

Vídeo: Los trabajadores trabajan seis meses al año para Hacienda
En esta ocasión comentamos por qué esta semana se celebra la liberación fiscal, es decir, el día en el que usted deja de trabajar para Hacienda y comienza a hacerlo para usted mismo.
La Unión Europea vs. Google: un gran error
“I´ve gone back so far I´m in front of me” Paul McCartney
Como tantos de ustedes, esta semana nos hemos enterado de que existía Google Shopping.
La Unión Europea se inventaba un caso inexistente para imponer una multa injusta y desproporcionada que huele más a subterfugio impositivoque a defensa de la competencia.
¿Cómo se llega a acusar a Google Shopping de abuso de posición dominante?
Primero, inventándose el perímetro y definición de mercado. Cualquier consumidor se caerá al suelo de risa cuando lea que la Unión Europea decide que Amazon -ese sí que sabíamos que existía-, eBay, y las más de trescientas paginas de comparación de precios que se han creado desde 2005, no son “competencia”. Así, pasa de asumir una cuota de mercado alta y líder por calidad y decisión libre de los consumidores, a una “dominante”. Eliminando del análisis a su competencia.
Recordemos que los usuarios no usan Google por imposición -eso es más de la Unión Europea-, sino por decisión personal de los consumidores que consideran su servidor mejor, más eficiente y más fácil de usar que competidores tan poderosos como Yahoo, Bing, etc.
No olvidemos que Google Shopping, si diese un servicio de mala calidad o injusto en su posicionamiento de productos, desaparecería en un santiamén ante la competencia de otros buscadores similares. Si hiciese esa tontería los competidores se lo “merendaban” en días. Porque sería atacar a su modelo de negocio. La tecnología elimina las barreras de entrada, y solo eres líder si los consumidores lo aceptan, si no, desapareces.
La tecnología elimina las barreras de entrada, y solo eres líder si los consumidores lo aceptan, si no, desapareces.
Lo bueno de la tecnología disruptiva y la democratización de la experiencia compradora que supone internet es que, casi en tiempo real, beneficia a consumidores y pymes. El poder es de los consumidores, y eso es lo que molesta.
Google Shopping no quita cuota de mercado a los anuncios de texto (text ads) por posición dominante, sino porque es un mejor sistema, visualmente más atractivo y una mejor experiencia para consumidores y empresas.
La multa a Google muestra un enorme error a la hora de entender el comercio online, y no entiende cómo busca el consumidor. Incluso si se tuviese el incentivo perverso de «manipular», el comprador dejaría de usar ese servicio.
Google Shopping no muestra productos por su preferencia ni obliga a exclusividad. Beneficia a pymes y consumidores.
Los crecimientos que muestra la Unión Europea no son por abuso de posición dominante, sino por mejora de calidad. Como bien explica Search Engine Land, crecer ventas igual que la competencia no es tener dominio, es que el mercado está cambiando. Si las empresas invierten más dinero en Google Shopping es porque la ratio de conversión de click a venta es más alto. Si los consumidores usan más Google Shopping es porque les ofrece mejores productos, más baratos y más fáciles de encontrar. Nada más y nada menos.
Se plantea si hay daño para el consumidor, derivado de no tener acceso a otros sitios de comparación de precio, por un supuesto abuso de posición dominante. Los denunciantes del caso dicen que sí existe ese daño y lo justifican con el declive de las visitas a sus sitios de comparaciones de precio que, entienden, es debido a que Google prima a Google Shopping y que esta práctica, castiga a los consumidores, al limitar sus opciones. Pero lo cierto es que la Comisión no ha tenido en cuenta en este análisis qué efecto tienen otros sitios como Amazon y eBay y entiende que ese descenso en las visitas es problema de Google Shopping, cuando los datos demuestran lo contrario. Hasta que llegó el dominio local de Amazon, las visitas a estos sitios desde Google fueron creciendo de manera constante, como dice la nota explicativa. Por el contrario, cuando Amazon aparece, comienza el declive. Competencia.
Se podría decir que el poco éxito de los denunciantes en su proceso innovador es el culpable de su descenso de ventas. Si no, habrían aumentado en Amazon, eBay, Idealo o cualquiera de los 300 otros comparadores, ya que no existe exclusividad ni obligación de usar Google Shopping.
La “multa” es un impuesto encubierto ante la imposibilidad de atacar fiscalmente a los gigantes norteamericanos.
Y ¿más de 2.000 millones de euros? Claramente, la “multa” es un impuesto encubierto ante la imposibilidad de atacar fiscalmente a los gigantes norteamericanos. La “multa” de la Unión Europea no es solo desproporcionada se vea como se vea, es que surgen muchas dudas sobre la motivación y el cálculo de la misma. A los conglomerados europeos les pone una multa de poco más de cien millones, a los norteamericanos de un billón, o, como en este caso, el doble.
