Lo que podemos aprender de Eurovegas

We went down to hear the band begin, I blinked once and it was gone – Steve Forbert

Hace ya tiempo que los analistas veían tambalearse el proyecto deEurovegas. Cuando la empresa Las Vegas Sands presentó en Londres sus planes, ya se percibían dudas y demasiadas preguntas sin responder. Eurovegas se presentaba como una oportunidad que, además de suponer una enorme inversión, podría aumentar el PIB de la Comunidad de Madrid en un 4,5% y generar 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos.

Cuando se anunció este complejo hotelero y de ocio leí todo tipo de críticas diciendo que la empresa se aprovechaba de las condiciones laborales injustas y precarias, y de un país en ‘derribo’ para ‘forrarse’. Que suponía entregarnos al vicio, juego y prostitución. Eso en un país que ya suponía el 3,7% del mercado de casinos de Europa y donde cada español gasta 179 euros anuales en juego. Y no quiero hablar de esos clubes de luces de colores que abarrotan nuestras carreteras, que deben ser centros culturales. Ya me sonaba a nuestra famosa xenofobia empresarial. Si lo hacemos nosotros lo justificamos como “planes de crecimiento” y creadores de empleo, si lo hace un extranjero, malo malísimo.

Curiosamente, el proyecto que se iba a instalar a las afueras de Madrid probablemente vaya a desarrollarse en Japón. No en alguna república bananera donde obliguen a los jóvenes a trabajar por un mendrugo mientras otros son esclavizados en burdeles… A Japón, la tercera economía del mundo.

Eurovegas se presentaba como una oportunidad que, además de suponer una enorme inversión, podría aumentar el PIB de la Comunidad de Madrid en un 4,5% y generar 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos

No, el fin de Eurovegas no es culpa del Gobierno, de un partido o de otro. Pero todo el asunto dice mucho sobre nuestro sistema económico de “déjame Paco, que tú no sabes quién soy yo y esto lo arreglaba yo con dos llamadas”. No había más que oír los mensajes de la oposición en cuanto se anunció la retirada.

Desde mi punto de vista, podemos aprender de este episodio para muchas otras ocasiones y así reforzar la Marca España.

– Empezar a evitar vender las cosas antes de que ocurran. “Que me lo quitan de las manos”, “que vienen los americanos-chinos-rusos”, y la peor “usted no tiene ni idea”. Que Bill Gates no tenga que pedir públicamente que no se use su nombre para especulaciones. Manejar las expectativas y sorprender al alza, no dar por hecha la venta de un aeropuerto, una empresa o un valor, la cifra de paro, déficit o la de crecimiento, y luego justificar la decepción.

– No pensar que los extranjeros son tontos. Los proyectos compiten. Los países y ciudades compiten por esos proyectos. Atraer capital no es un favor que le hacemos al inversor permitiéndole venir a nuestro feudo, es una obligación y una responsabilidad. Y tenemos que copiar a los mejores, y superarlos, no imitar a los peores para después criticarnos internamente y continuar con los mismos errores. Si el proyecto no es adecuado, la obligación es contar con un marco de apertura y libertad que haga que florezcan decenas de alternativas mejores. Y que se vea que merece la pena arriesgar.

– La seguridad jurídica no es una broma. Es muy revelador que la empresa Las Vegas Sands pusiera como condición que se le pagasen las pérdidas SIse cambiaban las leyes o el entorno impositivo. La percepción de inseguridad jurídica es el mayor escollo para que en España y Europa se atraiga capital en inversión productiva y a largo plazo. No se trata de atraer dinero a bolsa o a reciclar capital, como comentaba en mi post Llueve dinero en España, ¿o no?, sino a los centenares de miles de millones que necesita nuestro país para reducir el paro.

– Dar alternativas, no unicornios. Los que criticaban el proyecto por ser “ladrillo, vicio y putas” (sic) tienen todo el derecho a criticarlo, pero no han puesto una sola alternativa –ni un solo dólar- remotamente similar en inversión, creación de empleo y potencial económico. Y cuando han propuesto algo para “cambiar de modelo” curiosamente pasa por “el Estado” y “dar subvenciones”. Volver a 2004 y a llenar el país de sobrecapacidad en infraestructuras inútiles y ladrillo del que si nos gusta, el que paga el contribuyente. Más deuda, más déficit, más impuestos. Y otro desastre mal planificado. Con lo fácil que es abrir las puertas a que compita el capital y poner un entorno atractivo para la inversión. Nuestra mentalidad a veces parece que solo nos permite entorpecer y prohibir. Que España haya caído al puesto 142 de 189 entre los países con más facilidad para hacer negocios es algo que debe preocupar a todos. Mientras tanto, nos sentamos a esperar que vuelva 2004 y podamos volver a subvencionar cualquier quimera de pérdidas aseguradas con dinero de otros.

