Todas las entradas de: Daniel Lacalle

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

El desplome de las bolsas y el crudo

La caída generalizada de las bolsas en las primera semanas de 2016 no es por el crudo. El precio del petróleo es una consecuencia de un enorme exceso de oferta y la evidente ralentización global. Las bolsas reflejan un entorno en el que se cuestiona el crecimiento chino que, además, exporta desinflación al resto del mundo a través de la devaluación de su moneda.

En ese entorno, la caída de los precios del petróleo debería ser una buena noticia para las economías de los países consumidores. Y lo es. Pero no debemos equiparar –un error bastante frecuente- activos financieros con macroeconomía. Al fin y al cabo, para que las bolsas suban debe darse una combinación de aumento de perspectiva de beneficios empresariales, confianza en el mercado de deuda y mejora de las expectativas de crecimiento global.

Sin embargo, lo que hemos visto desde hace meses es una constante revisión a la baja de estimaciones de crecimiento mundial y de beneficios. Ya lo comentamos aquí, la economía global no se está desacelerando por falta de estímulos, sino por exceso de los mismos.

Estamos viviendo la resaca de años en los que se ha aumentado masa monetaria muy por encima del PIB nominal, bajado tipos hasta llegar a cero y que ha llevado a que la deuda global no descendiese, sino que aumentase en más de 60 billones de dólares.

En el petróleo, la política de los productores de maximizar cuota de mercado a cualquier precio ha llevado al crudo a niveles de hace trece años. La capacidad excedentaria ha aumentado de 2,5 millones de barriles/día en 2013 a casi el doble con la entrada de Irán en la carrera. Los que piensen que el precio se estabilizará por recortes de la OPEP se siguen equivocando. Esperar que los productores de menor coste equilibren el mercado para ayudar a los menos eficientes no tiene sentido.

Una enorme cantidad de inversiones globales, sobre todo en países emergentes, se han hecho pensando en crecimientos que dependían de materias primas caras y tipos bajos. Con la caída, llega también el riesgo de impago. No solo en energía, sino en deuda soberana e infraestructuras. Eso, añadido al exceso de capacidad global, hace que el riesgo aumente. No es una debacle, es una oportunidad para volver a la cordura y recuperar un crecimiento que no precise de exceso de endeudamiento

Una reunión extraordinaria de la OPEP sería inútil

El crudo ha seguido cayendo por debajo de niveles que incluso sorprenden a los más pesimistas. En “La Madre de Todas las Batallas” (Deusto) y esta columna hemos comentado en varias ocasiones las razones y las consecuencias desde hace mucho tiempo . Ya explicábamos en junio pasado que el “desplome del petróleo es estructural”, por ejemplo.

Ayer, de nuevo, Venezuela pidió una reunión extraordinaria de la OPEP. No es de extrañar. Es uno de los países con menor renta per cápita de toda la OPEP y el que se encuentra en una peor situación económica, con una inflación superior al 190%, caída del PIB más pronunciada de todos los países petroleros y una escasez que llega al 80%. Además de ser una de las economías más dependientes del petróleo –dependencia que ha aumentado con el chavismo- es una de las que peor ha derrochado la enorme renta petrolera de todos los países de la OPEP. Recordemos que durante el periodo de gobierno de Chávez los precios del petróleo casi se multiplicaron por diez y el país redujo menos la pobreza que otros sin riqueza en materias primas. Otros países de la OPEP utilizaron esa década de precios altos para reducir deuda a casi cero, modernizar el país y reducir dependencia. Hoy, Venezuela, la cigarra de la organización, exige a las hormigas una ayuda.

Hoy, Venezuela, la cigarra de la organización, exige a las hormigas una ayuda

La solicitud de esa reunión extraordinaria se ha recibido, como no podía ser de otra manera, con falta de interés. Cuatro delegados de la OPEP informaron a Reuters que es poco probable que se reúnan.

¿Por qué? Los productores de menor coste argumentan, y con razón, que no tiene ningún sentido que sean ellos los que equilibren el mercado y no aquellos que tienen costes más altos.

Por otro lado, los países productores más eficientes saben que si se reuniesen y acordasen una reducción de producción, inmediatamente la compensaría el aumento de volúmenes desde Norteamérica y Rusia. Por eso se niegan a llegar a acuerdos que sólo afectan a alrededor de un 32% de la producción global (la OPEP) sin un compromiso de los países “no-OPEP” y de Irak, invitado que ya produce más que en el máximo de la época de Saddam Hussein.

