Luces y sombras de un presupuesto conservador

El Confidencial 27/9/2014  y Espejo Publico 29/9/2014 A3

“Balanced budget requirements seem more likely to produce accounting ingenuity than genuinely balanced budgets” Thomas Sowell.

Diez años de despilfarro, tres de moderación presupuestaria y se acabó la mal llamada «austeridad».

Me sorprende, al leer los datos anuales y el presupuesto que algunos lo llamen“austericidio”. En 2015, el gasto público seguirá muy por encima del pico de la burbuja inmobiliaria, y se han sostenido todas las partidas de gasto social, a pesar de la caída de renta disponible, sueldos y beneficios empresariales. En 2015, el gasto público sobre Producto Interior Bruto (PIB) seguirá por encima del 46%, eso sin contar a las empresas públicas. Austericidio.

El avance de los presupuestos y el cuadro macroeconómico anunciado ayer por Saenz de Santamaria, De Guindos y Montoro incorpora elementos significativos que nos separan del escenario de desastre, pero también reflejan desequilibrios muy relevantes.

Vivimos una recuperación y crecimiento moderado que aún se mantienen por debajo del potencial de nuestra economía, pero que resalta por despegarse de la tendencia negativa de otros socios de la Unión Europea, notablemente Francia, nuestro mayor socio comercial.

Los elementos positivos son evidentes:

  • Un crecimiento de la economía de un 1,3% en 2014 y un 2% en 2015, que considero perfectamente posible, a pesar de la ralentización de la OCDE y la Unión Europea. Mejora de demanda doméstica y consumo, y aumento de flujos de crédito.
  • Aumento de exportaciones, con superávit comercial en 2014 y 2015. Muy importante, comparado con el agujero, que llegó al 10% del PIB, en la época de “estimular la demanda interna” y “los mercados nos atacan”.
  • Una caída de los gastos por desempleo fruto de la bajada del paro.
  • Bajada de los intereses de la deuda, que mantienen el coste por este concepto por debajo del 3,8% del PIB, muy lejos del 10% que consideran las agencias de rating como insostenible.
  • Una mejora de los ingresos fiscales por la recuperación económica.

Efectivamente, España corrige lentamente sus desequilibrios y devuelve deuda externa a ritmo de 15.000 millones anuales, generándose una reducción adicional del endeudamiento privado, que ya se sitúa en niveles de 2006. Sin embargo, la dependencia del exterior es aun equivalente al 100% del PIB, aunque el riesgo de shocks de deuda es menor.

El riesgo se reduce, precisamente, por menor déficit exterior y deuda privada, añadido a que las necesidades netas de financiación del Estado caen de un insostenible 30% de la oferta europea de renta fija soberana en 2009-2011 a 55.000 millones de euros, que no llega al 15%. La deuda total, publica más privada, se ha reducido por primera vez en décadas.

A la hora de analizar el efecto de los próximos años debemos tener en cuenta que la deuda del Estado mejora en dos conceptos: stock y flujo.

  • El flujo anual de necesidades de refinanciación –cuanto hay que acudir a los mercados- baja dramáticamente, a menos de la mitad que hace tres años. Para los inversores en Renta Fija, en bonos, España ya no es un enorme problema.
  • El stock –total de deuda acumulada- es un problema, ya que sigue siendo muy alto, el 99% sobre PIB de deuda pública. Sin embargo, al no generarse el problema de flujos crecientes por encima de lo considerado aceptable, el riesgo de que los inversores vendan el stock acumulado es muy bajo. Por eso el déficit es importante, pero también las necesidades netas de financiación.
  • No debemos olvidar que del aumento de deuda de los últimos tres años casi el 35% viene de pagos pendientes de la época de los estímulos, fondos de liquidez, facturas escondidas y de rescatar a las cajas –ese modelo social de banca pública desastroso-. A pesar de ello, el gasto publico sigue siendo casi 40.000 millones anuales superior a los ingresos fiscales de pico de la burbuja. El déficit estructural es aún muy alto.

Es importante resaltar todo esto para diferenciar 2014-2015 de lo que comentábamos en esta columna en 2010-11, cuando las necesidades anuales de refinanciación de España eran casi el 30% del total europeo.

Por lo tanto, se puede hablar de un cambio de tendencia…sin cambiar casi nada, manteniendo la estructura estatal hipertrofiada. Y ahí radica el riesgo.

Gráficos cortesía de @_perpe_

Atrás quedan las propuestas de cerrar las empresas públicas deficitarias (menos de un 20% se han liquidado), observatorios, diputaciones (se han ampliado “competencias”), asesorías, administraciones duplicadas y cabildos, o las subvenciones anuales de nuevo rico. Volvemos a gastar. Y con la fragilidad de la recuperación, un Estado que se carga de costes fijos se expone a que cualquier vaivén de las economías globales tumbe el castillo.

