Marzo refuerza las expectativas de empleo

En marzo de 2016, la Organización Mundial del Trabajo estimaba que el paro en España sería del 21,5% en 2016 y del 21,3% en 2017. Se equivocaron, afortunadamente. Este martes se publicaron los datos del empleo y muestran que hay que seguir trabajando hasta erradicar el paro, pero que la mejora es espectacular. El Financial Times mostraba “el mejor marzo” y, lo que es más importante, España vuelve a situarse en el segundo puesto en creación de empleo fijo. La contratación indefinida crecía un 18,4% con respecto a marzo de 2016, más de tres puntos por encima de la temporal (+14,8%). La contratación indefinida a tiempo completo ha aumentado un 20,7%, el mejor marzo desde 2007. Ni un 1% de los contratos totales son de menos de un mes y los contratos fijos ya superan el 75% del total.

En los últimos doce meses, el paro ha bajado en 392.453 personas, una caída del 9,6%. Pero otro elemento importantísimo es que el paro entre los menores de 25 años ha caído un 13,7%.

Que baje el paro en marzo es una buena señal, porque en los últimos ocho años el aumento medio era de más de 10.000 personas. Pero los salarios también están mejorando. Según el INE, el coste salarial total pasó en España de los 1.995,68 euros del cuarto trimestre de 2013 a los 2.010,73 actuales, un aumento moderado, pero hay que tener en cuenta que en ese periodo los precios han mostrado una tendencia negativa.

Los tres elementos a resaltar, por lo tanto, son la subida de salarios, la continuada mejora del empleo indefinido y la caída del desempleo juvenil.

Ahora viene lo que hay que mejorar.

España es un país de pequeñas y medianas empresas, que generan casi el 70% del empleo. Por ello hay que llevar a cabo un proceso urgente de medidas que faciliten el crecimiento de las mismas, reduciendo agresivamente escollos fiscales y administrativos, para que la transición a gran empresa aumente. Si consiguiéramos que esas empresas pudiesen empezar a respirar –más del 50% siguen en pérdidas-, se podrían crear más de un millón y medio de empleos.

¿Qué decir de los autónomos, los grandes sufridores de la pasada crisis? Crean casi un tercio del empleo en España, y sufren los mayores costes fiscales, con las menores prestaciones. Para llegar a los veinte millones de afiliados que España puede y debe conseguir –y superar- es esencial que se creen más de 300.000 nuevos autónomos. Y eso no se va a conseguir si no se lleva a cabo una reforma en profundidad del régimen de autónomos que, en vez de verlos como un cajero para el expolio fiscal, reconozca la importancia del autoempleo, y los grandes riesgos que corren.

Los autónomos son, como negocio, el sector peor tratado en términos fiscales de los colectivos empresariales. Es un colectivo que paga por el privilegio de producir y crear riqueza mucho antes de generar un solo euro de ingresos, que sufre de mayores dificultades para cobrar, menos beneficios y peor jubilación.

Uno de cada dos autónomos cobra sus facturas a más de 90 días, sin embargo, la losa de costes fijos es mensual y liquidaciones trimestrales. Si no se adecúa la fiscalidad a los riesgos de la actividad, se convierte en un impedimento y un grillete más en el tobillo.

En España, los empresarios, pequeños, medianos y microempresarios, son unos héroes. Es una buena noticia leer que el paro se sigue reduciendo y que, por fin, España sale del destrozo generado durante la crisis, donde miles de empresas cayeron por impago de las administraciones públicas. Es una gran noticia leer que las empresas esperan aumentar plantilla. Pero hay mucho que hacer, y si queremos que mejoren los salarios y la calidad del empleo, no podemos erosionar el tejido empresarial y poner impedimentos a la mejora de nuestro patrón de crecimiento desde una perspectiva intervencionista. Si queremos empleo de Alemania, no podemos copiar a Grecia.

Ahora que se está consiguiendo salir del enorme agujero creado negando la crisis y doblando la apuesta por la burbuja, que reducimos los desequilibrios de la economía y mejoramos el empleo, no hagamos como en el pasado, dinamitarlo. Hay mucho que mejorar, pero el avance ha sido espectacular. El objetivo de veinte millones de afiliados ya no es una quimera, y si seguimos por la senda actual, se conseguirá.

Los ingresos de la Seguridad Social ya están por encima de los niveles pre-crisis, y es un dato muy positivo, especialmente porque los beneficios empresariales están aún muy lejos de esos niveles anteriores a dicha crisis.

España puede crear mucho más empleo y con mejores condiciones. Eso nunca va a ocurrir poniendo palos a las ruedas a los creadores de empleo.

La encrucijada de la Banca ante el fin de los estímulos

¿Es la reciente subida en bolsa de los bancos europeos una oportunidad o una trampa?Un inversor minoritario me decía este viernes que “siempre que compro bancos, están subiendo, pero luego lo pierdo todo”. No entendía la volatilidad ni el riesgo, sobre todo cuando la prensa no para de hablar de banca “saneada” y de resultados adecuados.