– Libertad y apertura para todos, y no hay que hacer excepciones. Nos llevamos las manos a la cabeza porque se estaba estudiando hacer excepciones legales para atender a algunas condiciones de inversión. En vez de pensar que lo que tenemos que hacer es apertura y desatascar el entramado burocrático y administrativo para todos, en un país donde el 70% del valor añadido lo crea las pymes, nos alarmamos de que haya empresas que no estén dispuestas a aceptar ‘nuestras maravillosas condiciones’. Sin un entorno confiscatorio y burocrático no hacen falta ‘excepciones’.

– No existen condiciones de extorsión ni excesivas cuando hay competencia y libertad. Si pensaban que el grupo Las Vegas Sands estaba exigiendo demasiado y recibiendo un trato de favor o un chollo… ¿Por qué no han salido treinta o cuarenta competidores inmediatamente? Si lo que pedía es inaceptable, debemos al menos contar con otras alternativas que demuestren que es así. Si las condiciones son inasumibles, ¿cómo es que estamos dispuestos a dar todo tipo de prebendas, parabienes y subvenciones al gasto cuando viene del estado o de empresas españolas o públicas? Igual que con tantos otros sectores, desde los hedge funds, al fracking, el petróleo enCanarias o la tecnología, a veces somos campeones en encontrar problemas, riesgos y rechazar –como buenos ricos que somos- las inversiones extranjeras que “vienen a llevarse lo nuestro”. Lo nuestro, seamos conscientes, es mucha deuda. Un 94% del PIB de deuda pública ya, y si queremos ‘ingresos fiscales’ tendremos que atraer inversión sí o sí.

Las empresas e inversiones no las va a decidir un comité y el crecimiento no va a venir por el BOE. Nuestra situación actual es precisamente la consecuencia del BOE-depresor

El fin del sueño o pesadilla de Eurovegas va a ser utilizado para criticar a todo el mundo. Pero ese no es el problema. El problema es un sistema económico que pueda poner enormes dificultades para atraer inversiones productivas. Si hubiese un entorno de libertad económica real y apertura, como defiendo en mi libro Viaje a la Libertad Económica, la discusión sobre las condiciones de Adelson o del Gobierno simplemente seria innecesaria. El debate no se habría dado porque competirían muchos y diferentes proyectos para crear riqueza y empleo.

España tiene todos los ingredientes para que las empresas, nacionales y extranjeras, inviertan cientos de miles de millones de euros, se desarrollen los sectores más atractivos y se cree el empleo necesario. Esas empresas e inversiones no las va a decidir un comité, y ese crecimiento no va a venir por el BOE. Nuestra situación actual es precisamente la consecuencia del BOE-depresor. Vendrá cuando abramos las puertas, cerremos los despachos de ‘parar y entorpecer’ y pongamos la alfombra roja a la inversión productiva. Entonces, las exigencias más o menos agresivas de una empresa no serán noticia. Habrá multitud para sustituirla.

Bitcoin: democracia monetaria o cuento chino

Bitcoin is the beginning of something great: a currency without a government, something necessary and imperative – Nassim Taleb

I don’t understand Bitcoin, but I don’t understand women either and I am married – US trader

Durante las intensas semanas de promoción de mi libro Viaje a la Libertad Económica me han preguntado en varias ocasiones mi opinión sobre Bitcoin, la mal llamada “moneda virtual” que ha  saltado a los medios de comunicación por haber aumentado de precio más de 100 veces en once meses.

Como introducción a lo que es Bitcoin, hace unos días nuestro amigo McCoyescribió éste gran artículo que merece leerse.

Mi opinión es muy sencilla. Bitcoin no es una realidad, es una expectativa, y por tanto su evolución depende de ir consiguiendo implantarse globalmente y aclarar las dudas sobre su valor como refugio.

