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El Plan B de Syriza

“You´re not for real, girl, you don´t want my love, you just want my money”,Jason French

Sigue el culebrón griego.

Mucho se ha hablado de protestas anti “austeridad” este fin de semana. ¿Austeridad? El gasto público sobre PIB en Grecia es del 59,2%. De 1995 a 2011 nunca ha bajado del 49%. Desde 1976 el número de empleados públicos casi se ha triplicado mientras que el empleo en el sector privado solo ha crecido un 25%.

Y poco se ha hablado de economía real y crecimiento. Grecia tiene algunas de las cotizaciones sociales e impuestos a sociedades más altos de la UE y se encuentra entre los peores países en cuanto a facilidad de crear empleo y montar empresas según el índice “Doing Business” del Banco Mundial (Grecia puesto 61, España puesto 33). Adicionalmente, como comentábamos en “el laberinto griego”, uno de los índices de competitividad más bajos.

Los sucesivos planes que han presentado los gobiernos griegos nunca han buscado mejorar esas variables, solo mantener el gasto. Lo comentábamos ya en 2012 en esta columna, “el estado griego dilapida rescate tras rescate y continúa retrasando las reformas”.

Syriza no está haciendo nada que no hicieran los otros Gobiernos

Y Syriza no está haciendo nada que no hicieran los otros gobiernos. Negar los desequilibrios de su economía para sostener un gasto y un sector público que fagocitan la posibilidad de crecer de las pequeñas y medianas empresas. Mientras el fraude fiscal es una constante en cualquier parte del país, el Estado ahoga a todo el que cumple y sobrevive a través de una política depredadora.

Sin embargo, nos siguen diciendo que es un problema de “ingresos”. Este gráfico de Political Calculations demuestra lo contrario, como el gasto público se ha disparado muy por encima de la tendencia histórica de ingresos y los gobiernos simplemente se sientan a esperar que dichos ingresos se presenten mágicamente, mientras en su infinita generosidad permiten subsistir a las empresas que generan el 70% del empleo.

La solución China-Rusia…. The Greater Fool Theory

La amenaza de “entregarse” a China o a Rusia es, cuando menos, una broma. En los mercados se llama “la teoría del tonto mayor” (greater fool theory) que es pensar que lo que no te ofrece nadie lo vas a conseguir mejor y más barato de alguien extranjero, lejano y que, por supuesto, no se pronuncia.

China presta en dólares a Ecuador al 7,6% a ocho años. La media de financiación que ofrecen los rusos a los países que apoyan no baja del 9-10% en periodos similares. Y las condiciones de pago y requisitos son igualmente exigentes. Los rusos y chinos no son tontos. Las supuestas bondades geopolíticas de Grecia no reducen la severidad de las condiciones. Que se lo digan a Siria, o a Ecuador… Y tienen petróleo. Grecia no. El Banco público chino ya se ve con dificultades con los préstamos concedidos a Venezuela… como para lanzarse a prestar a quien de antemano avisa que no va a pagar.

La amenaza de Syriza de “hacer un Nestor Kirchner” –que en Argentina canceló compromisos con el FMI para firmar con Venezuela a más del doble del coste- es ideológica, no lógica. No existe un solo ejemplo de reestructuración donde se acuerde un vencimiento medio de 16,5 años como ya tiene Grecia, con un coste en intereses inferior al 2,6% del PIB.

El Plan B

Por lo tanto, Syriza no busca atacar los desequilibrios estructurales de su país ni financiarse mejor. Lo que busca es forzar a que el FMI y la Troika acepten prestar sin compromiso ni contrapartida para no dar imagen de “malvados”. Porque las reformas cosméticas que prometen llevan a otro callejón sin salida cada cuatro años.

El Plan B es muy simple. Forzar la máquina y echar la culpa al otro, una solución ideológica, no para los ciudadanos. Lanzar a la economía a un corralito –una medida a la que ningún gobierno totalitario ha hecho ascos jamás- e intervenir aún más, aunque suponga poner al borde de la quiebra al sistema de pensiones y la seguridad social. Por supuesto, una salida del euro supondría diluir dichas pensiones, ahorros y seguridad social entre un 50% y un 70%. Por eso la primera medida de Syriza fue recuperar la TV pública, para alimentar el enemigo externo cuando el problema de Grecia ha sido siempre interno.

