La Virtuosa Economía Financiera

Articulo publicado en «El Espectador Incorrecto» el 21/5/2014

la virtuosa economia financieraEn 1694 el rey Guillermo III privatizó el Banco de Inglaterra y estableció la City de Londres, que es hoy el corazón financiero del mundo, por delante de Wall Street o Tokio. Muy pocos saben que la City es una corporación privada, con su propia constitución. Es como una ciudad dentro de otra. Tiene su propio alcalde, y sus propios órganos de gobierno, que se coordinan con la alcaldía de Londres y el estado. Fue durante muchos años, y sigue siendo, una de las industrias más importantes de Inglaterra.

Las cifras son espectaculares. Si contamos todo el sector de servicios financieros, supone el 9,6% del PIB del Reino Unido, y los asociados, seguros, legal, etc  un 4,9% adicional. El sector financiero genera un 11,6% de los ingresos fiscales del Reino Unido, 63.000 millones de libras en 2011-2012. Genera ingresos suficientes para cubrir casi el 50% del gasto público en sanidad del país.

Pues bien, la City de Londres,  que ocupa menos de 2,6 kilómetros cuadrados y cuenta con unos 400.000 profesionales y 2.500 empresas, supone un 3,7% del PIB del país y casi un 4% de los ingresos fiscales del Reino Unido.

Cuando yo empecé a trabajar en la City, hace ya diez años, circulaban en los medios de comunicación todo tipo de rumores y mitos sobre el sector financiero. La mayoría se referían a una vida de lujo y esplendor y a millones gastados por banqueros y operadores bursátiles. Era la época de la bonanza y se exageraba, mucho, sobre la vida en este mundo.

Lo que yo me encontré distaba mucho del glamour, dinero fácil y opulencia que nos vendían. Mucho trabajo, un entorno competitivo y sobre todo, un enorme capital intelectual de talento excepcional venido de todas partes del mundo, China, India, Rusia, Estados Unidos, Francia, Japón, Nigeria o España.

Sin embargo, la opinión del gran público sobre este centro financiero pasó de mágica a irreal con la crisis económica.  Era el momento de culpar de nuestros males a “los mercados” ese ente perfecto a quien culpar… Porque es alguien supuestamente muy poderoso, abstracto, que es genial porque no puede defenderse ni negarlo y no está en nuestro país. El enemigo, mejor extranjero. Y porque, en nuestro desconocimiento, damos por hecho que los intermediarios financieros son inútiles.

Los medios de comunicación hablan de la City de Londres como un centro de especulación y hasta –lo juro- blanqueo de dinero o evasión fiscal. Las acusaciones son tan delirantes que ni merece la pena entrar en ellas, cuando se cuenta con un regulador la FCA (Financial Conduct Authority) que es de los más exigentes y duros del mundo, y los casos de excesos o malas prácticas, que se dan como en cualquier actividad, se castigan con penas reales, millonarias y el ostracismo profesional.

Pero lo que los medios tienden a olvidar es la labor esencial que un centro financiero como la City cumple en el desarrollo económico, la prosperidad de familias y pequeños negocios y el crecimiento de la economía real.

La City de Londres y el sector financiero británico originan el 19% de los préstamos internacionales, más que ningún otro país. Sin ese motor, las grandes transacciones globales, inversiones en bienes de equipo y movimientos de internacionalización de empresas que consideramos esenciales para el crecimiento, no se darían en la misma medida. Serían muy inferiores.

La City es el mayor originador de préstamos a los mercados emergentes del mundo, y el mayor inversor en sus empresas, incluyendo proyectos de infraestructura, agua, telecomunicaciones y transporte. Las empresas de seguros de este pequeño gran universo  son las mayores en cobertura de proyectos en países del tercer mundo, y han pagado más de 30.000 millones de euros de reclamaciones en 2012.

Además, la City es el mayor centro del mundo en compra y venta de divisas, con un movimiento mensual de 1,5 billones de euros. Sin este engranaje, la economía de los países emergentes y los proyectos globales, que hoy consideramos como normales, simplemente serían imposibles. Porque tener grandes centros financieros donde se toman y analizan los riesgos a nivel global ayuda a poner en contacto a grandes inversores con los países y empresas que necesitan capital.

