El Gobierno de España quería ser líder en llegar a los objetivos de cero neto. Con esta política miope y destructiva, el Gobierno de España consiguió el cero neto absoluto: cero electricidad, cero teléfono y cero seguridad de suministro.
Es muy grave que el presidente del Gobierno de un país desarrollado se dedique a mentir sobre las empresas y las causas del peor apagón de la historia de España.
Red Eléctrica Española advirtió hace poco más de dos meses al regulador bursátil sobre el riesgo de «desconexiones de generación por elevada penetración de renovables» y la «pérdida de prestaciones de generación firme». Sin embargo, en una entrevista a El País, la presidenta de Redeia, matriz de Red Eléctrica, afirma ahora que “el riesgo cero no existe, que se lo digan a Francia o a Italia, que han tenido problemas similares”.
Es un insulto a los españoles y portugueses comparar episodios leves de apagones solventados en poco tiempo con el peor apagón de la historia de España, que afectó, además, y por primera vez en la OCDE, a todas las comunicaciones telefónicas y redes móviles.
La presidenta, Beatriz Corredor, dice en esa entrevista que “no es cierto que la nuclear sea más segura para el suministro, ni que las renovables hagan más vulnerable el sistema”. Ambas afirmaciones han sido desmontadas por su propia empresa y por los operadores de redes europeos. Esto es muy grave.
«Lo que dice Corredor en los medios hoy es lo contrario de lo que Redeia advirtió a los inversores»
Vamos a detallar la lista de avisos que fueron ignorados y que desmontan las afirmaciones de Corredor y del Gobierno en la prensa y en redes sociales.
Lo que dice Corredor en los medios hoy es lo contrario de lo que Redeia advirtió a los inversores. Alertaba de que la retirada de generación firme como la nuclear supone una amenaza a medio y largo plazo.
En su informe de 2024 (Cuentas anuales consolidadas) afirmaba: “El cierre de centrales de generación convencional como las de carbón, ciclo combinado y nuclear (consecuencia de requisitos regulatorios), implica una reducción de la potencia firme y las capacidades de balance del sistema eléctrico, así como su fortaleza e inercia. Esto podría aumentar el riesgo de incidentes operacionales que puedan afectar el suministro y la reputación de la empresa. Esta incidencia supone un riesgo, con un horizonte temporal a corto y medio plazo. El riesgo se ubica en las actividades propias y de los clientes y usuarios”.
En septiembre de 2020, ya con Beatriz Corredor al mando, Red Eléctrica publicó “Estudios de prospectiva del sistema y necesidades para su operabilidad” en el que se admitía que los niveles decrecientes de inercia en el sistema (sobre un 30% inferior en 2030 comparado con 2020) podrían suponer riesgo de derivadas de frecuencia inadmisibles ante grandes desequilibrios.
Además, identificaba un empeoramiento de las condiciones de estabilidad de frecuencia en el sistema eléctrico, evidenciando una necesidad de provisión adicional de inercia como la que aporta la nuclear.
«La propia Red Eléctrica afirmaba en septiembre de 2023 que “en la actualidad REE no dispone de herramientas suficientes para evitar que las tensiones en la red de transporte alcancen valores muy elevados»
Adicionalmente, argumentaba el mayor impacto en la estabilidad de frecuencia que tiene la integración de renovables en el sistema español, a causa de nuestras escasas interconexiones en comparación con otros sistemas más interconectados de Europa continental, estimando aquí que la inercia del sistema peninsular es un 50% inferior a la del resto de Europa continental.
La CNMC advirtió desde noviembre de 2023 sobre problemas de tensiones: «en algunos momentos, las tensiones de la red de transporte han llegado a alcanzar valores máximos cercanos a los umbrales permitidos por la normativa, llegando incluso a superarlos en momentos puntuales».
La propia Red Eléctrica afirmaba en septiembre de 2023 que “en la actualidad REE no dispone de herramientas suficientes para evitar que las tensiones en la red de transporte alcancen valores muy elevados, llegando en ocasiones a superar los rangos admisibles establecidos en la normativa e incluso llegando a provocar, en momentos puntuales, la desconexión por sobretensión de instalaciones de generación y de consumo. Este problema se ha visto agravado en los últimos años motivado por varios factores” citando la pérdida de energía de base y mayor dependencia de tecnologías volátiles e intermitentes como la solar (Informe técnico económico del proyecto demostrativo regulatorio del nuevo servicio de control de tensión, Dirección de Operación, Departamento de Centro de Control Eléctrico, septiembre 2023).
El Colegio de Ingenieros de Cataluña alertaba en un informe “PNIEC 2021-2030, Análisis de infraestructuras del sector eléctrico” sobre el riesgo para la seguridad del sistema ante la falta de nucleares, fuente de energía de base y con inercia.
Afirmaba que “el cierre de las centrales nucleares supondría una importante disminución de la capacidad de generación eléctrica en Cataluña, que actualmente depende en más de un 50% de la nuclear para cubrir su demanda” y detectaba un déficit de potencia garantizada de 4,3 GW para cubrir las puntas de demanda, lo que podría poner en riesgo la seguridad y continuidad del suministro eléctrico, concluyendo que “la sustitución de la nuclear por otras tecnologías, incluso renovables con almacenamiento y ciclos combinados, supondrá un aumento de la dependencia energética, del precio de la electricidad (hasta 30 €/MWh más) y de las emisiones de CO2 (de 3,8 a 12,8 millones de toneladas anuales)”.
