Un billón para nada

Uno enciende la televisión y escucha que el Banco Central Europeo tiene que imprimir dinero para que los estados gasten un billón en inversión pública “en vez de dárselo a los bancos”. Y el público escucha esas cosas y le parecen hasta razonables. Pero no lo son. No se le “da a los bancos”. El BCE aumenta la facilidad de crédito para que los bancos presten, y el principal beneficiario de esa enorme liquidez, como todos ustedes saben, son los estados porque las primas de riesgo se desploman y la financiación de la actividad pública se abarata a niveles tan brutales que España ahorra cada año desde hace dos unos 5.000 millones anuales en intereses a pesar de incumplir con el déficit y endeudarse más de lo estimado.

Se usa el mecanismo de transmisión de los bancos precisamente para evitar el abuso a la hora de usar ese dinero. Por ello, el problema de la Unión Europea es de demanda de crédito solvente. Es bueno, de hecho, evita burbujas, que la liquidez excesiva sea de 750.000 millones de euros. Draghi ha hecho un trabajo espectacular para evitar el incentivo perverso de volver a hacer carreteras, puentes y aeropuertos inútiles. “La inversión pública” como motor único es volver -a lo bestia- a los errores de 2004 a 2009, que han dejado deuda y sobrecapacidad en casi todos los ámbitos.

Es curioso que se exija “un billón” -podían decir dos o tres, no dicen para qué-. El Plan Juncker , lanzado hace casi un año, suponía 315.000 millones de euros para financiar proyectos de inversión en toda Europa. Cada euro invertido con dinero comunitario debería generar 15 euros en planes de inversión. Sin embargo, el resultado de dicho plan ha sido muy pobre, y menos de una fracción de esa cantidad se ha puesto en marcha. Porque el problema de la Unión Europea no es de falta de inversión, especialmente pública, sino del exceso del pasado.

Supone cometer los errores que alargaron la crisis, y hay que recordarlo.El 26 de noviembre de 2008 se lanzó a bombo y platillo el “Plan para el empleo y el crecimiento” europeo, un ambicioso proyecto para “relanzar la economía” y crear “millones” de puestos de trabajo desde la inversión pública. Un estímulo del 1,5% del PIB de la UE para combatir la crisis. Se iban a crear millones de empleos en infraestructuras, interconexiones y sectores estratégicos. El Superestado redentor iba a solventar la crisis “creada por el sector privado”: 200.000 millones de euros eran, sin lugar a duda, más que suficientes. Europa sí que sabía salir de la crisis, desde el sector público, “porque el privado no responde” y la crisis era de “deuda privada”.

En 2008, la sobrecapacidad industrial en la eurozona era ya del 20%. España gastó 90.000 millones en proyectos de infraestructuras y obra civil con un impacto negativo tanto en PIB como en empleo, además de disparar la deuda. La Unión Europea se lanzó a gastar 200.000 millones y en el camino destruyó 4,5 millones de puestos de trabajo, disparando el déficit al 4,1% del PIB. Eso sí, la media, según el Tribunal de Cuentas, de desviación en el gasto previsto fue del 20%. Hoy, esa sobrecapacidad se mantiene intacta y el crecimiento potencial se ha cercenado a pesar de enormes planes de estímulo.

Ahora les dicen a ustedes que olviden el pasado, que esta vez va a ser diferentes y si gastamos 1 billón de euros se creará millones de puestos de trabajo y creceremos más que nadie…. Porque se crea dinero “para el pueblo”. Es decir, repetir los errores de Argentina de Kirchner, del Brasil de Rouseff y la China que ya acumula una sobrecapacidad del 35% con una deuda del 246%. La falacia de pensar que con dinero creado artificialmente se va a conseguir otro resultado solo porque lo gaste el estado esconde la obsesión por aumentar a toda costa el control estatal de las decisiones económicas.

Lo que no ha funcionado con cientos de miles de millones no va a funcionar con billones porque lo diga el mismo que se lo va a gastar.

