Entrevista en Sintetia: El sector público es un servicio pagado, y muy bien, no una ONG

Desde la última vez que hemos entrevistado a Daniel Lacalle ya ha sacado dos nuevos libros al mercado: “Viaje a la libertad Económica” y, desde hace muy pocos días, “La madre de todas las batallas” (ambos en Deusto). Con esta entrevista tratamos de ahondar en las ideas de ambos libros. Daniel es un brillante economista, muy especializado en energía, en mercados financieros y ambos libros están repletos de ideas, reflexiones y datos, muchos datos, que nos permiten acercarnos a la realidad desde otros prismas. Sin más, y como ya es muy conocido para los lectores de Sintetia, ¡os dejamos con esta entrevista! 

:: Daniel, déjame empezar directo. Me gusta mucho la definición que usa muchas veces Xavier Sala-i-Martín, sobre lo que significa ser liberal. Le gusta decir que los liberales ‘de verdad’ son aquellos que no le gustan que le metan la mano ni en la cartera (impuestos/gastos públicos) ni en la bragueta (en alusión a la libertad individual y de pensamiento). ¿Cuál es tu definición de liberal? 

Un liberal es el que defiende para el estado lo que quiere para sí mismo y su familia. Libertad y Oportunidad. Los intervencionistas piden para el estado lo que jamás se atreverían a hacerle a sus hijos, endeudarse, gastar por encima de las posibilidades y pasarle la factura a sus nietos. Un liberal es aquel que defiende un modelo de sociedad abierto, con bajos impuestos y meritocracia, que permite a las personas y empresas crecer y ser solidarios sin imponer el paternalismo asistencialista. Que incentiva el progreso económico desde la eficiencia y la libertad. 

:: En tu libro hay un pasaje donde vives en primera persona lo que pasaba al otro lado del muro de Berlín, dices, “Arrebatar, arrancar de las personas la posibilidad de crecer, de equivocarse, de ser felices, de llorar, a cambio de una seguridad que, encima, no tenían”. Libertad versus seguridad, ¿ése es el falso trade off al que se tienen que enfrentar las sociedades? 

En cualquier país por muchos conflictos que tengan, se ven niños riendo y jugando. Ver en Berlín comunista a los niños callados y cabizbajos, aterrorizados ante los comisarios políticos que nos acompañaban a “mostrarnos las bondades del comunismo” me afectó profundamente. Nunca lo olvidaré.

Es triste, pero el intervencionismo, desincentivando el esfuerzo individual, hace confortable la pobreza y crea clientes.

Un estado intervencionista se comporta como un maltratador, que mina la voluntad y los anhelos del hombre para destruir su confianza con la excusa de “sin mí no eres nada” y “quién te va a querer más que yo”. Y los ciudadanos acaban por creerlo. Piensan que, efectivamente, sin la “protección con mi dinero” de ese estado fagocitador, le va a ser imposible sobrevivir. Así se consiguen clientes que nunca salen de la pobreza pero cada vez se conforman con menos. Zombis asistidos.

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:: “La libertad económica y el capitalismo real crean más prosperidad y son más sociales que los sistemas asistenciales”. ¿Cuáles son las piezas fundamentales de ese capitalismo real?

No hay más que ver las estadísticas. Los países con más libertad económica son los más prósperos y con mayor riqueza entre las clases más desfavorecidas.

Lo primero es distinguir entre capitalismo real y “socialcapitalismo de amiguetes” que es lo que algunos denominan erróneamente en Europa “neoliberalismo” y que no es más que una manifestación perfecta del estatismo absoluto, perfectamente comparable a los boliburgueses venezolanos o los oligarcas de la URSS.

El capitalismo real se sustenta en libre mercado, instituciones independientes, en la seguridad jurídica , la competencia y la meritocracia. Ese capitalismo ha llevado a que la pobreza mundial se reduzca como nunca, a que las oportunidades para todos hayan mejorado y a que la clase media florezca, aunque hoy nos parezca que no es así porque estamos muy acostumbrados a los frutos que nos ha dado la riqueza generada en las ultimas décadas de libertad.

El problema es que en Europa, en particular la Europa creada a imagen y semejanza de Francia, que tiene mucho de socialismo intervencionista y bastante poco de liberalismo, nos parece “neoliberal” que el estado se dispare a un 46% del PIB, que el gasto público y el déficit se descontrolen y que se implementen una y otra vez planes de inversión estatales en sectores moribundos. La Unión Europea del gasto y el despilfarro es al liberalismo lo que Justin Bieber al Rock.

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:: ¿Tenemos los españoles una mala definición de lo que entendemos por ‘capitalismo’?

Totalmente. Porque en realidad siempre hemos vivido una economía extremadamente dirigida y muy intervenida, y, reconozcámoslo, muchos sobreviven medio bien bajo el manto represor pero paternalista del megaestado… Hasta que lo tienen que pagar.

Esta imagen irreal del capitalismo nos lleva a afirmaciones aberrantes como que “se ha rescatado a la banca privada” cuando nos hemos tenido que merendar el destrozo de las cajas públicas y las concesiones avaladas por el estado en infraestructuras “para crecer”.

Siempre digo que para muchos españoles la definición de público y privado depende de si le conviene o le molesta.

Si es un fallo monumental, como la megalomanía de obra civil, se sacan de la manga que es “privado”. Con ello se justifica siempre el cuento de “lo público”, esa especie de imagen almibarada e idílica donde todo va siempre bien hasta que aparece algún malvado “capitalista” que rompe el sueño “publico”, que hubiera funcionado magníficamente si su pulcra virginidad no hubiese sido mancillada por el vil sector privado… Que es el que paga los impuestos con los que se sostiene ese engaño. 