Bitcoin es un startup de moneda. El atractivo inicial es indudable. Un medio de pago donde los estados no pueden interferir en la masa monetaria, donde no se puede crear dinero falso no respaldado por el ahorro, y donde se puede ‘huir’ y refugiarse del asalto al ahorrador que es la represión financiera creciente impuesta por los gobiernos y bancos centrales. Bien, pero las dudas me llegan cuando el ‘refugio’ es virtual, y por tanto, siempre sujeto a ataques informáticos. Además, la historia me hace temer la reacción confiscatoria de los estados cuando alcance –si lo hace- una implementación “peligrosamente alta”.

De momento, Bitcoin no es una moneda, es una red de intercambio. Un activo financiero parecido a un futuro o un derivado. Al contrario que el dinero de curso legal, nadie está obligado a aceptarlo como medio de pago. Si quieren, algo parecido al trueque. Usted acepta como pago de sus bienes y servicios algo que considera valioso, un reloj, un coche o Bitcoin, y para ello valora su escasez, demanda futura y su calidad para ante la posibilidad de intercambiarlo por otras monedas, bienes o servicios en el futuro.

Como activo de ‘almacenamiento de valor’, es relativamente parecido al oro, pero virtual. Está por tanto sujeto a una volatilidad extrema y a una oferta y demanda potencial difícil de estimar.

Pero no se puede equiparar al oro físico, por no tener historia de transacciones en época de crisis extrema. Es decir, todo el mundo sabe que ante una catástrofe global se ha podido intercambiar oro por bienes y servicios. Nadie sabe aún cómo se ‘almacena valor’ virtual.

Para que sea una moneda tiene que recorrer mucho terreno de implantación, sea de curso legal y que se acepte a nivel global para transacciones comerciales de gran calado.

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¿Es Bitcoin una burbuja especulativa? ¿Una estafa piramidal, un esquema Ponzi?

Por fin he recibido un buen informe de análisis detallado con una aproximación a su valoración (Bitcoin, A First Assessment de Bank of America Merrill Lynch) que busca profundizar en los riesgos y oportunidades de este fenómeno virtual.

Según Merrill Lynch, si asumimos que Bitcoin se convierte en un medio de pago generalizado en transferencias y comercio electrónico, una aproximación a su valoración podría llegar de sumar:

– La capitalización media de medios establecidos como Western Union, MoneyGram y Euronet, unos 4.500 millones de dólares.

– La expectativa de acaparar un 10% del comercio electrónico mundial, que puede fluctuar agresivamente, y que el banco de inversión norteamericano estima en un máximo de 5.000 millones de dólares.

En total, unos 9.500 millones de capitalización, es decir, inferior al nivel de mercado, de más de 13.000 millones de dólares.

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La primera parte del análisis de valoración parece adecuada en un escenario conservador, aunque alguien pueda decir que Bitcoin, por contar con el beneficio de una oferta restringida, debería capitalizar por encima de Western Union.

Pero es en la segunda parte de la suma donde es más complejo analizar. Para llegar a 5.000 millones de dólares, Merrill Lynch asume que Bitcoin llegaría a acumular un 10% de las ventas on-line residenciales en Estados Unidos, y lo extrapola al resto del mundo. En EEUU el comercio electrónico total es un mercado de 224.000 millones de dólares en el que el sector doméstico (familias) supone alrededor de 10.000 millones, de los cuales un 10% irían potencialmente a Bitcoin. Si asumimos que EEUU es cercano al 20% del PIB mundial y un grado similar de penetración tanto de comercio on-line como de Bitcoin en el resto del mundo, los analistas llegan a la cifra de 5.000 millones de dólares de capitalización. Sin embargo, según mi propio análisis, esa cantidad puede ser muy superior si incluimos a empresas que empiecen a utilizar de manera agresiva Bitcoin. Pasaría a multiplicarse por 10, hasta 50.000 millones, asumiendo una penetración similar a otros medios de pago electrónico.

Una valoración nos indicaría que Bitcoin ha subido casi un 30% por encima de sus fundamentales, y la otra que está infravalorado en un porcentaje superior al 420%.

Ese es el dilema de analizar Bitcoin, entender la capacidad de penetrar en mercados que hoy en día son enormes y donde puede generarse un espacio para este medio de pago sin caer en los riesgos de:

– Suponer una amenaza a los estados y su control sobre la moneda y la masa monetaria. En un mundo donde los bancos centrales y gobiernos han asumido la represión financiera como último recurso para sostener estructuras de gasto y endeudamientos excesivos, el uso de la legislación para atacar a cualquier medio que amenace su principal arma de política económica no debe infravalorarse. Bitcoin, incluso en la parte media del rango de valoración, estaría muy lejos de llegar a ser un ‘problema’ de ese tipo.

