Archivo de la categoría: Daniel Lacalle

Video: Charla en la Universidad Católica de Valencia: «La austeridad se contrapone al despilfarro y no a la prosperidad»

Video completo aquí 

El economista y gestor de fondos participa en el Seminario Ética y Economía de la Universidad Católica de Valencia

 

07/04/2014

Daniel Lacalle, economista, gestor de fondos y escritor.
De iz. a dr.: Ginés Marcos, Decano de la Facultad de Derecho; el economista Daniel Lacalle; José Luis Sanchez, Vicerrector de Extensión Universitaria y Pastoral; Francisco Martínez, economista que ha presentado al ponente; y Juan Sapena, Decano de la Facultad de Económicas y Ciencias Expresariales.
El acto se ha celebrado en el Campus de Valencia-San Juan y San Vicente.

El economista y gestor de fondos de inversión, Daniel Lacalle, ha asegurado que «España puede salir muy reforzada de esta crisis», al igual que en su momento «salieron Reino Unido o Alemania», durante la conferencia que ha pronunciado en la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir», en el marco del Seminario de Ética y Economía, organizado por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cultural.

«Cuando alguien me dice que en España no hay posibilidades de que eso suceda, yo les contesto que yo vivía en el Reino Unido en los años 70 y no quiero recordarle a nadie cómo se le llamaba: Reino Unido era ‘el enfermo de Europa’ y, en cambio, hay que ver lo que es hoy», ha señalado el autor de libros como «Nosotros los mercados» o «Viaje a la libertad».

Así, ha manifestado que «de la crisis se sale, y se sale porque hay algo contra lo que no se debe ni puede apostar que es contra la capacidad de las personas de salir adelante y conseguir los objetivos».

Lacalle ha lanzado una idea optimista a los participantes en el seminario: «España va salir de la crisis gracias a todos ustedes, no al gobierno, ni a la Unión Europea, ni a Obama, ni a Merkel, ni a la política monetaria, entre otros; sino, gracias a todos nosotros, a los empresarios, a los ciudadanos, a las pymes…».

En su intervención, titulada «Situación de la economía española: ¿Es cierta la salida de la crisis?», este experto ha reconocido que «estamos saliendo de la recesión», si bien, «no de la crisis». «La crisis es algo de mayor calado. Es el agotamiento de un modelo de endeudamiento, un modelo de crecimiento basado en el gasto público y la construcción y el agotamiento de un modelo europeo de potenciar la economía desde los sectores llamados estratégicos por parte de los estados que ha creado una sobrecapacidad muy importante», ha añadido.

Al respecto, ha detallado que se está en el punto de ver si «ese modelo se agota o si va cambiando a un modelo exportador, más orientado a potenciar la demanda interna, pero eso no significa que se haya salido de la crisis, significa que se ha salido de la recesión» Sobre los indicadores precisos que indicarán la salida de la crisis, este economista y escritor ha apuntado a la disminución del desempleo y el incremento de la renta disponible.

«Mientras el desempleo esté a los niveles en los que está en la Unión Europea y en España, y el nivel de rentas disponible, el dinero que queda a las familias para consumir se reduzca y el consumo no aumente de manera relevante, no habremos salido de la crisis», ha aseverado.

Asimismo, Lacalle se ha mostrado «contrario a incentivar la demanda interna nunca lo he entendido porque no falla la demanda interna. Nosotros hemos tenido un exceso de demanda interna durante 8 años absolutamente desproporcionado, no podemos pedir que crezca la demanda interna cuando tenemos sobrecapacidad».

De esta forma, el experto ha señalado que «estimular la demanda interna sin saber cuál es esa demanda es un concepto irrelevante». «No hay que estimular la demanda mientras haya una sobrecapacidad en energía del 40 por ciento, una sobrecapacidad en infraestructuras del 35 por ciento y una sobrecapacidad en el sector productivo que ronda el 20 y el 30 por ciento», ha enumerado.

Sobre las medias tomadas en los últimos años, Lacalle ha subrayado que «han sido muy importantes» la reforma laboral y «parar esa locura que llamaban inversión y que era gasto en cosas inútiles».

No obstante, en opinión del ponente, «falta la más importante: la reforma de la administración pública». «Seguimos teniendo una administración que no solo es extremadamente cara, sino monstruosamente entorpecedora de la actividad económica, muy burocrática, nada orientada a facilitar, sino orientada a entorpecer.

Una regulación y unas leyes y normativas locales, regionales y nacionales que complican la actividad económica. Todo eso hay que cambiarlo ya», ha observado.