Como muestra Jeff Jarvis, la Unión Europea se erige como defensora no de la competencia, sino del intervencionismo, “salvándonos” de Microsoft cuando ya estaba perdiendo cuota contra Apple, y “salvándonos” de nuestro poder como consumidores, como si fuéramos niños. La ignorancia sobre cómo se compra online es casi hilarante. Cualquier comprador decide, comparando diferentes alternativas, no solo de producto, sino de buscador.
Es curioso que a la Unión Europea le importen tanto los consumidores y la competencia que la multa se la quedará ella y esos consumidores y competencia no solo no verán un euro, sino que pagarán más por acceder a un mercado menos competitivo.
Lo que esconde esta multa, y las que vendrán, es el terror que la Unión Europea tiene a las tecnologías disruptivas y los gigantes norteamericanos. Esa Unión Europea que se encuentra muy cómoda subvencionando sus conglomerados y campeones-nacionales-dinosaurio y que no se pregunta por qué no se crean grandes Googles o Amazons en Europa.
Imaginen este caso. Walmart es el mayor empleador privado de EEUU, uno de los mayores contribuyentes fiscales estatales y nacionales, propietaria de miles de metros cuadrados de tiendas, y Amazon -sin tiendas- su némesis disruptiva. Si Walmart y Amazon fueran europeos, los gobiernos, reguladores y legisladores habrían hecho lo imposible por entorpecer el crecimiento de Amazon (no digan que no, que lo vivimos cada día en hostelería, transporte y comercio) porque “hay que mantener el empleo”. ¿Qué se consigue? Ni se mantiene el empleo ni se lidera el cambio tecnológico. Amazon ha sido un revulsivo en EEUU para que Walmart se pusiera las pilas, mejorara sus procesos y eficiencia, y salieran, ambos, líderes. La Unión Europea y muchos de sus estados ponen todas las trabas posibles a las miles de empresas tecnológicas para sostener a sus seguridades sociales encubiertas, esos conglomerados semi-estatales o privados mal llamados “campeones nacionales”.
Con ello solo consigue perder el tren de la tecnología, la innovación, el cambio de patrón de crecimiento, y la mejora de salarios y empleo.
Decía Ronald Reagan que “la visión del Gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo”. Era un chiste, pero lo estamos cumpliendo paso a paso.
Pedro, CETA y la deriva populista
La aprobación del tratado de libre comercio entre la Unión Europea es un hecho, aunque hayan votado en contra la ultraderecha y la ultraizquierda. Lo que es muy triste es que el PSOE, en su carrera suicida hacia el Podemismo, haya decidido rechazarlo. Un partido que ha gobernado España durante dos décadas, que ha cerrado acuerdos bilaterales de enorme calado que han permitido que nuestro país se desarrollara, se junta con el Frente Nacional y la ultraizquierda, con los más totalitarios, para rechazar el acuerdo con… Canadá.
Ya saben ustedes, Canadá, ese país sin derechos ni estado de bienestar ni salarios altos ni protección social… nada. Vamos, ese país donde comen alimentos tóxicos según los populistas. ¡Canadá! Uno de los países más avanzados del mundo, con unos requisitos más estrictos en términos de sanidad y con un nivel de vida y de derechos de los trabajadores que ya querrían para sí muchos millones de europeos. Ah, pero es que los garantes de los “derechos” y los verdaderos controles de calidad y medioambientales son los que defienden el carbón subvencionado aquí y gobiernan desde hace décadas en regiones campeonas mundiales de paro y precariedad.
Es, por lo tanto, normal que “teman” los requisitos comerciales y derechos laborales. Total, el salario mediano en Canadá es casi un 50% superior al de la España que gobernaron durante más de 20 años. Decir que el tratado no habla de derechos no solo no es cierto, es que es una ridiculezcuando los países que lo firman… comparten la totalidad de esos derechos.
Decir que el tratado no habla de derechos no solo no es cierto, es que es una ridiculez cuando los países que lo firman comparten la totalidad de esos derechos
Y es que el CETA es un acuerdo bilateral que tiene de todo menos liberal, está completamente alineado con una vertebración de la economía dirigista, más cercano a Francia que a cualquier otro país. Pero sus ventajas, sin quitar sus errores, son incuestionables, y merece la pena apoyarlo como lo que es, un marco de apertura muy necesario para Europa.
La miopía de unirse a los extremistas se une a la pérdida de participar en la mayor oportunidad de la Unión Europea de mostrar su influencia.