– Confiscación de activos al estilo intervencionista de Roosevelt con el oro, y otros paradigmas de acciones gubernamentales para quedarse con los ahorros de inversores en ‘valores refugio’ ante la crisis, la devaluación constante de la moneda estatal o la manipulación de los tipos de interés a la baja. El hecho de ser un activo virtual dificulta enormemente la confiscación, pero no es imposible, desafortunadamente.

Para que fuera una burbuja, el comercio electrónico mundial al que puede aspirar  debería ser muy inferior a la capitalización máxima actual, es decir, que la percepción de demanda no fuera plausible en un análisis medianamente conservador. Ese riesgo no se da en cuanto se analizan las tendencias de ventas on-line globales.

Además, para que fuera una burbuja, debería cumplir el requisito de contar con un suministro creciente y acelerado por encima de la demanda. La oferta de Bitcoin está limitada, como muestra el gráfico inferior.

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Para ser un esquema Ponzi debería cumplir:

Que la rentabilidad otorgada a los tenedores de Bitcoin sea ‘garantizada’ y se saque de las participaciones adicionales compradas por los nuevos inversores, es decir, de hacer que la base de ‘nuevos inversores’ solo crezca. Y no es así, el valor de Bitcoin lo fija una demanda y una oferta generada por multitud de compradores y vendedores.

Que la dinámica de precio sea uniforme, opaca, controlada por un solo gestor y de sensación falsa de ‘seguridad’, es decir, que solo ‘suba’ hasta que dejen de caer incautos en el esquema piramidal y explote. El Bitcoin ha sufrido enormes caídas y grandes subidas, se comporta más como un activo en el que se está comprobando cada día la demanda potencial a una oferta muy específica.

Por lo tanto, tampoco parece un esquema Ponzi.

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Bitcoin es en realidad, a efectos de valoración, un startup tecnológico. Su valor solo se va a demostrar cuando se empiecen a disipar las dudas sobre su implementación como combinación de medio de pago y valor refugio.

Para alcanzar el potencial y la penetración necesaria para justificar valoraciones muy superiores, hay dos cosas que analizar:

– Precisamente la enorme volatilidad, con subidas del 30-40% y caídas similares en un solo día hacen difícil que las grandes empresas y consumidores acepten masivamente, o rápidamente, este Bitcoin. Es decir, la propia volatilidad impide su penetración en el mercado masivo. Para ser un medio de pago universalmente aceptado se deben dar niveles de volatilidad similares a las monedas establecidas. Por eso digo que aún no es una moneda, sino un activo financiero volátil.

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 La lentitud y calidad del intercambio. Bitcoin tiene una ventaja muy relevante, la oferta está limitada y para evitar manipulaciones por un banco o estado, no existe un sistema centralizado de validación (clearing), por ello se analizan y retrasan las transacciones, para evitar contabilizar dos veces una compra-venta. Pues bien, para ello se necesita esperar cincuenta minutos hasta que un pago se confirma, lo que limita enormemente la implementación masiva en empresas y comercio. Por otro lado, varios de los servidores de cambio de Bitcoins han sido ‘hackeados’. Uno de esos bancos de cambio, Bitcoinica, perdió 18,547 bitcoins tras un ataque informático. BIPS en Europa perdió 1.195 tras un problema de seguridad.

En el momento en el que las transacciones sean inmediatas, seguras y no sujetas a enormes volatilidades, la valoración del Bitcoin podría empezar a tener sentido.

Aún quedan muchísimas dudas por despejar, y si les es difícil entender el fenómeno, es mejor evitarlo, no subirse a una ola que depende de variables con enormes fluctuaciones. Un servidor no posee Bitcoins. Siempre he pensado que si algo tiene un tropecientos por ciento de potencial, le dejo el primer 100% a los que acepten el riesgo que se da desde ‘experimento’ hasta ‘implementación sólida’.