:: “Todos iguales en la pobreza, cuando el lema debería ser todos libres para alcanzar la plenitud de cada talento…es la mejor manera de ayudar a los más pobres”. ¿Existe una ‘igualdad de oportunidades natural’ que todo individuo posee para alcanzar esa plenitud de cada talento? Sino es así, ¿Cómo aseguramos una igualdad de oportunidades, que no de resultados?

La igualdad perfecta no existe. Ni en la URSS ni en Cuba. No hay más que ver las fortunas de los líderes de esos regímenes. El capitalismo y el liberalismo son una lucha eterna de las fuerzas que empujan contra las que entorpecen. Y siempre se debe criticar el exceso y lo que no funciona, y luchar para que siga mejorando. Ese exceso y errores no se solucionan desde la intervención, sino desde instituciones y reguladores independientes y fiables. La intervención solo lleva a que el gobierno decida unilateralmente a quien donar favores y sostener al ineficiente siempre que le sea útil, a costa del ahorrador. Evitar crear incentivos perversos es parte de esa lucha constante. Pensar que el capitalismo es perfecto es en sí mismo un error. Pero el capitalismo es el único sistema económico que aprende y evoluciona de sus errores porque los incentivos no están mal alineados desde el punto de partida, como ocurre con el socialismo o el comunismo, que destruyen toda posibilidad de cambio con tal de perpetuar el modelo único y sostener al estado –el aparato burocrático- como objetivo central.

:: Conectando con la pregunta anterior, uno de los grandes discursos arraigado en las distintas sociedades es que precisamente la provisión de bienes públicos como la educación, la sanidad, la seguridad ayudan a asegurar la igualdad de oportunidades: ¿Qué papel le otorgas al Estado y a las administraciones en una economía?

El estado debe facilitar que esos servicios sean de calidad, eficientes y sostenibles, no monopolizarlos ni usarlos como adoctrinamiento.

No estoy en contra de la educación o sanidad públicas, que siempre tienen un sitio, sino de la justificación de sistemas ineficientes solamente porque sean públicos. Cuando se tienen resultados tan desastrosos en PISA a pesar de gastar más que muchos países, se debe criticar y muy alto. Dotar de esa cualidad “angelical”, “infalible” e intocable a los servicios públicos los hace peores y menos eficaces. Hay que promover una educación y sanidad de calidad, privada y pública, en competencia y aprendiendo unos de otros.

Y nunca debemos olvidar que la sanidad y la educación públicas no son gratuitas. Se pagan, por adelantado, en impuestos. El sector público es un servicio pagado, y muy bien, no una ONG. No es un favor que nos concede el estado. Ni algo que debemos agradecer al que presta ese servicio. Es una contraprestación por un pago que cubren, y con creces, nuestros impuestos.

:: Al hilo de esto, como en otras políticas (por ejemplo en I+D), parece que tendemos a asociar “cantidad gastada respecto a PIB” como indicador de la bondad (o no) de un Estado. Por ejemplo, Podemos plantea igualar en gasto público respecto al PIB a la media europea, la pregunta es, ¿y la eficiencia de ese gasto? ¿Qué crees que podría sobrar en España, en gasto público, y no PASARIA NADA?

De nuevo, olvidamos los Invercarias, los Omnium, etc… Yo en mi libro dedico un capitulo completo a lo que llamo el Gasto Político, que supone más de 80.000 millones anuales, y que no tiene nada que ver con los servicios que demanda la gente y que es la burocracia por la burocracia. Y se esconde mucho en esos conceptos “alfombra” donde todo vale como “cooperación”, y también en sanidad y educación. Con poner el término “social” o “verde” a cualquier gasto peregrino ya se puede gastar con alegría.

Mire que casualidad, en I+D esos estudios sobre “practica y discurso en el uso de la bicicleta” o “propuestas de desmercantilizacion de la vivienda”, tantos informes sobre las cosas más peregrinas e inútiles que se esconden bajo I+D… esas subvenciones al cine senegalés, esos 36 “observatorios” de la Junta de Andalucía, incluido uno del Flamenco, esas diputaciones, cabildos, consejos insulares, etc…

:: Te cito: “salgan del círculo del subsidio, usen el talento para crear su propio futuro. No es imposible”. ¿Qué falla en el sistema de incentivos (legales, fiscales o culturales) españoles para salir de esa ‘cultura del subsidio’ y ser una sociedad más emprendedora, más global, más viajada…más arriesgada?

No éramos así, pero se nos ha instaurado a muchos poco a poco el miedo al fracaso, pensar que “sin ayuda del estado” o “padrinos” no se consigue nada, la envidia… La burbuja inmobiliaria y estar “atado” a una casa también hace mucho daño, así como el miedo a salir de la región donde uno nace.

Francisco Umbral (DEP) nos dijo una vez en una conferencia que el español medio iba camino de ser una “combinación de árbitro de fútbol y vendedor de quiosquillo” –juzgar sin participar en el juego y estar sentado esperando que la gente pase y compre-. Y es muy dañina esa cultura, a veces instaurada desde la infancia y desde la familia, de que hay que “colocarse”, vivir cerca de los padres, pasar 25 años de jefecillo de sección en una empresa pública, en la administración o en un conglomerado, y jubilarse. Y eso no es el espíritu español. El español siempre ha luchado, se ha abierto caminos y ha salido adelante luchando.

:: Dices que antes de la crisis, el 74% del sistema bancario estaba en manos de los Estados. ¿Puedes explicarnos un poco más esta afirmación? ¿Cómo casa este dato con el discurso de ‘los grandes imperios de banqueros privados que manejan los mercados?

