En esta ocasión comentamos los riesgos de elevar el endeudamiento y no cumplir con los objetivos de reducción del déficit.
Investigación sí, no gasto político
¡Hay que gastar en I+D+I!… ¿Cuántas veces ha oído o leído esta frase? Nadie puede estar en desacuerdo ¿verdad? El problema, como con todos los gastos, es en qué y para qué.
Es enternecedor ver la campaña de Podemos en la que habla de los recortes “del PP” en I+D+I que se hicieron… ¡entre 2009 y 2011! Efectivamente, el hachazo se concentra en su totalidad en esos años, pero, como explica Fernando Rodriguez de Inuber, no se ha recortado desde 2009 “el 35% del gasto en I+D”, ha sido alrededor de un 10%. Y, desde 2012 se ha mantenido, subiendo un 4,1% en 2016.
Pero vayamos a los años anteriores. El gasto en I+D+I, sea público o privado, es muy poco útil si no se traduce en patentes y, con ellas, empresas. Gastar mucho o poco es irrelevante si se despilfarra en estudios sobre la “desmercantilización de la vivienda” o “el urbanismo de la no ciudad”, investigaciones sin valor real que en nuestro país han sido desafortunadamente muy frecuentes.
La inversión en I+D siempre se utiliza de manera política, pero se olvida que gastar por gastar no sirve de nada, como explico en Acabemos con el paro (Deusto).Ya antes de la crisis, por cada patente que solicitaba España, Alemania llegaba a 24, Francia a 8, Holanda a 7 e Italia a 4. Por cada patente nacida en España, en Estados Unidos afloraban 34, en Japón 22.
La inversión en I+D siempre se utiliza de manera política, pero se olvida que gastar por gastar no sirve de nada
Según Clarke Modet & Co, empresa líder en patentes y marcas, en el momento máximo de gasto España destinaba un 1,37% del PIB en I+D, mientras Brasil gastaba el 0,7%. Pues bien, Brasil registraba el doble de patentes que España con casi la mitad de gasto.
Es absolutamente necesario invertir, y hacerlo bien, en investigación. Si se invierte bien, tiene un impacto económico real con mejora de productividad y salarios. Si se invierte mal, en estudios redundantes, inservibles o políticos, se convierte en un gasto que entorpece el cambio de patrón de crecimiento al detraer recursos a actividades improductivas.
Lo que callan los que ponen como ejemplo a Corea del Sur o los países nórdicos es que, en los países líderes, la inversión privada es más del 65% del total. Hablan de Finlandia o Corea del Sur y callan -probablemente por intereses políticos- que la mayoría del gasto en I+D es privado. En Finlandia, entre el 74% y el 67% en los últimos siete años. En Corea del Sur, el 75% de la inversión en I+D es privada, y más a investigación aplicada, no básica, al contrario que en España.
En Israel se apoya la investigación y el desarrollo no para aparecer en los rankings, sino para crear empresas, empleo y prosperidad. En Israel, el 90% de la inversión es para aplicación empresarial real basada en analizar necesidades de los consumidores. El Gobierno tiene activos 37 programas-puente con universidades, instituciones de investigación y empresas. La financiación de empresas se hace a cambio de royalties. Y la universidad israelí tiene el mayor porcentaje de creación de empresas de la OCDE, empresas que se sacan a bolsa o venden, creando valor, y no se quedan en la facultad.
En España, por ejemplo, uno de los principales registradores de patentes en 2013 fue el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con 196. Aceptable. Sin embargo, el 50% de los royalties (ingresos por las mismas) que recibe, provienen de una sola patente de 1989.
Según los datos del estudio El sistema de patentes 2014 de la Online Business School, todos los inventores y compañías españoles solicitaron 2.476 patentes. Samsung solicitó 2.833 ella sola. Entre 2007 y 2010 era igualmente pobre. La gran caída de número de patentes (internacionales y europeas) se dio entre 2009 y 2011, un 26%.
Si miramos los mayores registradores de patentes, no nos extrañará saber que el sector público solo aparece dos veces (aunque merece resaltar al CSIC en tercer lugar).