Porque el acuerdo CETA es uno de los mayores éxitos de la Unión Europea, un tratado de libre comercio donde se defienden claramente unos valores y principios que están totalmente compartidos por Canadá, y que servirá de ejemplo y guía para otros. En realidad, las críticas al CETA están basadas en la crítica a cualquier tratado de libre comercio. Es el odio al comercio, y esconde el proteccionismo más rancio y destructor. El que no protege nada.
Es ese proteccionismo que glorifica el intervencionismo y que antepone la burocracia al progreso. En realidad, es el ejemplo más evidente de atacar un acuerdo de progreso. Los propios laboristas británicos lo explican; El CETA no solo supondría un aumento de exportaciones de más de 12.000 millones de euros, sino que, desde el punto de vista de los derechos, protege los servicios públicos y no elimina las leyes de los países en ningún caso, se protegen las leyes laborales y se mantiene el derecho de los gobiernos de regular de acuerdo al interés público, se garantiza que ningún inversor extranjero tendrá mayores facilidades que uno nacional, y las regulaciones en temas de salud, seguridad y regulación medioambiental se mantienen, y no obliga a ningún estado a aceptar regulaciones, la cooperación regulatoria es voluntaria.
Decir que los tribunales de arbitraje benefician a las multinacionales y las sitúa por encima de los tribunales nacionales es una broma de tal calibre que no debería ser discutida
Decir que los tribunales de arbitraje benefician a las multinacionales y las sitúa por encima de los tribunales nacionales es una broma de tal calibre que no debería ser discutida. Cualquiera que conozca el sistema de arbitrajes internacionales –y yo he participado en muchos- sabe que lo que hace es proteger los derechos de todos en igualdad de condiciones sin atacar a las leyes de un país.
Ninguna multinacional se beneficia de esas normas comunes. Las multinacionales se pueden gastar millones de dólares sin pestañear en abogados y consultores para navegar y adaptarse a las legislaciones de cualquier país. Ninguna multinacional lidera un tribunal de arbitraje. El ejemplo más claro es todas esas que han perdido contra el Reino de España u otros estados soberanos en casos recientes.
Son las pymes las que se benefician de normas comunes para poder exportar, porque son las que no tienen acceso a enormes capitales para pagar abogados y asesores.El propio PSOE escribía el 15 de febrero de 2017 a las 15:35 de la tarde un tuit que decía “no queremos el proteccionismo de Trump y LePen, queremos globalización regulada y progresista” defendiendo el CETA. Curioso, porque han pasado a unirse a Le Pen y Podemos, y poner en cuestión el acuerdo más importante que pone los requisitos y principios de la Unión Europea en valor con un socio que los comparte totalmente.
Y ustedes dirán que no importa, que al final, primero apoyando, después rechazando y ahora absteniéndose, el acuerdo va a salir adelante. Pero es un síntoma grave.
Es un síntoma de un partido que ha abrazado el proteccionismo más rancio y que, a cambio de hacer un guiño a los 1,5 millones de votantes que se fueron a Podemos, según Sigma Dos, desprecia a los casi 11 millones que le llevaron al poder en su momento.
Es un síntoma de una enfermedad muy grave. Los mismos que se autodenominan defensores de lo público son los que lo destruyen haciéndolo insostenible, poniendo trabas al crecimiento, el empleo y la inversión.
Los mismos que se autodenominan defensores de lo público son los que lo destruyen haciéndolo insostenible, poniendo trabas al crecimiento, el empleo y la inversión
Europa necesita recuperar liderazgo mundial y el CETA es una excelente opción que, sin ser perfecto –es un tratado claramente socialdemócrata y con mucho intervencionismo-, podría servir de guía para que la Unión Europea se convierta en una potencia mundial, no en un experimento que se pone en cuestión constantemente.
Las empresas españolas, que han conseguido niveles de exportaciones récord, no merecen que el tacticismo político ponga en peligro la recuperación y el empleo bajo el engaño de defender unos “derechos” que ellos ponen en peligro cuando destruyen millones de empleos.
Europa no va a sobrevivir si no es una potencia mundial de atracción de capital, innovación, empleo y crecimiento. Dinamitar tratados comerciales hunde la posición de Europa en el mundo. Estados Unidos puede permitirse pegarse un tiro en el pie con medidas proteccionistas porque es moneda de reserva global y potencia económica, militar y tecnológica mundial, y hacerlo no deja de ser un error y un enorme destrozo a sus ciudadanos. Pero la Unión Europea no puede permitírselo. Por eso rechazan hasta acuerdos tan “light” como el CETA los enemigos del progreso. Porque prefieren controlar el 100% del erial que dejan sus políticas antes de perder la opción de intervenirlo todo.