Ponga una cumbre en su vida; siempre nos quedará París

La decisión de Trump de rechazar el acuerdo “sobre el clima” de Paríscon el objetivo de negociar uno mejor puede criticarse o aplaudirse, pero lo que no debe hacerse es negar la realidad. Si a los gobiernos les preocupase el cambio climático, harían menos cumbres y más hechos. La realidad es que estas cumbres son oportunidades de foto que enmascaran una realidad muy distinta. Al burócrata le importa el proceso, no los resultados. Por eso adoran las cumbres y los acuerdos, pero justifican los atroces resultados con… Otra cumbre.

No se preocupen los que tiemblan ante las predicciones catastrofistas. El historial de errores garrafales de los agoreros del fin del mundo es tan amplio que solo un político lo podría ignorar. Solo recordarles que, según los análisis científicos de hace unas décadas, hace diecisiete años que no tendríamos ni petróleo ni agua. Porque ignorar la eficiencia, la tecnología y el desarrollo de fuentes sustitutivas es el pasatiempo favorito de los coleccionistas de subvenciones.

 

Ignorar la eficiencia, la tecnología y el desarrollo de fuentes sustitutivas es el pasatiempo favorito de los coleccionistas de subvenciones

 

El problema de la “lucha contra el cambio climático por decisión de comité” es que ni lo hace, ni ayuda a los consumidores. Perpetúa los incentivos perversos de los sectores contaminadores subvencionados y cercanos a los gobiernos a cambio de penalizar a los consumidores vía tasas, tarifas adicionales e impuestos “verdes”.

Pero hay una buena noticia. La descarbonización es imparable. No gracias a una cumbre de políticos –más bien al contrario-. Sino por competencia, tecnología y desarrollo. Por ingenio humano. El carbón lleva desapareciendo del mix energético global desde hace décadas a pesar –no gracias- a los gobiernos. Y lo mismo está ocurriendo con el petróleo.

De hecho, al lector no le sorprenderá que las cumbres del clima, en realidad, son reuniones que esconden, bajo la acción impositiva contra los ciudadanos, acuerdos para perpetuar los sectores rentistas contaminadores de sus países poniendo objetivos a 2030 que ya vendrá otro a explicar.

Porque la realidad es que, cumbre tras cumbre, con una sonrisa y un apretón de manos, vuelven a casa los líderes con sus empresas estatales contaminadoras intactas. 

-De los 147 países que han ratificado el acuerdo, en la inmensa mayoría, más del 90%, las empresas y sectores contaminadores son 100% públicos(las productoras de los petroestados, las carboneras, las acerías, etc…). Si a estos países les preocupase tanto el cambio climático no tendrían por qué reunirse en lugares exóticos. Con cerrar sus empresas estatales contaminadoras se acababa el problema.

-De hecho, ni cerrarlas. Si esos países que firman el acuerdo “del clima” implementaran las medidas de eficiencia, control medioambiental y mejores prácticas de las empresas norteamericanas, tampoco hacía falta cumbre. Tanto en I+D como en responsabilidad corporativa.

-La intensidad energética de EEUU se ha desplomado y necesita mucho menos consumo energético para crecer, a pesar de que ha aumentado su independencia energética hasta ser casi autosuficiente. La intensidad energética de EEUU es un 60% inferior a la de 1956 y crece mejor.

-China es el mayor contaminador del mundo. Supone un 15% de la economía global pero es casi un 30% de las emisiones totales. Si a China le preocupa el cambio climático, solo tiene que mirar al cielo en Pekín y ver que es negro, no azul, y cerrar sus empresas carboneras. Son casi todas estatales.

-India, lo mismo. Es casi el 7% de las emisiones globales y la inmensa mayoría son sectores estatales y subvencionados.

-China consume mucho más carbón de lo que dicen sus cifras oficiales. TantoThe Guardian como The New York Times han publicado que China emite hasta mil millones de toneladas de CO2 más de las que reconoce oficialmente cada año. Pero se presenta ante el mundo como el adalid de la lucha contra el cambio climático… En 2030 el 60% de su mix energético seguirá siendo carbón.

-La Unión Europea gasta anualmente 6.900 millones de dólares ensubvenciones al carbón. Desde el “acuerdo de Paris” de 2015, 875 millones de dólares anuales más. Es decir, han aumentado las ayudas al carbón (y las refinerías y las subvenciones al automóvil) mientras las tarifas de los consumidores se disparaban. No les tengo que decir que, además, la Unión Europea super-green es alrededor del 10% de las emisiones de CO2 del mundo pero sus ciudadanos soportan el 100% del coste en sus tarifas.