Al final, no es casualidad que se propongan estas ideas mágicas. Porque crean clientelismo y, sobre todo, incentivos perversos. Porque el que lo gasta no tiene ninguna responsabilidad sobre el abuso de gasto, y el exceso lo paga usted o con mayores impuestos o repetir la recesión.

El Estado no tiene mayor ni mejor información sobre dónde y cómo se debe invertir o prestar que el sector privado, y lo único que le diferencia es la motivación política -no pública- y clientelar. Tampoco tiene más y mejor experiencia en gestionar la inversión. Acudir a la promesa del multiplicador del gasto público es ignorar que está probado que es cero o incluso negativo en economías abiertas y endeudadas (lean) Y todavía les ponen de ejemplo a Roosevelt… Con un “aumento del gasto público” que en ningún momento sobrepasó un 20% del PIB (menos de la mitad del gasto público actual de España). De hecho, en el máximo de la II Guerra Mundial llegó a un 43,6% para retornar al 11% antes de 1950.

Lo que no ha funcionado con cientos de miles de millones no va a funcionar con billones porque lo diga el mismo que se lo va a gastar. Porque se perpetúan los sectores de baja productividad, que son los que dan para inaugurar cosas grandes y bonitas, y la sobrecapacidad genera un coste anual que lastra el crecimiento potencial y fagocita a los sectores de alta productividad subiéndoles los impuestos… Aunque se monetice. Porque aumentar la cantidad de dinero no cambia ni la riqueza ni la productividad, solo la diluye. Echar agua a la leche no la hace más nutritiva, alimenta cada vez menos y sabe peor.

Publicado en El Español, 16 de mayo de 2016.

Daniel Lacalle: «Los españoles tendremos que elegir entre ser Grecia o Irlanda»

El economista avanza una nueva crisis de deuda y advierte de que España podría convertirse en Grecia.

LIBRE MERCADO
El economista e inversor Daniel Lacalle fue el encargado de clausurar el XTB Trading Day el pasado viernes, el mayor evento de trading organizado en España. Durante su intervención, ofreció algunas conclusiones acerca de la situación económica y política en España y sus posibles consecuencias en los próximos meses.

Para Lacalle, el actual clima de incertidumbre tiene dos partes bien diferenciadas: «Por un lado, esta incertidumbre está afectando negativamente a la inversión y está provocando una ralentización de la creación de empleo. Pero, por otro lado, los datos de consumo y los de crecimiento todavía son positivos; muestran que la economía sigue creciendo a una tasa interanual cercana al 2,7%».

Sin embargo, si Podemos entrara en un posible Gobierno, el panorama económico cambiaría radicalmente. «Es falso que los pactos con Podemos moderen a Podemos; sucede lo contrario, como hemos visto en Madrid, en Barcelona, en Cádiz, en Navarra, en Cantabria […] Muy lejos de acomodarse, para ellos parte del éxito político es entorpecer y parar. Solamente se ponen de acuerdo en gastar y en subir impuestos; y a la vez, la amalgama de ideologías introducen muchos más escollos a la inversión y al empleo», indicó.

En Europa toda esta situación se ve con enorme preocupación, según Lacalle. «Estamos viendo que lo que ha sido un ejemplo en cuanto a salida de la crisis y mejora de la economía, que empezaba a repuntar (aunque le quedaba mucho por hacer), ahora se corre el riesgo de repetir los errores del año 2009; pensar que ya se ha acabado y lo que hay que hacer es aumentar la rigidez, subir los impuestos o aumentar el gasto público, es lanzarnos de nuevo a todos los errores del pasado».

El peligro del populismo

Este diagnóstico erróneo parte de la base «de que no se puede estar peor y que lo que hay que hacer, en lugar de continuar con las reformas, es volver al proteccionismo, al gasto y al intervencionismo», advirtió. Y el principal riesgo para la UE es que «el crecimiento de estos populismos está llegando a todo el arco parlamentario, incluidos los partidos serios, que se acercan a esas tesis para calmar a sus votantes».

Como consecuencia, se podría avanzar hacia una nueva crisis de deuda. «Todos hablan de tirar mucho más de gasto público, de aumentar la inversión pública, contratar más funcionarios, etc., basado en la idea de que financiarse al 0,85 % es lo normal […] Y cuando suban los tipos de interés o el BCE pare su política monetaria, simplemente porque se genere un shock político, entonces la prima de riesgo se volverá a disparar».