Lo que me resulta interesante de Bitcoin es que haya cada vez más gente consciente y buscando formas de salir del círculo vicioso de represión financiera y devaluación de las monedas. La competencia de cualquier medio de pago libre solo puede ser positiva. Y además, como en cualquier entorno libre, puede llevar a que la cordura se reestablezca en la carrera de destrucción de monedas que nos quieren vender como social y que no es más que la transferencia masiva de rentas de los ahorradores a los acaparadores de endeudamiento.

¿Sobra petróleo? El estímulo escondido

“The formula for success is rise early, work hard and strike oil”. John Paul Getty

Los fans de los estímulos monetarios siempre ignoran el mayor empuje para una economía. Energía barata. Encontrar petróleo y gas.

Estados Unidos ha conseguido un estímulo económico equivalente a un 1,3% del PIB gracias a la revolución energética que ha supuesto el fracking, que comentábamos en mi artículo “Fracking sí, por favor”. Es un efecto positivo muy relevante, tanto por la parte del suministro como por la de la demanda.

– Por el lado del suministro, ha llevado a Estados Unidos a ser independiente energéticamente en gas y dentro de poco en petróleo. En octubre de 2013, la producción doméstica de crudo sobrepasó a las importaciones por primera vez desde 1995 (7,74 millones de barriles al día comparado con importaciones de 7,57 millones de barriles por dia). De hecho, las importaciones de crudo en Norteamérica han caído al nivel más bajo de los últimos 17 años.

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– Por el lado de la demanda, aunque la economía crece y la producción industrial aumenta, la eficiencia tecnológica está mejorando de manera muy importante el consumo. En 2008, Estados Unidos gastaba un 10% de su producto interior bruto en energía. En 2013, no llegará al 8,5%.

A cierre de este artículo, el diferencial entre el petróleo de referencia norteamericano (West Texas Intermediate) y el de referencia en Europa (Brent) se situaba en casi 19 dólares. La falta de infraestructuras no permiten evacuar y exportar los excedentes desde EEUU al resto del mundo, y eso aísla la evolución de precio en EEUU y Canada como un mercado separado y con una dinámica autónoma. Así, el precio del crudo norteamericano responde estrictamente a factores de suministro y demanda internos y el descuento con el Brent lo refleja. El precio del gas norteamericano es de $3,9/mmbtu, comparado con la media europea de $8,5/mmbtu. Más del doble. Mientras tanto, en Japón, los costes energéticos se han disparado en 2013 y el precio al que importan gas natural licuado supera los $15/mmbtu… cinco veces más caro que el gas norteamericano.

No solo EEUU importa menos –efecto positivo para balanza comercial-, sino que el coste es más bajo que el de sus países competidores de la OCDE. Es elcamino hacia la independencia energética de EEUU que yo comentaba ya en 2012 aquí.

El efecto que genera esta revolución energética es doble:

imagen-sin-titulo (1)Se reduce enormemente la “prima geopolítica” que se añadía al precio del crudo. Ni siquiera el crudo Brent refleja un riesgo geopolítico evidente, porque el balance entre suministro y demanda está muy bien cubierto. Que el precio del Brent esté “solamente” a 110 dólares el barril en un entorno de crecimiento de demanda decente y problemas en Libia, Siria, Irak e Irán es una clara prueba de lo bien suministrado que está el mercado.

Fíjense, la dinámica de precio es lateral, a pesar de los problemas de suministro de Libia debido a las protestas internas, que han llevado al país a exportar menos de 90.000 barriles al día (comparado con la capacidad del país de 1,25 millones de barriles al día), las sanciones a Irán (que han llevado al país a exportar alrededor de 1 millón de barriles al día, comparado con su capacidad de 2,5 millones) y las dificultades políticas para elevar la producción en Irak tras la liberación del país.

imagen-sin-titulo (2)No solo la capacidad excedentaria de los países de la OPEP es adecuada para atender a riesgos puntuales, sino que el precio del crudo todavía incluye un cierto impacto negativo de incidentes de producción – cortes de suministro inesperados, derivados de crisis militares o políticas – de 2,7 millones de barriles al día. Si se normalizan esos cortes inesperados, la prima geopolítica del precio del crudo caerá aún más.

Hay capacidad excedentaria suficiente y la producción incremental viene de países denominados “seguros”, EEUU en particular. De la nueva capacidad productiva añadida a la cadena de valor petrolera -1,3 millones de barriles por día en 2013 y 1,7 millones en 2014 -la mayoría viene de Norteamérica (incluida Canadá), a coste bajo y con una tasa de retorno energético superior a 8x, es decir, competitivo y sostenible-. Esto genera mayor estabilidad y menor riesgo.

