El vergonzoso teatro de Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN demuestra que está dispuesto a cualquier cosa con tal de tapar los casos de corrupción que asolan a su gobierno.

Ya explicamos en esta columna hace dos semanas que Sánchez utilizaría el comodín del antisemitismo de Trump y una crisis diplomática con tal de desviar la atención. Y así ha sido.
Sánchez ha mentido a los españoles y engañado a sus propios votantes con su espantada en la cumbre de la OTAN. Mintió diciendo “por tanto, el 2,1%, ni más ni menos” y ha mentido en todas las comunicaciones posteriores, culminando en el momento en el que recriminó a una periodista que “cuando usted dice que yo he sido quien ha dicho el 2,1%, no soy yo”. En fin.
Según datos oficiales, la inversión en Defensa en 2024 fue la más baja de toda la OTAN, un 1,28% del PIB, o 20.392 millones de euros.
La negativa a invertir en Defensa por parte de los gobiernos de España es claramente contraproducente
Es decir, muy lejos del compromiso histórico de invertir un 2% del PIB, que supondría 31.862 millones de euros. Sin embargo, esa cifra también tiene truco.
Los datos de la IGAE muestran otra realidad: el gasto en defensa ha sido solo de 15.081 millones de euros en 2024, un 0,95% del PIB.
Además, en España se contabilizan las pensiones de los militares jubilados dentro de la partida de inversión en Defensa, lo cual infla las cifras en más de 4.000 millones anuales y lleva a que la inversión en seguridad de España sea simplemente intolerable.
La negativa a invertir en Defensa por parte de los gobiernos de España es claramente contraproducente. Cualquier análisis medianamente serio reconoce el efecto positivo que tiene la inversión responsable y eficiente en defensa sobre el crecimiento económico, la inversión, el empleo y la investigación y desarrollo.
Para el socialismo intervencionista es muy cómodo hacerse el anti-militarista y anti-estadounidense mientras le pasan la factura de la seguridad de nuestro país a Estados Unidos. Es ser gorrón y desagradecido.
España tiene un enorme problema de ineficiencia y duplicidades en el gasto público
Sánchez o Zapatero se han dedicado a hacer afrentas a Estados Unidos, su bandera y su presidente mientras exigen que se les proteja cuando hay un conflicto o una amenaza terrorista.
Sánchez, que se pasa el día acusando a los demás de apoyar a Putin, es el mayor activo del régimen ruso. No solo ha creado un cisma en la OTAN por intereses personales y facilita que España sea el segundo mayor importador de gas natural licuado ruso, alcanzando una cifra récord en 2024, sino que Político desvela que “la comisaria europea de España, Teresa Ribera, montó una campaña a puerta cerrada para flexibilizar el histórico plan de Bruselas de prohibir el gas ruso, según cinco personas familiarizadas con el asunto, mientras el bloque se esfuerza por acabar con su dependencia restante de Moscú para obtener energía”.
Desmontemos las mentiras económicas sobre el gasto en defensa de Sánchez.
«Pasar del 2 al 5% de aquí al 2035 exigiría gastar unos 350.000 millones de euros adicionales, que solo podrían conseguirse a base de subirle a cada trabajar los impuestos en 3.000 euros anuales, eliminar prestaciones, reducir en un 40% las pensiones o recortar en educación».
Falso. Como siempre, Sánchez se niega a administrar, él solo suma gasto. España tiene un enorme problema de ineficiencia y duplicidades en el gasto público.
Desde que llegó Pedro Sánchez, el gasto público se ha disparado en más de 200.000 millones de euros
Simplemente administrando correctamente y eliminando los 70.000 millones de euros anuales de gasto ineficiente que calcula el Instituto de Estudios Económicos, se puede acometer esta inversión sin ninguna de las amenazas sectarias que propone.
Además, la Airef, calcula 14.000 millones de euros anuales en subvenciones públicas que se conceden sin una estrategia ni un control adecuado.
Desde que llegó Pedro Sánchez, el gasto público se ha disparado en más de 200.000 millones de euros. Afirmar que no se puede asumir la inversión en defensa es simplemente mentir.
No olvidemos que estamos en un país donde se gastan 5.000 millones de euros en Agenda 2030, 20.000 en transición ecológica y 4.500 millones en “asuntos económicos”.
Es más, miente porque esta inversión en defensa se puede hacer sin problema acudiendo a las ayudas que ofrece el BEI y la Unión Europea.
La situación de nuestras fuerzas armadas y nuestros cuerpos de seguridad no es precaria, es paupérrima
Si Grecia y Polonia pueden acometer esta inversión, España puede hacerlo con mucha más capacidad económica.
Cuando Sánchez afirma que «para España comprometerse con un objetivo del 5% no solo sería irrazonable, sino también contraproducente» está mintiendo.
No solo asume que nuestra seguridad la tiene que financiar Estados Unidos y el resto de la OTAN a cambio de nada, sino que rechaza la evidencia del efecto positivo de esa inversión.
La situación de nuestras fuerzas armadas y nuestros cuerpos de seguridad no es precaria, es paupérrima. No es que España no se pueda permitir invertir en defensa, que puede hacerlo perfectamente, sino que es urgente restaurar la maltrecha situación de nuestra defensa.
En su carta, Sánchez afirma que elevar la inversión en defensa al 5% del PIB resultaría «incompatible con nuestro estado de bienestar y visión del mundo».
Lo que es incompatible con nuestro estado de bienestar es la política de despilfarro y expolio de Sánchez, y dejar al país indefenso para tapar sus casos de corrupción con una visión del mundo que asume que la defensa de España la va a pagar Estados Unidos mientras el sanchismo blanquea narcodictaduras comunistas y grupos terroristas antisemitas.
España puede pagarse la inversión en defensa y a la vez reducir deuda y déficit sin subir impuestos si se elimina el aberrante aumento del despilfarro en gasto político del sanchismo.