La importancia de los centros financieros como facilitadores de liquidez es enorme. Cuando decidimos sacar dinero de un cajero o vender una acción o comprar un producto financiero asumimos que se va a dar inmediatamente. La liquidez se da por hecha, y no valoramos el sistema que la garantiza.

Y la industria de fondos de inversión, que gestiona casi 1,5 billones de euros en este país, aparte de ofrecer rentabilidad a fondos de pensiones y ahorradores en un entorno competitivo donde los inversores pueden buscar al mejor gestor dentro de un enorme abanico, también dota de liquidez y financiación a empresas con dificultades o inversores de países con regímenes difíciles, más de 300.000 millones de euros en 2012.

Otro elemento que se manipula con cierta frecuencia en los medios son los salarios y las jornadas de los trabajadores de este sector.

En el año 2007 la City de Londres empleaba a unas 420.000 personas. La cantidad total destinada a compensaciones por beneficios a ejecutivos, lo que se llama el “bonus pool” alcanzó los 6.400 millones de libras. En 2012 el “bonus pool” cayó un 33%, según el Centre for Economics & Business Research Ltd y se estima que ha sido de 1.600 millones de libras en 2013, cuatro veces inferior al nivel que se alcanzó en 2007. La remuneración es, por supuesto, generosa acorde a unos objetivos reales de beneficios, pero se olvida también que cada año se despide a miles de profesionales, en la industria de los fondos de inversión casi el 30% anual, por no alcanzar los resultados acordados.

Lo he comentado en muchas ocasiones en los medios, en la City trabajamos en un entorno muy competitivo, pero libre. Nadie está aquí por obligación. Se reciben hasta 500 solicitudes por vacante en los grandes bancos de inversión. El trabajo en la City es duro, y se recompensa –muy bien– por resultados, si se alcanzan los objetivos. Pero los horarios extenuantes son una ficción. Se valora la gestión del tiempo individual. Todos hemos tenido que trabajar muchas horas y varios fines de semana, pero también lo hacen los pequeños empresarios, los escritores, los músicos o los periodistas.

Sin embargo el ciudadano sigue hablando de la malvada economía financiera como contrapartida a la “economía real”. Como si la financiación de proyectos industriales la facilitase el Dios del viento.

¿Por qué se necesitan bancos, instituciones financieras o fondos de inversión? Los ahorradores pueden prestar a las empresas y al estado directamente sin necesidad de intermediarios. ¿Cierto?. No. Porque los intereses y el periodo de maduración y liquidez requerida entre ofertantes de dinero y demandantes son completamente distintos. Y el tiempo requerido para juntarlos  y ponerlos de acuerdo sería imposible de gestionar sin una enorme red de distribución como la de los bancos de inversión.

En mi libro “Nosotros, los Mercados” (Deusto 2013) lo explico. Las empresas y los gobiernos son vendedores en el mercado. Venden su producto a los compradores, los inversores y ciudadanos, que también son consumidores de la “mercancía” que venden dichas entidades. Esto es muy importante entenderlo, porque no comprender la naturaleza vendedora de algunos participes nos puede llevar a malinterpretar o sobreestimar las posibilidades del sistema económico si “eliminamos los centros financieros”.

Entre vendedores y compradores hay una serie de agentes, intermediarios, que facilitan las operaciones de comercio financiero.  Dichos intermediarios también participan como vendedores de su producto.

Muchos de estos intermediarios se concentran en los bancos de inversión y bancos tradicionales. Bancos que además ofrecen análisis de renta fija y variable, estudios económicos y servicios corporativos ayudando a las empresas y estados a acceder a los mercados, para emitir acciones y deuda.

Los bancos, en este engranaje, son como el aceite para el motor. Son una parte fundamental para que el sistema financiero funcione adecuadamente. Nos olvidamos de ellos cuando todo va bien porque la liquidez y el acceso inmediato a operaciones son cosas que damos por hechas. Cuando un cliente decide vender o comprar, no duda jamás de que vaya a encontrar contrapartida. Solo nos acordamos de los bancos para lo malo, que por supuesto debe conocerse y solucionarse.