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En un entorno de precios adecuado para productores y consumidores, donde la factura petrolera de la OCDE -el coste de importar petróleo extranjero- no llega al 6,5% de su producto interior bruto, nos encontramos ante una posibilidad, no pequeña, de exceso de suministro y precios laterales en los próximos tres años. Hay petróleo de sobra y el crudo adicional que llega al sistema viene de países con menores dificultades políticas.

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La EIA (Energy Information Administration) ya anunciaba que en el segundo trimestre de 2013 la producción global de crudo superaba a la demanda. Aunque dicha dinámica cambie, como esperamos muchos analistas, no va a llegar ni a un 55% de la media de diferencia entre consumo y producción de los últimos cinco años.

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En mi opinión, el suministro de crudo y líquidos superará probablemente a la demanda aunque se cumplan las estimaciones de crecimiento de la misma de 1,1 millones de barriles al dia en 2013 y 1,2 en 2014. ¿Por qué? Porque dicho aumento depende fundamentalmente de que China siga creciendo de una manera que muchos consideramos cuestionable, como explicaba aquí, y el efecto “eficiencia” que ya es parte de la política del propio Partido Comunista Chino. Las importaciones de crudo de China han caído un 13,8% en 2013 (4,8 millones de barriles/día hasta octubre).

¿Qué significa todo esto?

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Que la demanda incremental de crudo se centra en países emergentesque, como todos sabemos, tienden a sufrir periodos de expansión y decrecimiento abruptos. De hecho, mis estimaciones de crecimiento de demanda indican más un aumento extremadamente moderado, que llevaría a que los precios del petróleo evolucionen poco más que con la inflación.

Que la OCDE se encuentra ante un futuro a medio plazo donde los shocks de precio del crudo son cada vez menos frecuentes y tienen menos impacto, por el efecto desplazador de nuevas tecnologías -renovables-, tecnología y aumentos de eficiencia. Y si los países de la Unión Europea se lanzan a desarrollar sus reservas de hidrocarburos convencionales y no convencionales, a la vez que empiezan a generar energía renovable barata y no subvencionada a precio “deluxe”, el efecto “estímulo” será similar -aunque no tan positivo- como el de EEUU. Menor precio relativo y reducción de importaciones.

La sorpresa de 2014 puede ser que los precios del crudo sigan perdiendo esa “prima geopolítica” mientras la revolución energética norteamericana sigue su curso. Un “estímulo regalado” para los países de la OCDE que no nos vendría nada mal. Sí, ya lo sé, los agoreros dirán que se acaba el petróleo, que los líquidos no cuentan -como si usted no los pudiera poner, una vez refinados, en su coche- que todo es mentira, que la demanda va a crecer siempre como si la tecnología y la eficiencia fueran unicornios, que se separan los U2 y que va a nacer el hijo del Diablo, pero la realidad es otra.

El último barril de petróleo no va a costar millones de dólares. Valdrá cero. Porque para entonces, si la amenaza fuese remotamente real -y no lo es- ya se habría sustituido. “Never bet against human ingenuity” (nunca apuestes contra el ingenio humano), me decía un colega en Nueva York esta semana.Ni los más optimistas hubiéramos estimado el éxito de la revolución energética que se ha dado en EEUU. El mercado del petróleo está bien suministrado y el impacto de shocks de precio es cada vez menor. Miren la dinámica en el carbón, donde las exportaciones siguen creciendo un 3% anual y el precio sigue deprimido, a pesar de haber pasado años desde la supuesta “crisis” de reservas de 2008. Que no se enfaden los cazadores de unicornios, que van a tener petróleo para muchas, muchas décadas.

Los detalles de la gran revolución energética los discutimos en:

LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS (Daniel Lacalle con Diego Parrilla, Deusto 2014) ya a la venta aquí

Important Disclaimer: All of Daniel Lacalle’s views expressed in this blog are strictly personal and should not be taken as buy or sell recommendations.

El espejismo de Estados Unidos

US fake unemployment

The United States has had five years of elevated joblessness and subpar growth – John Cassidy

En 1982, Fleetwood Mac lanzaron un álbum llamado Mirage (espejismo) dando una falsa impresión de colaboración y compañerismo entre odios y rencillas. A pesar de todo, vendió varios millones de copias. El espejismo de nuestros días puede ser la expectativa de 2,9% de crecimiento de Estados Unidos en 2014. Y también vende mucho.

