Una oportunidad para la Educación

Se ha generado una enorme polémica por el anteproyecto de Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior, y creo que la oportunidad merece que se lleve a cabo no solo una ley que siga la línea de la legislación nacional para la Comunidad de Madrid, sino que sea una plataforma para que ésta sea un referente mundial de educación, acceso a talento y excelencia educativa.

Conviene poner en contexto la situación. La Comunidad de Madrid es la que más universidades privadas tiene, ocho privadas y 36 centros privados adscritos, frente a 6 públicas. También se sitúan por encima de la media de España en rendimiento, según el Ivie y la fundación BBVA.

Pero hay que hacer mucho más, y entre los objetivos a alcanzar es que el proceso administrativo y burocrático para crear una universidad de calidad, y avalada por premios Nobel y catedráticos de prestigio internacional, no se eternice ni se convierta en una locura de requisitos repetidos y retrasos injustificables. Primera cosa que debemos analizar. ¿Dónde se crean los cuellos de botella y por qué? Y poner las soluciones en marcha, rápida y eficientemente.

Como anteproyecto, la Ley está sujeta a un amplio debate, pero el objetivo de todos los involucrados debe ser único. Que la Comunidad de Madrid tenga algunas de las mejores universidades del mundo. Desde ese objetivo, y con la obligación de todos de resaltar aquellos aspectos que deban mejorarse o eliminarse, conviene entrar en algunas aclaraciones.

Que sea el Parlamento autonómico el que apruebe, mediante ley, la autorización para crear una nueva universidad privada es algo que se exige en la Ley Orgánica de Reforma Universitaria y se ha mantenido en la Ley Orgánica de Universidades de 2001. Pero la apertura de una nueva universidad no requiere del visto bueno vinculante del resto de universidades. El Consejo Universitario de la Comunidad de Madrid es un órgano consultivo y sus informes son preceptivos, pero no vinculantes.

El anteproyecto de ley no introduce una novedad en esto, ya que ya se exigía antes. También es preceptivo, como hasta ahora, un informe de la Conferencia General de Política Universitaria del Ministerio.

Es importante abrir el debate sobre si estos requisitos son absolutamente necesarios o barreras de entrada, y si deben ser cambiados, pero no podemos poner un nombre y apellido a algo que ya existía y demonizar a una persona por un sistema que funciona de la misma manera en otras comunidades.

La Ley exige que se tenga una “trayectoria universitaria contrastada”, bien como centro adscrito o bien como centro de educación superior, pero ni se exige que haya sido dentro de la Comunidad de Madrid o en Universidades madrileñas. Se trata de una exigencia de mínimos que nunca afectaría a proyectos de calidad contrastada con profesionales de prestigio nunca cuestionado.

Tampoco es correcto que el anteproyecto elimine a aquellas opciones que ofrezcan titulaciones similares a las de las actuales. Utiliza la palabra “preferentemente”, para evitar duplicidades, además así favorece a las especialidades.

Podemos hacer mucho más por la educación sin un carácter normativo extremadamente detallado

No es exacto que se exijan diez titulaciones. Se pueden combinar grados y másteres. Por ejemplo, diez másteres equivalen a tres grados. Ni que se exijan instalaciones deportivas a cualquiera.

Una cosa he aprendido con ésta polémica. Podemos hacer mucho más por la educación sin un carácter normativo extremadamente detallado, porque nunca vamos a contemplar todas las particularidades posibles, sobre todo en un mundo cambiante donde la educación reglada está en proceso de revolución global. Tenemos que liderar el cambio. Si queremos tener una educación líder y de calidad no va a venir por una enorme cantidad de papeles y por una normativa detallista.

España merece una educación de calidad, de verdad. Y algo que se le puede reconocer al anteproyecto de ley es que el espíritu busca evitar una burbuja de baja calidad o de exceso y alto precio, y tiene como objetivo asegurar unos mínimos. Como todos los anteproyectos, está sujeto a debate y el objetivo de todos debe ser que mejore, para que Madrid no esté entre los mejores destinos de educación superior de España, que lo está, sino del mundo. Nadie puede negar el espíritu de mejora constante y diálogo de esta administración.

Educación no es una universidad 100% pública que expenda cientos de miles de títulos anuales sin un valor real

En muchas ocasiones intentamos buscar la excelencia desde la normativa, y asegurarla desde la creación de grupos de análisis, externos o internos. Pero lo importante, de verdad, es el reconocimiento internacional. Y eso es lo que va a dar a nuestra educación un empuje no visto antes.