Si los gobiernos, las empresas y los bancos de inversión son vendedores e intermediarios, los ahorradores e inversores son los clientes. Toman riesgo. Y como clientes, tienen todo el derecho a ser exigentes con la calidad de lo que compran.

Cuando se olvida que el mercado es una relación vendedor-producto-cliente y empezamos a exigir un supuesto derecho adquirido a que nos compren nuestra mercancía aunque sea de mala calidad es cuando empezamos a romper la cadena de valor y confianza. Y el capital desaparece. Sin grandes centros financieros, lo que hoy llamamos ‘crisis de liquidez’ sería un cataclismo insuperable.

Los grandes centros financieros, Nueva York, Tokio, Frankfurt… y la City son absolutamente esenciales para mantener en marcha la maquinaria de la economía. Sin ellos, el mundo ideal que algunos nos intenta vender no solo no se daría, sino que la perdida del acceso a crédito del que vive la economía de todo el mundo  relegaría a los países más desfavorecidos al hundimiento, y el comercio global a un estancamiento no deseado por nadie. Atraer capital no es fácil, poner en contacto a inversores y empresas con objetivos similares no es un juego de niños, y originar complejos préstamos y financiación de proyectos no se hace por arte de magia. No es casualidad que los enormes bancos públicos globales, desde China a Rusia, y bancos centrales del mundo acudan a los grandes operadores internacionales privados en la City o Wall Street para poner en marcha sus operaciones más importantes. Saben que las decenas de miles de millones de dólares necesarios para cualquier gran proyecto necesitan el soporte de una potente industria financiera global flexible, abierta y dinámica.

Daniel Lacalle es economista y gestor de fondos. Autor de ‘Nosotros, los Mercados’ y ‘Viaje a la Libertad Económica’ (Deusto 2013)

El cuento de las SICAV

«Taxing wealth generates a slower economy and higher government spend. It’s the basic recipe for stagflation». John Carney

Los políticos tienden a crearse sus propios infiernos. Al demonizar de manera demagógica a las sicav y los mal llamados paraísos fiscales se han disparado a sí mismos en el pie (lean Diez mitos sobre los paraísos fiscales). Todo por distraer la atención echando balones fuera ante el problema de impuestos excesivos y de despilfarro publico.

Empecemos por aclarar…

¿Qué es una sicav?

Una sociedad de inversión colectiva donde un grupo de inversores (100 o más) se reúnen para invertir en activos, tradicionalmente a muy largo plazo. Por ello se exige un capital mínimo.

La sicav es uno de los instrumentos de inversión más populares de Europa, y es igual que tantos fondos –mutual funds– similares. España no es el pais donde más hay ni más dinero gestionan. Los mayores centros de sicav de Europa continental son Luxemburgo, Francia e Italia.

¿Tributan al 1%?

Tienen el mismo régimen que cualquier fondo de inversión. Tributan al 1% y un 21-27% sobre beneficios y dividendos cuando el inversor retira su dinero. La ganancia de capital tributa igual que la de cualquier inversor.

¿Son solamente para ricos?

Cualquier persona puede invertir en una de las 3.400 sicav. Como en cualquier fondo del mundo, existen requisitos de capital mínimo. Para ahorradores con cantidades pequeñas, pueden suscribir cualquiera de los centenares de fondos específicos que invierten en sicav comercializados por bancos y casas de inversión.

¿Es fraude fiscal?

No. Es un instrumento legal y legitimo reconocido en todo el mundo.

No es una forma para que las «grandes fortunas eviten al fisco». En España existen unas 3.400 sicav, con unos activos bajo gestión de unos 27.000 millones de euros según la CNMV, y la mayoría de partícipes son profesionales de clase media, según el regulador.

