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Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

Estados Unidos muestra señales pre-recesivas

“My smile is my make up” Lamont Dozier

Los datos de la semana pasada en EEUU son consistentes con una recesión cercana.Esta semana, el analista Albert Edwards de Societé Generale apuntaba a lo que ya comentábamos aquí hace unos meses… Lo único que previene a Estados Unidos de entrar en recesión técnica es el consumo, y una enorme parte de este viene de aumento del endeudamiento.

De hecho, sin la aportación del consumo al PIB, EEUU ya habría entrado en recesión a principios de 2016.

Esto es importante, porque la contribución de la inversión empresarial al crecimiento del PIB ya es equivalente a la de un periodo recesivo y lleva en declive desde finales de 2012, con todo el consenso diciendo que “el año que viene mejora”.

La tasa de inventarios con respecto a ventas, que muestra el exceso de producción no vendida, no solo no se ha reducido, sino que se mantiene a niveles superiores a los que se dieron antes de la crisis, tanto a nivel nominal como real.

El índice ISM salió peor de los esperado (49,4 con un 53 estimado) y los datos de empleo 150.000 trabajos nuevos comparado con 180.000 empleos estimados.

Otro peligro real es la evidencia de una recesión de beneficios, como nos ha mostrado el pobre resultado de las publicaciones de resultados del segundo trimestre y las revisiones de estimaciones a la baja. Los datos de empleo del viernes también preocupan porque, como hemos explicado (lean El legado de Obama) , tras el enorme estímulo de EEUU se ha generado un menor crecimiento potencial y más deuda.

RAZONES PARA EL OPTIMISMO

Si hay algo que nos puede hacer ser más optimistas con estos datos es que una cosa es entrar en recesión técnica y otra una gran crisis.

Un dato esperanzador es que el empleo en el sector más dañado, el petrolero, ha vuelto a mínimos históricos, del 5%. El tan temido estallido de la burbuja de crédito del sector energético no se ha dado. Hemos visto algunas quiebras de pequeñas empresas, pero en general las renovables y las empresas de fracking han ido adaptándose a la desinflación de precios, y el 99% siguen activas y más eficientes.

Otro dato esperanzador es que la administración Obama ha reducido el gasto público que ahora se sitúa en un 35,5% del PIB, casi cinco puntos por debajo del nivel de 2010. El riesgo es que el gasto sigue siendo un problema y el déficit público sigue disparado y ha aumentado un 35% en seis meses a pesar del récord de recaudación a niveles por encima de antes de la crisis.

Otra razón para el optimismo es que las empresas norteamericanas no han caído en la trampa de la liquidez y tienen hoy mejores ratios de solvencia que hace seis años en los sectores de alto valor añadido.

Finalmente, estos elementos se han dado mientras se normaliza -aunque sea a paso de caracol- la política monetaria.

OJO CON LA EUFORIA

Todo esto nos puede hacer ser menos negativos con respecto a un ya inevitable proceso recesivo, porque el desempleo es bajo -incluso si contamos el infraempleo- y la economía es dinámica, pero el exceso de endeudamiento pesa como una losa, y la economía parece incapaz de digerir una subida de tipos ínfima de 0,5%.

Todo ello nos habla de lo mismo que hemos comentado para todas las economías avanzadas. Extrema fragilidad. Las necesidades de reformas estructurales se han ignorado por completo en la reunión del G-20 y solo se habla de repetir de nuevo el error de estímulos y gasto político, de los elefantes blancos que tanta sobrecapacidad, deuda y estancamiento han generado generado y que han llevado a aumentar la deuda global para un crecimiento pobre, cerca de una unidad de PIB adicional por cada 20 de deuda, según Deutsche Bank.

Estados Unidos es la economía más flexible y dinámica de la OCDE y se enfrenta a estos retos tras un masivo estímulo. El resto de economías, más intervenidas y dinosáuricas, deben prestar atención. Porque si seguimos jugando a la política de la cigarra mientras tenemos alta liquidez y bajos tipos, cuando venga el invierno no nos va a salvar la hormiga norteamericana cuando sus fundamentales son tan frágiles como estamos viendo.

Luces y sombras del paro de agosto

“Look out helter skelter, she´s coming down fast” Paul McCartney

Los datos macroeconómicos de la eurozona publicados esta semana han dado pocas alegrías. Un muy modesto dato de índice manufacturero, que se une a uno de servicios pobre para este mes. El gas de la risa monetario sigue sin ser la solución a una Europa en la que Francia e Italia vuelven al estancamiento y Portugal o Grecia ponen palos en las ruedas a cualquier tímida mejora.