Porque educación no es una universidad 100% pública que expenda cientos de miles de títulos anuales sin un valor real. Ni muchas privadas que los expendan igual, pagando. Existe una razón por la que tenemos algunas de las mejores escuelas de negocios del mundo. Por su prestigio internacional y sus exigencias de calidad y mérito. Educación no es tampoco adoctrinar ni controlar el tipo de ideario de los centros. Educación es formar a los jóvenes en el mérito, el conocimiento, la práctica y como cimiento para su futuro.

Estamos ante una oportunidad de oro. Las polémicas ayudan a enfrentarnos a los retos y hacerlo mejor. Y si el proceso administrativo es ilógico, es una oportunidad para hacerlo más eficaz. Mi experiencia en ese sentido ha sido clarísima. Cuando se ha presentado un problema de exceso de papeleo innecesario o de procesos administrativos injustificados y duplicados, la Comunidad de Madrid ha trabajado para solventarlo rápida y eficazmente.

Vamos a trabajar para asegurar que la Comunidad de Madrid tiene las mejores universidades del mundo. Mejorando y aportando soluciones. Todos.

Adiós, guerra de divisas: El Banco Central Europeo no podrá contener el efecto aspirador

En los últimos días hemos hablado en detalle de los presupuestos y de la importancia de cumplir con la reducción de déficit y posterior reducción de deuda ante la evidencia de que la época de los tipos bajos y el desastroso gas de la risa monetario del BCE se acercan a su fin. Si España, que ha reducido enormemente sus desequilibrios y está en la senda del crecimiento, no se pone como objetivo principal reducir significativamente la deuda ante las subidas de tipos, volveremos a entrar en un riesgo importante. Los que exigen “relajar el déficit” no solo son imprudentes, son peligrosos.

La semana pasada, la Reserva Federal anunció tres subidas de tipos en 2017 y otras tres en 2018, con una reducción del balance de 600.000 millones de dólares (420.000 millones en bonos estatales y 180.000 en activos ligados a hipotecas).

El anuncio ha despertado la preocupación de inflacionistas y burbujeros. ¡Una reducción del balance de la Reserva Federal! Anatema. Total, ha aumentado de 900.000 millones de dólares a la aterradora cifra de 4,5 billones de dólares y lo que les preocupa es que baje en 600.000 millones de nada. No preocupa la enorme burbuja de bonos ni el exceso de riesgo tomado buscando un poco de rentabilidad.

Lo que le preocupa al consenso es que entre 2017 y 2018 la composición de los miembros de la Reserva Federal va a cambiar a una mayoría que defiende el “sound money”, es decir, acabar con el asalto al ahorrador y la clase media que supone el aumento masivo de la masa monetaria y los tipos ultra-bajos. Recordemos que en los últimos ocho años, la política fiscal en EEUU ha aumentado impuestos en 1,5 billones de dólares y destruido una cifra muy similar en el valor y poder adquisitivo de la principal fuente de riqueza de los norteamericanos: los depósitos. La mayor transferencia de renta de la clase media hacia el Gobierno en cincuenta años.

Ante el final de esa política de “empobrecer al vecino”, en Europa, Mario Draghi anunciaba que los mal llamados estímulos seguirán manteniéndose.

Pero tiene un problema.

La Reserva Federal ya está casi 300 puntos básicos por detrás de la curva, es decir, tenía que haber subido los tipos mucho más.

Si el BCE continúa con su política monetaria mientras se acelera la normalización en EEUU, el efecto aspirador se multiplica.

Ya hemos hablado aquí de ese “efecto aspirador”: La oferta de dólares mundial se contrae mientras la demanda se dispara, generando salidas de capitales en los países que no son moneda de reserva global. Ese efecto aspirador (lean), añadido a la repatriación de dólares de las empresas norteamericanas, supone un gran riesgo para la Unión Europea. Con más de 1,3 billones de euros de exceso de liquidez en el BCE, a la UE le ocurriría lo contrario, la oferta de euros sería muy superior a la demanda.

¡Muy bien, así exportamos más! Le dirá alguno. Solo que no ocurre, como explicamos aquí. Pero lo que sí ocurre es que la confianza internacional en los activos de riesgo en euros y las emisiones de deuda pierden atractivo y, si además coincide con un deterioro de los indicadores de solvencia -déficit, emisiones netas, pago de intereses sobre PIB-, puede ser un riesgo muy relevante que, hoy en día, pocos están valorando.