-De las subvenciones a las energías fósiles, el mayor es Irán –que también firma el “tratado”- que supone más que Arabia Saudí, Rusia e India juntos.

Como explicaba antes, la descarbonización es imparable. Y sería aún más rápida sin los escollos de los mismos que hoy se nos presentan como salvadores de la Tierra. Ni las estrellas de Hollywood desde sus aviones privados –verdes, seguro-, ni Trump con su aparente maldad diabólica ni los cientos de miles de páginas que firmarán tras el comité de turno van a eliminar el progreso, pero pararlo, vaya que si lo hacen.

Ni unos son salvadores de nada, con la sonrisa de “make the planet great again” mientras tiene un 1% del PIB en subvenciones a contaminadores, ni Trump es un monstruo. EEUU ha reducido más sus emisiones de CO2 que la inmensa mayoría de países gracias a la competencia, no a la decisión de Obama o de Trump. El éxito de EEUU en su política energética ha sido precisamente no tener una, me dijo Dick Cheney hace años. Si se hubiese hecho caso a las amenazas de politburó de la administración en 2007, hoy EEUU no sería autosuficiente en gas natural, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, líder en eólica y solar competitiva sin subvenciones, y tampoco se habría dado la mayor caída del carbón como fuente de energía primaria.

 

Ni unos son salvadores de nada, con la sonrisa de “make the planet great again” mientras tiene un 1% del PIB en subvenciones a contaminadores, ni Trump es un monstruo

 

La descarbonización de EEUU no solo ha venido de la sana competencia, sino que se ha llevado a cabo una transición más barata para el consumidor. Y es que los datos de EEUU comparados con la Unión Europea de la subvención, el impuesto al CO2 y la planificación intervenida, dejan a Europa a los pies de los caballos. EEUU ha reducido más sus emisiones desde 2007 que la Unión Europea de la subvención y el decretazo.

EEUU ha conseguido esa reducción bajando los precios del gas y de la electricidad a sus ciudadanos, mientras en la UE se han disparado. Trump no va a hacer el carbón competitivo ni va a cambiar esa realidad, igual que Obama no pudo evitar la revolución energética que despreciaba ideológicamente y hoy se apunta como un logro personal.

¿Hubiera sido mejor que EEUU aceptase el acuerdo? Puede, pero no estoy seguro. Probablemente, ahora, desde una posición de fuerza, pueda negociar algo menos cosmético y más realista un acuerdo que no reniegue de la competitividad y el empleo.

Por lo tanto, no nos rasguemos las vestiduras.

Si usted cree que la decisión de Trump es muy mala malísima, respire tranquilo, le va a costar al menos tres años y medio llevarla a cabo. Y si usted cree que los salvadores del clima van a ser los chinos, dese un paseo por Pekin y Shanghai y mire al cielo. Y me dice lo que hay (si consigue ver algo).

Pero crea usted o yo lo que crea, la tecnología y la eficiencia seguirán generando mayor progreso, energía más abundante y más limpia. Keep Calm, ni Obama salvó el mundo ni Trump lo hundirá.

Draghi, aciertos y errores

Mario Draghi ha vuelto a perder una oportunidad excepcional para ajustar la política monetaria. Mientras ignora los enormes riesgos que se están creando por la brutal inflación en los activos financieros, diciendo que “no se ven señales de burbuja”, en el Banco Central Europeo (BCE) siguen empeñados en crear inflación por decreto, obviando los efectos de la tecnología, la demografía y la sobrecapacidad.

¿”No se ven señales de burbuja”? Se las voy a indicar yo.

– Porcentaje de la deuda de los principales países “comprada” por el BCE: Alemania, 17%, Francia 14%, Italia 12% y España 16%. En el caso español, el BCE ha “comprado” 175.000 millones de euros, es decir, ha sido el mayor demandante de las emisiones netas del país.

Háganse una pregunta: El día en que deje de comprar el BCE, ¿quién de ustedes compraría bonos periféricos o europeos a estos precios? Claramente, la primera señal de burbuja está en la inexistencia de demanda en el secundario que supla el gas de la risa monetario del BCE. Indica que el precio es simplemente inasumible en un mercado abierto, aunque se confirme la recuperación. Sobre todo porque los tipos no reflejan ni siquiera una rentabilidad real mínima, al estar por debajo de la inflación.