Buscan forzar que el FMI y la Troika acepten prestar sin compromiso ni contrapartida

El problema de fondo de esta semana no es un préstamo o dar otra patada hacia delante. No se trata, como nos quieren hacer ver, de un problema de apoyo financiero. Es que sin atacar a los elementos estructurales antes mencionados, a Grecia le pueden prestar el dinero que quieran, al tipo que deseen, con el plazo que más les convenga, que el agujero crecerá de todas maneras. Porque el problema no es de coste ni maduración. Sino de gasto corriente. Eso lo sabe la Troika, China, Rusia y cualquiera. Y la paciencia tras décadas de errar y repetir, se ha acabado.

Si un país tiene una economía cíclica y orientada a servicios y lo atiborramos de gastos corrientes, la bola de deuda aumenta constantemente. Y no crece. Entre 1970 y 1999, sin euro al que culpar, Grecia creció siempre muy por debajo de la media de los países periféricos de Europa y que la media de los actuales socios del Euro. Sorpresa, no es una cuestión de estar en el euro o no.Grecia ya era un desastre de bajo crecimiento y competitividad antes de entrar en la UE.

Por eso, esta vez, la solución no va a pasar por aceptar el órdago sin cartas. Grecia solo tiene una opción. Solidaridad, sí, apoyo, claro. Donación, no.

Los primeros que lo saben son los propios griegos, los defensores de Syriza y sus asociaciones “anti Troika” diversas. El Estado creó un fondo de solidaridad para que los ciudadanos y simpatizantes contribuyesen a aliviar las cuentas públicas y solo ha conseguido cinco millones de euros. Y es que los que claman “solidaridad” son todos muy generosos con el dinero de los demás, pero poner, no ponen un duro.

El Laberinto Griego

“He who knows how will always work for he who knows why” David Lee Roth

Hoy hablaremos de Grecia.

¿Por qué la crisis de Grecia no afecta hoy a los mercados como lo hizo en el pasado?

La respuesta fácil es “por el helicóptero monetario de Draghi”. Efectivamente, el BCE crea cada tres meses “una Grecia” con su programa de €60.000 millones mensuales de recompra. Pero hay algo que olvidamos y que hace ese programa mucho más agresivo que los vistos  en Japón o EEUU. En el máximo del QE norteamericano, la Reserva Federal cubría el 87% de la oferta de bonos soberanos a 10 años de EEUU. En el caso del BCE, supone hasta un 120% de la oferta neta de bonos de algunos países.

Pero además hay que entender que, tras el episodio de Chipre, los cortafuegos en el sistema financiero son cada vez más eficientes. Hoy el 60% de la deuda griega está en manos de los países de la Eurozona, un 77% en total en manos del Fondo Monetario Internacional, el BCE y la Eurozona. Del total, ni un 15% está en manos de fondos extranjeros. Si Grecia hace impago, lo pagaremos los ciudadanos europeos.

¿No es la deuda griega insostenible?

Lo miremos como lo miremos, Grecia no es insolvente ni su deuda impagable.

Grecia paga el 2,6% de su PIB en intereses por la deuda, mucho menos que otros países incluido España. Ninguna agencia o analista considera que el país sea insolvente si esa cifra no llega al 10%. Además cuenta con un perfil de vencimientos mucho más a largo plazo que el resto de países de la Eurozona, con un vencimiento medio de 16,4 años. No es un problema, por lo tanto, de reestructurar. Grecia ya cuenta con condiciones mucho más ventajosas comparada con cualquier reestructuración. El gran error histórico de Grecia ha sido no valorar que cuenta con condiciones más atractivas que las que pretende conseguir rompiendo la baraja.

