan, la financiación es complicada y cara, y a medio plazo yo siempre estimo que de los proyectos “en planificación” solo se construye un 15%. Si es así, el uranio seguirá en un nivel de capacidad productiva perfectamente ajustado a la demanda. Así que me cuesta ver el precio del uranio repuntar a niveles de 2010. Recordemos que la enorme subida de precio de 2004 a 2007 se produjo por una enorme especulación sobre los planes de China y el famoso “renacimiento nuclear”que era simplemente excesiva imaginación.

Cuanto más bajan los costes y mejora la eficiencia de las renovables y el gas, también se desplazan las necesidades nucleares

A medio plazo mis estimaciones son que la capacidad instalada no aumentará en 166 reactores sino más bien en 70. Eso reduce enormemente la demanda adicional de uranio y, a medida que pasa el tiempo, también se reduce la cantidad necesaria del mineral para generar la misma energía. La eficiencia aumenta. Y no olvidemos que todos esos planes se enfrentan a la inexorable competencia de las tecnologías disruptivas. Cuanto más bajan los costes y mejora la eficiencia de las renovables y el gas, también se desplazan las necesidades nucleares. Así que, nada, a competir.

Y si no les gusta la nuclear, ya saben. A innovar y crear alternativas que sean baratas, eficientes y de muy alto factor de carga. Sea lo que sea, ganamos todos.

Guerra de Divisas. Nadie Gana

“Devaluing a currency is like peeing in bed. It feels good at first, but pretty soon it becomes a real mess” Frase atribuida a un miembro de la Reserva Federal por el Wall Street Journal

Hace ya más de dos años que comentábamos en esta columna que se desataba la guerra de divisas.

Ayer se sumaba el banco central chino con dos devaluaciones consecutivas. Lo que iba a ser “una vez” ha sido dos en un par de días. Y eso que el Premier Li decía en abril de 2015 que no iba a acudir a la devaluación para intentar exportar más.

Y las consecuencias no se han dejado esperar. Caídas de bolsas y miedo.China nos va a hacer con creces lo que le hemos intentado hacer nosotros con la política expansiva durante años.

Porque la guerra de divisas es una forma de proteccionismo. Intentar proteger a nuestras industrias poco competitivas abaratando artificialmente unos costes que son incapaces de conseguir innovando y mejorando. Y “el proteccionismo nos enseña a hacernos a nosotros mismos en tiempos de paz lo que nuestros enemigos nos hacen en tiempo de guerra”, como decía Henry George.

Decía Robert Plosser que la devaluación es la política de empobrecer al vecino. Suena como una idea estupenda, vamos a devaluar la moneda porque así exportamos más a los que no devalúan… hasta que el vecino es el Primo de Zumosol –China- y se harta de japoneses, europeos, norteamericanos y los 28 bancos centrales del mundo que están bajando tipos, y decide hacerte la gracia a ti.

La gran mentira de las guerras de divisas

“Son para apoyar las exportaciones”. Parece lógico ¿no?. Si nuestra moneda vale menos, nuestros productos son más baratos y exportamos más. Solo tiene un problema. Las importaciones se disparan. En Japón el déficit comercial se disparó con Abenomics. Japón tuvo superávit comercial entre 1980 y 2011, y se metió en un enorme déficit al comenzar la guerra de divisas. Encima las exportaciones no han llegado al máximo histórico de 2008.

En realidad no se busca “exportar más”. Las exportaciones europeas han ralentizado su crecimiento tras la decisión del BCE de empezar a devaluar el euro contra sus monedas de referencia. Lo que se busca es sostener a los sectores obsoletos e ineficientes para que se perpetúen. Los sectores de alto valor añadido no necesitan devaluaciones. Los productos diferenciados y de alta calidad siempre encuentran mercado. Son los sectores endeudados y de bajo valor añadido los que necesitan una moneda más débil para dar otro coletazo antes de extinguirse.

No se hace la economía más competitiva. Solo con la reacción devaluadora de tus enemigos en la guerra de divisas se revierte todo lo “conseguido”. Es una medida de competitividad falaz, artificial y, como mucho, temporal.

No se reduce el paro, pero se hunden los salarios reales. Una devaluación no deja de ser empobrecer a todos para sostener a unos pocos.

Si devaluar fuera la panacea para exportar, Venezuela, Argentina y Zimbabwe serían los reyes del comercio mundial

No se combate la deflación. Se aumenta. China, devaluando, sostiene sectores con sobrecapacidad, igual que lo hace EEUU, Japón y Europa. Así, no solo no aumenta la producción industrial, como vemos en Europa, cayendo un 0,4% en junio tras una caída del 0,2% en mayo, sino que se reduce aún más la tasa utilización industrial, que en Europa no llega al 76% y China al 60%, porque se perpetúa la sobrecapacidad de los sectores obsoletos.