– Los bonos de alto riesgo de la Unión Europea cotizan a máximos históricos a pesar de que la generación de caja y capacidad de repago de la deuda, según Moody’s y Fitch, no ha mejorado de manera relevante.

– El exceso de liquidez en la zona euro ya alcanza los 1,2 billones de euros. Se ha multiplicado por casi siete desde que se lanzó el programa de “estímulos”.

TODO POR LA INFLACIÓN

El impuesto de los pobres. Por supuesto, esa enorme cantidad de activos comprados por el BCE, que ya superan el 25% del PIB de la Unión Europea, tiene un problema. Al principio del programa de recompras, se podía debatir que los activos de riesgo, sobre todo bonos soberanos, podían estar baratos o infra-preciados por el riesgo de ruptura del euro y sentimiento general negativo. Esa afirmación no se puede hacer hoy, con las primas de riesgo a mínimos históricos y la deuda a máximos. Eso lleva a que una ayuda se convierta en un incentivo perverso para gastar más y endeudarse.

Por supuesto, lo que espera el BCE es la llegada del mantra de la inflación, ese espejismo que anhelan los estados deficitarios y ningún consumidor jamás ha valorado.

 

Lo que espera el BCE es la llegada del mantra de la inflación, ese espejismo que anhelan los estados deficitarios

 

Pero la búsqueda de la inflación por decreto se encuentra con el escollo de la realidad. La desinflación positiva que genera el avance tecnológico (lean a George Selgin) se une al lógico cambio de los patrones de consumo que se dan por el envejecimiento de la población (se ahorra más y se consume de manera diferente, se es más prudente) y al elefante en la habitación: La Unión Europea nunca ha tenido un problema de falta de inversión, sino de exceso de gasto en decenas de planes industriales y de infraestructurasque han dejado detrás de sí algunos efectos positivos, pero –con el exceso- mayor deuda y sobrecapacidad.

Ahora que los precios vuelven a moderarse con el pinchazo del inflacionismo petrolero y la dilución del efecto base, se pierde la oportunidad de moderar el innecesario y excesivo “estímulo” monetario. Lo explicaba en la CNBC el lunes, los supuestos efectos positivos del programa de recompras no pueden hacernos ignorar la acumulación de riesgo en bonos soberanos y corporativos, y el impacto brutal en el sector financiero.

DRAGHI, AL MENOS, ALERTA

El presidente del BCE no para de alertar a gobiernos sobre la importancia de las reformas que impulsen el crecimiento, bajar impuestos y reducir desequilibrios, pero nadie le oye. Cuando alerta a los bancos sobre sus debilidades, tampoco. Cuando recuerda a estados deficitarios que la política monetaria tiene fecha de caducidad, miran a otro lado. Es tiempo de fiesta.

La política monetaria es “como la Coca-Cola”, decía Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. Es la chispa de la vida. Un brebaje que estimula, pero que engorda muchísimo por su enorme cantidad de azúcar, y –aunque algunos se las concedan-, sin cualidades curativas.

El problema de perder esta oportunidad de moderar la política monetaria es que es muy improbable que se tomen las medidas necesarias para corregir los excesos cuando ya no sean solo evidentes para el analista económico, sino para todos. Porque entonces, como ocurre hoy con la Reserva Federal, tendrán miedo a la caída de bolsas y bonos que ellos mismos han inflado.

 

Es muy improbable que se tomen las medidas necesarias para corregir los excesos cuando ya no sean solo evidentes para el analista económico, sino para todos

 

Cometemos un enorme error pensando que la prosperidad va a generarse desde el endeudamiento y no desde al ahorro. Pero cometemos un mayor error si pensamos que, perpetuando los desequilibrios, se van a disfrazar sus efectos.

 

La creación artificial de dinero sin respaldo, muy por encima del crecimiento económico real está siempre detrás de esas crisis

En la rueda de prensa, Draghi dijo que “nadie sabe cuándo ni por dónde llegará la próxima crisis: lo único seguro es que vendrá». Lo que no explica es que la creación artificial de dinero sin respaldo, muy por encima del crecimiento económico real está siempre detrás de esas crisis. Pero de eso se ocupará el siguiente presidente del Banco Central, que ofrecerá como solución… Lo han adivinado: Bajar tipos y aumentar liquidez.