En esta ocasión comentamos en qué consiste la guerra de divisas. Cómo los países devalúan sus monedas para empobrecer al vecino.
La pesadilla de la OPEP
El nerviosismo es palpable ante la próxima reunión de la OPEP en Viena. El recorte de producción acordado con algunos países como Rusia ha sido un fracaso absoluto. No solo no han conseguido que suba el precio del crudo, sino que se ha reducido la cuota de mercado de los principales países productores.
Si le llegan a decir a Arabia Saudí que el acuerdo de recortes llevaría al precio del petróleo a su nivel más bajo en seis meses, aumentaría la cuota de mercado de su rival, Irán, y fortalecería el fracking en EEUU, no lo hubieran creído. Y así ha sido. Y no será porque no se lo advertimos algunos.
Irán espera aumentar su producción a 3 millones de barriles al día según la agencia de noticias Shana y fuentes oficiales.
En Estados Unidos, solo el fracking, ha aumentado producción a 5,2 millones de barriles al día en mayo, 700.000 más que a finales de 2016. Entre el aumento de Irán, Iraq y EEUU suplen casi todo el recorte del acuerdo. ¿Por qué? Los barriles iraníes e iraquíes son de altísima calidad y muy bajo coste, y los costes de producción de EEUU se han reducido de manera brutal. La propia BP, en su presentación de resultados, comentaba que su producción en aguas profundas en el Golfo de México puede competir sin problemas con un fracking que ya tiene un precio de equilibrio de $45 el barril.
Gracias a la eficiencia y reducción de costes, la producción en el Golfo de México se ha disparado también, llevando el total de producción norteamericana a 9,3 millones de barriles al día, el nivel más alto desde 2015.
De hecho, el recorte de la OPEP ha sido el mayor regalo para los productores que han mejorado en eficiencia. Les ha permitido generar mejores rentabilidades a bajo precio y aumentar cuota de mercado.
Mientras tanto, de los países del acuerdo, Arabia Saudí es el único país que ha sobrepasado su compromiso -como siempre- y supone el mayor recorte de todos. El precio del crudo sufre porque la producción está cada vez más diversificada y, por lo tanto, la prima geopolítica y la capacidad de control de precios de un grupo de productores. No solo eso, sino que los inventarios están a máximos de cinco años, y han aumentado en EEUU un 10% desde el “recorte de la OPEP”, un 30% por encima de la media de los últimos cinco ejercicios.
El error de los inflacionistas del precio del petróleo es triple:
Pensar que la reducción de inversiones generará un aumento del precio a medio plazo. No solo el capex está creciendo un 8% anualizado, sino que olvidan que esa “reducción” viene después de una burbuja de gasto en la década del dinero fácil que llevó a una enorme sobrecapacidad productiva, cercana al 30%. Las inversiones en exploración y producción se multiplicaron en diez años al calor de unos precios inflados -en dólares- por la política monetaria y unas estimaciones de crecimiento chino de ciencia ficción, sin justificación real y basadas en expectativas de burbuja. Hoy, esas megainversiones son costes hundidos que funcionan para generar caja. Lo que en La Madre de Todas las Batallas (Deusto) llamamos la “banda ancha energética”.
Ignorar la eficiencia y la sustitución tecnológica, que son inexorables, y retiran cada año, según la IEA, hasta 2 millones de barriles al día de demanda potencial.Pensar que los recortes de la OPEP van a funcionar mientras la demanda crece. No olviden ustedes que, en cuanto la demanda empiece a funcionar mejor, y no va nada mal, la OPEP empezará a “saltarse” esos recortes, como ha hecho siempre, ya que no hay cuotas individuales y encima, cuando las hay, las ignoran. Para que se hagan ustedes una idea, la media de “engaño” en las estimaciones de recortes de la OPEP desde 1980 es de entre 450 y 800.000 barriles al día.
Cuanto más baja el precio, más eficiente es el sistema. Las empresas de servicios globales han mostrado en sus resultados de este trimestre que pueden bajar precios un 40-45% y aun así ganar dinero y crecer.
No se preocupen, que muchos les dirán que “a medio plazo” el mercado se equilibrará… Y decían lo mismo hace dos años, un año, seis meses… Pero ignoran que equilibrar no significa necesariamente inflación de precios. Porque el avance de la tecnología, la sustitución y la diversificación es mucho más rápido que las decisiones intervencionistas de planificadores centrales.
¿El fin del optimismo con el euro?
Tras las elecciones francesas, es más que probable que se disipe la euforia con respecto al euro/dólar. La revalorización de la moneda europea se ha apoyado en los consecutivos catalizadores políticos, que han apoyado el proyecto europeo, y el superávit comercial de la zona Euro fija un soporte contra las principales monedas con las que comercia.El movimiento tampoco ha sido brutal, pero a un año, el euro se ha fortalecido contra el dólar norteamericano casi un 4%.