Un ejemplo que demuestra la descorrelación entre gasto y patentes es el que explica Marca España. “El número de patentes españolas en la Oficina Europea de Patentes (EPO) alcanzó la mayor cifra de su historia en 2014, con un total de 467, un 18% más de las 395 consignadas en 2013. El número de patentes registradas por firmas españolas se había mantenido bastante estable en los tres años anteriores: 392 en 2010, 381 en 2011, y 405 en 2012”.
PARA SER LÍDERES EN I+D
¿Qué debemos hacer para ser líderes en I+D en vez de campeones en repartir subvenciones perdidas? No les sorprenderá a ustedes. Exactamente lo contrario a lo que proponen los redistribuidores de la nada.
Primero, reducir subvenciones y aumentar deducciones fiscales a la investigación y desarrollo. Exactamente lo contrario de lo que quieren.
Segundo, una fiscalidad atractiva que potencie la creación de empresas y desarrollo de patentes con rentabilidad económica real. Que los profesores e investigadores en la universidad –sea pública o privada- reciban remuneración en acciones e incentivos con las patentes reflejadas en creación de empresas. Es decir, lo contrario a lo que proponen.
Tercero, medir el acceso a ayudas no en base a gasto repartido por decisión política sino en resultados y con baremos objetivos de éxito en patentes.
Cuarto, penalizar con eliminación de ayudas a las universidades y empresas que gasten en estudios duplicados o triplicados sobre asuntos peregrinos. Anualmente se pierden casi 32.000 millones de euros en la Unión Europea en investigaciones redundantes, en algo que ya existe en el seno de la Unión o en países terceros, según Clarke, Modet & Co.
Pero es que el objetivo no es investigar, ni desarrollar patentes y –ni por asomo- empresas. Ninguno de los redistribuidores de la nada hace un solo análisis de coste-beneficio o de productividad de dicha inversión. El objetivo es aumentar mucho el presupuesto para repartir desde un objetivo político y, además, controlar el flujo de gasto para tener investigadores rehenes del gobernante de turno. Porque entonces no se trata de investigación, sino de gasto político.

Análisis de la EPA (Primer Trimestre 2017)
Una colaboración de Guillermo Julio Sáez, autor del blog Análisis Mercado Laboral.
Análisis EPA 1T 2017.
Esta mañana conocíamos los datos de la EPA 1T 2017 y a vista de titular no reflejan una buena situación del mercado laboral. Error, el mercado laboral no es estático, no es una foto. Al contrario, se debe mirar en perspectiva para poder extraer conclusiones rigurosas.
A primera vista vemos que la tasa de paro ha repuntado hasta el 18’75% desde el 18’63% del último trimestre de 2016. ¿Es una mala señal? No, si miramos los datos disponibles, desde 2002, tan solo en 2005 la tasa de paro descendió en un primer trimestre, cuando cayó hasta 10’17% desde el 10’53% del último trimestre de 2004.
La EPA 1T 2017 ha reflejado lo previsto ya que durante el primer trimestre se vive un “efecto compensación”, es decir, durante los primeros meses del año el mercado laboral depura el empleo creado a final del año anterior vinculado a la Navidad y rebajas distorsionando las cifras del mercado de trabajo. Pero esto, no es síntoma de un deterioro del empleo. Por ejemplo desde 2014 que empezó a recuperarse el empleo, en todos los años (2014, 2015 y 2016) la tasa de paro repuntó en el primer trimestre y no impidió que todos los años se saldaran con un descenso del paro y un aumento de la ocupación. Así pues en el 1T 2014 el paro se situaba en el 25’93% y en el 1T 2017 en el 18’75%, es decir, 7’18 puntos menos. Este descenso se traduce en 1.487.700 ocupados más que al inicio de 2014.