La mejora de empleo, de un paro del 25,7% al 22% en 2015, sigue siendo insuficiente. Algo más de 620.000 puestos de trabajo creados es un dato muy positivo, pero se debe hacer mucho más, como comentábamos aquí. Aumentar el empleo público, como se ha anunciado, es agrandar el agujero de ese déficit estructural, además de suponer, a medio plazo, mayores impuestos. En la rueda de prensa se comentaba que los trabajadores públicos estaban a nivel de 2004… No, si incluimos la enorme cantidad de empresas públicas (más de 3.500 con una deuda acumulada superior a 50.600 millones de euros), un elemento que nos diferencia, en mucho, de los países de nuestro entorno.

Subir impuestos ha supuesto…menos ingresos de lo estimado, como ya repetíamos en esta columna. Aunque se deduzcan 2.000 millones de devolver el céntimo sanitario, nos muestra de nuevo que las estimaciones de ingresos siempre resultan menores a lo esperado… A pesar de la mejora de la actividad económica.

Otro riesgo hoy en día es recuperar la ‘inversión’ pública aumentándola un 6%. El historial de creación de riqueza y empleo de la inversión pública en España en los últimos diez años es demasiado pobre –pérdidas netas, deuda y desempleo- como para sacar la chequera cuando los gestores son prácticamente los mismos y aún estamos digiriendo el 25% de sobrecapacidad productiva.

Las reformas, que siempre tendemos a ignorar, han sido muy relevantes y han ayudado a que la economía saliese del agujero y empiece a crecer, pero no debemos olvidar que el problema de España era, y continúa siendo, un enorme gasto público disparado al calor de los ingresos fiscales extraordinarios de la burbuja inmobiliaria –unos 40.000 millones de euros anuales-.

El déficit y la deuda como mejor se reducen es con crecimiento. Ese crecimiento sólo va a llegar de manera sólida de las pymes, que generan el 70% del valor añadido y empleo del país, autónomos y familias. Los que han sobrevivido admirablemente la crisis no deben pagar la decisión de sostener las administraciones duplicadas, las subvenciones y el gasto improductivo.

El déficit y la deuda se van a moderar por el cambio de cálculo del PIB incluyendo elementos que no generan ingresos –actividades ilegales- y estimados. Es decir, los ratios “mejoran”, pero la diferencia entre gastos e ingresos y la deuda total no cambian. Y la gente no come PIB. Hay que atacar el gasto improductivo, no sostenerlo a toda costa fiando la recuperación al Banco Central Europeo (BCE) y la política monetaria. Ya sufrimos en 2008-2010 ese error de “aguantar la respiración hasta que pase” porque el BCE apoyaba.

Hay que reconocer los elementos positivos. Con un crecimiento moderado, España crea más empleo que la tendencia histórica y el país reduce su deuda total y sus necesidades de refinanciación. Pero los riesgos no se deben olvidar.

A la espera de detalles, España va a seguir gastando un 15% más de lo que ingresa. Sí, ya no es un 20-25% anual, pero sigue siendo un problema.

Con un déficit estructural anual muy superior al pacto de estabilidad y la media de la UE, el objetivo único del Gobierno debe ser que sus votantes, las empresas y familias, recuperen urgentemente la renta disponible para invertir, crear empleo y consumir.

El objetivo de aumentar el PIB aumentando gastos corrientes y deuda no es expansivo. Es aumentar la fragilidad.

 

 

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Podemos. La Ruina Segura

Articulo publicado en «Actualidad Económica» septiembre 2014 (Actualidad economica

Si hay algo que sorprende cuando se ve el panorama político español desde el extranjero es el llamado “populismo con el dinero de los demás”.  Siempre se habla de gastar más subiendo los impuestos a otro, de endeudarse más con el crédito de otro, y de la solidaridad con el esfuerzo del vecino. La aristocracia del gasto público, que es la que mejor ha vivido durante la crisis, siempre piensa que usted gana demasiado y paga poco.

Por eso me indigna sobremanera que la reacción a la crisis institucional y política genere una “alternativa” como Podemos. Nos quejamos de la corrupción, y la “solución” la vamos a buscar en personas que asesoran, alaban y proponen como ejemplo para Europa a Venezuela, el régimen más corrupto de Latinoamérica y el 17 del mundo, según Transparency international. Es como llamar a un pirómano para apagar un fuego.

Y es que las propuestas de Podemos no son una novedad ni una alternativa. Su modelo es muy viejo y ha sido probado con resultados desastrosos en Argentina y la república venezolana, o en Albania, que no hay que irse tan lejos.