Recordemos que la inmensa mayoría de las transacciones comerciales globales se hacen en dólares. El euro es, todavía, muy poco utilizado internacionalmente (según el BIS).

Al contrario de lo que muchos piensan, el porcentaje de transacciones globales en dólares no solo es enorme, sino que ha aumentado recientemente a un 87,6% del total. En el mismo periodo, desde 2008, las transacciones en euros han caído ocho puntos. No es una casualidad que ese desplome en el uso del euro en transacciones globales, acelerado desde 2013, coincida con la mal llamada “expansión” monetaria.

Pero, no solo el euro pierde relevancia en el comercio global, sino que el supuesto efecto placebo exportador es inexistente. Las exportaciones no comunitarias de la Unión Europea se han estancado. Y, la realidad es que unos Estados Unidos que ponen -por fin- la política de defender el valor del dinero y los ahorros de sus ciudadanos como centro de su política, puede generar enormes incertidumbres a un euro que es menos utilizado en el mundo.

Usted dirá que EEUU no puede “aguantar” un dólar fuerte, pero eso ya lo desmontamos aquí (Por qué el dólar es el nuevo oro).

Casi todos los gobiernos y parlamentos de los países europeos están tomados por el pensamiento único de que hay que copiar a Japón y su inútil política de tipos reales negativos y exceso de liquidez, a pesar de la evidencia del estancamiento que genera. Pero Japón tiene un enorme ahorro en divisas y una envidiable balanza financiera.  La Unión Europea, no.

Por lo tanto, que el BCE se resista a subir los tipos, cuando es una urgencia, y reducir las recompras de activos, cuando tiene 1,3 billones de euros de liquidez excesiva, son enormes riesgos en una economía global donde el euro es una anécdota. Si esto es un riesgo con una moneda fuerte y respaldada por grandes potencias, como el euro, imaginen lo que sería para monedas sin respaldo como quieren los populistas. Un desastre.

Tengamos muy en cuenta estos riesgos. Si nos preparamos para el invierno, el impacto será muy bajo. Si pensamos que la barra libre de exceso monetario no va a tener consecuencias muy importantes y que hay que fortalecerse antes de que termine, el efecto negativo será grave. Eso sí, alguno le echará la culpa a la falta de regulación o a los mercados. Ya lo verán.

Marzo refuerza las expectativas de empleo

En marzo de 2016, la Organización Mundial del Trabajo estimaba que el paro en España sería del 21,5% en 2016 y del 21,3% en 2017. Se equivocaron, afortunadamente. Este martes se publicaron los datos del empleo y muestran que hay que seguir trabajando hasta erradicar el paro, pero que la mejora es espectacular. El Financial Times mostraba “el mejor marzo” y, lo que es más importante, España vuelve a situarse en el segundo puesto en creación de empleo fijo. La contratación indefinida crecía un 18,4% con respecto a marzo de 2016, más de tres puntos por encima de la temporal (+14,8%). La contratación indefinida a tiempo completo ha aumentado un 20,7%, el mejor marzo desde 2007. Ni un 1% de los contratos totales son de menos de un mes y los contratos fijos ya superan el 75% del total.

En los últimos doce meses, el paro ha bajado en 392.453 personas, una caída del 9,6%. Pero otro elemento importantísimo es que el paro entre los menores de 25 años ha caído un 13,7%.

Que baje el paro en marzo es una buena señal, porque en los últimos ocho años el aumento medio era de más de 10.000 personas. Pero los salarios también están mejorando. Según el INE, el coste salarial total pasó en España de los 1.995,68 euros del cuarto trimestre de 2013 a los 2.010,73 actuales, un aumento moderado, pero hay que tener en cuenta que en ese periodo los precios han mostrado una tendencia negativa.

Los tres elementos a resaltar, por lo tanto, son la subida de salarios, la continuada mejora del empleo indefinido y la caída del desempleo juvenil.

Ahora viene lo que hay que mejorar.

España es un país de pequeñas y medianas empresas, que generan casi el 70% del empleo. Por ello hay que llevar a cabo un proceso urgente de medidas que faciliten el crecimiento de las mismas, reduciendo agresivamente escollos fiscales y administrativos, para que la transición a gran empresa aumente. Si consiguiéramos que esas empresas pudiesen empezar a respirar –más del 50% siguen en pérdidas-, se podrían crear más de un millón y medio de empleos.

