¿Quién pone en peligro las pensiones?

El debate de las pensiones siempre se intensifica cerca de las elecciones. Muchos autores han reflejado en los últimos días distintos problemas, fundamentalmente el envejecimiento de la población, desde ópticas razonables. Pero, es curioso, en la solución es donde en muchas ocasiones los políticos se entregan al partidismo, a acusarse unos a otros, y, en algunos casos, a defender soluciones mágicas que solo llevan a empeorar.

Conviene recordar los dos retos esenciales, el demográfico y el económico.

DEMOGRÁFICO:

España es uno de los países donde la población envejece más rápidamente. Lo han explicado autores de distintas escuelas como Javier Díaz Giménez, Juan Manuel López-Zafra o Ignacio Conde-Ruiz. Hay elementos muy positivos. Vivimos mucho más. Pero también tenemos cada vez menos hijos. Y el riesgo de una pérdida de población “japonesa” es relevante. El país nipón sufre caída de la población total con menos ciudadanos en edad de trabajar y más jubilados.

En España, el crecimiento vegetativo de la población, es decir, nacimientos menos muertes por cada mil habitantes, ha pasado de 10,5 a 0,7 entre 1975 y 2014, y se estima que será negativo en 2016-2017. Según el INE, si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años. El porcentaje de población mayor de 65 años ya es del 18,2%. Adicionalmente, la unidad familiar ha perdido un 44% de miembros de media desde los años 70. El número de nacimientos anuales ha caído desde 669.000 en 1975 a cerca de 426.600 en 2015.

ECONÓMICO:

Hay 9,3 millones de pensiones con un poco más de 17 millones de afiliados a la seguridad social. España jamás ha tenido más de 20 millones de cotizantes y se considera que un sistema de reparto de pensiones es difícil de sostener si ese ratio es menor de dos contribuyentes por pensionista. Las pensiones ya suponen más del 11% del PIB.

Los jubilados cobran ahora de media cerca de 1.040 euros al mes, un crecimiento en términos reales de más de un 45% comparado con el periodo 2003-2004.

El Fondo de Reserva, que se creó en 2000 durante el mandato de Aznar para acometer los retos demográficos y garantizar las pensiones en periodos de crisis aprovechando los ingresos extraordinarios en épocas de bonanza, ha sido un éxito que ha permitido que se incrementasen dichas pensiones en los años difíciles. Lejos de ver la reducción de su cuantía como un problema, debemos analizarlo como lo que es, un éxito que ha evitado que se hagan brutales recortes de las pensiones como en Grecia y otros países. No es que se haya reducido a la mitad, es que ha cumplido su función. Y, con la economía ya lejos de la recesión, mantiene 32.500 millones de euros de colchón.

Pero el sistema de pensiones español es de reparto, no de capitalización. ¿Qué significa eso? Que usted no cotiza para asegurar su pensión, sino que contribuye a las que se pagan hoy con la esperanza de que en el futuro otros continúen haciendo lo mismo, aumentado por la inflación. Capitalización es lo que contribuye usted para su propia pensión, personal e intransferible.

Por ello debemos analizar el reto demográfico y el económico de una manera integral.

Si en esa ecuación (envejecimiento de población, aumento de afiliados, ingresos y gastos) no ponemos como pilar fundamental el crecimiento y el empleo, el resultado será el recorte de las pensiones, como ha ocurrido en todos los sistemas intervencionistas que prometían garantizarlas.

SOLUCIONES:

Primero, conviene resaltar que la solución en nuestro país no es acabar con el sistema de reparto, sino hacerlo sostenible y compatible con uno de capitalización. Es decir, la solución a las pensiones es recuperar el crecimiento económico y número de afiliados -20 millones- y mejorar la productividad y, con ella, los salarios y los ingresos de la Seguridad Social. No solo nos permitiría recuperar las cantidades del Fondo de Reserva, sino mantener el poder adquisitivo de las pensiones.

Si creamos muchas más empresas y atraemos más capital, con ello más empleo y más productividad, conseguimos mitigar el efecto demográfico y, a medio plazo, aumenta la población. Al fin y al cabo, eso nos diferencia de Japón, la capacidad de atraer inmigración por afinidad cultural, idioma y localización.