En un informe de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad Entsoe publicado el 10 de enero de 2025, se alertaba sobre el riesgo de reducción de la inercia del sistema que acompaña a la descarbonización del sector eléctrico y el aumento de penetración de renovables, y sobre la necesidad de tomar medidas para asegurar la frecuencia y evitar apagones (“Recovering power system resilience in case of system splits for a future-ready decarbonised system, Project Inertia Phase II).
«Los operadores de redes son conscientes de la pérdida de inercia por aumento de energías renovables en el sistema y proponen garantizar un mínimo con medidas urgentes»
En ese informe se recomendaba añadir energía cinética al sistema mediante compensadores síncronos (SCs) y establecer un objetivo mínimo de inercia en cada país para el 50% del año hacia 2035, y aumentar al 90% a largo plazo.
Esto significa que los operadores de redes son conscientes de la pérdida de inercia por aumento de energías renovables en el sistema y proponen garantizar un mínimo con medidas urgentes, específicamente “todos los países de la zona sincrónica de Europa Continental deben asegurar niveles mínimos acordados de energía cinética en sus sistemas, distribuyéndola de manera homogénea para mitigar el riesgo de grandes separaciones del sistema (GSS) y mejorar la capacidad de recuperación ante eventos de partición de la red”.
Por otro lado, un estudio de Mehigan y otros alertaba específicamente de las debilidades del sistema ibérico, reflejando la inexistencia de potencia en el sistema ante el cierre nuclear.
Al gran apagón se le llamó “el gran bulo” en los medios cercanos al Gobierno, y a Ramón Roca se le insultó y calumnió por informar de que Red Eléctrica incrementaba el riesgo en la seguridad de suministro a 4,8 horas anuales y que habría más horas de riesgo de apagón ante el cierre nuclear.
Red Eléctrica publicó un post en X el 9 de abril de 2025 diciendo que “no existe riesgo de apagón” y “Red Eléctrica garantiza el suministro”.
Diecinueve días después de decir que “no existe riesgo” y tras decenas de advertencias técnicas, España sufrió el peor apagón de su historia, uno de los más largos de los países desarrollados, el de mayor número de afectados en la Unión Europea, con más de 60 millones de personas sin suministro eléctrico y el único de la OCDE que paralizó todas las comunicaciones con caída casi total de las redes móviles, internet y telefonía fija.
«Ese riesgo se ocultó por ideología. Se acusa a todo el que habla de seguridad de suministro y competitividad de antieuropeo»
Ahora Corredor dice que no existe el riesgo cero y echa balones fuera.
La pregunta es ¿por qué se ocultó ese riesgo?
Ese riesgo se ocultó por ideología. Se acusa a todo el que habla de seguridad de suministro y competitividad de antieuropeo y a todo el que alertó sobre el riesgo de apagones de “bulo” porque había que celebrar que España conseguía 100% de renovables en un día.
Se aplaudía que las nucleares tuvieran que cerrar asfixiadas porque los impuestos superan con creces a sus ingresos.
Se celebraba que España lideraba los objetivos de descarbonización y había que tapar que se daban interrupciones constantes a la industria y que hubo varios avisos de riesgo de apagón, además de un apagón en Chamartín que anunciaba lo que podía pasar.
Red Eléctrica tiene algunos de los mejores técnicos del mundo. Su personal especializado es un ejemplo de profesionalidad y conocimiento y así se reconoce en todo el mundo. Sin embargo, el sectarismo gubernamental, los nombramientos políticos de ejecutivos y las personas que ideologizan la energía impiden discutir de manera seria sobre los retos de la electrificación y el desmantelamiento nuclear.
«Vivimos en una época ridícula en la que la energía nuclear es “facha” en España, pero de izquierdas y popular en Francia»
Vivimos en una época ridícula en la que la energía nuclear es “facha” en España, pero de izquierdas y popular en Francia. La política energética la deciden unos activistas que no tienen ni idea de energía y para los que todo lo renovable es siempre bueno, pero a la vez rechazan minar cobre o litio, como si las renovables se crearan cantando canciones de Quilapayún.
Estos activistas de Mundos de Yupi copan puestos de gestión pública y elevada responsabilidad corporativa por adhesión política y tienen una visión de la energía sectaria y miope que parece salida de una película de Disney donde la energía se genera cantando y bailando.
A esos activistas, además, no les importa la seguridad de suministro porque su objetivo es el control social. Lo que sí les importa es el poder, por eso Teresa Ribera era antinuclear en España y pro nuclear en la Comisión Europea aprobando la extensión de la vida de las nucleares belgas.
Las energías renovables son esenciales en un mix energético equilibrado. Son volátiles e intermitentes, y necesitan energías de base con inercia (nuclear e hidráulica) y respaldo en picos de demanda (gas natural).Eliminar la nuclear es inasumible para España y nos hará tener más apagones, pagar más por la luz y encima pasar de depender de Rusia a depender de Rusia y de China.
Este apagón se podría haber evitado. No se hizo nada y, lo que es peor, no se está haciendo nada. Hoy quemamos más gas e importamos nuclear de Francia a cuatro veces el precio para seguir presumiendo de verdes. Este gobierno no es verde, es anti progreso. Si la oposición no se opone diametralmente a esta locura que llega de políticos sin escrúpulos ni idea de energía, España y Europa están condenadas a la pobreza.