Una devaluación, de hecho, es una subvención de los ahorradores y sectores de alto valor añadido a los segmentos en decadencia.

No es correcto que con las devaluaciones competitivas se eviten las recesiones. Todo lo contrario. Se crea el efecto olla a presión. Se disfrazan los desequilibrios de las economías temporalmente y, cuando salta, el efecto acumulativo de mantener ineficiencia y esconder falta de competitividad lleva a un impacto mayor.

Es fácil, si devaluar evitase las recesiones no habrían tenido ni una en EEUU o la OCDE desde la ruptura del patrón Oro.

No sorprende, por ello, que China intente la guerra de divisas. Primero intentó suplir sus problemas de competitividad con deuda, luego con estímulos y ahora bajando el valor de la moneda. El efecto deflacionista de la guerra de divisas está servido.

Lo llevo diciendo desde hace años. Si devaluar fuera la panacea para exportar,Venezuela, Argentina y Zimbabwe serían los reyes del comercio mundial.

Para exportar lo que hace falta son buenos productos y valor añadido, no bajos costes.

Si nos creíamos que en Japón, EEUU y la UE íbamos a ser los listos de la clase devaluando, ahora vamos a tener dos tazas chinas de nuestra propia receta.

La Realidad de las Pensiones y el Populismo


Daniel Lacalle – La6N – 23-08-15 – Pensiones y… by libertarianspanish

“No importa el problema, importa la solución” Los Rodríguez

Una de las características fundamentales del populismo es que termina destruyendo lo que finge proteger y, cuando lo hace, le echa la culpa a otro. Da mucha tranquilidad.

En el caso del sistema de pensiones público, negar la evidencia de los cambios demográficos y la necesidad de reformar para que el sistema sea sostenible, terminaría por llevarse las pensiones por delante.

Tener un sistema de pensiones estructurado para una población joven en un país que envejece de manera rápida era irresponsable. Reformar el sistema para adaptarlo a la evolución de la economía y la estructura de población no es atacarlo, es hacerlo sostenible.

Mantener un sistema de pensiones desconectado de la realidad económica y poblacional tiene tres problemas:

  • Se intenta sostener con incrementos constantes de impuestos, que llevan a menor empleo, menor recaudación, menores cotizaciones y menor actividad económica. Pero incluso si se sostiene a corto plazo, a medio plazo no funciona. España jamás ha tenido más de 20 millones de cotizantes, y hoy tiene más de 9 millones de pensionistas. Cuando superasen los 10 millones, el sistema sería insostenible (se considera muy difícil de financiar cuando supera 2 pensionistas por cotizante). Las pensiones ya suponen más del 11% del PIB y la Unión Europea estima que subirán al 15,7% en 2050.
  • Se intenta sufragar con impresión de moneda -aumento de la masa monetaria- constante, lo que lleva a enormes pérdidas del poder adquisitivo de las pensiones que se pagan en una moneda devaluada que nadie quiere y sin cubrir la inflación. Países como Argentina o Venezuela.
  • Se cubre con una enorme deuda. En Grecia el gasto en pensiones suponía el 16,2% del PIB, y se ha ido endeudando sin control año tras año.

Además, se engaña a la gente diciendo que el sistema de pensiones se garantiza subiendo impuestos a “los ricos”, la palabra favorita del país.

En Japón se ha disparado la deuda al 240% del PIB y el país gasta un 29% del presupuesto en Seguridad Social, además de un 22% en intereses de la deuda. Más del 52% del presupuesto se va en pagar intereses de la deuda y seguridad social. Eso a pesar de que tiene un bajísimo coste de dicha deuda, una población rica, alta presión fiscal y bajo paro. El envejecimiento de la población es mucho más poderoso como factor negativo en la sostenibilidad de las pensiones que los altos salarios, cotizaciones y bajo paro.

En España

No es cierto que el sistema de pensiones se haya empobrecido. España ha mejorado el dato de importe medio de las pensiones de jubilación contributivas mensual desde diciembre de 2011 hasta julio de 2015, pasando de 923,06 euros a 1.022,09 euros, un aumento del +10,73%. Es hilarante escuchar a ciertos economistas alarmarse diciendo que estamos en deflación y a la vez decir que, a pesar de esa subida, las pensiones pierden poder adquisitivo. Ajustado por el coste de vida que publica la OCDE, las pensiones contributivas y no contributivas mejoran.