Nada de eso se consigue con el método “Podemos”: entorpeciendo inversiones, aumentando la burocracia y subiendo impuestos.

Porque la tendencia demográfica no se revierte desde una fiscalidad confiscatoria. En Francia se han recortado las pensiones desde 1996 con el famoso impuesto “solidario”. ¿Por qué?, porque se reduce la capacidad de consumir, ahorrar y tener descendencia si acometemos las reformas aumentando la fiscalidad y nos lanzamos al estancamiento.

SOMOS MUY POCO NÓRDICOS

En Suecia el Estado da una pensión mínima garantizada. A ese mínimo, equivalente a las pensiones no contributivas -y que solo se percibe si no se tienen otros ingresos-, se suma un sistema de capitalización personal en el que la empresa pone un 10% y el trabajador un 7% de su salario bruto en un plan individual de gestión estatal, y dicho plan se complementa con un 2,5% que se invierte en fondos, privados o públicos. Los que tildan el sistema de capitalización de “privatización” de las pensiones, mienten.

Para implementar este sistema se estableció en 2001 un periodo de transición por el cual los trabajadores nacidos antes de una fecha permanecían en el sistema antiguo y el resto pasaban al nuevo sistema. Dadas las diferencias demográficas y de desempleo, en España se podría utilizar parte del Fondo de Reserva y reducir los impuestos al trabajo para aumentar el empleo y reducir los desequilibrios. Un sistema sostenible, justo y a la vez que garantiza una pensión a todos.

Nuestro sistema de pensiones lleva criticándose desde que yo estaba en la universidad, diciendo que es insostenible. Sin embargo, se ha mantenido siempre que se ha fortalecido la creación de empleo y el crecimiento económico. Incluso si los jubilados pasaran a ser el 24% de la fuerza laboral y las pensiones el 15% del presupuesto como estima la OCDE a largo plazo, se puede mantener un sistema de reparto.

Lo que pone en peligro las pensiones públicas son las llamadas a cubrirlas desde las políticas que solo han creado salida de empresas y destrucción de empleo.

Merece la pena proponer un sistema en el que, como en Suecia, el ciudadano sepa exactamente cuánto tiene para su jubilación, sin depender de lo que diga un comité.

Porque los mismos que se rasgan las vestiduras con el poder adquisitivo de las pensiones son luego los que las hunden, sea recortándolas, devaluando constantemente la moneda y creando inflación excesiva.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

19 comentarios en “¿Quién pone en peligro las pensiones?

  1. En mi opinión, la capitalización de las pensiones no debe mirarse como algo cuya aplicación no queda más remedio, sino como una oportunidad. El ahorro es muy importante para la economía, y también supondría un corsé para los políticos, puesto que no podrían darle a la maquinita para hacer inflación, porque los pensionistas se les echaría encima.

    1. Lo único en lo que difiero con usted, es que SÍ hay que acabar con el sistema de reparto, pero de una manera paulatina y sin que nadie salga damnificado.

  2. Me pregunto porqué no se toca la vertiente mas política, esto es, qué si uno tiene dos trabajos simultáneos, qué le valgan los dos para el futuro. Qué si uno aporta a planes o ahorro de futuro, sea premiado…para esto liberalizar el mercado del actual oligopolio bancario/financiero; y qué la política aparte sus zarpas. Y se saldrá adelante…

  3. Daniel !!!!!
    Como ciudadano creo que hundes en la verdad de tus razonamientos. Yo soy joven llevo diez años cotizando por una base superior a 2.500 euros y quiero depender de mi esfuerzo y mis inquietudes y no de una tasa de regeneración que depende de voluntades ajenas a la mia.
    Todo lo que no depende de uno y acaba en manos de que otros decidan nos hunden-a mi juicio-en permitir que otros y sus capacidades aseguren mi futuro.
    Espero que la gente pueda entender que las cosas funcionan por un sisrema coordinado, pero eso ya se ha demostrado que es una utopía.
    Concluyo «tanto aporto tanto quiero conocer y recibir».

    1. Lo has clavado Daniel!!!, muy claro y muy conciso, pero eso a los que han llevado el sistema y lo llevan (que son los políticos) no les interesa y lo que comentemos nosotros les resbala.