Irán, que acaba de salir del embargo, puede añadir al mercado entre 1 y 1,5 millones de barriles al día rápidamente, y tras años de sanciones no va a ser el que decida limitar su producción. Tampoco lo va a hacer una Arabia Saudí que cuenta con el menor nivel de deuda, mayores reservas y costes de extracción bajísimos.

Una decisión unilateral de recorte sería contraproducente en lo que respecta a su imagen de cara al exterior. Dar la impresión de “atacar a tus clientes” como explicaba Al-Naimi en una de las reuniones de la OPEP es casi suicida. Se acelera la reacción –sustitución, cambio tecnológico- y se crean barreras que acaban siendo negativas para todos. Recortar cuotas supondría una especie de “subvención encubierta”, un “rescate indirecto” a las tecnologías y alternativas energéticas que son más caras, ineficientes y menos flexibles.

Los productores saben que si deciden un corte de producción, los más ineficientes se lo van a saltar para mitigar el daño a sus ingresos fiscales

Finalmente, como todos los que hemos sido invitados a alguna reunión de la OPEP hemos vivido, los productores saben que si deciden un corte de producción, los más ineficientes se lo van a saltar para mitigar el daño a sus ingresos fiscales.

Todos saben, Venezuela la primera, que si recortasen producción en unos meses, quizá semanas el mercado volvería a desajustarse por la vuelta de aquellas tecnologías menos competitivas, no solo las fósiles.

No es una casualidad que, a pesar de la gran caída, Irán anunciase una bajada de su precio a los clientes europeos el mismo día en que se levantaban las sanciones. La batalla por la cuota de mercado es evidente, y el hecho de queEEUU pueda exportar añade un jugador relevante a esa “pelea” comercial y pacífica.

¿Quién gana si todo el mundo sufre? Los más eficientes. Los subvencionados, caros, los que “necesitan” precios altos para sufragar sus gastos políticos en el exterior, etc. Esos no tienen por delante un entorno muy atractivo.

China… El cambio de modelo no va bien

El dato de PIB de China publicado ayer dejó a los mercados un poco más calmados al ser ligeramente mejor a lo temido, a pesar de ser el peor dato en 25 años. Pero si hay algo de los datos de diciembre que me preocupa, y llevodesde 2013 alertando sobre China, es que el mensaje de los que tienen una visión positiva de su economía, se desvanece. El famoso “cambio de modelo a uno de consumo”.

Primera preocupación: La correlación entre el PIB publicado y la tasa de actividad medida independientemente (por uno de los mejores analistas macro, Capital Economics) se ha roto.

Segunda preocupación: La contribución del consumo al PIB ya se sitúa cerca del 50% y estimada en un 65% y eso nos hace temer que el famoso incremento del consumo para suplir la caída de la actividad industrial –evidente-, no sea ni de lejos suficiente, particularmente en un entorno de devaluación de la moneda (las familias tienen la mayoría de su riqueza en depósitos).

El hecho de que el crecimiento de ventas minoristas esté decayendo de manera similar a la ralentización de la economía tampoco ayuda en el efecto marginal sobre el crecimiento del PIB.

Por supuesto que un aumento de las ventas minoristas del 10-11% es un dato importante y no debe tomarse como un análisis negativo, pero es evidente que pone en duda la capacidad del consumo de suplir la caída del modelo de crecimiento industrial endeudado de los últimos años.

Tercera preocupación: La contribución del sector servicios aumenta pero se ralentiza. Y además la economía no se está desapalancando, que al menos sería un efecto positivo. La deuda sigue creciendo muy por encima del PIB nominal.

Todos estos gráficos, cortesía de Capital Economics, muestran no solo la ralentización de los datos pasados, sino que las expectativas para 2016 –incluyendo las oficiales- requieren una mejora sustancial para cumplir con las previsiones de los organismos internacionales.

¿Un nuevo estímulo? No olvidemos que el enorme problema de sobrecapacidad chino viene, entre otros, del plan de estímulo de más de $580.000 millones de 2008. Otro plan solo va a aumentar los desequilibrios en un contexto mucho más difícil a nivel global.

Hace ya meses que comentamos que China tenía dos alternativas, mantener un crecimiento a todas luces insostenible o evitar un crash.

En los próximos meses tendremos que prestar mucha atención a la confirmación o negación de ese argumento del “cambio de modelo productivo” y la cuantía de la devaluación que se lleva a cabo para intentar contener el problema de deuda. De momento ya ha tenido que acudir al rescate de sus bancos públicos inyectando fondos para evitar su rápida descapitalización.

Pero en cualquier caso, lo más importante es que prestemos atención a la tendencia de las variables de consumo y si, por fin, se empieza a desapalancar la economía.