Decir que las sicav esconden una familia o grupo familiar y 100 inversores «falsos» que no tienen oficio ni beneficio y que, por tanto, se usan «para defraudar’ es un error enorme. Es como decir que los inversores que ponen dinero en Berkshire, SAC, Soros, Paulson o Citadel son «falsos» inversores que esconden el fraude de Warren Buffett, Steve Cohen, George Soros, John Paulson o Ken Griffin, ya que una enorme parte de sus fondos de inversión proviene de la fortuna de estos gestores.

El inversor minoritario en una sicav participa de la filosofía y estrategia que propone el gestor, y toma riesgo con él y los partícipes. Llamarlos «mariachis» o «comparsas» que esconden a una familia millonaria es, cuando menos, ignorar los conceptos de inversor minoritario, gestor y estrategia. Mi amigo Francisco de la Torre dice que se usan para la gestión individual de carteras de grandes patrimonios. ¿Si yo invierto unos ahorros en el fondo de Buffett o Paulson soy un «mariachi» porque ellos tengan su patrimonio en el fondo y yo una fracción infinitesimal de esa cifra? No.

¿Los ricos las usan para evadir?

Esas sicav de familias de apellido ilustre a las que atacamos tan frivolamente tienen enormes inversiones fundamentalmente en empresas industriales, constructoras y energéticas españolas, además de bonos. Inversiones a muy largo plazo.

Esas familias y las empresas en las que invierten pagan centenares de millones de impuestos. El beneficio para el Estado de su capital es mucho mayor que rascar unos impuestos adicionales. Reino Unido lo sabe bien.

Que inviertan en España es importante, que además inviertan fuera, si lo desean, es esencial para seguir atrayendo capital y fortalecer lazos empresariales y financieros globales.

Esas inversiones, además, las llevarían a cabo, con la misma tributación, si en vez de sicav usasen fondos tradicionales o hedge funds.

¿Se recaudarían miles de millones si tributaran de otra manera?

El efecto recaudatorio sería imperceptible.

No existe un solo caso de aumento de ingresos fiscales relevante por cambio de tributación de un tipo de sociedades de inversión. Ninguno. Solo se provoca que ese capital, en vez de domiciliarse en sociedades españolas, se vaya a Luxemburgo, EEUU, Singapur, Reino Unido … O Francia, donde tiene usted sicav hasta de sindicatos de granjeros.

Cuando se ataca a las sicav, o a cualquier fondo de inversiones, sea hedge fund o institucional, se alude a una especie de «ejemplaridad» o «justicia» más que al cuestionable ingreso fiscal adicional. La ejemplaridad o justicia no están en penalizar el ahorro y la inversión para sostener estados hipertrofiados, sino en no atacar al resto de los ciudadanos. No es que las sicav sean malas, es que, como dice Juan Rallo, debemos tener una sicav todos.

Pues bien, como no podía ser de otra manera, ha saltado el innecesario y estéril «escándalo» en la sicav de los europarlamentarios en Luxemburgo. No me negarán que hay una cierta justicia poética en todo esto.

Mira que lo he advertido en todo tipo de debates. Ojo con la demagogia, que el mayor «paraíso fiscal» de la OCDE es Bruselas, donde los europarlamentarios y las agencias de la UE tributan entre el 8 y el 1%. Ni en Caimán se encuentran esos tipos.

En realidad el debate no es si los ricos o europarlamentarios -viene a ser lo mismo- tributan poco por sus rentas de capital mientras los demás pagamos mucho. Primero, porque como explicaba antes, es falso. Es que los ciudadanos no deberían tributar por el fruto de su ahorro y riesgo.

El impuesto sobre la riqueza es injusto y sobre todo, inútil, como decíamos en mi post Piketty se equivoca. La imposición sobre el ahorro es, por definición, una doble imposición al atacar el fruto de la inversión hecha tras pagar impuestos directos, indirectos, patrimonio, bienes inmuebles, regionales, verdes y de todo tipo.

Exigir, ademas, un pedazo de tu esfuerzo inversor, por supuesto asumiendo que siempre ganas, es otra transferencia de renta de los sectores productivos a los parasitarios.