Pese a ello, Lacalle se mostró optimista. «Soy positivo, porque creo que los ciudadanos no son tontos. Llega un momento en el que pueden caer en la trampa del populismo y las soluciones mágicas, pero al final los ciudadanos miran a un lado y miran al otro y ven cómo está Irlanda después de un rescate y como está Grecia después de un rescate; uno crece al cuatro y pico por ciento y crea más empleo que nunca y el otro está al borde del colapso», explicó.

«El ciudadano tendrá que elegir entre Grecia e Irlanda. Y si decide Grecia, la culpa será nuestra, de los españoles, de los que lo aceptamos, nos resignamos… Tenemos que huir de la resignación, hacer mucho más todos -las familias, las empresas, los medios- por divulgar esos peligros, porque no es verdad que no se pueda empeorar. Se puede empeorar y mucho», alertó.

Papel de los bancos centrales

Por otro lado, en cuanto al papel de los bancos centrales, Lacalle demostró ser un firme defensor de la política de Draghi: «Es una política que debería valorarse positivamente, desde el punto de vista de que está dejando en evidencia a todos los que decían que el problema de la UE era un problema de política monetaria; está demostrando con datos que el problema es de reformas estructurales, porque la liquidez está ahí, el apoyo del Banco Central Europeo está ahí, la política expansiva y el compromiso están ahí, el crédito crece, las expectativas de inflación están a la baja… Lo que les está diciendo a los Estados es eso, que lo que hacen falta son reformas estructurales».

Y en Estados Unidos, lo mismo. «El milagro de Obama no existe, es pura demagogia, porque el problema nunca ha sido de política monetaria». Los bancos centrales han tomado las medidas que podían tomar, pero ahora hace falta que los gobiernos tomen las que les corresponden, según Lacalle. «Sin embargo, en vez de para mejorar la renta disponible de las personas, reducir los desequilibrios o aumentar la productividad, hacen todo lo contrario», concluyó.

http://analisismercadolaboral.es/

Análisis sobre el mercado laboral en España.

http://analisismercadolaboral.es/
Guillermo Julio Sáez. Graduado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Especializado en Dirección y Gestión de Recursos Humanos. Mi primer contacto con el mundo laboral ha sido en la consultoría de selección. Fundador de analisismercadolaboral.es

En los últimos años  y más en estos tiempos electorales que parecen no acabar nunca, uno de los argumentos más utilizados por la clase política es el de la precariedad laboral extendida, la ausencia de empleo indefinido y que en España solo se crea empleo temporal. Argumentos totalmente falsos pero efectivos en la disputa de votos para ver quien pilla más sillones en nombre del pueblo.

¿Es cierto el argumento «En España solo se destruye empleo indefinido y los nuevos empleos son temporales»?

Este argumento es totalmente falso pero hay que matizarlo. Primero debemos entender que el empleo temporal no es precario por que sea de duración determinada puesto que actualmente la tasa de temporalidad del mercado laboral es 9 puntos más baja que en el año 2006 (Aquellos «buenos» años de la economía) donde el 34% de los asalariados tenía un contrato temporal frente al 25% del IT 2016.

 

La tasa de temporalidad se ha reducido 9 puntos respecto a 2006
La tasa de temporalidad se ha reducido 9 puntos respecto a 2006

 

La explicación la encontramos en el modelo productivo en el cual España basó su crecimiento durante casi una década, la construcción. Este sector demandaba mucha mano de obra que dependía de las carteras de pedidos de las empresas que variaban enormemente según periodos del año y que además requerían de especialistas para realizar puntualmente ciertas actividades lo que hacia la modalidad temporal la más conveniente.

Otro hecho que confirma que la alta temporalidad se debía al sector de la construcción lo encontramos en la EPA al ver la evolución del número de asalariados según el tipo de contrato. En contra de la opinión general, cuando llega la crisis económica, las empresas principalmente se deshacen de todos aquellos trabajadores temporales, que eran temporales básicamente por un motivo, porque la empresa consideraba que en una situación normal la plantilla de la empresa debería ser menor y que su contratación responde a un exceso de demanda que no será sostenible en el tiempo.