Empecemos por una consideración general. No, los bancos europeos no están totalmente saneados. Siguen acumulando más de 900.000 millones de euros de préstamos de difícil cobro y generan una rentabilidad sobre activos por debajo de su coste de capital, es decir, pierden dinero.

Las valoraciones no son exageradas, es cierto, a 0,8 veces precio sobre valor en libros ajustado, lo cual no es caro si se estima una rentabilidad del 9,9% ROTE (rentabilidad sobre activos totales) en 2017 y una rentabilidad por dividendo del 5,4%.

Los bancos europeos cotizan a casi un 40% de descuento en PER comparado con los bancos norteamericanos, pero ese descuento está justificado por la alta exposición a riesgo soberano europeo, el peso de los préstamos de difícil (imposible) cobro y la bajísima rentabilidad (el margen neto es casi cero). De hecho, caer en el error del descuento con respecto a la banca norteamericana puede llevar a engaño, porque ese descuento existe desde 2001 y se ha movido en una media del 20-30%, justificado por menor rentabilidad, menor flexibilidad y la valoración de sus préstamos con criterios debatibles (en vez de valorarlos a precio de mercado).

Pero hay elementos positivos y de cautela. El exceso de liquidez está en niveles récord desde que comenzó el programa de recompras del Banco Central Europeo, y ya alcanza los 1,3 billones (europeos) de euros, mostrando la debilidad del programa y su baja efectividad. Los tipos de interés negativos han hundido los beneficios de la banca, con caídas históricas de las estimaciones de consenso, que empezaba el año siempre con expectativas de aumento de beneficios de doble dígito para terminar en cero o negativo. Pero ese destrozo monetario está a punto de terminar.

‘Brexit’: entre la incertidumbre y la urgencia

Ya se ha puesto en marcha el brexit. El consenso está pasando las fases típicas de enfado (no puede ser), shock (solo han votado los tontos, los viejos y los fachas), negación (lo parará el parlamento o los comunes) y ahora nos acercamos, lentamente a la de aceptación.

Y ya hay artículo 50.

Lo primero que debemos ser es intelectualmente honestos y reconocer que las estimaciones de una debacle económica -para un lado y otro- no se han dado. El consenso estimaba impactos solamente por el hecho de perder el referéndum que no aparecen por ningún lado. El “desplome” de la libra no es nada más que perder la prima que alcanzó con el miedo a la ruptura del euro, y cotiza a niveles medios de diez años. Todo el resto de indicadores, en la UE y Reino Unido, han sido de fortalecimiento. Se ha revisado al alza el crecimiento y la creación de empleo en Reino Unido por parte del Banco de Inglaterra y las casas de análisis. La economía sigue creciendo, con un incremento de dos décimas con respecto a las estimaciones post-referendum, situando el crecimiento del PIB para 2017 en el 1.6%, además de la reciente revalorización de la libra con respecto al euro, que deja lejos el fantasma de la paridad. Para la Unión Europea, una mejora similar, con crecimientos estimados que se han revisado al alza hasta un 1,6% para 2017.

¿Qué bien, no? La realidad es que todo ello ocurre porque existía ya un marco muy independiente en el Reino Unido y eso hace el riesgo mucho más bajo. Pero no podemos olvidar que la llegada a EEUU de la administración Trump añade un apoyo esencial a Reino Unido para mitigar riesgos.

El hecho de que dichos riesgos no se hayan manifestado aun, no significa que no existan, sobre todo ante una negociación tensa, larga y dura en la que ambos lados parten de posturas muy diferentes. A ello se añaden llamadas a referéndums de Escocia e Irlanda. En Reino Unido, curiosamente, muchos ven una Escocia separada como la oportunidad histórica de que el laborismo desaparezca de las opciones de gobierno en Inglaterra, ya que Escocia es un bastión de la izquierda.

Parece que el proceso para llegar a un acuerdo puede durar entre dos y tres años, un periodo que, seguramente, estará lleno de mensajes agresivos en los medios de comunicación.

La Unión Europea no querrá dejar un mal ejemplo de negociación débil para no generar un efecto llamada, mientras lidia con el auge de los euroescepticismos internos. Si fuéramos inteligentes, usaríamos esta oportunidad para fortalecer a la UE como un espacio de libertad, flexibilidad, atractivo inversor y comercio global. Si caemos en el error de utilizar el brexit para lo que algunos llaman “más Europa” (que esconde más burocracia e intervencionismo), estamos abocados al fracaso. Más Europa debe ser más inversión, empleo, y crecimiento, menos impuestos y menos escollos. No más comités y subvenciones. Lean.

Así que esperen un par de años de incertidumbre, pero seamos honestos en acotar las expectativas, tanto optimistas como de debacle.

Exportaciones e Importaciones

Las estimaciones de posible impacto para España que utiliza el FMI y el Gobierno pueden llegar a entre 2.000 y 4.000 millones de euros de impacto, afectando de manera relevante a los sectores exportadores, agricultura, pesca y automoción, en cifras estimadas de hasta 1.000 millones de euros. Pero de momento, el impacto en Reino Unido no es tal.