Siempre comentan la quita y ayudas a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, Grecia ha recibido el equivalente a 54 planes Marshall (el 214% de su PIB) y una quita del 70%, casi diez veces más de lo que recibió Alemania, que fue un 22% de su PIB, según el London Debt Agreement de 1953 (fuente NY Times).  Algunos dicen que ayudas han servido para pagar a ‘bancos extranjeros’. Para empezar, es incorrecto por ignorar el 70% de quita -pérdida soportada por los acreedores-. Pero en cualquier caso ¿para qué se creen que se utilizaron las ayudas a Alemania?

Ninguna reestructuración histórica ha sido más ventajosa que la griega. Sin embargo, gobierno tras gobierno buscan forzar una máquina que no funciona porque el problema griego era y es fundamentalmente de competitividad.Grecia se sitúa en el puesto 81 en el ranking global de competitividad comparado con España (35), Portugal (36) o Italia (49), es decir, la economía griega tiene niveles de competitividad similares a Irán o Argelia, no a un país europeo. Devaluar e imprimir no cambia ese problema. Durante décadas antes de entrar en la UE, Grecia acudía a las devaluaciones competitivas como solución mágica a problemas estructurales y los breves periodos de crecimiento inevitablemente llevaban a enormes recesiones que, en media, seguían generando crecimientos interanuales muy pobres.

Ninguna reestructuración histórica ha sido más ventajosa que la griega. Sin embargo, gobierno tras gobierno buscan forzar una máquina que no funciona

Como bien explica el profesor Michael Mitsopoulos en “Understanding The Crisis In Greece, from Boom To Bust” (MacMillan), los sucesivos gobiernos griegos han permitido a una creciente e ineficiente maquina estatal y burocrática fagocitar la economía productiva y siempre lo han disfrazado de crisis de deuda. Y el de Syriza no es distinto a los anteriores ya que su receta económica es la misma. Disfrazando sus propuestas bajo “crisis social” y centrando toda la atención en el fraude fiscal -que es y era un problema real- vuelven a obviar el enorme dilema de productividad y las barreras a la creación de empresas. Grecia se encuentra en el puesto 61 en cuanto a facilidad para hacer negocios (Doing Business, World Bank) comparado con España en el 33.

Una de las primeras medidas de Syriza en ese sentido no puede ser más reveladora: reabrir la TV pública, que pagan los griegos -entre otros conceptos- con un impuesto incluido en la tarifa eléctrica. Y luego, muy sociales ellos, hablar de que hay que “bajar la tarifa eléctrica”. ¿El gasto en defensa es desproporcionado?  La primera medida de Syriza, mantenerlo y cambiar suministrador a uno más caro. A Syriza no le interesa atacar el problema de productividad de su economía, igual que no le interesaba a los anteriores. Porque la alta productividad no genera clientes cautivos de los favores burocráticos y sectores buscadores de renta que dependan del estado.

¿Cuál es el problema para llegar a un acuerdo?

Punto número uno,  eliminar la recomendación de la UE superávit comercial. No importa que Grecia nunca haya mejorado su economía aumentando el déficit comercial, ni que no haya un plan explícito de donde y cómo se va a invertir ese exceso de importaciones. Dice Paul Krugman que si a Grecia se le permite no tener superávit comercial el paro bajaría un 10%… ¿Basado en?… Nada, porque nunca ha ocurrido. El paro en Grecia siempre se ha disparado tras los cortos periodos de inflar las importaciones.  Grecia es el ejemplo perfecto de repetir una y otra vez, con distintas siglas, los mismos errores del keynesianismo de cavar zanjas para luego taparlas -con el dinero de los demás-, lo que Mises llamaba “convertir pan en piedras”.

El gran escollo de las negociaciones de estos días no es llegar a un acuerdo que ayude a Grecia a mejorar y crecer, sino que la UE acepte aumentar los desequilibrios históricos de la economía griega y mantener el estado rentista. Y tras reestructuraciones y acuerdos, dentro de cinco años, volver a lo mismo.  Pero ya no cuentan con el factor miedo de “crear riesgo sistémico”.