LA INCERTIDUMBRE PASA FACTURA

Tras dos votaciones de investidura fallida, es muy probable que España se encamine a nuevas elecciones en junio. Este periodo de incertidumbre política, que ya se extiende desde las elecciones municipales, empieza a mostrar señales evidentes de impacto económico.

Existen muchos estudios sobre el efecto en la economía de procesos de indefinición política. Estudios del Fondo Mondo Internacional (Aisen y Vega, 2011) o Harvard (Alesina, Sule, Roubini, Swagel, 1996) explican que la inestabilidad política y los cambios constantes de políticas y administraciones tienen un impacto directo en el crecimiento económico.

Lo primero que sufre en un entorno de constante batalla política con “enmiendas a la totalidad” y amenazas de cambiar todo a peor es la propensión marginal al consumo, la inversión financiera directa y las decisiones de contratación de los agentes nacionales. Es decir, somos los propios españoles los que reducimos la actividad viendo cada día en los medios de comunicación la batería de soluciones mágicas imposibles, los ataques y las llamadas a eliminar las medidas que han apoyado el crecimiento.

 

 

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La confianza del consumidor español -ICC – se ha reducido en doce puntos en lo que va de 2016. El ICC ha bajado a 95,2 puntos, un nivel que no se alcanzaba desde diciembre de 2014.

 

 

 

Mucho se ha hablado de la “fuga de capitales”.

Los inversores sacaron del país 70.200 millones de euros en 2015, la mayoría entre octubre y diciembre. Debemos aclarar que en esa cifra se encuentra la financiación a tipos más atractivos y repago de deuda gracias a las condiciones del BCE. Pero incluso si tenemos en cuenta ese efecto, usando el periodo temporal desde que el Banco Central Europeo, ha lanzado el programa de recompras, es evidente la ralentización de la concesión de crédito y que se ha dado una fuga de capitales que, aunque menor a los titulares, sigue siendo inconsistente con una economía que crece y atrae capital. Una gran parte corresponde a ciudadanos que prefieren depositar sus fondos fuera del país. Que España haya recibido casi 59.800 millones en financiación barata del BCE y se haya estancado entre deuda pública y el sector de la construcción, que ha sido un 55% del crédito privado concedido, muestra el evidente impacto de la incertidumbre. Aunque apoya el Banco Central, la percepción de riesgo aumenta.

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Se nota en el empleo también. El desempleo aumentó en febrero en 2.231 personas, y además contrastaba con la tendencia de los dos últimos febreros. En dicho mes de 2015, el desempleo bajó en 13.538 personas, y en 2014, en 1.949. Sin embargo, utilizando datos desestacionalizados, el paro bajó en 21.959 personas. Incluso si lo vemos desde ese punto de vista, se percibe una

Evolución del paro
Evolución del paro

ralentización en la intensidad de creación de empleo desde que comenzó el riesgo político tras el proceso electoral. En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, los datos siguen siendo positivos, con un aumento de ocupados de 63.355 personas, pero menos intenso que en febrero de 2015, cuando fue de 96.910 cotizantes. El problema sigue siendo el mismo. Incertidumbre y unas propuestas políticas que, en vez de afrontar el empleo desde la perspectiva correcta, que es potenciar la creación y crecimiento de empresas, se empecina en el dirigismo e intervencionismo que ha hecho de Andalucía campeona de paro con más de 35 años de políticas ‘sociales’.

 

No solo es la incertidumbre. También es la “mala certidumbre”, cuando se ataca a la inversión y la creación de riqueza. Proyectos cancelados o suspendidos en Barcelona, Navarra o Madrid ante la gestión entorpecedora de Podemos, etc. Se contabiliza en una pérdida de más de 7.500 futuros puestos de trabajo y superior a 6.000 millones en inversiones, además de una subida generalizada de impuestos, como hemos visto en Cantabria o Navarra.

 

FUNCAS estima que la economía seguirá creciendo por encima del 2%, pero muchos análisis cuantifican el impacto mínimo de la incertidumbre en hasta un 1% del PIB y, con ello, que la creación de empleo sea nula y, si se deroga la reforma laboral, hasta 300.000 empleos menos. El crecimiento de afiliaciones a la seguridad tiene una correlación muy importante, casi el 90%, con el del PIB, y ya muestra un riesgo de desaceleración claro.

 

Índice de actividad económica
Índice de actividad económica

 

Moody´s ha alertado que incumpliremos el déficit y que los pactos anunciados son negativos para la solvencia del país.