Porque es falso. Mire las Casse di Prestiti, los Landesbanks, las cajas, la banca pública en Latinoamérica, Rusia, Asia –¡China!-… El peso de la banca pública o gestionada por estados y políticos ha sido determinante en el aumento desproporcionado de los balances. En 2008 el 74% de los activos financieros se encontraban en entidades estatales o semi-estatales. Si el problema hubiera sido solo los malvados bancos privados, la crisis se habría terminado en 2009. Ampliaciones de capital, desinversiones y fusiones. 

:: Una de tus grandes influencias, tanto en el pensamiento económico como en el social, es Hayek. Al respecto quería preguntarte:

1.- ¿Crees que Hayek en España es un gran olvidado? 

Olvidado no. Ignorado a propósito. En la BBC hace poco hicieron programas monográficos sobre Hayek, Keynes y Marx. Muchos españoles que estudian economía en Londres me comentaban que no se podían creer que Hayek estuviese en el mismo nivel de importancia. Hayek, Mises… son deliberadamente ignorados por una academia que se orienta fundamentalmente al intervencionismo. Con muy honrosas excepciones, claro.

2.- ¿Cuáles crees que son las lecciones más importantes que, a tu juicio, están más vivas que nunca de su extensísima obra?

La importancia de la libertad y la falacia del socialismo y la protección del estado. El engaño del gasto público como solución y de la inflación como panacea. Que podemos intentar repetir los mismos errores una y otra vez pero si no entendemos que el estado que genera el problema va a seguir cayendo en los mismos errores, ya que no se ve penalizado por la mala gestión.

:: Dices, “de las burbujas sólo podemos defendernos con sentido común y con análisis e información”. 

1.- ¿Cuáles dirías que son los 3 grandes mitos o desinformaciones más importantes que crees están arraigadas en nuestra sociedad?

a.- Que a largo plazo todo sube. Olvidamos el coste de oportunidad.

b.- Que el gobierno o el regulador va a solucionar nuestros errores.

c.- Que existen conspiraciones extranjeras contra nosotros.

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2.- Una gran burbuja nos ha traído hasta aquí, ¿estamos ante nuevas burbujas?

Sin duda. El endeudamiento total de la OCDE ha aumentado durante la crisis. La mal llamada austeridad no existe, solo se ha moderado ligeramente el crecimiento exponencial del gasto.

Los tipos de interés bajos y la liquidez excesiva nos han llevado a que los bonos de alto riesgo (bonos basura) coticen a los tipos más bajos en 35 años, a que las primas de riesgo se hayan desplomado a pesar de aumentar la deuda y que las bolsas estén en máximos a pesar de que los beneficios empresariales no han mejorado de manera relevante. Todo ello se justifica, se dan excusas, igual que en 2005-2007 cuando se decía que estábamos en un nuevo paradigma y la burbuja inmobiliaria era un mito, pero es una bomba de relojería.

:: Tienes un capítulo entero muy directo, “Bajar impuestos, ya”:

1.- ¿cuál es la fiscalidad que crees que más daño está haciendo ahora mismo a nuestra economía?

Sin lugar a dudas la decisión de “compensar” los ingresos fiscales perdidos con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que suponían casi 40.000 millones anuales, aumentando los impuestos a empresas, PyMEs, autónomos y familias, así como el IVA que ha tenido un impacto letal sobre la mejora del consumo, que, a pesar de repuntar, sube menos de la mitad de su potencial.

No hay nada más dañino que poner escollos a un emprendedor cuando empieza, cuando ya de por sí está tomando un riesgo, y la fiscalidad de nuevos autónomos y empresas es inaceptable.

2.- ¿además de bajar impuestos, simplificarías nuestro sistema fiscal?

Sí, hay demasiados tramos y demasiadas complejidades. Un empresario norteamericano me dijo que no invertía en España porque se lo tenía que gastar todo en abogados y asesores que desentrañen la maraña. Necesitamos un ‘flat tax’, como en Irlanda, que está saliendo mejor que muchos de una crisis brutal.

Entremos un momento a hablar de energía, ‘árbitro del nuevo orden mundial’, como señala la propia portada del libro:

:: ¿Por qué la energía es la madre de todas las batallas?

La energía es el motor del crecimiento. Sin energía abundante y barata el crecimiento se ralentiza o se desploma. No hay más que ver los países que menos crecen, son los que tienen energía más cara y subvencionada. La madre de todas las batallas es la guerra por cuota de mercado, entre tecnologías, operadores con distintos niveles de eficiencia y con un objetivo: ser los líderes en el sector de transporte.

:: Citas a Rex Tillerson, Consejero delegado de Exxon, “Ni tú ni yo vamos a ver el fin del petróleo. La base de recursos es enorme y puede soportar tanto la demanda actual como la de las generaciones futuras”. ¿Hay estimaciones fiables de recursos petrolíferos? 

Por supuesto, de las empresas, la IEA, Wood MacKenzie y centenares de auditores independientes. El hecho de que sea una industria muy fragmentada hace que cada uno lleve a cabo enormes procesos de análisis de las concesiones en las que opera. Además son concesiones en las que se encuentran varios operadores, incluso en los países de la OPEP. Si uno no se creyera las estimaciones, no invertiría. Las teorías de la conspiración sobre los recursos se rebaten fácilmente. En 1991 me decían “solo quedan 40 años de petróleo”… y olvidamos descubrimientos, nueva tecnología y adiciones. Hoy el índice de reemplazo de reservas probadas sigue por encima del 100%.

:: ¿Cuáles son los tres mitos que crees están más extendidos en el ámbito de la energía?

a.- Que el petróleo se va a acabar y crear un futuro distópico a lo Mad Max

b.- Que las materias primas solo pueden subir.

c.- Que el crecimiento de la demanda es exponencial sin atender a la eficiencia.

