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Mercados emergentes y ‘sumergentes’: una brecha complicada

“You are picking up pennies in front of the train when you invest in certain kinds of emerging markets” Tina Vandersteel

Esta semana he tenido el honor de dar una charla en el Trading Week coincidiendo con inversores de Italia, México, Bolivia, Marruecos y por supuesto España, y uno de los temas más comentados ha sido la debacle de las monedas emergentes.

En lo que va de año, se han registrado salidas de capital de bolsa en mercados emergentes de 12.200 millones de dolares (un 1,6% de los activos bajo gestión), comparado con salidas de 15.000 millones durante todo 2013. En bonos emergentes se ha visto una retirada de fondos de 5.000 millones de dolares, comparado con 14.300 millones que se retiraron en todo 2013.

El colapso del peso argentino, tras años de política intervencionista neokeynesiana, inflación desbocada y destrozo de la balanza por cuenta corriente, debería ser señal de alarma y hacer reflexionar a los partidarios de aplicar las mismas medidas, imprimir y aumentar el gasto público, para España. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, el Club de la Impresora se ha lanzado a decir que «es un caso aislado», que la inflación del 27% es una especie de casualidad, un ovni que cayó de Marte, y… ese clásico de laHermandad del Unicornio: «la devaluación se debe a un ataque especulativo». Claro, aumentar la masa monetaria, ya lo saben ustedes, «no crea inflación» como aseguraba Axel Kiciloff… Y cuando la inflación se dispara entre un 20 y un 30%… Es culpa «de los mercados», no de aumentar la masa monetaria un 30% para sostener un sector público hipertrofiado y creciente, un gasto muy superior a los ingresos fiscales, a pesar de contar con riqueza y recursos naturales abundantes, hundiendo las reservas del banco central. Les recomiendo el capítulo «No llores por mí, Argentina» de mi libro Viaje a la Libertad Económica, donde se analiza con detalle el agujero creado por el mal llamado ‘modelo inclusivo’, que en realidad lo que supone es el empobrecimiento de todos. Con subidas de precios del 30% en un solo día.

La locura del Keynesianismo selectivo, como lo llamo yo. Que solo hace caso a Keynes para gastar, no para ahorrar y bajar impuestos.

Comentábamos en esta columna en agosto el riesgo de complacencia de algunos países emergentes ante el exceso de liquidez. Los bancos centrales de esos países siempre asumen que el exceso de líquidez es fundamental y, cuando se reduce, entran en fase de pánico. Subidas de tipos de interés agresivas. Pero esas medidas llegan tarde y mal… Estamos repitiendo la crísis del 97-98 casi punto por punto. Y el riesgo de ‘parada en seco’ que mencionaba en verano aquí ya es una realidad.

Durante la crisis de mercados emergentes de Asia-Rusia-Brasil de 1997-98 vimos un efecto similar. La combinación de inflación descontrolada, déficits por cuenta corriente muy pronunciados y pérdidas de reservas en los bancos centrales llevaron a enormes salidas de capital, caídas de las bolsas del 30, 40 y 90% respectivamente en India, Brasil y Rusia y desplomes del Producto Interior Bruto (PIB) hacia territorio recesivo. La enorme liquidez inyectada en los mercados en los años anteriores se había asumido como ‘normal’ y un ‘nuevo paradigma’. Las primas de riesgo y rentabilidades exigidas se reducían agresivamente porque lo justificaban «los altos crecimientos esperados»… Y cuando la música paró, ese riesgo salió a la luz. En vez de entender que la liquidez extrema era una anomalía, los estados y bancos centrales se endeudaron y entregaron a la euforia… Y cuando reaccionaron, como ocurre ahora, generan un ligero efecto rebote que se usa para acelerar la salida… y una nueva ola de pánico vendedor.

