Paro de diciembre 2015: Creando empleo en un entorno difícil

@elconfidencial

“I have to admit it’s getting better, all the time” McCartney/Lennon

Los datos del paro de diciembre han confirmado la tendencia de recuperación y mejora de la calidad del empleo que venimos comentando en esta columna desde hace meses.

El paro ha caído en 354.203 personas y la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en 533.186 personas.

España, en 2015, ha sido el único país de la Unión Europea que ha aumentado empleo fijo a tiempo completo (+13,8%) por encima de su PIB nominal.

No solo ha aumentado la contratación fija a tiempo completo un 13,8% sino que ha caído el desempleo juvenil un 11,8%. Recordemos que en países como Francia y Bélgica ha caído el empleo fijo de nuevo en 2015.

Estos datos son muy relevantes porque han ocurrido en un escenario incierto:

– Con la mayoría de nuestros socios comerciales en estancamiento o recesión (Francia, Brasil).

– En un entorno de ralentización global, con el comercio global muy por debajo de las expectativas, hemos exportado más y ganado cuota de mercado. Eso con China y los emergentes en proceso de frenada.

– Ante un periodo electoral complejo.

– No es correcto que la creación de empleo venga de bajos precios del petróleo y ayuda del BCE, como comentábamos aquí. Ya creábamos más empleo y crecimiento que la media de la Unión Europea con el petróleo por encima de los $110 y antes del programa de estímulos del BCE.

Que en ese entorno España cree empleo, lidere –con Alemania- la creación de empleo fijo y crezca al 3,2% no es una casualidad ni por factores externos. Que en diciembre el paro haya registrado una caída de 55.790 personas en medio de turbulencias políticas amenazando con cambiar toda la legislación y marco impositivo es casi un milagro. El paro desestacionalizado ha bajado en 30 de los últimos 32 meses.

Muchos de los que critican los datos del paro estos días, no lo olvidemos, son los mismos que se felicitaban en 2011 porque “sólo” se perdían 1.500 empleos al mes o los que decían en 2010 que “bajaba la temporalidad” cuando se despedía en masa a los trabajadores temporales.

Es importante resaltar que la caída de la población ha sido prácticamente insignificante en un país que recibió millones de ciudadanos en el periodo de bonanza. España ha perdido 395.192 habitantes desde enero de 2012, pero no podemos olvidar que la población había crecido constantemente y habíamos recibido a casi 5 millones de inmigrantes durante una década. Esa ligera caída, por lo tanto, no es un grave problema cuando se pone en el contexto histórico y europeo. En Alemania la población lleva estancada desde 1997, mientras en España ha crecido un 15% en el mismo periodo.

Otro error, el de pensar en los ingresos de la Seguridad Social como baremo suele leerse en muchos medios. Ni EEUU ni Reino Unido han recuperado aun los ingresos de la Seguridad Social de 2008. Lo mismo ocurre con el cuento de las horas trabajadas que, no solo están aumentando, sino que llevan cayendo en países como Japón o Francia desde hace años. España, en horas trabajadas al año (1.665 según IEE) supera a los Países Bajos (1.380), Alemania (1.388) y está en línea con la media de la OCDE (1.770).
¿Son cifras para sentarse y aplaudir? No. Hay mucho que debemos seguir haciendo. Continuar con el esfuerzo reformista, reducir la burocracia y palos en las ruedas a la creación de empleo.