Una vez pasadas las noticias políticas, fijándonos exclusivamente en las fundamentales, la oferta y demanda debería prevalecer. Existen varios retos:
– La demanda de euros global desciende. Las últimas cifras del BIS (Bank of International Settlements) muestran una cifra total de transacciones transfronterizas en dólares de EEUU de 13,9 billones, aumentando en 60.000 millones de dólares en el trimestre. A su vez, las transacciones en euros han caído en 160.000 millones, hasta los 8,1 billones de dólares totales.
– La oferta de euros se dispara. Estamos en una época peligrosa. Por primera vez en la historia, los bancos centrales están aumentando su masa monetaria en más de 200.000 millones de dólares mensuales sin haber crisis ni recesión que “combatir”. De esa cifra, el Banco Central Europeo es casi un tercio. A cierre de este artículo, esa enorme “expansión monetaria” ya genera 1,2 billones de euros de liquidez excesiva.
¿Qué hace que la moneda se mantenga relativamente fuerte a pesar de que la demanda no es muy alta y la oferta es excesiva? La confianza en un modelo exportador y el superávit comercial de la Unión Europea, que hace que las reservas de moneda extranjera de la Eurozona estén creciendo de manera constante.
Es una buena noticia, por lo tanto, que se afiance la confianza en el euro a pesar de las políticas devaluadoras. Muestra que la economía europea es más sólida de lo que les gustaría a algunos inflacionistas.
La evidencia de que devaluar no favorece las exportaciones es clara en la Eurozona. Desde que se lanzó el programa del BCE, el euro se ha debilitado casi un 23% contra el dólar y, sin embargo, el crecimiento de exportaciones se ha ralentizado. De hecho, el aumento de exportaciones más sostenido se ha dado entre países de la propia zona euro, es decir, sin efecto moneda, mientras que el crecimiento de las exportaciones a países no-euro se ha debilitado, y mucho. No se preocupen, que los alquimistas inflacionistas les seguirán diciendo que devaluando se exporta más.
Pero no debemos olvidar el reto de esa oferta y demanda, y del exceso de liquidez. El Banco Central Europeo está desfasado con respecto a la inflación y a la curva y debería estar subiendo tipos ya. Adicionalmente, con tal cantidad de liquidez excesiva (aumentada en más de 1 billón de euros desde que se lanzó el programa de recompras), es urgente que drene ese exceso y pare el aumento de su balance actual. Hay suficiente liquidez en el sistema para continuar atendiendo la oferta de bonos.
Es más que probable que la oferta de dólares se siga restringiendo, vía normalización de la política monetaria norteamericana, donde la Reserva Federal también va muy por detrás de la curva, en casi 300 puntos básicos, mientras la demanda global aumenta, sobre todo por parte de países emergentes. Y, mientras la demanda de dólares crece por encima de la oferta, algo que busca conscientemente la administración actual, ocurre lo contrario con la demanda de euros con respecto a la oferta.
Por lo tanto, fuera de catalizadores políticos, que han apoyado un soporte en la devaluación del euro, y las buenas noticias sobre las reservas de la eurozona, nos enfrentamos a unos años en los que es más que probable que el euro pierda ímpetu con respecto al dólar norteamericano.
El que crea que eso es una buena noticia “para los exportadores” tiene un problema con la evidencia.
Debemos prestar atención al riesgo de pérdida de confianza en la moneda común si se sigue disparando la liquidez excesiva y aumentando la masa monetaria.
Lo último que querría la UE es perder el referente del euro como moneda de reserva. Hay que dejar atrás los experimentos alquimistas y poner como objetivo que la demanda de euros en transacciones globales se fortalezca.
El timo de los presupuestos “alternativos”
La solidaridad con el dinero de los demás es la actividad favorita de algunos partidos.
Cuando se analiza el Plan de los presupuestos del Estado de 2017, lo primero que deberíamos hacer es pensar en por qué se aprueban o rechazan.
Claramente, estos presupuestos cumplen con las exigencias de todos los partidos. Sin embargo, por cuestiones tácticas, una parte los rechaza.
El gasto social se sitúa en un 55,8% del presupuesto, Sanidad crece un 2,3% con respecto a 2016, Educación un 1,7% e I+D+i un 4%. El sistema de becas se ha incrementado en 252 millones de euros desde el ejercicio 2011. La dotación en Pensiones aumenta un 3,1% respecto a 2016, y se destinan 139.647 millones (más del 40% del gasto total).
El gasto total consolidado, según la estrategia de política fiscal del Ministerio de Hacienda, asciende a 479.991 millones de euros (41,3% del PIB). Es decir, austeridad, muy poca, ya que gastamos más que en 2007 y 2011.
Austeridad, muy poca, ya que gastamos más que en 2007 y 2011
La realidad es que, si borramos de estos presupuestos las siglas del partido en el poder, el 90% del parlamento los tendría que aprobar porque siguen escrupulosamente las directrices de prioridad social, dentro de la sostenibilidad de las cuentas.
Pero todos quieren gastar más… con nuestro dinero. En el debate de los presupuestos no se ha dado una sola replica que hable de rentabilidad de ese gasto. No se habla de gasto en educación por alumno, donde estamos en la parte alta de la media de la OCDE, o de resultados en PISA, o de patentes en I+D+i, donde alcanzamos una cifra récord en Europa aunque gastásemos menos, ni se habla de la balanza tecnológica, la diferencia entre lo que importamos y exportamos, que ha mejorado sustancialmente desde 2011. Hay que gastar.