En estos últimos años ha ocurrido lo mismo: la política monetaria expansiva salvaje de Estados Unidos, Reino Unido, Japón y otros 20 bancos centrales expandiendo masa monetaria y bajando tipos ha nublado la percepción de riesgo, y la busqueda de ‘crecimiento’ ha hecho que el capital aceptase cada vez más riesgo por menor rentabilidad.

El Club de la Impresora, por supuesto, dice que lo que está pasando en los mercados emergentes no tiene nada que ver con la reducción de los estímulos monetarios de la Reserva Federal, que ha bajado sus compras otros 10.000 millones de dólares mensuales, pero hasta el gobernador del Banco Central de India alertaba sobre las consecuencias… Sin reconocer lo rápida y cómodamente que se habían ‘acostumbrado’ a los excesos de dinero fácil.

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«Esta vez es diferente»

¿Saben cuántas veces he leído esa frase estas dos semanas? Doce, en distintos informes.

Les he comentado en muchas ocasiones que el proceso de endeudamiento masivo y liquidez injustificada es una carrera a ver quién pierde primero. Y cuando los países caen en la trampa de entregarse a la complacencia, y caen… el capital se refugia en el «activo percibido de menor riesgo». Estados Unidos, Reino Unido y Japón, aunque tengan importantes desequilibrios. Esatrampa de caer en el error de copiar a los líderes en lo malo, imprimir y endeudar, pero no en lo bueno, flexibilidad, atracción de capital y seguridad, es lo que lleva a las naciones emergentes a no emerger.

Volvamos a 1997-98…. A pesar de la debacle mencionada, Estados Unidos siguió generando un crecimiento anual real del 4-5% del PIB hasta 2000, y la bolsa cayó un 10% en julio de 1998 para subir año tras año después. La trampa del correcaminos. El coyote (los países que se entregan a copiar a Estados Unidos en lo malo, lo fácil) persigue al correcaminos, Estados Unidos, y de repente ve que no hay terreno bajo sus pies.

Pero algo ha cambiado. El peso de los países emergentes en el PIB global ha subido desde un 35% al 50%, y el porcentaje de ventas de las empresas multinacionales europeas y norteamericanas en dichos países ha crecido hasta llegar al 33% de los ingresos.

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Este ciclo expansivo del ‘timo de la estampita’ no ha ayudado a las economías emergentes. La política agresiva de los bancos centrales en los dos últimos años ha reducido la percepción de riesgo financiero, pero no ha creado crecimiento superior. Y muchos países han caído en la trampa, manteniendo los desequilibrios en vez de aprovechar para reformar. Prueba de ello es que los indicadores de economía real se han ralentizado, revisando a la baja las estimaciones de crecimiento de consenso en un 25% en 2012 y en un 27% en 2013, según Barclays.

«Fed policy was encouraging (another) round of credit mis-pricing.  Consequently, EM debt yields continued to fall even as currencies, economies and equities weakened» (Minack Advisors). La política de la Reserva Federal ha incentivado otra ronda de mala valoración de bonos y renta fija. Las primas de riesgo de los países emergentes han caido mientras sus monedas, economías y bolsas se debilitaban.

Una combinación letal. Complacencia, liquidez excesiva y políticas intervencionistas.

Hay enormes diferencias. por ejemplo, Latinoamérica se ha dividido en dos continentes. Los países de políticas más intervencionistas (Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela…) y los abiertos (Chile, Colombia, Uruguay, Honduras, México…). Brasil ha visto un deterioro de su balance por cuenta corriente hasta un déficit del 3,7%, que hubiera sido impensable en un entorno menos intervenido y controlado. En Asia ocurre lo mismo.

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Impacto sobre Europa y EEUU

De momento, el riesgo por exposición a los países con los mayores desequilibrios (India, Turquía, Argentina) es muy bajo. Ninguno de ellos es un gran socio comercial. A menos que el problema se extienda a China, como comentábamos en mi post «China, el Plan E con Esteroides».