Estados Unidos crece. Todo va bien. El desempleo es bajo. La política expansiva funciona. ¿No? No solo no es correcto, sino que ni los más importantes economistas de la Reserva Federal lo creen.

La Reserva Federal reconocía el miércoles que los datos macroeconómicos son decepcionantes, el crecimiento raquítico y el mercado laboral, débil. En este gráfico se muestra. Eso sí… ¡sube la bolsa! «Percepción de riqueza», lo llaman.

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El incentivo perverso de inundar los mercados de dinero fácil genera una economía masivamente apalancada, desplaza capital a los sectores financieros y hunde la inversión productiva. Un Producto Interior Bruto (PIB) que es cada vez más parecido a un soufflé, lleno de aire. No solo se invierte menos, sino que el dinero se utiliza para recomprar acciones, pagar dividendos e intercambiar cromos –fusiones y adquisiciones-, no para inversión productiva.

Entre 1996 y 2006 las mayores empresas de EEUU (S&P 500) invertían alrededor de un billón (trillón americano) de dólares al año, de los cuales un 70% se dedicaba a inversión productiva e I+D y un 30% a recompra de acciones y dividendos. Desde 2009 la cifra de capital anual invertido total se ha disparado hasta superar los 2,3 billones de dólares, pero el 45% se usa para recomprar acciones y pagar dividendos. De hecho, ni la cifra de inversión productiva ni la de I+D han aumentado prácticamente –ajustada por inflación- desde 1998. Es decir, el dinero ‘gratis’ de la política expansiva se usa para lo que sirve… para protegerse, reducir el número de acciones en circulación, intercambiar cromos y devolver dinero a los accionistas, no para empleo y expandirse orgánicamente (datos de Goldman Sachs, Morgan Stanley).

Estados Unidos ha creado casi la mitad de toda la masa monetaria de su historia en los últimos cinco años, y ha vivido el periodo más largo jamás visto sin subir los tipos de interés, y sin embargo, el índice de participación laboral (porcentaje de la población civil de Estados Unidos con más de 16 años de edad que tienen un trabajo o están buscando uno activamente) se ha desplomado a niveles de 1978, un 62,8%. Algunos lo explican «por efecto demográfico». Sin embargo, ajustado por dichos cambios demográficos –hay menos jóvenes en edad de trabajar y los mayores viven más tiempo- la participación laboral y el empleo no ha mejorado desde 2010 mientras se dedicaban a imprimir como locos. Mejora del desempleo ‘sacando parados de las listas’, como en la España de los primeros 90. Mientras tanto, casi la mitad de la población ocupada de EEUU cobra menos de 40.000 dólares anuales.

Es el mayor engaño desde el bálsamo de Fierabrás decir que la política monetaria expansiva es redistributiva y social. El que parte, reparte y se lleva la mejor parte. Pero no se preocupen, “el año que viene, seguro que mejora”, «usted espere”. Más madera. Vean el índice de contrataciones desde 2011.

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El balance de la Reserva Federal norteamericana se acerca rápidamente a la cifra de 4 billones (trillones americanos) de dólares, comprando alrededor de un billón anual en bonos, y sin embargo la economía crece muy por debajo de su potencial… Pero, además, ese potencial se está deteriorando.

En estas dos últimas semanas he leído dos excelentes informes de William English y David Wilcox alertando sobre el deterioro del crecimiento real y potencial de los Estados Unidos. El grafico inferior, de uno de esos informes, muestra cómo se ha roto la correlación entre creación de riqueza potencial y real, muy por debajo de la tendencia de 2000 a 2007.

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No se invierte en actividades productivas y creación de empleo porque los incentivos y la confianza no se dan. Los tipos de interés artificialmente bajos y el gas de la risa monetario engañarán a unos cuantos analistas, pero no a presidentes y consejeros delegados de empresas que han sido capaces de ser líderes y competidores globales a pesar del gobierno, y que prevén subidas de impuestos, consumo pobre y represión financiera a medio plazo. Goldman Sachs estima que en 2014 volverá la inversión productiva creciendo un 9%. Vistas las estimaciones de las empresas para 2014, lo dudo. Y van cuatro años en que se equivocan, como otros bancos de inversión, en estimar un aumento de dicha inversión.