Al transferir renta del ahorro hacia el gasto administrativo y clientelar se provoca estanflación -estancamiento económico con inflación-. Desincentiva la inversión, mientras el estado fagocita una mayor proporción de la economía y sube los precios artificialmente. Así, la velocidad de circulación del dinero, que mide la actividad económica, se desploma. En Japón acaban de conseguir el «exitazo» de subir la inflación gracias a la subida de impuestos y las tarifas eléctricas. El consumo ha caido un 8% y los salarios reales a nivel de 2001.

Y no, no se usa para pagar «sanidad y educación», la demagógica coletilla del momento. Se detrae capital que precisamente es lo que necesitamos para sostener esos servicios. No deberíamos tener 27.000 millones de nada en sicav, sino tener 10 o 20 veces más invirtiendo en empresas y bonos españoles.

El fraude fiscal hay que combatirlo, pero no ayuda al debate engañar a la población llamando «fraude» a lo que es totalmente legal. Ni tampoco ayudan los cuentos de la lechera de supuestos ingresos millonarios perdidos que nunca aparecen. Que nadie les diga que va a recaudar decenas de miles de millones atacando el «fraude» cuando jamás se han conseguido cifras remotamente similares. Ningún país ha aflorado jamás una cantidad siquiera cercana al 2% de su déficit anual (datos Banco Mundial). Decir que se va a recaudar el equivalente al 50% es ciencia ficción. Y no soluciona nada en cualquier caso.

La crisis y el déficit se atacan atrayendo capital, no detrayendo, y promoviendo el crecimiento económico. Lo demás son cuentos.

La Reforma Fiscal que España necesita

Escuche mi intervención en Intereconomía aquí 

22/6/2014 El Confidencial

«For a nation to try to tax itself into prosperity is like a man standing in a bucket and trying to lift himself up by the handle». (Winston Churchill)

Una reforma fiscal debe estar orientada a conseguir los siguientes objetivos:

– Mejorar la renta disponible de las personas, para apoyar el consumo.

– Apoyar el crecimiento económico, para generar mejores ingresos fiscales futuros.

Es decir, olvidar el objetivo recaudatorio cortoplacista del Sheriff de Nottingham arrancando monedas al que sobrevive y apostar por el crecimiento y una mayor calidad y sostenibilidad de ingresos fiscales.

Todas las reformas fiscales que olvidan esos objetivos fracasan.

Las líneas generales de la reforma planteada por el Gobierno el viernes recuperan esos objetivos tras el fallido intento de subir impuestos que exigía el aparato, la izquierda, Bruselas y los aristócratas del gasto público. Tras subirlos todos, los ingresos solo mejoraron en 3.664 millones de euros.

Aprender de los errores y recuperar los principios tradicionales de bajos impuestos y crecimiento es un paso adelante, y no puede más que valorarse positivamente. Pero hace falta más.

La reforma fiscal debe plantearse también como una mejora de renta disponible y lanzadera de crecimiento desde el recorte del gasto. La sociedad española no saldrá de la resaca del exceso de obra civil e inmobiliaria hasta que no pinche las superestructura de gasto que se creó al calor de dicho exceso, un aumento del gasto público de casi el 50% en cuatro años. Seguimos siendo uno de los países con mayor gasto político innecesario, entre subvenciones (10.000 millones anuales), administraciones duplicadas (22.000 millones anuales) e ineficiencias (miles de empresas y observatorios públicos con más de 40.000 millones de euros de deuda) y todo ese gasto político que comentábamos aquí (https://www.dlacalle.com/extractos-de-viaje-a-la-libertad-economica/ ).

Plantear que la reducción de impuestos es imposible y no atacar ese enorme despilfarro o, lo que es peor, justificarlo, es un insulto a las familias y empresas que trabajan duramente para llegar a fin de mes. Porque es el dinero de todos lo que estamos tirando.