No es un modelo “anti-casta”, es “pro-mi casta”. Bajo el mensaje supuestamente democrático y participativo se encuentra el mismo engaño populista histórico. “Asambleas populares”. Juntar a un grupo, separarlo en mini-grupos, volver a separarlo y cuando han decidido lo que acuerda el grupo más pequeño, liderado por un “moderador”-comisario-, gritar todos a una “el pueblo ha decidido”. Mientras, el líder supremo decide y controla todo.

Además, las propuestas económicas de Podemos son el cuento de la lechera. Gastar primero esperando unos ingresos que, cuando no llegan, nos llevan a la quiebra.

Por supuesto, el lector puede decir que casi todos los partidos políticos proponen cosas imposibles, pero yo jamás he visto una combinación como ésta de medidas aberrantes que nos llevan a la ruina segura.

Tomen como ejemplo el punto 1.8 de su programa “colaborativo” para las europeas, donde piden que “no se acepten apuntes virtuales como son las amortizaciones y deterioros”. Para Podemos la contabilidad y normas aceptadas globalmente (GAAP) son ficción. Como los beneficios empresariales les parecen poco para sus veleidades, se los inventan y a correr. Luego, cuando las empresas no tengan acceso a financiación porque las cuentas “método Podemos” no las acepte nadie, le echarán, como en Argentina, la culpa a los especuladores.

Fíjense en su idea estrella, la “renta básica universal”. El coste de implantarla en España para todos los ciudadanos sería de 361.000 millones de euros anuales, más que los ingresos fiscales del país. Otra opción, según el presidente de Gestha sería “la adopción de una renta básica limitada a las persona en riesgo de pobreza”. Y para ponerla en marcha “se necesitarían más de 72.000 millones de euros anuales, una cifra que tampoco sería viable ya que supone casi el 40% de la recaudación total.

O la jubilación garantizada a los sesenta años. Supondría unos 15.400 millones anuales de coste adicional al estado asumiendo un sueldo cercano a los 16.000 euros/año por pensionista ya que actualmente España cuenta con 783.000 personas ocupadas entre 60 y 64 años, pero casi 960.000 personas si contamos toda la población activa de esa edad.

La “nacionalización de sectores estratégicos” es otra ocurrencia. Solo la expropiación de esos sectores costaría al estado más de 150.000 millones de euros -mayor deuda- si paga un descuento similar al caso argentino en la expropiación de YPF comparado con el valor en libros. Además, con unas necesidades de refinanciación de 70.000 millones de euros solo en energía, telecomunicaciones y banca en los próximos cinco años, las primas de riesgo de las empresas se dispararían y el acceso a crédito se desvanecería.

Es, además curioso que, mientras Podemos pide “auditar la deuda”, no hable de reducir el gasto público, sino de aumentarlo en 35.000 millones anuales. La deuda generada por los políticos anteriores no vale, pero su gasto nuevo sí. Ellos no van a construir aeropuertos inútiles, pero piden “más infraestructuras”, que es lo mismo.

Por supuesto, al no asumir la validez de la deuda reconocida por entidades internacionales, ni aceptar que esa deuda se ha contraído por un estado votado democráticamente y unas comunidades autónomas con casi todos los partidos en sus órganos de gobierno, lo que están proponiendo es simplemente una decisión aleatoria de unos “ciudadanos” que se erigen en auditores por encima de todas las instituciones. En realidad es dinamitar la legitimidad del Estado y sus representantes.

Solo con anunciar la auditoria, las primas de riesgo subirían enormemente, y si hacen impago la caja de las pensiones y seguridad social, hasta un 90% invertida en bonos soberanos, quiebra.

Pero lo que es francamente hilarante es proponer por un lado auditar la deuda, con el consiguiente impago… Y a la vez aumentar el límite de déficit . No existe un solo caso en el mundo en que se haya hecho impago o auditoria de la deuda y el estado haya seguido financiándose correctamente o el gasto público haya aumentado en términos absolutos.

¿Qué ocurre al día siguiente de declarar la deuda ilegitima o anunciar una auditoria “ciudadana”?. ¿Cómo se financia el enorme gasto y asistencialismo que pretenden implementar?. ¿Quién nos presta?. ¿El BCE?… ¿Seguro que Alemania, Finlandia, Holanda o Reino Unido iban a tirar del cheque para financiar la Albania cañí de Podemos?. Entonces empiezan las quiebras y recortes, pero de verdad.

¿Cómo prometen financiar estas medidas? Con la manida “lucha contra el fraude e impuestos a los ricos”, el cuento de la lechera.  A pesar de que ningún país del mundo ha aflorado más del 1% del PIB con esas medidas, ellos aseguran que van a recaudar muchísimo más. Recordemos que un 40% de la cifra “estimada” por los técnicos de Gestha de posible aumento de ingresos fiscales viene de aumentos de impuestos, no de eliminar fraude fiscal. Y no olvidemos que nunca en la historia se ha recuperado una cifra superior a €4.000 millones atacando el supuesto fraude… Muy lejos de los €38.000 millones que aseguran poder recaudar de “economía sumergida”. A pesar de ello, no cubren ni de lejos la cantidad mínima estimada de su gasto anunciado -122.000 millones- entre 72.000 millones de renta básica universal solo ciudadanos en riesgo de exclusión, 15.400 millones de jubilación a los 60 años, 35.000 millones de aumento del gasto público “para crecer”, sin contar costes de expropiaciones y quiebras.