España ha recuperado algunos puestos en el ranking de facilidad para crear empresas del Banco Mundial, pero aún está en el puesto 33 y eso es inaceptable en una economía moderna y avanzada.
Crear empleo de manera intensa es posible. Lo explico en “Acabemos con el Paro” (Deusto) y lo hemos comentado en esta columna. Hay que:
– Fomentar el autoempleo. España sigue teniendo una de las tasas más bajas de emprendimiento de la OCDE. Crear empresas en 24 horas, como en tantos países, no ser uno de los países donde es más caro y lento montar una empresa. El tiempo necesario para poner en marcha un negocio en España es el doble que la media de la OCDE.
– Incentivar a las PyMEs. Seguir bajando impuestos de Sociedades y Cuotas Sociales, que aún son de las más altas de la OCDE.
– Seguir bajando cuotas a autónomos.
– Cercenar de manera drástica las trabas burocráticas y la extremada complejidad legislativa de un país de diecisiete regímenes que se autojustifican creando centenares de normas entorpecedoras cada año. Cambiar los incentivos. Menos capataces para “parar y fiscalizar” y más facilitadores.
– Cortar gasto político y superfluo, subvenciones y excesos de burbuja.
El riesgo que suponen las amenazas de revertir las reformas, cambiar la constitución, subir impuestos y cambiar todo el Estatuto de los Trabajadores para el empleo es enorme.

Diciembre paroDiciembre SS

Los que dicen que la incertidumbre política y la inestabilidad no afecta al empleo no solo mienten, sino que autores como Blanchard han mostrado como aumentar la rigidez explica una enorme parte del diferencial de desempleo entre Europa y EEUU y Fitzpatrick y Kobrin afirman que el riesgo político reduce el crecimiento del PIB potencial, la calidad del empleo, el coste de financiación y hace que las inversiones se frenen o se limiten al muy corto plazo.

Que algunos tilden de “políticas de cambio” a aumentar el gasto y subir los impuestos es una broma. Que hablen de “programa por el empleo” para volver a las políticas que destruyeron 3,5 millones de puestos de trabajo y que han convertido a Grecia en campeona de la Unión Europea de paro es insultante. Llevamos más de treinta años demostrando el fracaso del intervencionismo en la comunidad autónoma con mayor paro de toda la Unión Europea, Andalucía. Más de tres décadas de asistencialismo, sin cambiar el patrón de crecimiento.
Las soluciones no van a venir de las mismas políticas de gasto inútil e intervencionismo que destruyeron millones de puestos de trabajo.

El desplome de China y el error de estimular la demanda interna

@elconfidencial

“Slipped through the window by the back door and took the keys to my poor heart “ Robert Plant

Los datos del índice de actividad manufacturero de China de ayer fueron muy malos, pero conviene explicar por qué. Siete. Siete es el número de veces que el consenso de analistas ha rebajado a la baja las expectativas de PMI desde hace unos meses. Es decir, el dato ha sido malo incluso comparado con unas estimaciones que no han parado de revisarse a la baja.

En esta columna llevamos hablando del “plan E con esteroides” de China desde 2013 y recientemente comentábamos que el gran dilema chino es crecer o evitar un “crash”.

El problema más grave con el que se enfrenta la economía china es que en estos dos años no se ha desapalancado, como otras economías globales. La deuda sigue aumentando más que el PIB nominal y la sobrecapacidad sigue generando enormes problemas.

China nos muestra el enorme, terrible efecto de las políticas de estimular la demanda artificialmente. El propio gobierno chino reconoce que el grave problema de sobrecapacidad viene fundamentalmente de “la ineficiente asignación de inversiones del plan de estímulo de $585.000 millones de 2008”  y ahora tiene que tomar medidas para atacar ese exceso y a la vez intentar mantener el crecimiento mientras reduce la deuda. Soplar y sorber a la vez.

La sobrecapacidad, que en China alcanza ya el 40% y en algunas industrias hasta el 50%, es un enorme problema para la economía. Primero, porque el capital circulante –el coste de mantener la actividad- se come la generación de caja y hace a las empresas muy débiles. Segundo, porque el endeudamiento generado por la construcción de elefantes blancos –proyectos innecesarios promovidos por el gobierno local o nacional- contagia a otros sectores que pierden acceso a crédito porque el sector financiero se debilita agresivamente.