Si observamos la siguiente tabla elaborada a partir de los datos del INE recoge la evolución de los asalariados según su modalidad contractual (no ocupados, ya que en los ocupados se incluyen autónomos y empresarios). El estallido del sector de la construcción se da en 2008 lo que supone una fuerte destrucción de empleo, pero si se observa en el periodo 2008-2009 la destrucción se concentra en los puestos temporales de los cuales se destruyen 900.000 frente a los apenas 80.000 indefinidos en el mismo periodo de tiempo. La respuesta la encontramos en lo arriba comentado, el sector de la construcción tenía gran parte de los contratos temporales existentes en España por lo que al estallar la burbuja inmobiliaria las empresas comienzan a deshacerse de la plantilla no fija para intentar adaptarse a la nueva situación.

 

El primer ajuste fue en el lado de los contratos temporales pero la gravedad de la crisis económica acabó afectando a todas las modalidades contractuales.
El primer ajuste fue en el lado de los contratos temporales pero la gravedad de la crisis económica acabó afectando a todas las modalidades contractuales.

A partir de este momento la economía entra en shock por multitud de causas, familias endeudas por el «efecto riqueza» al creer que sus activos inmobiliarios tenían un valor que en realidad era mucho más bajo, cientos de miles de parados cada trimestre que reducían su consumo extendiendo las malas expectativas al resto de empresas que seguían los mismos pasos que las empresas de la construcción despidiendo a parte de la plantilla. (Durante los primeros años de la crisis casi 3.000 personas diariamente perdían su puesto de trabajo). Una vez realizado el ajuste en la plantilla temporal el ajuste fue hacia los empleos indefinidos, lo que suponía un enorme gasto para las empresas muchas de las cuales eran incapaces de hacer frente a las indemnizaciones debido al alto coste en España. A pesar de ello previo a la reforma laboral se destruyeron 450.000 puestos de trabajo indefinidos entre 2008 y Febrero de 2012 y 650.000 en los 2 años posteriores hasta que en el IVT 2013 las empresas ya habían reestructurado sus plantillas para poder adaptarse al nuevo entorno económico que junto con una mejora de la economía favoreció la creación de empleo gracias también a la reducción del Umbral de Creación de Empleo, es decir, el crecimiento mínimo a partir del cual la economía de un país comienza a crear empleo neto.

Si ahora nos vamos a la fecha de recuperación de empleo en 2014 y 2015 se observa como la creación de empleo indefinido aumenta como también aumenta el empleo temporal, sin embargo a ritmos muy distintos, el empleo indefinido crece a menor ritmo que el temporal. NO NOS ASUSTEMOS ES ALGO NORMAL, del mismo modo que el empleo temporal se destruye a un ritmo muy superior al indefinido a la hora de crear empleo es igual. La respuesta es muy simple, no somos adivinos para tener la certeza de cual será la situación económica en el futuro, por ese motivo, no se contrata de forma indefinida porque en caso de errar en nuestras previsiones sobre el futuro el coste de despedir un trabajador indefinido es muy superior a la de un temporal, por este motivo, cuando la economía y la política garanticen un entorno certero y una amplia seguridad jurídica será cuando comience a aumentar a un mayor ritmo el empleo indefinido. Os dejo este gráfico para que veáis la estabilidad del empleo indefinido tanto en fase de destrucción/creación frente a la volatilidad del temporal en las mismas fases.

 

variación empleo def:temp

 

Algo que ha de quedar claro tras leer este post es que la volatilidad del empleo es mayor en el empleo temporal por el menor coste indemnizatorio y acabar con el mito de que en España solo se ha destruido empleo indefinido para que todo el empleo sea temporal. Falso, si hacemos balance 2008-2015 el empleo indefinido ha caído un -9% frente al -24% del empleo temporal.