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:: Te cito: “el dilema no es sólo cómo satisfacer las necesidades presentes, sino cómo satisfacer las demandas futuras y previsibles del modo más eficiente, seguro y respetuoso con el medio ambiente”. ¿Cómo será la futura cesta de combustibles?

En 2050 el petróleo y el carbón seguirán siendo las principales fuentes de energía primaria, pero con una reducción enorme sobre el porcentaje actual, que será reemplazado por el gas natural y las renovables a medida que se mejora el coste y se aumenta la eficiencia. Los grandes perdedores “relativos” de la carrera a 2050 son claramente el carbón, que puede perder casi el 50% de su peso, y el petróleo, que puede perder hasta el 30%.

:: “La impresión de dinero y más de una década de rebaja de los tipos de interés se han traducido en presiones inflacionarias sobre los precios de las materias primas, compensando parcialmente las presiones deflacionarias de la tecnología y la curva de aprendizaje” ¿Qué impacto tiene y tendrá esto en cuanto a los costes de producción y capacidad de competir de las empresas?

La industria se adapta a la inflación y un dólar fuerte y también a un dólar débil, compitiendo. Como lo ha hecho desde hace 158 años. Unos ganarán y otros perderán. Lo bueno de la industria energética, que es la más fragmentada de las grandes industrias, es que los subsegmentos desde servicios –y sus innumerables derivados-, ingeniería, refino, exploración y producción van a tener que ‘ponerse las pilas’ como lo hicieron en el pasado, mejorar costes, mejorar eficiencia y desarrollar tecnología.

:: “El ratio riesgo-rentabilidad de la inversión productiva en la economía real es simplemente inasumible en comparación con la de los activos financieros líquidos”. ¿Nos puedes explicar con más detalle esta afirmación?

El riesgo de invertir en una maquina o planta industrial, incluyendo impuestos, demanda anémica, dificultades operativas, burocracia, comparado con su rentabilidad real (considerando la represión financiera no llega al 2% anual en media en la UE desde 2005 a 2014), supone una combinación de mayor riesgo, menor liquidez y menor rentabilidad que los activos financieros inflados al calor de la misma represión financiera que hunde la economía real. La bolsa sube más que ninguna inversión productiva. Y eso es culpa de la impresión de moneda y las políticas inflacionistas monetarias.

:: ¿Qué opinas sobre la explotación de petróleo en Canarias?

En La Madre de Todas las Batallas explico en detalle la oportunidad. No existe ningún país que pueda encontrar petróleo y rechace las inversiones. En ciudades turísticas como Rio de Janeiro tienes plataformas explorando a 2 kilómetros de la playa sin problema para la industria turística. Aquí nos mesamos los cabellos por exploración de bajo riesgo a 50 kilómetros. En fin, que somos o muy ricos o muy estúpidos para rechazar inversiones no subvencionadas que atraen hasta 5.000 puestos de trabajo directos y muchos más indirectos, sin riesgo para el turismo y que pueden reducir nuestras importaciones un 10%.

Nota: Fotos vía Shutterstock

Daniel Lacalle es economista. Autor de ‘La Madre de Todas las Batallas’, ‘Viaje a la Libertad Económica’ y ‘Nosotros los Mercados’ (todos en Deusto). En ingles, Life In The Financial Markets y The Energy World Is Flat (Wiley)

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All of Daniel Lacalle’s views expressed in his books, interviews and this blog are strictly personal and do not reflect the strategy or philosophy of any specific firm.

Peligro de tercera recesión en Europa

“Even in the future, nothing works!” Rick Moranis.

Si hay algo revelador en la reacción negativa de los mercados a la intervención del pasado Mario Draghi, presidente del BCE, el pasado jueves, es que sigamos creyendo que el Banco Central Europeo puede hacer milagros. En este caso, pensar que Draghi va a comprar unos bonos privados (ABS) que hoy aún ni siquiera están emitidos y esperar que anuncie todavía más. Unos mercados “’opados’ que no atienden a fundamentales ni riesgos específicos y sólo corren detrás del siguiente ‘manguerazo’ de dinero fácil. Como inversor, desde hace más de diez años me entristece ver a muchos gestores que sólo se lanzan a perseguir beta de banco central –el próximo chute-.

Hace ya meses advertíamos que “El plan Draghi no arregla Europa”  y que el estímulo del Banco Central Europeo era, además de innecesario, peligroso.

Los bancos centrales no suplen con el gas de la risa monetario los desequilibrios de los países.

Aferrarse al cuento de que “en EEUU Obama y Bernanke lo han conseguido” es engañoso cuando se niega a Europa la libertad económica, apertura, mercado libre y espíritu emprendedor del continente norteamericano y, sobre todo, porque en los análisis interesados de “lo que ha hecho Obama” olvidamos que la participación laboral se ha desplomado a niveles de 1978 y la recuperación de ‘la impresora milagrosa’ hubiera sido inexistente si no llega a ser por la revolución energética local, que ha llevado a EEUU a producir más que Arabia Saudí. Lean “Cómo el fracking ha salvado a Obama” aquí.

«Bajo crecimiento, baja inflación, tipos bajos, baja volatilidad… Alta deuda, alto desempleo y altísimos impuestos. Una combinación extrema de fragilidad que nos debe seguir preocupando»De hecho, la política expansiva compra algo de tiempo, pero los estados europeos, que se niegan de manera arrogante a reformar sus hipertrofiadas administraciones, se acomodan a los estímulos. Como ya ocurrió en 2009, en cuanto ven la más mínima señal de recuperación, frenan las reformas. Enhorabuena, ya crecemos al 1%, podemos descansar. Con esta actitud, en parte apoyada por los ciudadanos que siguen pensando que todo es gratis, los gobiernos se lanzan a garantizar el estancamiento durante unos cuantos años. Ya lo estamos viendo en Japón, donde tras aumentar la masa monetaria un 40% anual van encaminados al crecimiento cero.