El gigante asiático nos muestra el enorme, terrible efecto de las políticas de estimular la demanda de forma artificial

¿Se soluciona con más estímulos? No. Entre 2009 y 2012 la media de crecimiento anual de la masa monetaria superaba el 18%, muy por encima del crecimiento del PIB nominal y, aunque se ha moderado ese crecimiento desde 2013, sigue siendo superior al 11% anual. ¿Qué quiere decir esto? China ha estado “imprimiendo” más dinero relativo a su PIB que EEUU en su plan de estímulo. China ha alentado su propio fuego con más gasolina.

¿Realmente creemos que un problema que hasta el gobierno reconoce que se ha creado por el exceso de estímulos se va a solucionar estimulando? ¿Lasobrecapacidad y deuda generada por $585.000 millones se va a solucionar con $185.000 millones más?

El efecto de este “accidente a cámara lenta” que es “estimular la demanda interna” no solo se está viviendo en China. Brasil es otro ejemplo de los errores de pensar que todo el problema de la economía es “demanda”.

China puede recurrir a algunas medidas para atacar el problema. Una,  reducir sobrecapacidad y cerrar industrias ineficientes. Inevitablemente eso lleva a algunas quiebras, impagos y reducción del crecimiento, pero no tendría por qué ser dramático. La razón por la que será dramático es que el error se está cubriendo con más errores. Desde el intervencionismo, tanto a nivel mercados como industrial. Otra es devaluar agresivamente la moneda local, con el consiguiente efecto deflacionista global, pero ya hemos visto como las devaluaciones consecutivas de 2015 no han surtido efecto. Porque devaluar es inútil cuando el problema es de sobrecapacidad por estímulo artificial de demanda interna. Una tercera es permitir que se limpien los sectores ineficientes eliminando los incentivos al endeudamiento y la sobrecapacidad. El problema es que la mayoría son empresas estatales. 

Siempre digo que si hay algo que demuestra la fe irracional en la intervención gubernamental es la creencia de ciertos economistas en que China resuelva unos desequilibrios tan monstruosos rápidamente con cuatro leyes.  Cuando lean este artículo, como ocurrió con los anteriores, leerán comentarios justificando todo por cuestiones demográficas o de largo plazo. Lo mismo se decía con Brasil. Un desajuste anual de 10-12 puntos del PIB salta, siempre. La cuestión no es cómo, sino cuando, y si la política alarga demasiado el frenazo.

Pero aún veremos algún economista diciendo que es un problema de“estimular la demanda”.

El mayor riesgo de 2016: «Incentivar» la demanda interna

Escuchen la entrevista con Carlos Herrera

“Rate cuts have a very dramatic effect and hit much sooner. But when you’re in a manufacturing recession involving overcapacity and inventory overhang, it’s not going to make people borrow” Larry Wachtel

La semana pasada el ministro De Guindos cuantificaba el impacto en el crecimiento de la economía de una posible coalición de perdedores. Comentaba que supondría un 1,5% del PIB más o menos.  ¿De dónde viene esa cifra? ¿Es creíble?

La cifra viene de asumir que se revierten todas las reformas que se han implementado en España, y que han generado el diferencial de crecimiento de nuestro país con respecto a otros países con sensibilidades macroeconómicas similares. Y es creíble. Aumentar la rigidez del mercado, gastar en elefantes blancos, intervenir aún más en los sectores y asfixiar más a impuestos es la receta que nos llevó a prolongar la crisis más que ningún otro país de nuestro entorno y que ha llevado a Brasil a la estanflación.

Existe un riesgo en Europa y España que es perfectamente cuantificable, y que puede hacer mucho más que reducir a la mitad el crecimiento. Volver a 2008 y “estimular la demanda interna” gastando en proyectos estatales, los elefantes blancos que antes mencionábamos.

Europa ya tomó la decisión de estimular la demanda interna desde el gasto público en 2008. Se gastó casi el 3% del PIB y en el proceso se destruyeron 4,5 millones de puestos de trabajo. El efecto de ese error aún se siente en la economía. Menor crecimiento, más deuda y sobrecapacidad.