Los recortes fiscales expansivos son importantes, y los que dicen que nunca se ha aumentado ingresos bajando impuestos, además de despreciar el esfuerzo de los trabajadores y analizar desde una perspectiva recaudatoria cortoplacista, mienten (leanhttp://www.forbes.com/sites/mikepatton/2012/10/15/do-tax-cuts-increase-government-revenue/). Rusia, EEUU, Singapur, Reino Unido, Suecia, Chile o Uruguay vieron aumentos de ingresos con bajadas de impuestos. En Reino Unido, 24.000 millones de libras de aumento con la bajada del tipo marginal. La evidencia empírica, sobre todo del impacto negativo de las subidas de impuestos, se encuentra en decenas de trabajos científicos (1).

Es curioso que los que se pasan el día diciendo que hay que imitar a Obama rechacen de plano una reforma que va en un sentido similar a la estructura de EEUU. Ojala les leyera pedir la fiscalidad de EEUU. Vean el grafico.

Es por ello que la medida anunciada el viernes debe valorarse de manera positiva, ya que revierte la subida del IRPF de 2011, apoya a las familias numerosas, las más castigadas en casi todas las reformas desde 1979, ymejora la fiscalidad de empresas para facilitar la contratación.

Una reforma fiscal confiscatoria, como la que plantean algunos, que buscase recuperar ingresos extraordinarios creados por la burbuja inmobiliaria, es suicida. Recordemos que suponía casi 50.000 millones de euros anuales excepcionales para las arcas del estado. Intentar recuperar esos ingresos con lo que ha sobrevivido del colapso burbujero es imprudente.

Intentar apostarlo todo a la lucha contra el fraude, que es necesaria, parte de las estimaciones optimistas de cuento de la lechera que comentábamos en mi artículo «PIB, fraude y las estimaciones peligrosas» (https://www.dlacalle.com/pib-fraude-fiscal-y-las-estimaciones-peligrosas/ ). Estimaciones optimistas de ingresos futuros para justificar gastos muy reales y concretos hoy. Suicida.

Mejorar renta disponible y facilitar la contratación. No excepcional, ni ideal, pero merece valorarse. La reforma fiscal planteada por el Gobierno el pasado viernes tiene varios puntos positivos, como hemos comentado, y varios interrogantes.

– Es tímida, al plantearse en dos años. Algunos atribuyen objetivos electoralistas. No lo sé, pero no está mal que alguien haga electoralismo bajando impuestos y no tirando de la chequera para hacer otra ciudad del circo.

– El impacto negativo de la eliminación de deducciones en la inversión de las empresas debe analizarse en detalle.

– Supone, según primeras estimaciones, una subida a algunos ciudadanos en algunos tramos. Aunque en media se percibe un impacto positivo en general, se debe aclarar este punto. Lean el excelente análisis de Eduardo Segovia (http://www.elconfidencial.com/economia/2014-06-21/los-que-ganan-entre-33-000-y-35-000-euros-veran-como-su-tipo-marginal-baja-10-puntos_150187/ ).

Sin embargo, y con todo, tras estas medidas España seguirá siendo uno de los países con mayor esfuerzo fiscal de la OCDE, casi el 40%.

Lo llevamos comentando desde hace años, la reforma fiscal que España necesita debe ser ambiciosa y valiente, empezando por:

– Bajar más los impuestos a empresas y familias. Rebajar cuotas a autónomos, de una manera clara y que haga a estas personas valorar positivamente la decisión de montar su negocio independiente. Algo se comenta en esta noticia de El Confidencialhttp://www.elconfidencial.com/espana/2014-06-21/rajoy-pide-colaboracion-para-incorporar-a-la-reforma-fiscal-cosas-que-sean-razonables_150320/), veremos si es correcto. Un régimen de autónomos donde se pague una cuota mucho menor, en línea con los países de nuestro entorno  -a todos, no solamente los jóvenes- y se deduzcan impuestos si se crea empleo estable. Unentorno impositivo atractivo y bajo, tanto a nivel corporativo como personal, predecible a largo plazo, es esencial para ayudar al país a recuperarse.