La producción solo se ha reducido un 0,4% con los datos oficiales de momento en 2017, por una caída en el sector farmacéutico de 0,9%, más por la incertidumbre del plan de sanidad de Trump y el efecto cíclico que “por el brexit”.

El déficit comercial de Reino Unido se ha reducido en 4.700 millones de libras en los tres meses hasta enero. Las exportaciones han crecido al ritmo más rápido en diez años en el trimestre, alcanzando un récord histórico, y las importaciones también se han disparado. Por lo tanto, el impacto para el sector exterior no es tal, de momento. Reino Unido es uno de nuestros mayores socios comerciales, y lo seguirá siendo.

¿Quién paga?

Reino Unido es el segundo contribuyente neto, después de Alemania, al presupuesto de la UE. Ese coste se tendrá que repartir entre los demás, y a España le tocaría alrededor de 1.000 millones de euros anuales adicionales.

Inmigración

Un tema extremadamente importante. La inmigración neta desde Europa se ha más que doblado desde 2012, según un informe de Capital Economics, alcanzando 185.000 personas. La inmigración neta total también se ha disparado, alcanzando más de 320.000 personas, comparado con una media de 150.000 histórica, según el gobierno británico.

La libre circulación de personas y los derechos y situación de los trabajadores comunitarios en Reino Unido y los de los británicos en Europa serán el comodín que se utilizará para acelerar las negociaciones. Reino Unido no quiere subcontratar su política de inmigración a una Unión Europea que ni tiene política clara, ni ejerce liderazgo ante retos geopolíticos. Sea como sea, los días del libre movimiento de trabajadores con Reino Unido se han acabado, y se espera una política similar a la estadounidense.

Comercio

Casi la mitad de las exportaciones de Reino Unido van a la UE, pero -desagregado- de los 28 países, 26 tienen enormes superávits comerciales con Reino Unido. ¿Qué quiere decir eso? La UE, país por país, exporta más a la Isla de lo que importa. Esa es la baza que quiere jugar Reino Unido, sobre todo con el país que tiene mayor superávit con ellos, Alemania.

Reino Unido tiene un alto déficit en comercio de bienes, pero un enorme superávit en servicios. Todo ello hace que la salida del mercado único pueda tener un impacto, pero que la solución para unos y otros dependa de un acuerdo rápido y específico para Reino Unido.

Sector Financiero

Con los últimos datos disponibles, el Reino Unido exporta 19.400 millones de libras al año en servicios financieros a la UE, el superávit para Reino Unido es cercano al 0,9% del PIB. Este es el gran escollo. Si las entidades financieras tendrán pasaporte para operar con la UE o si se limitan las facilidades para la financiación. Reino Unido origina casi el 20% de los préstamos para proyectos de infraestructura de la UE, según el informe de la City.

Regulación

Según Capital Economics y Open Europe, el coste para el Reino Unido de las 100 normas y regulaciones más onerosas de la Unión Europea es de 33.000 millones de libras. La excesiva burocracia y altos impuestos han limitado el crecimiento potencial y la inversión en Europa desde hace ocho años.

Si la Unión Europea no toma la iniciativa y empieza a desmontar el ‘leviatán’ burocrático que supone, este coste va a ser un problema para muchos países. Pero, además, no se nos debe escapar que Reino Unido, ya, es uno de los principales países en facilidad para crear empresas (doing business). Por ello, eliminar regulación innecesaria y burocracia es uno de los ases en la manga para atraer inversión del Reino Unido post-brexit.

Inversión Extranjera

La Unión Europea supone casi el 46% de la inversión extranjera a Reino Unido, fundamentalmente por la compra por parte de empresas multinacionales de otras empresas británicas. No se espera que ese flujo se reduzca y, desde luego, sería fácilmente sustituible. Ya en los últimos años se ha reducido la inversión comunitaria y se ha aumentado y sustituido por otros países.

La inversión de Reino Unido hacia la UE no va a reducirse por el brexit. Si acaso, aumentará, ante la oportunidad de desarrollar actividades en la UE y trasladar parte de las actividades.

Nos acercamos a un periodo de máxima incertidumbre, pero la oportunidad es enorme. La Unión Europea puede salir de estas negociaciones reforzada, aprendiendo de sus errores, reduciendo burocracia y atrayendo inversión y capital.

El brexit no va a ser un juego de suma cero. Los retos que se presentan son solo oportunidades. Si las tomamos, es una oportunidad para crecer, ser más prósperos, y recuperar liderazgo.

Si los burócratas ven una oportunidad para avanzar en una Unión Europea consumida por el dirigismo y el tsunami fiscal y administrativo, seremos culpables de nuestro propio fracaso. Yo creo que la Unión Europea puede salir de su cueva y convertirse en un líder mundial de comercio, crecimiento, empleo y atracción de inversiones.

Pero no caigamos en el error de pensar que la Unión Europea es estupenda, debe seguir siendo un dinosaurio burocrático y no tiene riesgos. Como dicen en Inglaterra, “hope for the best, prepare for the worst” (espera lo mejor, pero prepárate para lo peor). La combinación de arrogancia e ignorancia es muy peligrosa.