2023, un año para olvidar 

Mientras el gobierno se entrega a la propaganda, la economía empeora de manera evidente.

Con el último cambio de gobierno, Sánchez relega el ministerio de economía al perfil más bajo de la democracia, a la vez que encumbra a la reina del expolio fiscal, Montero, confirmando un gobierno más politizado, confiscatorio y extractivo.

La economía española cierra 2023 con datos muy pobres, especialmente teniendo en cuenta que el gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, además de dilapidar los fondos Next Generation EU en gasto clientelar.

La inflación –dato adelantado del IPC- cierra diciembre con un avance anual del 3,1%, que significa una inflación acumulada desde que ha llegado al poder Sánchez del 16,4% y un índice de precios que supera en 2023 al de la media de la eurozona, que se situaba en 2,4% en noviembre y se estima en un +0,2% en diciembre, que supondría un 2,6% en 2023.

La inflación de alimentos cierra con un +9% estimado en 2023, lo que supone un alza desde que gobierna Sánchez de más de un 50%. Gracias al destrozo monetario del BCE. Política monetaria expansiva lo llamaban.

La inflación de alimentos cierra con un +9% estimado en 2023, lo que supone un alza desde que gobierna Sánchez de más de un 50%

Ojo, porque la inflación acumulada (16,4%) ajustada por la renta de los españoles es mucho mayor que la media de la eurozona y eso se nota en el empobrecimiento generalizado de la población.

El PIB refleja la brutal desaceleración y, además, muy rápida. Caída de inversión, exportaciones y comercio. En el primer trimestre el gobierno se vanagloriaba porque «la variación interanual del PIB se sitúa en el 3,8%, frente al 2,9% del trimestre precedente» y en el tercer trimestre se felicita porque «la variación interanual del PIB se sitúa en el 1,8%, frente al 2,0% del trimestre precedente». Fascinante.

En empleo es todavía más preocupante. Como refleja Fedea y BBVA, el paro efectivo (paro oficial + demandantes de empleo con relación contractual) cierra en la última cifra en 3.387.000, el mismo nivel que en octubre de 2022. La cacareada cifra de 21 millones de afiliados incluye casi 800.000 pluriempleos.  El propio Secretario de Estado de Trabajo reconoció que la pluriactividad infla la afiliación en 778.936 que en realidad no corresponden a un trabajador, sino a varios empleos que compagina un pluriempleado. Suponen un 3,9% del total, que es el máximo histórico.

España se mantiene como la tercera peor recuperación de la Unión Europea en PIB 2019-2023 y pierde puestos en renta per cápita con respecto a la media de la eurozona y de la UE.

El gobierno ha recaudado más de 22.000 millones de euros adicionales por la inflación en 2023 y a pesar de ello el déficit estructural se mantiene y el déficit sobre PIB se quedará en un 3% por el efecto placebo de la inflación en el denominador (PIB nominal). Es decir, la deuda y el déficit siguen escalando.

La deuda total de las administraciones públicas se ha disparado por encima de los dos billones de euros (pasivos totales de las administraciones, Banco de España, 2,026 billones de euros), un aumento de casi 325.000 millones de euros desde que gobierna Sánchez.

La deuda pública crece más del doble que el PIB real, como refleja el Banco de España, y por lo tanto, España no crece, se endeuda.

El próximo año 2024, el Estado deberá refinanciar más de 200.000 millones de euros y va a tener que pagar 41.000 millones de euros por intereses de deuda pública, un 36% más que en 2023.

El gobierno tenía presupuestado un pago de intereses de 31.000 millones de euros, y, añadido a lo que quiere gastar para comprar un 10% de Telefónica y el aumento generalizado de gasto que ya ha acordado, incluido 12.000 millones del mal llamado “plan anticrisis”, significa que la factura de gastos se dispara y las palabras “administración” y consolidación presupuestaria brillan por su ausencia.

En 2024, refinanciar esos 200.000 millones de euros no va a ser tan fácil como en la época en que el actual ministro de economía era secretario de estado del Tesoro, ya que entonces el Banco Central Europeo llegó a comprar más del 100% de las emisiones netas de España, una barbaridad y una de las razones por las que hoy se empobrece la población.

2024 supondrá mayores impuestos a la clase media, subidas generalizadas en los impuestos a la vivienda y a los suministros básicos mientras te presentan un falso escudo social que has pagado con creces al negarse a deflactar los impuestos a la inflación.

El ejercicio 2024 volverá a traer más impuestos, más deuda y más maquillaje de las cifras de paro. 2023 es un año para olvidar en un país que lleva un lustro de pérdida con respecto a una eurozona que tampoco es un modelo de crecimiento. El 2024 no va a ser muy diferente.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

Un comentario en “2023, un año para olvidar 

  1. Para completar el desastre y las medidas estilo «Bananas» van a extender la enseñanza obligatoria hasta los 18 años y así «maquillar» el fracaso escolar. Cuando todo esté convenientemente «maquillado» y vivamos en un mundo feliz seremos la nueva unión soviética, pero más chapucera. Éxito conseguido. ¿Qué luego llega el desastre? No importa, siempre habrá capitalistas a los que echar la culpa.

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