– Apoyo fiscal a PyMes. La tarifa plana es una buena medida para mejorar la transición a gran empresa. En España, el 70% del valor añadido y el empleo lo crean las pequeñas y medianas empresas, pero la transición a gran empresa es una de las más bajas de Europa. España es el país de la UE donde es más caro establecerse después de Francia y esto, añadido a la burocracia, hace que sea aún muy laborioso crear puestos de trabajo (en Reino Unido se tarda un día en crear una empresa). En vez de penalizar con más regulación y coste, facilitar la transición eliminando trabas, no “suavizándolas”.

El informe “Doing Business” del Banco Mundial sitúa a España en puestos muy inferiores a países de su entorno en cuanto a facilidad para crear una empresa. Según Morgan Stanley (“adopting Anglosaxon flexibility could boost GDP by 15% in the long run”), España se beneficiaria de un entorno menos asfixiante y restrictivo, con una regulación eficaz, no confiscatoria. Utilizar nuestro capital humano, que hoy está desaprovechado en funciones burocráticas, para facilitar y asesorar a las empresas a crear valor, con un sistema de remuneración basado en beneficios generados, no en papeles acumulados.

Invertir en España se percibe como un ejercicio tedioso y complejo que necesita de favores de los políticos locales. Debemos convertir estas estructuras en “facilitadoras” en vez de “obstructoras”. Disminuir drásticamente las barreras de entrada eliminando limitaciones proteccionistas.

Lo comentaba el viernes con mis seguidores en Twitter, la reforma fiscal ideal es reducir el esfuerzo fiscal a niveles pre-2004. Leo a demasiados “expertos” que quieren un esfuerzo fiscal aún mayor al actual, a pesar de que jamás ha funcionado para relanzar la economía.

El déficit no se reduce confiscando, se reduce con crecimiento económico, prosperidad y prudencia presupuestaria.

Los ingresos fiscales mejorarían aumentando el porcentaje de rentas altas. Igualando a la baja no se recauda. Ninguna sociedad ha mejorado ingresos fiscales redistribuyendo la miseria, sino aumentando las oportunidades para prosperar y enriquecerse

En definitiva, tenemos que crear un país “España 2.0” donde se maximicen las posibilidades de que las familias y empresas prosperen. No repartir la miseria. La solución no es ir bajando la definición de rico hasta que no quede ninguno, sino permitir que se enriquezca el mayor porcentaje posible de la población. Tenemos que crear cultura emprendedora, aprender y no demonizar el fracaso, olvidar la envidia, premiar el esfuerzo y el éxito.

Si España va a crecer un 1,4% PIB, no va a gastar más y se ahorra 0,5% en coste de deuda, una rebaja fiscal de 0,9% es mucho más que posible. Es urgente.

La reforma fiscal no es la panacea, es un mero instrumento. Necesitamos la reforma integral de la economía nacional. El crecimiento y la riqueza son los objetivos a perseguir. Hace falta mucho más… Y España puede conseguirlo.

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Cuadro inferior cortesía de El País:

reforma fiscal

Referencia Bibliográfica:

(1) Norman Gemmell, Richard Kneller, & Ismael Sanz, The Timing and Persistence of Fiscal Policy Impacts on Growth: Evidence from OECD Countries, 121 Economic Journal F33-F58 (2011). 17 OECD countries (Early 1970s to 2004). Taxes on income and profit are most damaging to economic growth over the long run, followed by deficits, and then consumption taxes.

Jens Arnold, Bert Brys, Christopher Heady, Åsa Johansson, CyrilleSchwellnus, & Laura Vartia, Tax Policy For Economic Recovery and Growth, 121 Economic Journal F59-F80 (2011). 21 OECD countries (1971 to 2004).  Corporate taxes most harmful, followed by taxes on personal income, consumption, and property.

Robert Barro & C.J. Redlick, Macroeconomic Effects of Government Purchases and Taxes, 126 Quarterly Journal of Economics 51-102 (2011). U.S (1912 to 2006). Cut in the average marginal tax rate of one percentage point raises next year’s per capita GDP by around 0.5%.