El Estado no suple ni puede suplir esa inversión. A pesar de los tipos de interés ínfimos y la eterna subida de los techos de deuda, Estados Unidos sigue generando un déficit de casi 700.000 millones de dólares. Para ‘suplir’ la perdida de inversión productiva –asumiendo, y es mucho asumir, que el Estado invirtiese adecuadamente y con rentabilidad-, tendría que disparar su déficit en otro medio billón de dólares, y con ello mayores subidas de impuestos, mas represión financiera… y menor inversión productiva.

Cierto que los bancos son más fuertes y tienen menos riesgo y que el estado se financia a tipos bajos. Faltaría más, con un regalo anual equivalente al PIB de España. Y aumentar la masa monetaria un 6-7% para crecer un 2% no es crecer, es estirar la masa de la pizza. Sin embargo, ante un problema de incentivos equivocados, creación de dinero inútil y coste del dinero artificialmente bajo que no solo diluye el crecimiento real, sino que deteriora el potencial, nos ofrecen como solución… repetir.

Como el crecimiento es pobre, lo que proponen es más de la medicina que no ha curado al enfermo. Tipos bajos eternos. Sí, muchos miembros del banco central norteamericano, como Charles Plosser, expresan dudas sobre la efectividad de la política monetaria, y empiezan a proponer medidas para controlar la locura limitando la capacidad de la Reserva Federal de comprar activos y expandir su balance, pero son voces en el desierto. Si realmente piensan que forzando la máquina se va a reactivar la inversión y la creación de empleo porque lo decide un comité, no va a ocurrir. Hasta que los creadores de empleo no vean con claridad la oportunidad, la inversión seguirá siendo mínima.

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Razones para preocuparse:

– Las condiciones de crédito están empeorando alarmantemente, con lo cual me lleva a pensar que la inversión productiva se pueda estancar en 2014. Las estimaciones de aumento del 9% no concuerdan con ninguno de los mensajes lanzados por las empresas que han publicado.

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– El deterioro de los indicadores adelantados de creación de empleo, nuevas empresas, márgenes empresariales e inversión se ha acelerado desde septiembre y ya entraba en terreno restrictivo mucho antes del parón de gobierno. Me preocupa enormemente la velocidad de la desaceleración de esos indicadores.

– Las estimaciones de beneficios en el sector industrial y de consumo han caído entre un 8% y un 10% para 2014.

– En marzo volveremos a otro culebrón a cuenta del techo de deuda y el exceso de gasto y a un riesgo no pequeño de subidas de impuestos. Con la popularidad del presidente Obama en mínimos -un 37%-, la probabilidad de que la subida de impuestos ‘a los ricos’ se traduzca en una subida  ‘a todos’, es alta.

– El llamado Obamacare, erróneamente vendido como la panacea de salud pública universal, supone unos 52.000 millones de dólares en nuevos impuestos a pequeñas y medianas empresas en particular, y la estimación más baja de impacto negativo en el empleo que he leído es de 800.000 personas.

Si, ya lo sé. Para el inversor en bolsa es irrelevante. Cuanto peor, mejor, y con 85.000 millones de dólares de compras de activos mensuales por parte de la Reserva Federal, si se ralentiza la economía, todos contentos porque el ‘helicóptero monetario travieso’, que sólo reparte entre el sector financiero y el estado, nos va a dar ‘fiesta para rato’.  Además, el inversor está protegido por unos empresarios que no caen en la trampa del dinero fácil, porque son los primeros que sufren en su patrimonio si se desploman sus empresas. La identidad de objetivos entre accionistas minoritarios y mayoritarios en EEUU es la mayor salvaguarda ante llamadas a gastar, a «tirarse por el precipicio, que no pasa nada, que aquí está el banco central para recogerle en la caída». Porque luego, no está.

La semana pasada comentaba que hay que mantener los ojos abiertos, porque la probabilidad de que la economía de Estados Unidos descarrile, precisamente por el efecto marginal negativo de los incentivos perversos, no es pequeña. Estoy seguro de que el espíritu innovador del país prevalecerá, pero valorar su desarrollo económico por la evolución de una bolsa impactada por recompras de acciones y el gas de la risa monetario puede ser un espejismo. Hasta Richard Koo alertaba de que Estados Unidos está inmerso en «la trampa del estímulo» (QE TRap) de la que no puede salir fácil ni cómodamente. Como Fleetwood Mac… Can’t Go Back.