Muy bien, ¿y cómo lo financian?
Es curioso que los mismos que critican estos presupuestos por sus estimaciones de ingresos y riesgo de incumplir el déficit, fíen sus cartas de los Reyes Magos Burocráticos a… aumentos de ingresos estimados mucho mayores.
Estos presupuestos estiman un aumento de ingresos fiscales del 4,6% hasta los 443.395 millones de euros. Es decir, se prevé un avance de la recaudación superior a su crecimiento promedio el periodo 2012‐2016, del 1,8%. Si ponemos en duda esas cifras de ingresos, deberíamos ser mucho más cautelosos, por lógica, con las exigencias de gasto, sobre todo los gastos corrientes.
Pero los mismos partidos que critican esta subida esperada como “poco realista”, se lanzan a hacer estimaciones propias que las multiplican. Una broma. Llamar optimista a una estimación y presentar otra menos creíble es irrisorio. Pero quejarse del riesgo de incumplir el déficit y a la vez exigir mayor déficit es hilarante.
Los mismos partidos que critican esta subida esperada como “poco realista”, se lanzan a hacer estimaciones propias que las multiplican. Una broma
Los propios Inspectores de Hacienda han alertado sobre estimaciones optimistas por recaudación de impuestos, y el BCE y la Universidad de Lisboa cifran la media de error en las estimaciones de ingresos fiscales por impuestos en un 1% a 1,4% del PIB. Entre 2007 y 2011, por ejemplo, las comunidades autónomas incumplían sus estimaciones optimistas de ingresos entre un 4% y un 8%, disparando con ello el déficit. El historial de errores en la estimación de ingresos fiscales es enorme, en toda Europa, y el propio BCE lo alerta en sus estudios.
EL TRUCO
El truco de los partidos al estimar ingresos fiscales es que, cuando se descubre que no eran realistas, ya se los han gastado. Estimaciones de ingresos de ciencia ficción para gastos muy reales y concretos. Y, entonces, cuando se dispara el déficit, la deuda … hablan de recortes. No hablan de su incapacidad de gestionar lo que hay, solo piensan en que si no se recaudan esos ingresos que se han inventado, la culpa es del manido cuento del fraude fiscal (les invito a ver las vergonzosas estimaciones de multiplicadores fiscales de Podemos). Luchar contra el fraude fiscal, el que haya, es esencial, pero no gastárselo antes de recaudarlo. Porque partir de esas cifras, TODAS estimadas, y gastárselas de antemano lleva a la quiebra.
No hablan de su incapacidad de gestionar lo que hay, solo piensan en que si no se recaudan esos ingresos que se han inventado
¿Se han fijado en las estimaciones de los partidos a cinco años de ingreso por impuesto de sociedades? Crecimiento lineal exponencial. Como si no hubiese ciclos y los beneficios no bajasen y subiesen.
La estimación irreal de ingresos y los subterfugios presupuestarios cuentan con una ventaja. El que lo gasta ya lo ha disfrutado. A usted, al que lo paga, le supone más impuestos hoy y más impuestos mañana, y más deuda que pagarán sus nietos.
Los que le dicen que se puede gastar todo lo que se quiera sin riesgo lo dicen de corazón, porque ellos no tienen el riesgo. Es de usted.
No existe ningún país en la Unión Europea donde se use más el cuento de subir los impuestos a los ricos y el supuesto fraude fiscal como aparente maná de caudal eterno al que siempre se puede acudir. Eso en un país donde los redistribuidores de la nada van bajando el listón de lo que es ser rico al ritmo de su voracidad confiscatoria.
Los “impuestos a los ricos” es el timo más recurrente en el discurso. En España hay menos de 4.700 contribuyentes que ganen más de 600.000 euros al año. No precisamente “grandes fortunas”, y suponen unos 2.500 millones de euros de recaudación. Ni duplicando el esfuerzo fiscal se consigue financiar una fracción de los espejismos de gasto de los redistribuidores de la nada.
Por eso bajan el listón de lo que son “los ricos”. Hasta que no quede ni uno, y entonces hunden el país.
Todos los redistribuidores de la nada critican la presión fiscal actual a familias y autónomos, y en las comunidades y ayuntamientos donde gobiernan, la aumentan todavía más. Todos hablan de más impuestos a los “ricos” y donde gobiernan le llaman rico a usted, y se los suben más aún. Ni uno solo va a reducir el esfuerzo fiscal.
Pero cuando se incumple -y se incumple- esa cifra de ingresos mágicos, entonces le culparán a otro de los “recortes” y, si ponen al país al borde de la quiebra de nuevo, a “los mercados”.
Y la culpa solo será nuestra.
La realidad es que las promesas de enormes gastos hoy se convierten en la realidad de mayores recortes e impuestos después. Ya le tocará a otro cuadrar las cuentas. Con el dinero de los demás.