Sobre la austeridad, Lacalle la ha contrapuesto a «despilfarro» y no a prosperidad, «como mucha gente aún la identifica». «Austeridad es no gastar más de lo que se ingresa, controlar las cuentas públicas de forma consistente y constante», ha identificado.

«De donde no hay no se puede sacar, eso nos lo decían nuestros abuelos y hay que recuperarlo, ha puesto como ejemplo el prestigioso economista.

Es esta actividad han participado José Luis Sánchez, Vicerrector de Extensión Universitaria y Cultural; Juan Sapena, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales; Ginés Marco, Decano de las Facultades de Derecho y Filosofía y Antropología Social y Cultural; y Francisco Martínez, economista que ha presentado a Lacalle.

DANIEL LACALLE

Daniel Lacalle es Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, posee el título de analista financiero internacional CIIA (Certified International Investment Analyst) y postgrado por el IESE.

Su carrera en gestión de carteras e inversión comenzó en Estados Unidos y continuó en Londres (en las compañías Citadel y Ecofin Limited) donde ha trabajado en renta variable, fija, capital riesgo y materias primas.

Durante cinco años consecutivos Lacalle ha sido elegido en el Top 3 de los mejores gestores del Extel Survey, el ranking de Thomson Reuters, en las categorías Estrategia General, Petróleo y Eléctricas.

Previa a su etapa como gestor, trabajó como analista financiero en ABN Amro (hoy RBS), y llevó a cabo distintas responsabilidades en Repsol y Enagas, donde recibió el premio a la mejor OPV (IR Awards 2002).

Además, Daniel Lacalle suele participar en los medios de comunicación. Así, escribe una columna semanal en El Confidencial y colabora habitualmente en la CNBC, El Mundo, The Commentator, y Wall Street Journal.

A.Martínez / comunicacion@ucv.es

Catalonia Independence Is Bad Business

20/11/2012 WSJ

Catalonia Independence Is Bad Business           

On Sunday November 25th Spain will see another regional election with profound implications for the country, the Catalan elections, in which the traditional messages of more fiscal sovereignty have been overtaken by an unequivocal secessionist agenda, promoted this time by the party in government, CiU.

Catalan separatists argue that the central government of Spain is stealing Catalonia’s money and that the region would thrive as an independent state. However, careful analysis shows that it is unclear to say the least.

The economic figures show that Catalonia is suffering, like Spain and most of Europe, from a bloated administration and unnecessary spending, but these problems would not be solved through independence. Rather the contrary, more taxes, more public spending and the creation of more administration bodies has been the norm in all secessions since the 1970s.

Economic data also shows that the separatists’ image of an “economic powerhouse” forced to subsidize the other Spanish regions and being looted by the central government is far from real.

So far in 2012 Catalonia has received from the State €11 billion more than its share, apart from the funds needed for its financing, according to official figures. Furthermore, according to various studies from tax experts, Catalonia’s much repeated “Spain steals from us” comes from an alleged €16bn fiscal deficit with the State which is actually a €4bn fiscal surplus, because the region does not recognize its real share of the costs of ministries, justice, defence, research, social services or state debt repayment when accounting for its “deficit”. Not only this, but the State has guaranteed €331m for Catalonia bond maturities. The dependence on financial aid from the state is very relevant, as Standard & Poor’s noted in its downgrade of the Catalan region to non-investment grade status.

Catalonia’s debt multiplied by four times since 2004, reaching 20% of GDP compared to 7% in the Spanish regions of the Basque Country or Madrid. This happened just as the level of autonomy increased to be one of the regions with the highest level of economic and institutional sovereignty in the OECD.  The previous president of the regional government, the Generalitat, Mr Montilla, actually called the financing agreement for Catalonia “the best in history”. The number of public workers in Catalonia soared to 306,500 -4% of the entire population of the region- and its deficit ballooned to 3%, Furthermore, the number of regional government owned companies increased by 70% between 2008 and 2011.

More than 19,500 businesses have closed in Catalonia in 2012. A large proportion of those have relocated to more competitive countries, Morocco among them.  Business does not flourish in a period of credit, social and institutional uncertainty.  It’s tough to see how any of these closed-down businesses will come back to an independent Catalonia. With 646,000 unemployed, a 20% rate, Catalonia should not take the risk of experimenting and seeing how it goes.

Recent reports by international banks from JP Morgan to UBS, RBS, Nomura and others have warned about the market, business and credit implications of secession.