El déficit de las pensiones, que se estima en poco más de 6.000 millones de euros en 2016, no va a “vaciar la hucha” si España sigue creciendo y creando empleo. Los sistemas públicos de pensiones siempre sufren unos años de déficit mientras se recupera la economía.

El impacto de la crisis en dicha hucha, por definición, siempre se percibe con unos años de retraso.

Como se vacía la hucha es destruyendo millones de puestos de trabajo.  Como se hunde la hucha de las pensiones es introduciendo más escollos al crecimiento, a la creación de empleo y a la entrada de capital.

Reino Unido y EEUU han tardado ocho años en recuperar los ingresos de la Seguridad Social a pesar del bajo paro. No existe una sola economía de la OCDE que haya salido de la recesión con empleo fijo y subiendo salarios.

Es de cajón, si no crece la economía y el capital que entra en el país, no se puede repartir. Pero aquí, los genios de la redistribución olvidan la primera regla que siguen todos los países con sistemas de pensión generosos como Finlandia, Dinamarca, Japón o Suecia. Atraer capital y ser modelos globales en facilidad para crear empresas.

Es francamente divertido también escuchar a personas que dicen que los ciudadanos no pueden permitirse su propio plan de pensiones, y a la vez asumen que se pueden permitir uno público deficitario, sumada una burocracia que lo gestione y las subidas de impuestos necesarias para cubrir el agujero.

Pasos para hundir un sistema de pensiones, cortesía del buenismo populista:

  • Subir salarios por decreto y aumentar la rigidez del mercado laboral en un país donde el 90% de las empresas son PyMEs y dos tercios de ellas siguen en pérdidas según el FMI. Enhorabuena, se reduce el empleo, la inversión y recaudan menos. Adiós recaudación.
  • Subir los gastos pensando que vas a recaudar muchísimo a “lorricos” y, cuando te quedas a menos de la mitad –con suerte- disparas la deuda, el déficit y la insostenibilidad del sistema.
  • Seguir poniendo palos a las ruedas del sector privado, espantar la inversión y el empleo, y subir más impuestos para sostener un estado hipertrofiado, el modelo Grecia.
  • Hacer impago de la deuda. Como la hucha de las pensiones está invertida en bonos del Estado, adiós hucha.
  • Salirte del euro, y pagar pensiones devaluadas un 50% con inflación del 10% -con suerte-. Adiós pensiones.
  • Imprimir moneda a la venezolana, y conseguir que el poder adquisitivo de las pensiones caiga un 90%. Adiós pensiones.
  • Echarle la culpa al capitalismo. Ya saben ustedes que la culpa de todo, gobierne quien gobierne es de Thatcher, Reagan, Bush… y Phil Collins.

La defensa de un sistema de pensiones público que tenga en cuenta la evolución de la economía, la natalidad y la longevidad de la población es simplemente cordura. Lo ha hecho Alemania, Francia, etc.

Apoyar un sistema mixto de reparto (el actual) y de capitalización (donde cada persona vaya sabiendo lo que aporta y gana individualmente),  es prudencia. Y no es una receta neoliberal. Se lleva a cabo en Suecia y tantos países que han llevado a cabo reformas para garantizar la sostenibilidad.

El 24 de noviembre publico con Deusto mi cuarto libro, Acabemos con el Paro. En él explico, entre otras cosas, que si no tenemos como pilar de la política del Estado el crecimiento y atracción de capital, podemos hacer lo que queramos a base de BOE, pero no vamos a mantener el estado del bienestar.

Pensar que las pensiones van a crecer eternamente porque lo diga un comité es irresponsable.

Luego, como Tsipras y sus amigos de la superioridad moral autoconcedida, dicen que hicieron lo que pudieron, le echan la culpa a otro, y se van a su casa. Pero dejan la quiebra.

 

El Precio de la Gasolina… ¿Por Qué No Baja?

Time to separate the men from the boys. Foreigner

@elconfidencial

Siempre nos dicen que las petroleras se forran, pero cuando uno revisa sus resultados, no aparece por ningún lado. Viendo los resultados del sector al segundo trimestre (junio)… ¿En qué se pierde entonces el precio de la gasolina? Entre junio de 2014 y junio de 2015 han bajado un 11%, mientras el crudo caía un 47%. ¿Cómo puede ser?