El ejemplo más peligroso es Francia, «El nuevo enfermo de Europa”, que tras anunciar tímidas reformas, inmediatamente rechazadas por elestablishment intervencionista, vuelve a las andadas con un presupuesto más deficitario y cuya recesión nos puede afectar en España de manera importante, ya que es nuestro principal socio comercial.

Bajo crecimiento, baja inflación, tipos bajos, baja volatilidad… Alta deuda, alto desempleo y altísimos impuestos. Una combinación extrema de fragilidadque nos debe seguir preocupando. Y tras dilapidar en la UE el 32% de su PIB en déficits “para crecer” desde 2008, aún hay quien pide “relajar” los objetivos para salir. No, la crisis de Europa no se ha acabado. Se ha disfrazado con el sirope de chocolate monetario.

En Europa se crean comités, programas, planes de estudio y todo el mundo ignora el elefante que impide el crecimiento. Un gasto público que supera el 49% del PIB de la Eurozona y que sigue creciendo. Y una llamada a los “ingresos perdidos” y “fraude” que recuerda mucho al cuento de la lechera. Leaneste post. Una sobrecapacidad productiva del 24-25% heredada de los planes industriales y “de estímulo” casi soviéticos del periodo 2004-2010 y el bombardeo tributario continuado a los sectores que han sobrevivido a la crisis.

El expolio en impuestos ha llevado a la práctica desaparición de la clase media y la política de impedir a toda costa la implementación real de financiación privada y capital riesgo sigue dejando a las pymes sin financiación, además de sufrir el esfuerzo fiscal más alto de la OCDE. Mientras tanto, se le echa la culpa a unos bancos a los que se les exige sorber y soplar a la vez. Reducir riesgo y aligerar su balance, pero prestar a pymes, estados y familias como si fuese 2007.

Los ciudadanos no están inmunes a nuevos rescates financieros en unos estados que no quieren perder su control sobre sus sectores financieros. Nadie quiere que “sus bancos” adelgacen ni que su tamaño se reduzca y eso lleva a que una Europa hiper-bancarizada no termine de modernizar su sector financiero. En EEUU, la banca supone menos del 80% del PIB del país y financia a menos del 30% de la economía real. El resto es financiación privada y capital riesgo. En Europa, más del 80% de la economía real se financia por crédito bancario. El tamaño del sector bancario es más de tres veces el PIB de la Eurozona. Pues bien, el riesgo de rescates –si no se sale de la crisis de manera sólida- con dinero público sigue siendo alto, ya que la suma de accionistas y bonistas no llegan a un 8% de los pasivos (liabilities). Es decir, que incluso si se quisiera llevar a cabo un bail-in (que el rescate bancario lo paguen los inversores de dicho banco) en la mayoría de los casos no se cubriría ni un 8% de las necesidades de capital.

… Pero hay razones para ser más optimista.

Los riesgos son evidentes. La resistencia al cambio de la aristocracia del gasto público y de la Europa de “mis derechos, con tu cartera” es desesperante.

Sin embargo, Europa está saliendo de la recesión con superávit comercial. Muy importante. Atrás quedan las llamadas a “estimular la demanda interna” y hundir al país.

Los índices manufactureros (PMI) aún siguen en expansión, por encima de 50.

El crédito a empresas se está recuperando ya de forma clara y se prevé un crecimiento del 5% en nuevos préstamos en la UE27, según el BCE. Añadiendo la compra de activos antes mencionada, que supone sólo hasta fin de año unos 240.000 millones de euros, la recuperación de la actividad de financiación a empresas fuera de los sectores ‘ladrilleros’ va a ser evidente.

«El expolio en impuestos ha llevado a la práctica desaparición de la clase media y la política de impedir a toda costa la implementación real de financiación privada y capital riesgo sigue dejando a las pymes sin financiación»La deuda de empresas y familias sigue cayendo y se encuentra a niveles de 2007. A pesar de todas las dificultades que aún pueden darse en la banca,el riesgo sistémico se ha reducido con las sucesivas ampliaciones de capital. Sí, los estados siguen gastando más de lo que ingresaban en el pico de la burbuja. Pero Europa no supone el enorme agujero de necesidades de refinanciación anual que era en 2010.

El empleo sigue siendo un problema enorme. Hundiendo la renta disponible de la clase media a impuestos no se va a reactivar el consumo, ni tampoco baja el paro con llamadas a “subir los salarios” por decreto del politburó, mientras se suben los impuestos, como si fuese automático. Una Unión Europea que dilapida casi un 1% de su PIB anual en “políticas activas de empleo” desde 2008 y destruye 4,5 millones de puestos de trabajo debería al menos ser humilde, reconocer el fracaso de esas medidas y reducir tributos a las empresas que sí nos van a sacar de la crisis.

Sí, Europa probablemente siga renqueando en ese mar de sobrecapacidad y planes industriales que paga usted, pero no estamos, ni de lejos, al borde de otra recesión. Eso sí, es una pena que los gobiernos se contenten con hacer pie en vez de nadar.

 

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Luces y sombras de un presupuesto conservador

El Confidencial 27/9/2014  y Espejo Publico 29/9/2014 A3

“Balanced budget requirements seem more likely to produce accounting ingenuity than genuinely balanced budgets” Thomas Sowell.