Un escenario de riesgo político puede reducir de manera drástica el acceso a financiación, y con toda seguridad lo encarecerá hasta en 300 puntos básicos.

En algunos casos se estima que hasta en 300 puntos básicos.  Es por ello que es tan importante que se permita la gobernabilidad y la estabilidad desde el objetivo de avanzar en las reformas, promover el crecimiento y la creación de empresas y empleo. Los ciudadanos han apostado claramente por la moderación y avanzar en las reformas. Nuestros políticos deben mostrar responsabilidad para facilitarlo.

 

Fuente de los gráficos : Markit, INE, Ministerios de Empleo, CIS y elaboración propia, Infografía La Razón.

Mientras sus señorías se pelean, sube el paro.

02.03.2016 – 20:03 H.

Money’s too tight to mention, I can´t even qualify for my pension.

The Valentine Brothers

Es enternecedor ver como señores que nunca han creado una empresa ni un puesto de trabajo con sus ahorros y su esfuerzo se enfrentan en un Parlamento para increpar sobre empleo mientras las empresas, autónomos y familias se encuentran con la incertidumbre.
El empleo sigue mejorando, aunque ya es muy evidente la ralentización que comentamos aquí en enero (creando empleo en un entorno difícil).
El dato de paro de febrero muestra ese efecto. El desempleo aumenta en 2.231 personas, y además contrasta con los dos últimos febreros. En dicho mes de 2015, el desempleo bajó en 13.538 personas, y en 2014, en 1.949. Sin embargo, utilizando datos desestacionalizados, el paro ha bajado en 21.959 personas. En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, los datos siguen siendo positivos, con un aumento de ocupados de 63.355 personas (+32.492 desestacionalizado), pero menos intenso que en febrero de 2015, cuando fue de 96.910 cotizantes.
Es positivo que siga aumentando la contratación fija. Recordemos que uno de los picos de temporalidad en España se dio en 2005, en plena burbuja de crecimiento, con más de un 35%.

Pero el problema sigue siendo el mismo. Incertidumbre y unas propuestas políticas que, en vez de afrontar el empleo desde la perspectiva correcta -potenciar la creación y crecimiento de empresas-, se empecina en el dirigismo e intervencionismo que ha hecho de Andalucía campeona de paro con más de 35 años de políticas ‘sociales’.

La reforma laboral ya se ha derogado ‘de facto’ porque pocos se atreven a tomar decisiones de largo plazo ante la incertidumbre.

Recordemos que dicha incertidumbre política no es un problema solo de atraer inversión extranjera. Los primeros que deciden ralentizar el ritmo de inversión y contratación, además de consumir menos por el riesgo, somos los propios españoles. Son la inversión y consumo domésticos los primeros que caen ante las promesas de derogar lo que funciona, poner palos a las ruedas, y subir la carga impositiva al sufrido ciudadano para crear un “observatorio de los salarios”. No, señores, no se llega al ‘Top 10’ del índice Doing Business con observatorios, ni con aumentos de presión y esfuerzo fiscal para financiar gasto corriente. Se llega facilitando y reduciendo las trabas fiscales y burocráticas. No creando un comité para analizar si se está “mejorando la eficiencia”.

Ya decía Thomas Sowell que la burocracia es un monstruo que se da a luz a sí mismo y exige baja por maternidad.

En ‘Acabemos con el paro’ (Deusto, lean la reseña aquí) dedico todo un capítulo al riesgo que generan los políticos con sus palabras, con las amenazas constantes de derogar y eliminar, y de introducir aún mayores rigideces e impuestos.
Tenemos, por tanto, no solo que ofrecer oportunidades de inversión, sino con una combinación de seguridad jurídica, estabilidad política, valoración y rentabilidad.
Porque los que invierten exigen que estemos entre los mejores. O se van a otros países. No estamos haciéndoles un favor por invertir ni dándoles un chollo. No tienen la obligación de arriesgar su dinero. Si les ponemos trabas, si acudimos constantemente a la amenaza pública y a la demonización, simplemente no vienen.
Los políticos nunca valoran el efecto desincentivador de sus palabras. Cuando hablan en un debate de investidura de nacionalizar, confiscar, llamar a la actividad de empresas privadas ‘derechos humanos’, cambiar leyes una y otra vez o romper la seguridad inversora, no se dan cuenta de que la gente sí escucha. Y que lo peor para un país son los ‘globos sonda’, esas amenazas ‘a ver qué pasa’ que muchos se piensan que caen en saco roto. No es así. Aumentan el riesgo.