  • Los impuestos suponen un 54% del precio final en la gasolina 95 y el 49,2% en gasóleos, y algunos son fijos, es decir, no son un porcentaje del precio. Por eso, aunque baja el precio de las materias primas, los impuestos por litro casi no varían (el Impuesto especial de hidrocarburos, de 46,5 céntimos por litro en junio 2014 casi no se ha movido, a 46,3 en el mismo mes de 2015). Esos impuestos hacen un efecto colchón. Al ser la mayor parte del precio final, y casi no bajar, hace irrelevante la caída de los otros componentes. Por eso han pasado de ser un 50,4% del precio final en 2014 a un 54,3% en 2015. Adicionalmente, se introdujo una tasa de eficiencia energética –que los países europeos incluyen «para desincentivar el consumo»- en 2014 con un impacto de 2,7 céntimos por litro que no se ha repercutido antes y se ha aplicado gradualmente desde enero de 2015. Una tasa que se añade al IVA, los impuestos verdes, locales, regionales etc.
  • La devaluación del euro. El crudo ha bajado mucho en dólares, pero la devaluación del euro ha hecho que esa bajada sea mucho menor. El petróleo ha caído entre junio de 2014 y junio de 2015 un 47% pero el euro se devaluó un 19%, eso significa que el crudo en euros ha bajado mucho menos. A cierre de este artículo, el petróleo Brent en euros solo había bajado un 21% en 2015 comparado con el desplome en dólares.
  • Los costes de refino se han disparado en Europa, por cuellos de botella, y los costes de transporte han subido en euros –al devaluarse-, por aumento de la demanda y pérdida de algunas refinerías de alta complejidad en el sistema. Son costes que se pueden comprobar en Platt´s y que son internacionales y verificables. Eso hace que los costes totales de producción y refino en euros hayan bajado solo un 23,9% en gasolina 95 y un 25% en gasóleos. Y pesan menos del 33% en el precio final.
Entre junio 2014 y junio de 2015 el precio antes de impuestos (PAI) ha caído un 18,72% y el precio de venta al público (PVP) solo un 11,1%.
Esto en Gasolina 95:

 

€/litro   Ac junio 2014 Ac junio 2015 Var.
PVP   1,409 1,252 -11,1%
PAI   0,699 0,572 -18,2%

 

En Gasoleo el PAI ha caído un 19,5% en ese periodo y el PVP solo un 13,1%

€/litro   Ac junio 2014 Ac junio 2015 Var.
PVP   1,331 1,156 -13,1%

 

PAI   0,729 0,587 -19,5%

 

Eso lleva a un margen de contribución de petroleras y comercializadoras que no ha aumentado en términos reales, y que se divide entre centenares de operadores. Pero si vamos al margen neto, es decir, quitando costes de personal, administración y otros, de hecho han bajado ligeramente.

La política impositiva en España es parte de la Unión Europea y ese mismo problema se repite en toda Europa. Cuando sube el petróleo suben los costes y los precios finales. Y cuando baja el crudo, al no reducirse los impuestos fijos y pesar más que nada en el precio de venta, no se nota. El problema del precio de las gasolinas es el mismo que tiene el precio de la electricidad, unos costes fijos exagerados.

Por ejemplo, ustedes dirán que hace falta más competencia, pero si multiplican la competencia tendrían el mismo efecto. Cuando un componente es el 54% del precio y casi no se mueve, apuntar al que supone el 12% del precio, que es el que invierte y crea empleo en el país, es curioso.

El margen de las comercializadoras ronda el 3%.

La competencia se ha mostrado maravillosamente en el precio del crudo, con la batalla entre la OPEP y EEUU. Pero donde no hay competencia es en los impuestos.

En EEUU, donde los impuestos son menos de la mitad que en Europa, y han desarrollado sus propios recursos naturales, la gasolina cuesta menos de 50 céntimos el litro. No tienen los mismos costes de transporte, producción y refino que Europa. Todos son mucho menores. Aquí, en el continente de los dignos, no queremos desarrollar nuestros recursos naturales, no queremos industria petrolera, y forramos al consumidor a impuestos, pero nos quejamos del precio.

Y le echamos la culpa al que pesa un 12% del precio y tiene un 3% de margen. No al que supone el 54% del precio y saca un 100% de margen.

Ayer Facua llamaba a la intervención de los precios de los carburantes. Es muy loable. Supongo que estaban al teléfono con Bruselas para bajar los impuestos, que suponen más del 50% del precio. Porque si bajan los impuestos a la mitad el precio se reduciría casi el 25%, y si redujesen los márgenes netos de las comercializadoras y petroleras en la misma proporción solo caería un 4%.