If we look at the Catalan bonds, despite recent state guarantee through the FLA (Regional liquidity Fund)  a €5bn bailout and the optimistic figures given on the possible independence, they are still trading at a risk premium to the Bund of about 700 basis points and with an average of 16% discount for the 2015-2016 maturities. This does not indicate any kind of institutional credibility or optimism about the regions’ finances.

International banks are warning their clients of the risks and are unanimously negative. This is because:

Catalonia has a problem of public and private debt. Where will Catalonia find the €12bn it needs to refinance in 2013 and €8-9bn of annual credit? Before independence the difficulty of Catalonia to access to the capital markets has been evident as shown by the forced issuance of “patriotic bonds” to retail investors to pay for current expenses. With mounting “transition costs” and large refinancing needs in 2013-2015 investors would question a country, Spain or the severed Catalonia, which uses its financial resources to cover current spending.

If independent, Catalonia’s debt to GDP would rise to 72% after absorbing its share of state debt, would see lower revenues while expenses from the transition costs could reach 5,6% of GDP according to the above mentioned international banks. The Catalonia government, the Generalitat, often compares itself to Ireland or Finland. Yet private and public debt together exceeds those of both countries. Its government spends 400 million euro a month in salaries and bills, with more than 150 licensed official cars and public spending is now 33.5 billion annually.

For comparison, the largest industrial company in Spain, which is seven times the size of the GDP of Catalonia, pays about 700 million euro a month in salaries in Spain, including senior management, and has only seven licensed official cars.

Even if we assume Catalonia stays in the EU and that financing is available, according to internal and the above mentioned banks’ analysis, loss of GDP of Catalonia could be between 9-15%, the loss of GDP for the rest of Spain could be of 3-5%, with loss of jobs in Catalonia close to 350,000 and a very similar figure in the rest of Spain. Total value destroyed could be close to €50 billion, roughly the cost so far of the entire economic crisis in Spain since the real estate bubble burst. This is even if the new state were allowed to remain in the EU and in the euro zone. But the European Commission and Mr Barroso –president of the EC- have warned as recently as Friday that wouldn’t be possible. In that case all the negative economic data would be further impacted by a collapsing currency.

However, the biggest risk to investors and bondholders of this independence agenda is the not-subtle calls from the Catalan authorities for implied default or complex long process of financing negotiations with the Spanish government. The Catalan government states in its November investor presentation (“Managing Finance and Treasury under FLA”) that “there would be no disruption for the financial community in the eventual scenario that Catalonia would become independent as the Spanish Treasury would be the main creditor”. This perception that the new state would simply renege from its share of debt and move on as if nothing had changed seems simplistic to say the least. The succession of “credit events” would lead to private and public defaults and investors would not be there to finance instability and credit risk.

The message reads very negatively any way one wants to look at it. It means that Catalonia would not comply with its share of national debt or force a credit event and eventual default on it. Even worse, it threatens to put the rest of Spain in a more stressed financial situation. That is not good business when one looks for “dialogue” especially as Catalonia “exports” more than 57% of its goods to the rest of Spain, its companies and banks have almost 60% of their assets in the country and face more than a hundred billion euro of debt outstanding.  The credit implications of lengthy negotiations would be devastating for private businesses and government alike.

In the credit market two separate countries do not have the same access to credit as they had united. It never happened. Catalonia would exist; let’s not say it’s impossible. But annual available credit would quickly fall as we saw in every other occasion. In such an environment, with doubts about every single aspect from the credit perspective I fail to see how investors would react positively to secession, either with its own new currency (massively depreciated) or within the Euro. Uncertainty and lack of clarity, as we all know, are enemies of business and job creation.

Few investor sit waiting to see if the impact of independence on GDP is 5% or 15%. There is no business sense in secession, for Catalonia or Madrid. It is extremely negative for both.

Estímulos no, por favor

6/7/2013 El Confidencial

«Stimulus is a case of political patronage, corporate welfare and cronyism at their worst» – Paul Ryan

Existe un consenso –miedo me da la palabra- en el mercado de que la situación en Europa, tras los datos de Alemania y Portugal, llevará al Gobierno alemán y al Banco Central Europeo (BCE) a claudicar y aceptar nuevos estímulos. ¿Por qué?

Los pedidos industriales en Alemania han caído un 1,3% en el mes de mayo. A muchos les lleva a pensar que si a los alemanes no les va bien, nos van a abrir la chequera a nosotros. Yo lo dudo. Como decía el consejero delegado (CEO) de una de las mayores empresas alemanas en Kent hace unos días «la mejor manera de crecer es competir por méritos propios, no por intervención».