¿Qué decir de los autónomos, los grandes sufridores de la pasada crisis? Crean casi un tercio del empleo en España, y sufren los mayores costes fiscales, con las menores prestaciones. Para llegar a los veinte millones de afiliados que España puede y debe conseguir –y superar- es esencial que se creen más de 300.000 nuevos autónomos. Y eso no se va a conseguir si no se lleva a cabo una reforma en profundidad del régimen de autónomos que, en vez de verlos como un cajero para el expolio fiscal, reconozca la importancia del autoempleo, y los grandes riesgos que corren.

Los autónomos son, como negocio, el sector peor tratado en términos fiscales de los colectivos empresariales. Es un colectivo que paga por el privilegio de producir y crear riqueza mucho antes de generar un solo euro de ingresos, que sufre de mayores dificultades para cobrar, menos beneficios y peor jubilación.

Uno de cada dos autónomos cobra sus facturas a más de 90 días, sin embargo, la losa de costes fijos es mensual y liquidaciones trimestrales. Si no se adecúa la fiscalidad a los riesgos de la actividad, se convierte en un impedimento y un grillete más en el tobillo.

En España, los empresarios, pequeños, medianos y microempresarios, son unos héroes. Es una buena noticia leer que el paro se sigue reduciendo y que, por fin, España sale del destrozo generado durante la crisis, donde miles de empresas cayeron por impago de las administraciones públicas. Es una gran noticia leer que las empresas esperan aumentar plantilla. Pero hay mucho que hacer, y si queremos que mejoren los salarios y la calidad del empleo, no podemos erosionar el tejido empresarial y poner impedimentos a la mejora de nuestro patrón de crecimiento desde una perspectiva intervencionista. Si queremos empleo de Alemania, no podemos copiar a Grecia.

Ahora que se está consiguiendo salir del enorme agujero creado negando la crisis y doblando la apuesta por la burbuja, que reducimos los desequilibrios de la economía y mejoramos el empleo, no hagamos como en el pasado, dinamitarlo. Hay mucho que mejorar, pero el avance ha sido espectacular. El objetivo de veinte millones de afiliados ya no es una quimera, y si seguimos por la senda actual, se conseguirá.

Los ingresos de la Seguridad Social ya están por encima de los niveles pre-crisis, y es un dato muy positivo, especialmente porque los beneficios empresariales están aún muy lejos de esos niveles anteriores a dicha crisis.

España puede crear mucho más empleo y con mejores condiciones. Eso nunca va a ocurrir poniendo palos a las ruedas a los creadores de empleo.

La encrucijada de la Banca ante el fin de los estímulos

¿Es la reciente subida en bolsa de los bancos europeos una oportunidad o una trampa?Un inversor minoritario me decía este viernes que “siempre que compro bancos, están subiendo, pero luego lo pierdo todo”. No entendía la volatilidad ni el riesgo, sobre todo cuando la prensa no para de hablar de banca “saneada” y de resultados adecuados.

Empecemos por una consideración general. No, los bancos europeos no están totalmente saneados. Siguen acumulando más de 900.000 millones de euros de préstamos de difícil cobro y generan una rentabilidad sobre activos por debajo de su coste de capital, es decir, pierden dinero.

Las valoraciones no son exageradas, es cierto, a 0,8 veces precio sobre valor en libros ajustado, lo cual no es caro si se estima una rentabilidad del 9,9% ROTE (rentabilidad sobre activos totales) en 2017 y una rentabilidad por dividendo del 5,4%.

Los bancos europeos cotizan a casi un 40% de descuento en PER comparado con los bancos norteamericanos, pero ese descuento está justificado por la alta exposición a riesgo soberano europeo, el peso de los préstamos de difícil (imposible) cobro y la bajísima rentabilidad (el margen neto es casi cero). De hecho, caer en el error del descuento con respecto a la banca norteamericana puede llevar a engaño, porque ese descuento existe desde 2001 y se ha movido en una media del 20-30%, justificado por menor rentabilidad, menor flexibilidad y la valoración de sus préstamos con criterios debatibles (en vez de valorarlos a precio de mercado).

Pero hay elementos positivos y de cautela. El exceso de liquidez está en niveles récord desde que comenzó el programa de recompras del Banco Central Europeo, y ya alcanza los 1,3 billones (europeos) de euros, mostrando la debilidad del programa y su baja efectividad. Los tipos de interés negativos han hundido los beneficios de la banca, con caídas históricas de las estimaciones de consenso, que empezaba el año siempre con expectativas de aumento de beneficios de doble dígito para terminar en cero o negativo. Pero ese destrozo monetario está a punto de terminar.