Diez años de despilfarro, tres de moderación presupuestaria y se acabó la mal llamada «austeridad».

Me sorprende, al leer los datos anuales y el presupuesto que algunos lo llamen“austericidio”. En 2015, el gasto público seguirá muy por encima del pico de la burbuja inmobiliaria, y se han sostenido todas las partidas de gasto social, a pesar de la caída de renta disponible, sueldos y beneficios empresariales. En 2015, el gasto público sobre Producto Interior Bruto (PIB) seguirá por encima del 46%, eso sin contar a las empresas públicas. Austericidio.

El avance de los presupuestos y el cuadro macroeconómico anunciado ayer por Saenz de Santamaria, De Guindos y Montoro incorpora elementos significativos que nos separan del escenario de desastre, pero también reflejan desequilibrios muy relevantes.

Vivimos una recuperación y crecimiento moderado que aún se mantienen por debajo del potencial de nuestra economía, pero que resalta por despegarse de la tendencia negativa de otros socios de la Unión Europea, notablemente Francia, nuestro mayor socio comercial.

Los elementos positivos son evidentes:

  • Un crecimiento de la economía de un 1,3% en 2014 y un 2% en 2015, que considero perfectamente posible, a pesar de la ralentización de la OCDE y la Unión Europea. Mejora de demanda doméstica y consumo, y aumento de flujos de crédito.
  • Aumento de exportaciones, con superávit comercial en 2014 y 2015. Muy importante, comparado con el agujero, que llegó al 10% del PIB, en la época de “estimular la demanda interna” y “los mercados nos atacan”.
  • Una caída de los gastos por desempleo fruto de la bajada del paro.
  • Bajada de los intereses de la deuda, que mantienen el coste por este concepto por debajo del 3,8% del PIB, muy lejos del 10% que consideran las agencias de rating como insostenible.
  • Una mejora de los ingresos fiscales por la recuperación económica.

Efectivamente, España corrige lentamente sus desequilibrios y devuelve deuda externa a ritmo de 15.000 millones anuales, generándose una reducción adicional del endeudamiento privado, que ya se sitúa en niveles de 2006. Sin embargo, la dependencia del exterior es aun equivalente al 100% del PIB, aunque el riesgo de shocks de deuda es menor.

El riesgo se reduce, precisamente, por menor déficit exterior y deuda privada, añadido a que las necesidades netas de financiación del Estado caen de un insostenible 30% de la oferta europea de renta fija soberana en 2009-2011 a 55.000 millones de euros, que no llega al 15%. La deuda total, publica más privada, se ha reducido por primera vez en décadas.

A la hora de analizar el efecto de los próximos años debemos tener en cuenta que la deuda del Estado mejora en dos conceptos: stock y flujo.

  • El flujo anual de necesidades de refinanciación –cuanto hay que acudir a los mercados- baja dramáticamente, a menos de la mitad que hace tres años. Para los inversores en Renta Fija, en bonos, España ya no es un enorme problema.
  • El stock –total de deuda acumulada- es un problema, ya que sigue siendo muy alto, el 99% sobre PIB de deuda pública. Sin embargo, al no generarse el problema de flujos crecientes por encima de lo considerado aceptable, el riesgo de que los inversores vendan el stock acumulado es muy bajo. Por eso el déficit es importante, pero también las necesidades netas de financiación.
  • No debemos olvidar que del aumento de deuda de los últimos tres años casi el 35% viene de pagos pendientes de la época de los estímulos, fondos de liquidez, facturas escondidas y de rescatar a las cajas –ese modelo social de banca pública desastroso-. A pesar de ello, el gasto publico sigue siendo casi 40.000 millones anuales superior a los ingresos fiscales de pico de la burbuja. El déficit estructural es aún muy alto.

Es importante resaltar todo esto para diferenciar 2014-2015 de lo que comentábamos en esta columna en 2010-11, cuando las necesidades anuales de refinanciación de España eran casi el 30% del total europeo.

Por lo tanto, se puede hablar de un cambio de tendencia…sin cambiar casi nada, manteniendo la estructura estatal hipertrofiada. Y ahí radica el riesgo.

Gráficos cortesía de @_perpe_

Atrás quedan las propuestas de cerrar las empresas públicas deficitarias (menos de un 20% se han liquidado), observatorios, diputaciones (se han ampliado “competencias”), asesorías, administraciones duplicadas y cabildos, o las subvenciones anuales de nuevo rico. Volvemos a gastar. Y con la fragilidad de la recuperación, un Estado que se carga de costes fijos se expone a que cualquier vaivén de las economías globales tumbe el castillo.

La mejora de empleo, de un paro del 25,7% al 22% en 2015, sigue siendo insuficiente. Algo más de 620.000 puestos de trabajo creados es un dato muy positivo, pero se debe hacer mucho más, como comentábamos aquí. Aumentar el empleo público, como se ha anunciado, es agrandar el agujero de ese déficit estructural, además de suponer, a medio plazo, mayores impuestos. En la rueda de prensa se comentaba que los trabajadores públicos estaban a nivel de 2004… No, si incluimos la enorme cantidad de empresas públicas (más de 3.500 con una deuda acumulada superior a 50.600 millones de euros), un elemento que nos diferencia, en mucho, de los países de nuestro entorno.

Subir impuestos ha supuesto…menos ingresos de lo estimado, como ya repetíamos en esta columna. Aunque se deduzcan 2.000 millones de devolver el céntimo sanitario, nos muestra de nuevo que las estimaciones de ingresos siempre resultan menores a lo esperado… A pesar de la mejora de la actividad económica.