El coste económico de la corrupción en los 28 Estados miembros de la UE según el Tribunal de Cuentas es de 120.000 millones de euros

– Mayor deuda. La enorme mayoría de esos proyectos megalómanos se financian con deuda y, como tienen “objetivo social”, las consideraciones económicas ni se valoran. Según el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, la media de desvío sobre presupuesto en los proyectos industriales estatales es del 10%. Tampoco se valora el coste de mantenerlos una vez construidos. El ciudadano piensa que cuando se construye un puente inútil, al menos hay un puente. Olvida la deuda y el gasto operativo anual, que paga él en impuestos. En nuestor caso, más de 200.000 millones de mayor deuda.

– Menor crecimiento. Todos esos sobrecostes los sufraga el ciudadano en mayores impuestos, que llevan a menor consumo y menor crecimiento. El coste económico de la corrupción en los 28 Estados miembros de la UE según el Tribunal de Cuentas es de 120.000 millones de euros. Para que se hagan una idea, el presupuesto comunitario medio previsto para el periodo 2014-2020 es de 137.000 millones de euros anuales. Curiosamente la gran mayoría de esa cifra proviene de esos proyectos de gasto público que todos aplaudimos. ¿Se imaginan si les bajasen a ustedes los impuestos en esa cantidad en vez de ignorarla y subírselos?

Existen estudios perfectamente documentados que muestran que el efecto multiplicador del gasto público es inexistente en economías maduras y endeudadas. Faggio y Overman, de la London School of Economics, encontraron que “en el periodo de 1999 a 2007 (ya antes de la crisis) no se encuentra ningún efecto multiplicador en el sector constructor o servicios, y un efecto destructor mucho mayor en el sector manufacturero”, convirtiendo el exceso de empleo y gasto público en un “evidente expulsador del sector privado”.

La utilización de capacidad productiva, según el Ministerio de Industria, es del 77,7%, una notable mejora desde los niveles de 2010, pero significa que todavía hay un 22% aproximado de exceso de capacidad. Asumir que el sector público tiene mejor información que el privado o los consumidores sobre dónde invertir o que es capaz de absorber el exceso de capacidad es simplemente falso. Pensar que la sobrecapacidad es un problema de “crear demanda” y no de oferta es otro error. Sólo tenemos que irnos a países ricos o que crecían mucho como Japón, China o Brasil y ver que las políticas de demanda solo perpetúan y aumentan la sobrecapacidad.

Pensar que la sobrecapacidad es un problema de “crear demanda” y no de oferta es otro error

Es curioso que el intervencionismo desconfíe de que usted, consumidor, vaya a aumentar la demanda, y sin embargo conceda cualidades mágicas al efecto generado cuando ellos se gastan el dinero de los demás.

La mejor forma de incentivar la demanda es bajando impuestos y dejando que el ciudadanos gaste más de su dinero. Porque es suyo. Asumir que eso es malo porque lo pueden ahorrar y es mejor que se lo gaste el Estado no es paternalista, es un insulto al ciudadano.

La inversión pública debe darse cuando existe demanda y como el propio Keynes reiteraba y ahora nadie le hace caso, cuando exista un retorno real. No para “incentivarla”. Es crear señales de demanda falsa que luego explotan con mayor virulencia. El efecto embudo. Y Keynes no vivió una economía con una sobrecapacidad industrial del 22-25%, más bien lo contrario.

Luego, cuando explota la burbuja, dicen que “faltan ingresos fiscales”, no que “hemos aumentado los gastos acomodados a ingresos de burbuja”.

Al final, el error es siempre el mismo. Asumir que las equivocaciones del pasado no eran tales, sino que solo falta demanda. Y mientras suben los impuestos, impiden la recuperación al potencial real de la economía. Que veamos cada día en economías de todo el mundo como fracasa y, a pesar de todo, sigamos defendiendo la creación estatal artificial de demanda, solo tiene una explicación. El que lo propone no lo paga, y se beneficia de ello.

Pero olvidan que para que exista el sector público hace falta un insignificante pero esencial ingrediente. Ingresos del sector privado.