  4. Pues sí: una transición progresiva a un sistema de capitalización, unido a un aumento del ahorro privado (que sólo se consigue con educación financiera y concienciación). Es que el esquema Ponzi de ntas Seguridad Social es un timo formidable e injusto. Como una vez escuché a Manuel Llamas en el IJM, dicho esquema Ponzi es «robo, engaño, estafa y fraude».

  5. Yo propondría un sistema de pensiones que de alguna manera bonificara a aquellos que tengan una mayor descendencia,y atajar el problema de la natalidad.Un saludo

  6. Resumiré el problema de las pensiones en una sola cosa: es una estructura piramidal, similar al de muchas estafas como la de Madoff o la de los sellos. ¿Y qué pasa con las estructuras piramidales? Que tarde o temprano son insostenibles por razones obvias. Las medidas políticas de recortar pensiones o retrasar la edad de la jubilación, sólo sirven para retrasar un poco más el inevitable final de una pirámide (ahora haría falta muchos trabajadores inmigrantes para mantenerla, y a la siguiente generación ¿qué?).

    Concuerdo con Daniel en que lo que se necesita urgentemente en este país es educación financiera. Así haríamos lo que es más de sentido común: capitalizar por nuestra cuenta desde que comienza nuestra vida laboral. (Otra consecuencia de la estafa piramidal es que, más o menos, se recibe menos que lo que se ha aportado. Con la capitalización sería a la inversa: bien invertido, se recibiría más de lo aportado).

    No nos olvidemos que este sistema de pensiones lo inventó Bismarck para silenciar a la masa obrera con una supuesta bondad estatal que, en la práctica, pocos recibirían. En la época pocos pasaban de los 60-65 años, así que para el Estado iba a suponer poco gasto. Y recuerdo a mi padre oírle hablar de cuando hace muchas décadas, la gente tampoco pasaba mucho de la edad de la jubilación, y decían los demás de algunos: «¡Qué barbaridad! Ese tío lleva ya dos años cobrando pensión!» (eso me da a entender que al parecer en sus inicios la gente sólo alcanzaba a cobrarlo la mayor parte de las veces unos pocos meses o año y pico).

    Recordad que, ahora, dada nuestra actual esperanza de vida, podemos esperar a vivir aún un 30% de nuestra vida desde el momento de la jubilación. Y tanta vida no la podemos dejar a expensas de los tejemanejes políticos, tenemos que ser nosotros quienes nos preocupemos de asegurarnos un nivel de vida digno para esa etapa.

  7. ¿Pues quién pone en peligro las pensiones al menos en mi zona? Pues sencillamente los del NON y el FORA de toda la vida. Aquellos que han hecho perder a Navantia a su mejor cliente con una huelga salvaje en el momento más inoportuno. Los que quieren cerrar a toda costa la planta de gas. Los que revientan que se desarrolle el puerto exterior. Los que han desalojado a Zara de la ciudad de Ferrol. La izquierda rancia que acosa cualquier iniciativa empresarial y sólo quiere bares y viejos.

  8. Lo primero que habría que hacer es primero, sacar del sistema todos los gastos ajenos al mismo, como son las pensiones no contributivas, .., la teta no da ya para más. Segundo, controlar el fraude en la cotización. Tercero, establecer unos salarios dignos.

  9. Buenas Daniel. Estaría bien reducir previamente el sistema político de autonomías y diputaciones y también el sistema astronómico de funcionarios, entre otras cosas, para apoyar anualmente el sistema de pensiones que es mucho más importante que mantener a esta gente, por decir algo. Sobraría bastante dinero, incluso después de pagar las pensiones. Gracias

  10. Pienso que este sistema es insostenible porque estamos en un país
    donde hay mas de 450000 personas que trabajan directa o indirectamente en la política, tenemos un gasto público insostenible con las comunidades autónomas, unos privilegios en la política injustos, unas pagas vitalicias, en definitiva que la inmensa mayoría de ellos, tanto los de arriba como los de abajo se enriquecen con la política y esto va en detrimento del pueblo, así que habría que hacer unas reformas que se acabe con esto, sino se hacen la gente saldrá a la calle cuando vea que empiezan a bajarle su pensión y habrá verdaderos problemas porque todos sabemos que sin comunidades autónomas y sin privilegios se podría paliar mucho este problema, aparte de que se haga ese sistema sueco, e implantarlo de poco a poco para las nuevas generaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.