Otro riesgo hoy en día es recuperar la ‘inversión’ pública aumentándola un 6%. El historial de creación de riqueza y empleo de la inversión pública en España en los últimos diez años es demasiado pobre –pérdidas netas, deuda y desempleo- como para sacar la chequera cuando los gestores son prácticamente los mismos y aún estamos digiriendo el 25% de sobrecapacidad productiva.

Las reformas, que siempre tendemos a ignorar, han sido muy relevantes y han ayudado a que la economía saliese del agujero y empiece a crecer, pero no debemos olvidar que el problema de España era, y continúa siendo, un enorme gasto público disparado al calor de los ingresos fiscales extraordinarios de la burbuja inmobiliaria –unos 40.000 millones de euros anuales-.

El déficit y la deuda como mejor se reducen es con crecimiento. Ese crecimiento sólo va a llegar de manera sólida de las pymes, que generan el 70% del valor añadido y empleo del país, autónomos y familias. Los que han sobrevivido admirablemente la crisis no deben pagar la decisión de sostener las administraciones duplicadas, las subvenciones y el gasto improductivo.

El déficit y la deuda se van a moderar por el cambio de cálculo del PIB incluyendo elementos que no generan ingresos –actividades ilegales- y estimados. Es decir, los ratios “mejoran”, pero la diferencia entre gastos e ingresos y la deuda total no cambian. Y la gente no come PIB. Hay que atacar el gasto improductivo, no sostenerlo a toda costa fiando la recuperación al Banco Central Europeo (BCE) y la política monetaria. Ya sufrimos en 2008-2010 ese error de “aguantar la respiración hasta que pase” porque el BCE apoyaba.

Hay que reconocer los elementos positivos. Con un crecimiento moderado, España crea más empleo que la tendencia histórica y el país reduce su deuda total y sus necesidades de refinanciación. Pero los riesgos no se deben olvidar.

A la espera de detalles, España va a seguir gastando un 15% más de lo que ingresa. Sí, ya no es un 20-25% anual, pero sigue siendo un problema.

Con un déficit estructural anual muy superior al pacto de estabilidad y la media de la UE, el objetivo único del Gobierno debe ser que sus votantes, las empresas y familias, recuperen urgentemente la renta disponible para invertir, crear empleo y consumir.

El objetivo de aumentar el PIB aumentando gastos corrientes y deuda no es expansivo. Es aumentar la fragilidad.

 

 

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Podemos. La Ruina Segura

Articulo publicado en «Actualidad Económica» septiembre 2014 (Actualidad economica

Si hay algo que sorprende cuando se ve el panorama político español desde el extranjero es el llamado “populismo con el dinero de los demás”.  Siempre se habla de gastar más subiendo los impuestos a otro, de endeudarse más con el crédito de otro, y de la solidaridad con el esfuerzo del vecino. La aristocracia del gasto público, que es la que mejor ha vivido durante la crisis, siempre piensa que usted gana demasiado y paga poco.

Por eso me indigna sobremanera que la reacción a la crisis institucional y política genere una “alternativa” como Podemos. Nos quejamos de la corrupción, y la “solución” la vamos a buscar en personas que asesoran, alaban y proponen como ejemplo para Europa a Venezuela, el régimen más corrupto de Latinoamérica y el 17 del mundo, según Transparency international. Es como llamar a un pirómano para apagar un fuego.

Y es que las propuestas de Podemos no son una novedad ni una alternativa. Su modelo es muy viejo y ha sido probado con resultados desastrosos en Argentina y la república venezolana, o en Albania, que no hay que irse tan lejos.

No es un modelo “anti-casta”, es “pro-mi casta”. Bajo el mensaje supuestamente democrático y participativo se encuentra el mismo engaño populista histórico. “Asambleas populares”. Juntar a un grupo, separarlo en mini-grupos, volver a separarlo y cuando han decidido lo que acuerda el grupo más pequeño, liderado por un “moderador”-comisario-, gritar todos a una “el pueblo ha decidido”. Mientras, el líder supremo decide y controla todo.

Además, las propuestas económicas de Podemos son el cuento de la lechera. Gastar primero esperando unos ingresos que, cuando no llegan, nos llevan a la quiebra.

Por supuesto, el lector puede decir que casi todos los partidos políticos proponen cosas imposibles, pero yo jamás he visto una combinación como ésta de medidas aberrantes que nos llevan a la ruina segura.

Tomen como ejemplo el punto 1.8 de su programa “colaborativo” para las europeas, donde piden que “no se acepten apuntes virtuales como son las amortizaciones y deterioros”. Para Podemos la contabilidad y normas aceptadas globalmente (GAAP) son ficción. Como los beneficios empresariales les parecen poco para sus veleidades, se los inventan y a correr. Luego, cuando las empresas no tengan acceso a financiación porque las cuentas “método Podemos” no las acepte nadie, le echarán, como en Argentina, la culpa a los especuladores.

Fíjense en su idea estrella, la “renta básica universal”. El coste de implantarla en España para todos los ciudadanos sería de 361.000 millones de euros anuales, más que los ingresos fiscales del país. Otra opción, según el presidente de Gestha sería “la adopción de una renta básica limitada a las persona en riesgo de pobreza”. Y para ponerla en marcha “se necesitarían más de 72.000 millones de euros anuales, una cifra que tampoco sería viable ya que supone casi el 40% de la recaudación total.

O la jubilación garantizada a los sesenta años. Supondría unos 15.400 millones anuales de coste adicional al estado asumiendo un sueldo cercano a los 16.000 euros/año por pensionista ya que actualmente España cuenta con 783.000 personas ocupadas entre 60 y 64 años, pero casi 960.000 personas si contamos toda la población activa de esa edad.

