El maquillaje del paro y la temporalidad empírica reflejan el fracaso de la reforma laboral

2023 termina con un terrible dato de paro y afiliación aunque el gobierno se embarque, de nuevo, en un ejercicio de propaganda. 3,2 millones de desempleados apuntados al SEPE, una afiliación inflada por 800.000 pluriempleos y una cifra de empleo disfrazada por 400.000 nuevos funcionarios desde 2019 pagados con más deuda.

Si miramos el dato de paro efectivo (tasa de paro oficial, incluidos los demandantes de empleo con relación laboral), es evidente el maquillaje estadístico

En diciembre de 2019 había 3.163.605 parados oficiales y 301.316 demandantes de empleo con relación laboral, entre los que se encuentran los fijos discontinuos inactivos que no computan como parados. En total, un paro efectivo de 3.464.921. Con la reforma laboral, se cambió el nombre de los contratos de obra y servicio y estacionales y pasaron a fijos discontinuos, maquillando el paro cuando estos trabajadores no están trabajando incluso si cobran el paro. En noviembre de 2023, los demandantes de empleo con relación laboral, que incluyen los fijos discontinuos inactivos, se dispararon hasta 700.501 y el paro oficial “bajaba” a 2.734.831. Hablamos de un paro efectivo de 3.435.332, es decir, que entre diciembre 2019 y noviembre de 2023 no ha bajado en casi nada el paro efectivo, como calcula Fedea y BBVA. 

Si avanzamos a diciembre de 2023, la situación es similar. El número total de desempleados (“personas que no trabajan o que no están ocupadas”) registrados en los Servicios Públicos de empleo alcanza los 3.215.970 a los que se incluyen 11.385 personas en ERTE. Como explica José Luis Fernández, jefe de servicio de estudios de USO, comparando con el mes anterior los demandantes de empleo ocupados (donde se incluyen los fijos discontinuos que han cesado su actividad) han aumentado en 39.819 con respecto al mes, anterior alcanzado las 1.206.599 personas. Esto indica que en diciembre de 2023, el paro efectivo según el cálculo de Fedea se situaría en una cifra casi exactamente igual a la de diciembre de 2019. 

En 2018, CCOO criticaba que los fijos discontinuos cambiaban «temporalidad por parcialidad indefinida». Hoy, cuando se han multiplicado y hay más de 700.000 inactivos y cobrando el paro, dicen que es un éxito.

Lo mismo ocurre con la cifra de afiliados. No hay 20,8 millones de afiliados cuando más de 800.000, como reconoce el propio ministerio de Trabajo, son pluriempleos. Javier Esteban recuerda que el propio ministerio explica que la cifra de afiliados «no se corresponde necesariamente con el de trabajadores, sino con situaciones que generan obligación de cotizar» y un trabajador se contabiliza en la afiliación «tantas veces como situaciones de cotización tenga». 

La cifra de afiliación que se publica no corresponde a una persona por afiliación, y entre 2018 y 2023 el número que se explica por pluriempleo ha pasado de unos 690.000 a 830.000 personas.

La temporalidad también se ha maquillado de manera muy evidente. Según Fedea, la reforma laboral solo ha reducido la temporalidad «contractual», es decir, cambiarle el nombre a “fijo”, pero no la “temporalidad empírica”. El informe de Fedea (Los efectos de la reforma laboral: temporalidad “contractual” vs “empírica”) explica que “el nuevo marco laboral ha generado una nueva distribución de los contratos de trabajo que reduce la tasa de temporalidad hasta la media europea, pero replica casi exactamente la situación anterior en términos de estabilidad laboral para los trabajadores (i.e. los patrones diarios de creación y destrucción de afiliados a la seguridad social). Es decir, en términos agregados, el mercado laboral no muestra los cambios que a priori cabría esperar en la duración del empleo como resultado de la disminución del empleo temporal”.

Tras la reforma laboral empeora la duración de contratos y la supervivencia de los mismos. Se pasan temporales a «fijos» pero cae su duración.

No podemos olvidar el maquillaje estadístico creado por una contratación pública que se financia con más deuda en un estado masivamente deficitario. Con Sánchez el número de funcionarios públicos ha aumentado de 3,16 millones a 3,54 millones, un incremento de más de 320.000 personas en nómina de la administración que disfraza las cifras de empleo y destruye el mito del récord de empleo y el éxito del ejecutivo. Con un aumento de empleo público de casi 18.400 empleos por trimestre desde que gobierna Sánchez, se disfrazan las cifras de paro y de afiliación.

Si miramos la afiliación, consideramos el aumento de unos 140.000 pluriempleos adicionales y el efecto del incremento de empleo público pagado con deuda, España se queda con una afiliación de 20.340.000 personas, que apenas ha aumentado en 373.000 personas en el sector privado en los años de gobierno de Sánchez desde los 19.966.900 de diciembre 2019.

Si Yolanda Díaz se cree que un paro efectivo de 3,4 millones de personas, disfrazar temporalidad empírica y aumentar el pluriempleo y el número de funcionarios pagados con deuda es un éxito de la reforma laboral, lo único que demuestra es que buscaba maquillar la realidad, no mejorar las condiciones de los trabajadores.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

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