Siendo optimistas y creyéndonos sus “ingresos esperados” es un 8,4% adicional de déficit a añadir al actual –e insostenible- 6%, ya que no van a bajar gastos. Un 14,4% de déficit anual… Imposible de financiar dentro del sistema actual, así que no digamos con la propuesta de auditoría, impago y expropiación de Podemos.

Por supuesto, la tentación de “salir del euro” y dedicarse a imprimir moneda, que ha llevado a Venezuela y Argentina a tener unos de los mayores índices de inflación del mundo, aparece constantemente. Si no hay dinero, imprimámoslo. Solo se olvidan de que los gastos de importaciones y las deudas de familias, empresas y estado están en euros o dólares. La devaluación dispararía la inflación, el déficit comercial y las quiebras.

Así se garantiza… nada. Pagar la renta básica y las pensiones en papelitos devaluados supone miseria y una inflación galopante que empobrece a todos. Aparte de la quiebra de muchos sectores con deuda en euros y que no podrían financiarse. Prometen medidas que parecen muy bonitas, que en el mejor de los casos se darán con un dinero que no valdrá nada.

¿Saben los lideres de Podemos que estas medidas son inviables y nos llevarían a la quiebra?, sí. Pero es que el objetivo de Podemos no es evitar la quiebra, sino “gestionar” el día siguiente de la misma. Como en Venezuela, una vez tomadas las instituciones y hundida la capacidad de financiación y la credibilidad internacional, tendrán al pueblo y al estado rehén para imponer mayor intervencionismo y pasar del inexistente “Leninismo amable” que preconiza Monedero al único Leninismo que existe. El autoritarismo.

Mucha gente me dice “hombre, no creo que sea así”, “hay que darles una oportunidad”, “España no es Venezuela”. Eso, precisamente, decían en el país latinoamericano antes de la llegada de Chávez “no, venga, no creo”, “Venezuela no es Cuba”.

Si los modelos fallidos del pasado hay que cambiarlos, deberíamos recordar que el modelo que ha demostrado fracasar de manera más clara y con peores consecuencias para el pueblo en los últimos cien años es el del colectivismo populista. La solución no es más intervencionismo, sino libertad económica, apertura y emprendimiento. Aprendamos del pasado para no repetirlo, ni el de los últimos diez años ni el de los últimos cien.

 

Daniel Lacalle

Economista y gestor de fondos, autor de “Viaje a la Libertad Económica”, “Nosotros los Mercados” y “La Madre de Todas las Batallas” (Deusto)

 

España: Cautela, no pesimismo

España: Cautela, no pesimismo

Publicado en Expansión, 25/9/2014 (expansion 2592014)

España: Cautela, no pesimismoEl Banco de España ha constatado, en su informe mensual, una moderación del crecimiento de la economía española que rápidamente ha llevado a algunos analistas a anunciar caídas de la actividad y certificar fracasos. Nada más lejos de la realidad. La desaceleración es síntoma de normalidad en un proceso de recuperación que es indudablemente frágil. Contamos con bases más sólidas de lo que comentan los profetas del desastre, que, curiosamente, no encontraban nada más que brotes verdes en 2009. Seguir leyendo España: Cautela, no pesimismo

La Razon 21/9/2014

La-Razon-SeptiembreEspaña debe recuperar renta disponible a familias y empresas que son las que van a relanzar el consumo y la contratación. Eso solo se consigue reduciendo impuestos y cortando gastos innecesarios. Continuar con las reformas y reforzar el modelo exportador para recuperar el superávit comercial.

Europa lleva muchos años en un periodo de estancamiento prolongado. La japonizacion de Europa no es una novedad, llevamos mucho tiempo -desde 2007- y viene derivada de unas políticas de estimulo y planes industriales de 2007 a 2010 que han generado unas de las presiones fiscales y costes energéticos mas altos de la OCDE, enorme sobrecapacidad y una deuda y gasto publico insostenible, que es superior al 49% del PIB.  La combinación de altos impuestos, intervencionismo y barreras al emprendimiento no se solucionan con políticas monetarias. Hace falta un cambio estructural, devolver Europa a la apertura, la competitividad y facilitar la creación de empresas, la sustitución de sectores decadentes como la construcción por mayor valor anadido e innovacion real, privada, no esas inútiles políticas estatales de I+D que solo suponen gasto político y deuda.

 

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