Por otra parte he realizado un gráfico para observar visualmente como es el empleo que se ha creado desde el IVT 2013 hasta finales de 2015. Podemos ver como se han creado  704.400 empleos asalariados, es decir, trabajadores de una empresa  (no estamos contando los que se han hecho empresarios o autónomos). De estos nuevos empleos creados el 60% son temporales frente al 40% de indefinidos, algo totalmente normal, incluso es un buen dato, puesto que de cada 10 personas que han encontrado empleo en España en los últimos 3 años, 4 han conseguido un contrato indefinido.

4 de cada 10 personas que han encontrado empleo entre 2013 y 2015 ha sido de forma indefinida.
4 de cada 10 personas que han encontrado empleo entre 2013 y 2015 ha sido de forma indefinida.

 

Ahora si eres uno de esos que estás empeñado en negar que la economía mejora vendrás con el cuento «Nos estás engañando, dicen en la tele que 9 de cada 10 contratos que se firman son temporales»

Si has pensado eso me alegro, puesto que estás a punto de darte cuenta que te equivocabas, te engañaban o que intentas engañar con un argumento totalmente falso. Primero porque NO se debe confundir empleo creado con contratos firmados, me explico, un trabajador con empleo indefinido como su nombre indica tiene un empleo con una relación contractual indefinida, es decir, no tiene fecha límite, no se sabe cuando acabará. Sin embargo un contrato temporal tiene una duración determinada que dependerá del servicio para el que ha sido contratado. No se debe confundir el total de contratos firmados puesto que en España se firman de media 18 Millones de contratos al año y obviamente esto no quiere decir que se creen 18 millones de puestos de trabajo, simplemente quiere decir que una persona sin empleo indefinido puede firmar multitud de contratos a lo largo de un año cosa que un trabajador indefinido no lo hará porque su empleo no tiene una fecha final determinada. Debes saber que en los años 2004, 2005, 2006 y 2007 donde la economía crecía a un ritmo hasta entonces nunca visto por el boom de la construcción en España se firmaban hasta 20 Millones de contratos al año, pero ello no significaba 20 millones de empleos nuevos, y en estas fechas de la fiesta económica y gasto descontrolado también 9 de cada 10 contratos eran temporales habiendo meses en los que el 95% de los contratos firmados eran temporales.

Y la respuesta es muy fácil, España es un país con gran peso en el sector servicios y dentro de este, el turismo y el comercio cuyas empresas sufren variaciones de demanda muy fuertes en ciertas fechas tales como fines de semana, festivos, verano, Navidad, lo que lleva a cientos de miles de empresas a contratar temporalmente a trabajadores para poder atender a la demanda, que en ocasiones se alarga lo que lleva que un mismo trabajador firme varios contratos, siendo lo más habitual aquellos que realizan contratos de unos días en Semana Santa para encadenar otros para la campaña de verano. Si esto no te ha convencido vendrás con otro argumento tan utilizado como falaz, pero que sirve para captar votos. Este consiste en tergiversar lo que se ha expuesto en este post deduciendo que como rescindir unilateralmente un contrato temporal es más barato que un indefinido la solución es encarecer la indemnización intentando crear una causalidad de a más caro el coste del despido habrá menos despidos. Podría ser, pero la realidad no es así, básicamente porque las variaciones de la plantilla responden a variaciones de la demanda, a X demanda una empresa necesita Y trabajadores y la primera variable no es controlada por el empleador, por tanto si la demanda baja pero has encarecido tanto el despido de todas las modalidades contractuales la empresa no podrá hacer frente a un ajuste de plantilla por lo que directamente cerrará la empresa quedando todos desempleados, mientras que si el coste es razonable, el empleador podrá ajustar la plantilla a la demanda y mantener la actividad de la empresa y a los empleados necesarios para que la empresa funcione.

En conclusión, ha quedado claro, que no todo el empleo que se crea en España es temporal, también se crea indefinido y lo más importante es que se está creando empleo sin apoyarse la economía en ninguna burbuja en ningún sector de su economía. La única forma de fomentar la contratación indefinida es la estabilidad política y económica que en un mundo tan globalizado y vulnerable a la vez aporten un poco de claridad al futuro aunque sea a corto y medio plazo.