La “nacionalización de sectores estratégicos” es otra ocurrencia. Solo la expropiación de esos sectores costaría al estado más de 150.000 millones de euros -mayor deuda- si paga un descuento similar al caso argentino en la expropiación de YPF comparado con el valor en libros. Además, con unas necesidades de refinanciación de 70.000 millones de euros solo en energía, telecomunicaciones y banca en los próximos cinco años, las primas de riesgo de las empresas se dispararían y el acceso a crédito se desvanecería.

Es, además curioso que, mientras Podemos pide “auditar la deuda”, no hable de reducir el gasto público, sino de aumentarlo en 35.000 millones anuales. La deuda generada por los políticos anteriores no vale, pero su gasto nuevo sí. Ellos no van a construir aeropuertos inútiles, pero piden “más infraestructuras”, que es lo mismo.

Por supuesto, al no asumir la validez de la deuda reconocida por entidades internacionales, ni aceptar que esa deuda se ha contraído por un estado votado democráticamente y unas comunidades autónomas con casi todos los partidos en sus órganos de gobierno, lo que están proponiendo es simplemente una decisión aleatoria de unos “ciudadanos” que se erigen en auditores por encima de todas las instituciones. En realidad es dinamitar la legitimidad del Estado y sus representantes.

Solo con anunciar la auditoria, las primas de riesgo subirían enormemente, y si hacen impago la caja de las pensiones y seguridad social, hasta un 90% invertida en bonos soberanos, quiebra.

Pero lo que es francamente hilarante es proponer por un lado auditar la deuda, con el consiguiente impago… Y a la vez aumentar el límite de déficit . No existe un solo caso en el mundo en que se haya hecho impago o auditoria de la deuda y el estado haya seguido financiándose correctamente o el gasto público haya aumentado en términos absolutos.

¿Qué ocurre al día siguiente de declarar la deuda ilegitima o anunciar una auditoria “ciudadana”?. ¿Cómo se financia el enorme gasto y asistencialismo que pretenden implementar?. ¿Quién nos presta?. ¿El BCE?… ¿Seguro que Alemania, Finlandia, Holanda o Reino Unido iban a tirar del cheque para financiar la Albania cañí de Podemos?. Entonces empiezan las quiebras y recortes, pero de verdad.

¿Cómo prometen financiar estas medidas? Con la manida “lucha contra el fraude e impuestos a los ricos”, el cuento de la lechera.  A pesar de que ningún país del mundo ha aflorado más del 1% del PIB con esas medidas, ellos aseguran que van a recaudar muchísimo más. Recordemos que un 40% de la cifra “estimada” por los técnicos de Gestha de posible aumento de ingresos fiscales viene de aumentos de impuestos, no de eliminar fraude fiscal. Y no olvidemos que nunca en la historia se ha recuperado una cifra superior a €4.000 millones atacando el supuesto fraude… Muy lejos de los €38.000 millones que aseguran poder recaudar de “economía sumergida”. A pesar de ello, no cubren ni de lejos la cantidad mínima estimada de su gasto anunciado -122.000 millones- entre 72.000 millones de renta básica universal solo ciudadanos en riesgo de exclusión, 15.400 millones de jubilación a los 60 años, 35.000 millones de aumento del gasto público “para crecer”, sin contar costes de expropiaciones y quiebras.

Siendo optimistas y creyéndonos sus “ingresos esperados” es un 8,4% adicional de déficit a añadir al actual –e insostenible- 6%, ya que no van a bajar gastos. Un 14,4% de déficit anual… Imposible de financiar dentro del sistema actual, así que no digamos con la propuesta de auditoría, impago y expropiación de Podemos.

Por supuesto, la tentación de “salir del euro” y dedicarse a imprimir moneda, que ha llevado a Venezuela y Argentina a tener unos de los mayores índices de inflación del mundo, aparece constantemente. Si no hay dinero, imprimámoslo. Solo se olvidan de que los gastos de importaciones y las deudas de familias, empresas y estado están en euros o dólares. La devaluación dispararía la inflación, el déficit comercial y las quiebras.

Así se garantiza… nada. Pagar la renta básica y las pensiones en papelitos devaluados supone miseria y una inflación galopante que empobrece a todos. Aparte de la quiebra de muchos sectores con deuda en euros y que no podrían financiarse. Prometen medidas que parecen muy bonitas, que en el mejor de los casos se darán con un dinero que no valdrá nada.

¿Saben los lideres de Podemos que estas medidas son inviables y nos llevarían a la quiebra?, sí. Pero es que el objetivo de Podemos no es evitar la quiebra, sino “gestionar” el día siguiente de la misma. Como en Venezuela, una vez tomadas las instituciones y hundida la capacidad de financiación y la credibilidad internacional, tendrán al pueblo y al estado rehén para imponer mayor intervencionismo y pasar del inexistente “Leninismo amable” que preconiza Monedero al único Leninismo que existe. El autoritarismo.

Mucha gente me dice “hombre, no creo que sea así”, “hay que darles una oportunidad”, “España no es Venezuela”. Eso, precisamente, decían en el país latinoamericano antes de la llegada de Chávez “no, venga, no creo”, “Venezuela no es Cuba”.

Si los modelos fallidos del pasado hay que cambiarlos, deberíamos recordar que el modelo que ha demostrado fracasar de manera más clara y con peores consecuencias para el pueblo en los últimos cien años es el del colectivismo populista. La solución no es más intervencionismo, sino libertad económica, apertura y emprendimiento. Aprendamos del pasado para no repetirlo, ni el de los últimos diez años ni el de los últimos cien.

 

Daniel Lacalle

Economista y gestor de fondos, autor de “Viaje a la Libertad Económica”, “Nosotros los Mercados” y “La Madre de Todas las Batallas” (Deusto)