El ocho de septiembre se reúne el Banco Central Europeo y Draghi volverá a pedir reformas estructurales y bajadas de impuestos y no se le escuchará, mientras unos y otros partidos se entregan a la política de la cigarra aumentando desequilibrios con los tipos ultra-bajos. Lo último que me faltaba leer era que la política del BCE ayuda a las grandes empresas cuando ha comprado más de 780.000 millones de euros de bonos estatales.

EL COSTE DEL BLOQUEO Y EL PARO DE AGOSTO

Debemos analizar los datos del paro desde una triple perspectiva. Una eurozona en la que nuestros principales socios comerciales se encuentran en estancamiento, y a pesar de ello las exportaciones ya alcanzan casi el 35% del PIB. Y por otro lado, un turismo récord, que según distintos análisis ha supuesto más de dos millones adicionales de visitas a las esperadas en el mejor caso. La tercera pata del análisis del paro viene del bloqueo político, que ya hemos comentado en esta columna en distintas ocasiones. Es cierto que nuestra economía crece muy por encima de la media de la Unión Europea y sigue creando empleo, pero no es menos cierto que el frenazo en la inversión y retrasar las decisiones de contratación atacan la creación de empleo potencial.

No es alarmismo. Lo hemos explicado en varias ocasiones. Es normal que se frene la decisión de inversión y contratación ante una situación de falta de gobierno y, sobre todo, pactos que constantemente revisan y mencionan cambios drásticos en la legislación laboral, en el marco impositivo.

Existen muchos estudios sobre el efecto en la economía de procesos de indefinición política. Estudios del Fondo Mondo Internacional (Aisen y Vega, 2011) o Harvard (Alesina, Sule, Roubini, Swagel, 1996) explican que la inestabilidad política y los cambios constantes de políticas y administraciones tienen un impacto directo en el crecimiento económico. El coste del bloqueo ya pone en riesgo el crecimiento potencial de la economía en 0,5% del PIB aproximadamente. Un escenario de incertidumbre prolongado reduciría a la mitad la tasa de crecimiento de la economía en 2017, según BBVA.

Que este bloqueo se mantenga con programas en los que los dos principales partidos coinciden en un 75% es incomprensible para cualquier observador o inversor internacional. “Incongruente”, era la palabra que utilizaba FT para definir la actuación de Pedro Sánchez. Y peligroso, como comentábamos en la CNBC (“likelihood of third elections rising”).

Los datos de paro de agosto han sido, de nuevo, una mezcla de elementos positivos y oportunidad perdida.

El dato positivo más importante es que la contratación indefinida a tiempo completo aumenta un 31% interanual, casi el doble que la contratación general, 16,32%, situando a España como segundo país de la UE en creación de empleo fijo tras Alemania.

Se encadenan así ocho meses consecutivos en el que los contratos indefinidos a tiempo completo crecen con respecto a 2015 (fuente Ministerio de Empleo).

Evolución mensual de los contratos indefinidos a tiempo completo.

Evolución mensual de los contratos indefinidos a tiempo completo. Ministerio de Empleo

Pero es verdad que el número de parados aumentó en agosto en 14.435 personas, aunque sea una subida menor a la de 2015 -21.679- y a la media de los últimos 8 años -46.029 personas-, según los datos oficiales. En términos desestacionalizados el paro se redujo en 24.462 personas y el número de parados registrados caía a 3.697.496, el nivel más bajo en agosto desde 2009.

El ritmo de reducción interanual del paro es del 9,1%, muy superior al crecimiento del producto bruto nominal, de la inversión y de los beneficios empresariales.

No podemos obviar que los cambios e incertidumbre en las políticas regionales también afectan. El paro creció más en 6.451 personas en la Comunidad Valenciana -un 1,5%- y en Cataluña subió en 4.424, un 1 %. Sin embargo, en términos interanuales ha caído en todas las comunidades autónomas.

Aunque en términos desestacionalizados el  paro y la afiliación muestran datos positivos –treinta y tres meses de crecimiento de la afiliación- con respecto a agosto de 2015, el número de afiliados medios a la Seguridad Social disminuye en 144.997 personas.

En balance, los datos son positivos. La media de reducción de paro mensual en la primera mitad del año ha sido de 35.000 personas y el año pasado en el mismo periodo era de 25.000.

Los analistas mantienen en sus expectativas un ritmo de creación de empleo que superará el 3% en 2016. Pero el bloqueo no debe ignorarse bajo unos datos aceptables. La famosa frase “mejor sin gobierno, mira cómo crecemos” tiene su gracia, pero se nota el efecto sobre el potencial de una economía que no debería contentarse con bajar el paro un 3% anual, sino que debería ser mucho más intenso.