Pasando a analizar las cifras que nos deja la EPA 1T 2017 encontramos el aumento de la tasa de paro y un descenso de la ocupación de -69.800 personas ¿Es mala señal? No, en 2016 en el mismo periodo de tiempo el número de ocupados descendió -64.600 personas y el año acabó con 400.000 ocupados más. En términos interanuales el empleo ha crecido en 408.700 personas, después de que el sector privado haya creado 453.100 empleos pero se haya destruido 44.400 empleos en el sector público.
Por sectores, durante los tres primeros meses del año han registrado avances los sectores de la Agricultura (+31.000) y Construcción (+2.100) mientras que ha presentado descensos en Servicios (-94.700) e Industria (-8.200). En términos interanuales todos los sectores registran avances, liderados por el Sector Servicios (+199.000) e Industria (+89.500). Más allá del dato de ocupación y repunte de la tasa de paro, que sin un análisis en perspectiva puede parecer malo, encontramos cifras realmente esperanzadoras para el mercado laboral español. Estas cifras son la reducción de la tasa de temporalidad hasta el 25’75% tras aumentar en el primer trimestre en 78.000 el número de trabajadores con contrato indefinido y la reducción de -122.600 del número de trabajadores con contrato temporal. El empleo indefinido registra un avance de 195.600 en los últimos 12 meses. En cuanto al tipo de jornada, como en los anteriores primeros trimestres, el empleo a jornada completa registran retrocesos pero no en el conjunto de los últimos 12 meses, en los que el 89% (365.200) de los nuevos ocupados lo hizo a jornada completa. Un dato excelente ha sido la reducción en -75.800 de parados de larga duración.
En conclusión, la primera EPA del año ha reflejado un ligero retroceso del empleo, dentro de lo normal (No comparable por ejemplo con el deterioro del empleo de 2008 a 2009 cuando el paro paso del 13% a finales de 2008 al 17% en el primer trimestre de 2009). Para seguir con detalle el estado de nuestro mercado de trabajo, la semana que viene tendremos los datos de Paro Registrado y Afiliación a la Seguridad Social, los cuales según previsiones reflejarán el aumento del número de cotizantes hasta superar la barrera de los 18 Millones, cota que no se veía desde hace 8 años.
Francia, a la segunda vuelta. Susto o Muerte
Las elecciones presidenciales francesas han mostrado varias evidencias. La segunda vuelta vuelve a enfrentar a un candidato moderado, Macron, con uno ultraderechista, LePen. Esto ya ocurrió hace años entre Chirac y LePen padre… La gran diferencia es que, entonces, entre la ultraizquierda y la ultraderecha no acaparaban más del 40% de votos (a cierre de este artículo).
La más que previsible euforia de los analistas ante una segunda vuelta que concentre el voto moderado en Macron no puede hacernos olvidar que la sociedad francesa ha reaccionado al estatismo feroz e intervencionista de Hollande aumentando el apoyo a más radicalismo ultra-intervencionista.
El desastre del partido socialista -prometiendo unicornios, haciendo plan de estímulo tras plan de estímulo y subida de impuestos tras subida de impuestos- ha sido espectacular. No solo no ha parado el populismo ultraizquierdista y ultraderechista, sino que lo ha blanqueado y alimentado, al repetirle hasta la saciedad a los ciudadanos que las soluciones mágicas de gasto eterno y desequilibrios constantes eran viables. Y entre el populismo diluido de Hamon y el de los Reyes Magos totalitarios de Melenchon o LePen, pues casi mejor el original.
La caída de un centro-derecha que lleva muchos años renunciando a sus principios de libre mercado y defensa de la baja fiscalidad para entregarse a copiar al partido socialista, ha hecho que Fillon, además de los escándalos, no resultara creíble en sus propuestas de reforma, entre otras cosas porque ha estado en grandes puestos de responsabilidad y esas reformas se retrasaron para perpetuar el intervencionismo que ahora criticaba.
Ambos, Hamon y Fillon, han solicitado el voto para Macron en la segunda vuelta, lo cual lleva a una alta probabilidad de una segunda vuelta de victoria moderada.
La incapacidad de los partidos tradicionales de responder a las preocupaciones reales, incluidas la amenaza terrorista y la inmigración, y su error histórico de retrasar las reformas eternamente, ha pasado factura.