Las primas de riesgo suben y el bono portugués a diez años se dispara al 7%. ¡Viva! ¡Así relajamos nuestros ajustes!

Este es el resultado atroz de la política económica LOGSE de la Unión Europea, donde ver suspender a uno nos hace suponer que nos van a aprobar a todos. Y sinceramente, creo que se equivocan. Los que apuestan a forzar la máquina, incumplir e intentar aprovecharse de una relajación generalizada verán que no sirve.Los ajustes son ineludibles cuando hemos agotado y extenuado el sistema crediticio. Esenciales para volver a crecer y desbloquear la economía.

Es curioso, el pobre, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, y objeto de todo tipo de ataques durante meses, se ha convertido esta semana en un santo a ojos de los que exigen más gasto, cuando dice –como ha dicho siempre, por otro lado- que mantendrá una política acomodaticia… Y que va a bajar tipos. Dado el ‘éxito incuestionable’ de las bajadas anteriores, seguimos cazando unicornios si pensamos que del 0,5% al 0% va a tener algún impacto.

Si hay algo que me parece alucinante de esta época de descontrol crediticio es que se haya convencido a la población de que las políticas de gasto y estimulo son ‘sociales’.

Total, Europa ‘solamente’ dedicó doscientos mil millones de euros –un 1,5% del PIB de la Unión Europea- en políticas de estímulo entre 2008 y 2011, y el BCE aumentó su balance en 1,5 billones de euros, para casi quebrar a varios países, incluido el nuestro, y de paso destruir cuatro millones y medio de puestos de trabajo. Eso después de la mayor expansión crediticia de su historia, entre 2000 y 2011. Ahora piden otro LTRO –inyecciones de liquidez-, pero los dos anteriores ni solucionaron el problema bancario, ni de crédito, ni redujeron el empleo. Más madera.

Muchos de estos errores vienen de glorificar el New Deal de Roosevelt como una solución, a pesar de que estudios de la UCLA y de Rothbard prueban que la política de intervención prolongó la depresión otros siete años (lean aquí). Y también es un error asumir que esta crisis es similar a la Gran Depresión, cuando nuestra época es el resultado de ese mismo gasto y exceso crediticio que hoy nos proponen como solución. No es agua al fuego, es más leña al incendio.

Los estímulos no mejoran la economía, perpetúan los modelos ineficientes, dan más recursos a los que los han malgastado –gobiernos y sectores endeudados- y dejan tras de sí el agujero de endeudamiento que paga usted, sin evitar ajustes posteriores mucho más duros. Efecto placebo. Vean Reino Unido, que acaba de tener que anunciar el despido de 140.000 empleados públicos más a pesar de imprimir, estimular y crear inflación artificial en la economía.

 

O Estados Unidos, el ejemplo que se supone que todos quieren seguir, pero solo para gastar y endeudarse, por supuesto. Sigue con un desempleo estancado en el 7,6% y la menor participación laboral desde 1979, lo comento en detalle en mi post La verdad sobre el mercado laboral americano. Por supuesto, en lo que no queremos copiar a Estados Unidos es en bajos impuestos a empresas y tipo máximo del 39,6%, en un gasto publico ex-Defensa del 35% del PIB, en dinamismo y liberalización de los sectores económicos y financieros. Solo en su techo de gasto. ¿Y qué les voy a contar del Reino Unido? Lo mismo. Para liberalizar y dinamizar, nada. Para endeudarse, un modelo.

Hay que copiar a los mejores en lo bueno, y superarlos, no imitar a los peores y solidarizarnos con ellos en la LOGSE económica.

Lo bueno del mantra del gasto público es que siempre se justifica con tres frases:

– «Hubiera sido peor»

– «No se ha hecho suficiente»

– «Hay que hacer mucho más»

Repetir. Por supuesto, las consecuencias las paga usted, es lo gracioso de un sistema intervenido. El que gasta mal sale beneficiado sea por falta de responsabilidad final, el Gobierno, o porque se le subvenciona si falla. Todo muy social.

Les han convencido de que el empleo se crea por intervención… olvidando que el empleo viene cuando hay condiciones económicas atractivas para invertir y renta disponible para consumir. El consumo crea empleo, no el Estado. Pero a base de subidas de impuestos y destrucción del entorno inversor, se agranda el problema.Luego se le echa la culpa al mercado y nos quedamos tan tranquilos.