Como no se va a conseguir es perpetuando las ineficiencias y rigideces quecomentábamos en aquí y explico en “Acabemos con el Paro” (Deusto 2015). Países como Reino Unido o Irlanda tienen mercados laborales más flexibles y bajo desempleo. Dinamarca y Holanda son países con elevadas prestaciones por desempleo, pero flexibilidad total. No solo el coste de contratación y las cuotas sociales son muy inferiores, el despido en Dinamarca es prácticamente gratis en casi todos los casos y el salario mínimo interprofesional no se impone por ley. Estos países coinciden en contar con altos índices de Libertad Económica y Facilidad para Crear Empresas.

Hoy, probablemente, cuando lean este artículo, seguiremos en bloqueo. Se nos ha vendido que abstenerse es imposible. Abstenerse no es apoyar, sobre todo cuando no hay alternativa, como explicaba El País, es facilitar la formación de gobierno y liderar los cambios desde el parlamento.

El bloqueo cuesta. El triunfalismo de unos datos positivos no nos puede hacer acomodarnos. España merece crear al menos dos millones de puestos de trabajo urgentemente. Los salarios ya están subiendo. La masa salarial crece un 4% y el salario medio un 0,8%, datos muy positivos cuando la inflación es inexistente. Pero hay que hacer mucho más.

España es un país que ha tenido una media de desempleo de más del 16% desde 1980. En Andalucía llevan 35 años de campeones de paro, pobreza y desigualdad con las políticas que nos quieren vender como panacea. Y se demoniza a País Vasco o Madrid, con la mitad de desempleo, amenazando con constantes subidas de impuestos para igualar a la baja.

Tenemos que atraer más inversión y más empresas, reducir el stock de parados, reducir burocracia y trabas burocráticas y permitir que los creadores de riqueza respiren, empresas y trabajadores, con una fiscalidad atractiva. Si no, volveremos a usar el paro como arma arrojadiza política y en agosto de 2050 leeremos a algún político decir que le preocupa la desigualdad, el paro y la temporalidad mientras la perpetúan.

Madrid, ¿puede atraer empresas de la City?

Link al vídeo de Mediaset

Hace unas semanas, en Londres, comentábamos en la CNBC que la medida más importante tomada por el gobierno británico ante el riesgo de impacto económico por el Brexit ha sido bajar el Impuesto de Sociedades al 15%. Mitiga el riesgo de fuga de empresas y desde luego, sirve de acicate para que las pymes y empresas grandes asentadas en el país sigan operando sin tener que sufrir una carga impositiva excesiva. Fue entonces cuando se vieron los dos autobuses de la Comunidad de Madrid paseando por Westminster y anunciando las bondades de la región para las empresas.

La Comunidad de Madrid, en particular, puede beneficiarse mucho de la atracción de las que decidan asentarse fuera del Reino Unido. Tiene unas infraestructuras espectaculares, comunicación privilegiada con Latinoamérica y África, edificios relativamente baratos, profesionales cualificados, servicios excelentes y un nivel de calidad de vida muy alto. Tiene, además un régimen impositivo atractivo, que la sitúa por encima de París o Milán como posible capital de atracción de inversión. Y esa es la clave. Debemos eliminar la mentalidad de ver a las empresas como cajeros y que los que no producen pongan palos en las ruedas a los que sí lo hacen. Una fiscalidad que piense en los ingresos que recibiremos si crecemos y atraemos más inversión y empleo, no en rascar lo poco que quede.

Atraer empresas de servicios financieros es esencial para mejorar el patrón de crecimiento. Supone una pantalla hacia el mundo, una lanzadera que afecta positivamente a la diversificación y desarrollo de la financiación a la economía real, a la mejora de salarios por actividades de apoyo y servicio, y al desarrollo tecnológico. Ser una capital financiera no es solo tener bancos. No es una casualidad que Tokyo, Nueva York, Singapur o Hong Kong luchen como sea por mantener sus centros financieros fuertes y con atractivo. Tienen un impacto sobre la marca del país, sobre la imagen, enorme. Y además tiene un verdadero efecto multiplicador sobre la inversión y la financiación de todos los sectores. Lo contrario… Ya lo conocemos. Tenemos una oportunidad magnífica para seguir siendo un ejemplo mundial. No solo tenemos las herramientas, sino todos los ingredientes. Que no lo estropee un comité de defensores del estancamiento.