Europa y Estados Unidos son beneficiarios de la salida de capital de las economías emergentes. El aumento de fondos enviados a Europa ha sido casi equivalente a la salida de emergentes (9.000 millones de dolares en lo que va de año). Mientras tanto, las economías emergentes deben entender que la fiesta de la liquidez excesiva y los tipos bajos artificiales no es eterna y que cuando termina lo hace muy rápido… Y eso nos los tenemos que aplicar en Europa y España también.

No debemos caer en la autocomplacencia de pensar que el riesgo está controlado o no va a afectar. Los países emergentes suponen el 50% del PIB mundial y tenemos un sistema financiero global que ha estado buscando ‘rentabilidad’ cada vez más lejos y con mayor volatilidad, por lo tanto debemos siempre recordar que repetir 1997-98 lleva a mayores problemas… como ocurrió en 2000-2001. Que este ‘susto’ nos llega con una deuda total en la OCDE de más del 400% del PIB. El sistema es muy frágil y no hay grandes márgenes de maniobra. Esconder la cabeza solo lleva a mayores problemas después.

«La parada en seco». El riesgo en mercados emergentes

24/8/2013 El Confidencial

Did anyone ever notice that the emerging markets of today are the same emerging markets of the 1890s?” – David Callaway

“The Fed’s policy can have unintended consequences”- Richard W. Fisher

¿Se acuerdan en el cenit de la crisis europea cuando nos decían una y otra vez que nuestras empresas estaban muy baratas por su exposición a Latinoamérica? ¿Saben por qué no se oye ahora? Los mercados emergentes están mostrando enormes señales de debilidad. La última,México, que mostró un decrecimiento del PIB del 0,7% en el segundo trimestre comparado con las expectativas de crecimiento de 0,3%. Un país cuyo crecimiento depende enormemente de las exportaciones, mostraba una caída no esperada.

Pero México no es un enorme problema. Seguirá creciendo al 1,8% en 2013. El riesgo de los mercados emergentes no es solo de crecimiento menor de lo esperado en Brasil, México, India, o China. El gran dilema es lo que en laCity se llama el sudden stop. Una parada en seco en el flujo de inversión de capitales.

Una de las consecuencias de los planes de estímulo monetarios de los últimos años ha sido la inflación extrema en los activos de riesgo. Lo hemos comentado muchas veces en esta columna. Estados Unidos exporta inflación a las economías semi-dolarizadas y emergentes. Y algunos de los activos favoritos han sido los bonos de mercados emergentes. Hasta tal punto que, como comentábamos en La gran burbuja, hemos visto a emisores de bonos de bajísima calidad crediticia acceder al mercado a tipos extremadamente bajos.

Sin embargo, ante la posibilidad de que los estímulos innecesarios de laReserva Federal se reduzcan, hemos visto una oleada de retirada de fondos sin precedentes.

– Las reservas de los bancos centrales de países emergentes han perdido ya 81.000 millones de dólares pero las necesidades de financiación han aumentado un 7% y los déficits por cuenta corriente dan señales de alarma.Morgan Stanley y Citigroup lo alertaban en sus respectivos informes ¿Qué pasa si se para la marea? Y El optimismo está en la playa.

– La inflación excesiva y el desplome de las monedas locales han disparado los déficits por cuenta corriente de los países latinoamericanos. La inflación llega hasta el 40% en Venezuela, el 25% en Argentina, y las cifras alcanzan el 8-10% en la mayoría de mercados en desarrollo. Fíjense en India, donde los precios de algunos alimentos básicos se han disparado hasta un 46% en un año.

– El acceso a crédito barato y dólares a todo trapo de la máquina de imprimir de la Reserva Federal ha hecho  que gran parte de los países y empresas de mercados emergentes hayan tomado esa liquidez excesiva, a razón de 10.000 millones de dólares mensuales, según cálculos de varios bancos de inversión, como algo normal. Una inflación de activos de riesgo de renta fija del 150% medida como capital adicional y menor coste de financiación. Y lo hemos comentado muchas veces, los periodos de liquidez excesiva no se utilizan para reducir riesgo y fortalecer las economías, sino que se asumen como un nuevo paradigma de normalidad. Hasta que baja la marea, y se ven los bañistas que van desnudos.