Así dejamos economías exhaustas, ineficientes y sobre-endeudadas como mi queridísimo Portugal, y cuando se lleva a cabo un proceso de moderación del gasto, se nos hace creer que es un desastre. La factura, la pagarán nuestros hijos que nacen, como cada español, debiendo 20.000 euros cada uno. Muy social.

Eso, por supuesto, es por la agobiante ‘austeridad’, que ha llevado a todos los países de la Eurozona a disparar su gasto público al 49%. Austeridad.

Y no nos damos cuenta que esos estímulos han generado más problemas que ventajas. Nos han dejado la factura, en una Europa que se va a deuda sobre PIB del 100%, la ineficiencia, el coste y encima no crean empleo.

 

Y una vez más Portugal, aunque podría haber sido cualquier otro país, nos ha recordado lo frágiles que son las economías extremadamente endeudadas. Una moderada crisis institucional pone en jaque a todos los vasos comunicantes en Europa y su periferia. No en vano, impacta hasta a nuestra banca, que acumula 58.000 millones de euros de deuda portuguesa. El bono a diez años se dispara al 7% y el castillo de naipes europeo tambalea.

Sinceramente no sé si el Banco Central Europeo lanzará una tercera inyección de liquidez (LTRO). Creo que la gestión de Mario Draghi hasta ahora ha sido impecable, dentro del sistema económico que vivimos, y seguirá siendo prudente. Lo que si sé es que todos estos planes, todos esos estímulos que reclaman, no van a tener ningún efecto –como no lo tuvieron antes- mientras se siga aniquilando la clase media y a las empresas cercenando renta disponible y capacidad inversora a base de burocracia, intervencionismo e impuestos.

La solución que tantos reclaman mirando a EEUU o Reino Unido, incluso Japón, no está en sus políticas monetarias o en hacer olimpiadas. Está en ser como esas economías en innovación, empresas punteras que compiten y crean valor, atracción de capital, seguridad jurídica, y bajos impuestos.

Los estímulos no son un derecho, son un accesorio, un lujo que se pueden permitir las economías líderes porque, si fallan, y lo hacen, tiene mecanismos de atracción de capital y financieros para sobreponerse. Balanza financiera y libertad económica. Las economías ineficientes empeoran y se hunden más a base de estímulos de demanda interna argentinos tipo Kicillof… o España… o Portugal… Porque no cuentan con sistemas bien engrasados de atracción de capital inversor.

Me decía hace poco mi apreciado Jorge Verstrynge en Telecinco que «Estados Unidos detrae capital por la seguridad que ofrece el dólar». Nadie detrae capital si el sitio donde se encuentra ese dinero es más atractivo. Curioso que en vez de aprender y crear la seguridad y entorno inversor que genera esa ventaja, hagamos lo contrario –crear intervencionismo e inseguridad-, pero exigiendo la misma situación financiera. ¡Nos lo merecemos! Nuestro derecho a exigir deuda barata sin ofrecer confianza.

Incluso con sistemas dinámicos, abiertos y liberalizados, dichos estímulos fallan. Porque parten de un error monumental. Pensar que el Gobierno sabe invertir los recursos financieros mejor y de manera más eficiente que las empresas y familias. Si así fuera, uno de los sistemas económicos más planificados, burocráticos y estatizados de la OCDE, la Unión Europea, sería hoy un vergel de crecimiento. Pero no lo es. Repetir el 2008 no va a cambiar un modelo hipertrofiado e ineficiente. No hace falta más deuda y dar más dinero a gobiernos para repartirlo a su albedrío. Con que no se lo quiten a los ciudadanos y empresas es suficiente. Así se permite que se recupere el ahorro, y con ello el consumo.

No, señores, la prosperidad no viene del gasto y la deuda. Viene del ahorro y la inversión prudente de los excedentes. Intentar mantener un PIB artificialmente creado y el gasto que ha desencadenado es suicida.

En España estamos empezando claramente a tocar fondo. Lo muestran muchos indicadores que sigo. Debemos evitar permanecer allí por mantener unos niveles de gasto insostenibles. Europa se encamina hacia un gasto público y deuda simplemente inasumible. Si en Estados Unidos, Reino Unido o Japón han sido incapaces de reducir su endeudamiento imprimiendo moneda y aun así no han evitado recortes enormes, ¿de verdad se creen que esas medidas mejorarían la situación de Europa?evit

Con todos los estímulos que quieran, si hay represión financiera –bajar tipos y devaluar- añadido a altos impuestos, nos vamos a otra década perdida. Evitémoslo. Los unicornios no existen.