La confianza y el entorno favorable a la creación de empleo no se mejoran haciendo observatorios y acudiendo a mayor intervencionismo. Se construyen durante años, pero se destruyen en segundos.

Si a los políticos les preocupara de verdad el paro, sería una prioridad estatal consensuada que España fuera líder global en creación y crecimiento de empresas, no en derogar reformas que funcionan para crear subcomités de burocracia inútil.

Mañana seguirán diciendo que les preocupa el empleo. Pero muchos utilizan el paro como arma arrojadiza, nada más.

 

Fuga de capital en China. Un peligro creciente

02.03.2016 – 05:00 H.

I like to feel the suspense when I’m certain you know I am there.

Peter Gabriel

 

Hay decisiones que, en vez de calmar, pueden crear mayor nerviosismo.

Que China haya decidido dejar de reportar una cifra esencial para entender la magnitud de sus salidas de capital (Position for forex purchase) es una de ellas. ¿Por qué? Es la cifra que nos explica cuánto está perdiendo la economía china con operaciones en moneda extranjera. Y, por lo tanto, también muestra el riesgo de negar la necesidad de devaluar el yuan mucho más. Cuanto más lo retrasen, los desequilibrios son mayores y será más difícil que el proceso sea lo que el consenso espera. “Ordenado”.
Las salidas de capital de China en 2015 alcanzaron más del 15% del PIB. Esa cifra, por ponerla en contexto, nos puede dar una idea de la magnitud del problema, cuando en crisis de países emergentes previas ha sido de un 3 a un 8%.

En la cifra de salidas de capital, según Deutsche Bank, un 70% se explica por pérdidas en el canal de importación. ¿Qué significa eso? Cobertura de tipos de cambio y deudas en moneda extranjera. Que la parte considerada “fuga de capital” es relativamente baja, aunque creciente. Eso, añadido a lo que el Banco Central chino llama “salidas positivas” –aquellas que se generan por grandes adquisiciones de empresas extranjeras-, nos debería dar cierta tranquilidad, si no fuera porque la cifra total demuestra que las reservas totales, a pesar de tener un enorme superávit comercial, se desploman.
¿Qué significa esto? Que la mejora de la balanza de pagos no viene por crecimiento de las exportaciones sino por hundimiento de las importaciones, lo cual lleva a que las reservas en moneda extranjera sigan cayendo.

No olvidemos que el gobierno chino ha acudido al rescate de la banca pública ya en tres ocasiones en 2016, mientras se mantiene la cifra “oficial” de préstamos de difícil cobro en un más que cuestionado 1,6%. En un contexto tan complicado, la decisión de bajar el coeficiente de caja de sus bancos es un riesgo en una economía que ha aumentado su deuda en un billón de dólares en lo que llevamos de 2016. Sí, China ha “creado” en deuda el equivalente al PIB de España en dos meses.

Lo más peligroso es que el 70% de los bonos emitidos en 2015 fueron a un sector inmobiliario y de construcción ya extremadamente endeudado (según Wall Street Journal), lanzando la deuda corporativa a un 160% del PIB mientras la deuda total se espera que alcance el 290% del PIB en 2019, y me temo que ocurrirá mucho antes.

Lo que nos debe asustar es la velocidad a la que crece el crédito mientras la economía se ralentiza y se empeoran las condiciones de repago. Según Morgan Stanley China necesita hoy cuatro veces más deuda para crear una unidad de PIB que hace ocho años.
Y la respuesta no es positiva… Ese aumento de deuda genera cada vez menos efecto “crecimiento” a medida que se demuestra que la saturación de deuda y sobrecapacidad es mayor (ya en un 38%).

Por eso la decisión de reducir las exigencias en la concesión de crédito no es positiva. Se ha lanzado a la economía a apalancarse masivamente para compensar la pérdida de crecimiento y generación de caja, y se está haciendo refinanciando y volviendo a endeudar a sectores donde la deuda ya es muy alta y la capacidad de repago se ha reducido a niveles de 2006.

Algunos analistas quieren ver un dato positivo en esta combinación, pero lo que me parece ya más que obvio, y llevamos alertando desde 2013 en esta columna, es que el riesgo chino no se está mitigando desde una política prudente.

La aceleración del crédito y la pobre respuesta en reservas de moneda extranjera y crecimiento nos hace temer que China sigue agrandando su burbuja, y más rápidamente.