El riesgo no es fácil de cuantificar, pero según nuestro análisis interno puede llegar a un 0,5% del PIB global en 2013. Recuerden el impacto de la pinza de crédito credit crunch en la OCDE en 2008.

Desde luego, las consecuencias sobre el crecimiento y la estabilidad económica de los países emergentes pueden ser muy relevantes. La combinación de altísima inflación, déficits por cuenta corriente y pérdida de reservas de dólares en los bancos centrales nunca ha sido una ecuación ganadora. Y las tres variables se deterioran muy rápidamente.

Indonesia ha perdido el 13% de sus reservas de divisas en tres meses,TurquíaUcrania, India han mostrado cifras parecidas. Argentina un 12% en cuatro. Esto es importante porque para los países es muy necesario contar con dichas reservas ante un escenario incierto y de dificultades financieras.

Muchos de estos países y empresas tienen deuda externa en dólares y cada vez menos divisa norteamericana para cubrir sus compromisos.

La situación de inestabilidad económica de muchos de estos países no había sido un tópico de discusión en la Reserva Federal hasta que el mundo empezó a preocuparse por el brutal colapso de la rupia india de 55 contra el dólar a 65 esta semana. Varios amigos en Washington empezaron a preguntar, de manera diplomática, sobre los riesgos. Y desde luego, no son pequeños, con la inflación disparada y un déficit por cuenta corriente del 4,8% del PIB, India no ha visto sus exportaciones mejorar ni siquiera con el colapso de su moneda.

Un sudden stop tiene efectos globales. Tiene un impacto relevante sobre labanca europea, muy expuesta a Latinoamérica, y en las empresas multinacionales del viejo continente, que empieza a vislumbrar la salida de la recesión. Porque el riesgo de impago se dispara. Y tiene consecuencias directas muy importantes en la banca británica y americana, por su exposición a Asia y África. Pero, sobre todo, genera dificultades para que estos países en desarrollo, con necesidades de refinanciación creciente, acudan a los mercados de capitales tras la bonanza de los años del helicóptero monetario.

Pero ojo, para España y la Unión Europea no son tan malas noticias. Los países emergentes no están exportando mucho más, entre otras cosas por el recorte de demanda interna de la OCDE, y la salida de capitales de países en desarrollo a ‘países de bajo riesgo’ eleva las posibilidades de entrada de dinero y caída de las primas de riesgo en Europa. No es que sea un beneficio enorme, pero la rotación de activos financieros saliendo de alto riesgo a países defensivos siempre ha beneficiado a la Unión Europea y Estados Unidos. Aunque sea un beneficio a corto plazo, ya que el riesgo de que se dispare el euro y el dólar contra las otras monedas, y a la vez se contraiga el crecimiento de los mercados de alto potencial, hace que todo el sistema entero vaya hacia la desaceleración.

¿Cómo se evita un sudden stop? Me dirán, con razón, que es mucho mejor no haber creado este enorme océano de liquidez artificial y de riesgo. Que hubiera sido mejor no hacer creer al mundo que cada año se creaba un billón de dólares de boleto de lotería para inflar activos. Pero ya está hecho. Ahora no es fácil, pero la mejor manera de evitar un susto en algún enorme país en desarrollo es precisamente hacer lo que está haciendo la Reserva Federal.  Meter el pie en el agua pero no mojarse mucho, decir que sí va a parar los estímulos y luego decir que no. Jugar, como decía Al Pacino en The Devil’s advocate (Pactar con el Diablo, de Taylor Hackford, 1997) a ser el “peor casero del mundo”.

Estaremos atentos. Puede ser un susto manejable o una bola de nieve, pero no es irrelevante.