A partir del minuto 1.18. Comentamos el escenario de:
- Incertidumbre política
- Impacto sobre la inversión doméstica e internacional
- Ralentización china y global
- Riesgos y oportunidades para los inversores en bolsa ante los estímulos del BCE.
A partir del minuto 1.18. Comentamos el escenario de:
Un poco de alivio. La bolsa se recuperó ayer ante las palabras de Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Pero los datos muestran que el plan de estímulos, como dijimos en esta columna, no funciona. Ni siquiera ha dado la deseada «euforia por gas de la risa monetario», dejando a multitud de inversores atrapados ante la promesa de que «los bancos centrales apoyan».
Cuando se lanzó el QE del Banco Central Europeo, el exceso de liquidez en el sistema era de unos 125.000 millones. Ayer, cuando las palabras de Draghi daban un respiro a las bolsas, superaba los 639.000 millones de euros.
Eso muestra que ni los tipos ultrabajos ni el chute de liquidez hacen que los agentes económicos inviertan o pidan más crédito.
No solo eso, sino que las estimaciones de crecimiento, desempleo y precios se han tenido que revisar a peor.
Ni los tipos ultrabajos ni el chute de liquidez hacen que los agentes económicos inviertan o pidan más crédito
Y la promesa de nuevos estímulos puede que sostenga los activos financieros a corto plazo, pero ya hemos visto, en pleno programa de recompras, que el riesgo y la fragilidad aumentan. Los estados se financian a tipos artificialmente bajos, y eso ayuda si se hacen reformas estructurales -como hizo nuestro país- y se corrigen desequilibrios, pero también crea un incentivo perverso a endeudarse más, tirar de déficits excesivos y retrasar reformas, algo que el propio Draghi repite una y otra vez. Pero como quien oye llover.
Y es que el problema de Europa no es de liquidez, ni de acceso a crédito, sino de exceso de capacidad y endeudamiento soberano, que se financia con impuestos crecientes y represión financiera, reduciendo la capacidad marginal de consumo y de recuperación al perpetuar dicha sobrecapacidad y sostener a los sectores endeudados e ineficientes.
La mayor parte de la masa monetaria emitida por el Banco Central Europeo no encuentra lugar donde invertir. En el caso de algunas emisiones de bonos, el BCE supone ya más del 100% de la demanda. La capacidad de compra supera a las necesidades de financiación netas de muchos países. No falta liquidez,sobra capacidad y falta crédito solvente, al menos falta demanda del mismo en la cantidad monstruosa que supone el estímulo mensual, 60.000 millones.
Se vuelve a demostrar lo que llevamos diciendo años. El banco central puede mitigar o poner parches a algunos problemas puntuales de pánico, pero no soluciona problemas estructurales.
El banco central no puede imprimir crecimiento ni crear inflación porque lo decida un comité.
Si atendemos a las previsiones más optimistas de necesidades de inversión en Europa -y son muy exageradas-, el total -350.000 millones- es alrededor de la mitad de lo que ‘imprime’ el BCE cada año. ¿Dónde invertimos el resto? Se va a inflar activos financieros y perpetuar burbujas.
El problema de Europa no es de falta de inversión tras dos décadas de planes industriales que han dejado una sobrecapacidad del 20% y una enorme deuda. Es de exceso de gasto.
Europa no puede ‘disfrazar’, cubrir con azúcar monetario un problema de sobrecapacidad interno, el impacto de China, el crudo y el frenazo de emergentes
Europa no puede ‘disfrazar’, cubrir con azúcar monetario un problema de sobrecapacidad interno, el impacto de China, el crudo y el frenazo de los emergentes que ralentizan el crecimiento global. Porque, entre otras cosas, esas mismas fuerzas depresoras son consecuencia de los excesos de estímulo globales anteriores.
Draghi es consciente de los riesgos. Siempre repite que la política monetaria es solo una herramienta y que sin reformas estructurales no funciona. Y nadie puede decir que no hace lo que le piden. Pero los inversores deben saber también que caer en la trampa de la liquidez y la política monetaria como último asidero que sujete los activos de riesgo es un juego peligroso que ya ha quemado a muchos. La cautela debe imponerse.
Si 720.000 millones de euros anuales y tipos a cero no han generado los resultados apetecidos -como sabíamos que iba a ocurrir-, el que piense que una cantidad superior y tipos negativos lo va a conseguir, sueña.
Los estados solo pueden hacer una cosa, y es ya urgente. Políticas de oferta y mejoras de renta disponible de empresas y familias que hagan que Europa salga del estancamiento, no incentivos para que sigamos cavando el agujero de dos décadas de gasto y deuda.
En ‘El espectador económico’ María Blanco, autora de “Las tribus liberales” y Juan Manuel López Zafra, autor de “Retorno al Patrón Oro” y Daniel Lacalle, autor de “La madre de todas las batallas”. Iniciamos con ellos el debate: ¿imprimir crea crecimiento?
En el año 2015 en España se dieron de alta alrededor de 2.000 autónomos cada día. En los últimos 3 años el número de autónomos ha crecido en 150.000, y con ello se ha recuperado casi la mitad de los 350.000 perdidos en la crisis.
La figura del autónomo es esencial para una sociedad moderna, una economía flexible y para dar valor añadido al factor trabajo. Es una pieza esencial de la cultura de emprendimiento que vuelve a recuperarse en nuestro país.
Sin embargo, aún hay mucho en lo que avanzar. España sigue teniendo uno de las tasas más bajas de emprendimiento de la OCDE, y es especialmente preocupante que sea extremadamente baja entre los universitarios, que son precisamente los que en todos los países buscan comenzar su andadura laboral creando su empleo y labrando una experiencia en gestión y toma de decisiones que no encontrarían en un trabajo por cuenta ajena. La media de emprendimiento universitario en España ha mejorado a un 8%, pero está muy lejos del 40% de las economías líderes.
Ser autónomo tiene importantes ventajas a la hora de crear valor para nuestra experiencia que no se encuentran en trabajos por cuenta ajena. Al mostrar iniciativa, capacidad de resolución de problemas, gestión de entornos difíciles, el autónomo se convierte en un todo-terreno que demuestra que sus capacidades van mucho más allá de su título o especialidad. Esa experiencia como emprendedor es extremadamente valiosa tanto si se continúa con un negocio propio como si se busca después un trabajo en una empresa. Y esa diferencia es esencial para garantizar derechos.
En los países líderes, los trabajadores preservan y mejoran sus derechos no porque lo decida un sindicato, sino porque las empresas tienen que competir por el valor añadido y el trabajador puede optar por montar su propio negocio.
En Acabemos con el Paro (Deusto), comento las grandes medidas que deben tomarse para seguir apoyando a autónomos y pymes. Extender la tarifa plana, que ha sido una medida muy positiva, bajar cuotas y penalizar el retraso en el pago de facturas, así como adecuar la fiscalidad al trabajo realizado, no como un fijo e introducir una deducción por cobertura sanitaria. Son medidas que han funcionado y que profundizan en hacer de éste colectivo el motor del cambio de patrón de crecimiento que tanto deseamos.