EL RETO DE MACRON, SI GANA LA SEGUNDA VUELTA
Ahora el problema de Francia es recuperar el dinamismo perdido en una economía que el propio Macron calificaba de “esclerótica”. Existen muchas dudas sobre su verdadero impulso reformista, evidenciada por sus actuaciones cuando ha sido ministro. Pero hay que darle el beneficio de la duda. Se enfrenta a un parlamento radicalizado, de partidos tradicionales casi hundidos y de cuenta-cuentos que -aunque no ganen-, avanzan, y mucho.
Reducir el impuesto de sociedades, reducir costes laborales, llevar a cabo una reforma laboral similar a la española y políticas de integración de inmigrantes son parte de las propuestas de Macron, urgentes, pero debemos esperar a ver si gana la segunda vuelta y si tiene los apoyos para hacerlo.
Lo hemos comentado en alguna ocasión en esta columna y en Viaje a la Libertad Económica (Deusto). Hace sólo quince años, Alemania y Francia tenían déficits y deudas similares. Ninguna de las dos economías era, ni es, un modelo ‘liberal’ ni mucho menos, pero siempre habían cuidado a sus empresas. Alemania tomó el camino de las reformas y Francia el de “política del avestruz”, ignorar los desequilibrios, atacando a su propia línea de flotación con políticas fiscales y de gasto confiscatorias para sostener un sector público hipertrofiado.
La última vez que Francia tuvo un presupuesto equilibrado fue en 1980, y desde 1974 nunca ha generado superávit, la deuda pública alcanza el 96% del PIB, lleva dos décadas en estancamiento, un paro del 10% (de 23,6% paro juvenil) y en 2017 sigue con déficit por cuenta corriente de 6.500 millones de euros mientras la Eurozona registra superávit. Alemania registra superávit presupuestario, crecimiento, mucho menos paro (3,9%) y menor deuda (71%). Como en España, los candidatos se han ocupado de echar la culpa de los problemas del país al extranjero, a ‘la globalización’ o ‘el euro’, sin embargo, las comparaciones con Alemania hunden esos argumentos. Aún más hilarante ha sido escuchar a LePen y Melenchón, el Ying y el Yang del extremismo, echar la culpa a “los recortes” o “la austeridad”.
En un país donde el gasto publico supera el 57% del PIB, donde los presupuestos de las administraciones públicas han crecido más de un 13% desde 2008 y el 22% de la población activa trabaja para el Estado, administraciones locales y entes públicos, y más de la mitad de la renta del trabajo se pierde en impuestos y retenciones. Además, Francia ha gastado decenas de miles de millones en ‘planes de estímulo’ desde 2009. En concreto, 47.000 millones en 2009, 1.240 millones a la industria del automóvil y dos ‘planes de crecimiento’ en el mandato Hollande: 37.600 (‘inversiones’) y 16.500 millones (‘tecnología’). Y Melenchon hablaba de recortes y falta de gasto.
El problema es el dirigismo económico, que ahoga el potencial de una nación rica y con enorme potencial, que no debería conformarse con tener mejores datos económicos que le periferia. Francia debería compararse con las economías líderes del mundo.Y el problema con el que se enfrenta el próximo presidente de Francia es que, repitiendo los errores del pasado, no van a recuperar el dinamismo de un país que no debería contentarse con el estancamiento secular y perpetuar sus desequilibrios.
Desafortunadamente, los resultados de las elecciones nos han mostrado que una enorme parte del electorado piensa que el socialismo dirigista no ha funcionado porque no se ha hecho más de lo mismo. Una enorme parte del electorado prefiere creer que dos más dos suman veintidós y que van a ser más ricos si les quitan más dinero a los que producen para dárselo a los que no lo hacen.
Anoche ganó el proyecto europeo y muchos respirarán aliviados, pero esa esperada victoria no puede hacernos olvidar lo más importante: Blanqueando y legitimando el mensaje populista no se les combate, se les dan alas.