Alberto Alesina & Silvia Ardagna, Large changes in fiscal policy: taxes versus spending, in Tax Policy and the Economy, Vol. 24 (Univ. of Chicago Press, 2010). OECD countries. Fiscal stimuli based upon tax cuts more likely to increase growth than those based upon spending increases. Fiscal consolidations based upon spending cuts and no tax increases are more likely to succeed at reducing deficits and debt and less likely to create recessions.

International Monetary Fund, Will it hurt? Macroeconomic effects of fiscal consolidation, in World Economic Outlook: Recovery, Risk, and Rebalancing (2010). 15 advanced countries (170 fiscal consolidations over the last 30 years). 1% tax increase reduces GDP by 1.3% after two years.

Young Lee & Roger Gordon, Tax Structure and Economic Growth, 89 Journal of Public Economics 1027-1043 (2005). 70 countries. Reducing corporate income tax 1 percentage point raises annual growth by 0.1 to 0.2 points.

F. Padovano & E. Galli, E., Tax rates and economic growth in the OECD countries (1950-1990), 39 Economic Inquiry 44-57 (2001). 23 OECD countries. Effective marginal income tax rates negatively correlated with GDP growth.

Reinhard Koester & Roger Kormendi, Taxation, Aggregate Activity and Economic Growth: Cross-Country Evidence on Some Supply-Side Hypotheses, 27 Economic Inquiry 367-86 (1989). 63 countries. Controlling for average tax rates, increases in marginal tax rates reduce economic activity. Progressivity reduces growth.

 

 

Mitos y errores de la crisis de Irak

21/6/2014 El Confidencial

“There is no military solution for Iraq” Barack Obama

“Rarely has a US president been so wrong about so much at the expense of so many” Dick Cheney

Hacer las cosas mal es peligroso. Empeorarlas es letal. En el caso de Irak, Estados Unidos, tras gastar un billón de dólares en eliminar el régimen de Saddam Hussein, ha dejado un problema de seguridad global que puede ser mayor a lo imaginado cuando decidió retirarse. No es sólo el petróleo. Cualquiera que conociese el Bagdad de Saddam Hussein entiende que el régimen era un peligro global. De igual manera, es esencial entender que el peligro no era sólo el personaje, sino las múltiples facciones enfrentadas que ya existían antes de la dictadura Baath, durante la misma y hoy se desarrollan.  Abandonar Irak puede convertirse en una decisión que Obama lamentará durante mucho tiempo.

¿Por qué abandonó Estados Unidos Irak? 

¿Por amor y paz? No. Porque en 2016 será independiente energéticamente –incluyendo suministro de Canadá-. La necesidad de defender sus intereses en la zona es, hoy, infinitamente menor.

Estados Unidos es ya independiente en producción de gas y produce 11,3 millones de barriles al día de petróleo gracias a la revolución del fracking, convirtiéndose en el mayor productor por encima de Arabia Saudí y superando el máximo alcanzado en los años 70.

Sin embargo, retirar las tropas dejando detrás un polvorín de facciones enfrentadas termina volviéndose contra los propios Estados Unidos y la OCDE, al generarse enormes riesgos de multiplicar las amenazas terroristas. No es un problema energético. Es un problema cultural. Y es una locura pensar que todo va a ir fenomenal dejando a su libre albedrio a países diezmados por enfrentamientos tribales con ambiciones invasoras, como hemos visto en Libia o Egipto. Les recomiendo leer “The Clash of Civilizations” de Samuel Huntington y “The Lesser Evil” de Michael Ignatieff.  No queremos entender la cultura y costumbres de esos países, que distan mucho de nuestra idea de democracia. Aceptar el mal menor de mantener una presencia militar es mucho más lógico que cerrar los ojos y esperar que el mundo se mueva de acuerdo a nuestros deseos.

¿Afecta la crisis de Irak a sus exportaciones de petróleo?

La OCDE confiaba, demasiado, en el inestable gobierno de Al-Maliki. Las tropas norteamericanas fueron desapareciendo y la industria se recuperaba. Parecía que todo iba por el buen camino, sin embargo el riesgo no había desaparecido, de hecho aumentaba con la equivocada decisión estratégica de Estados Unidos de sacar las tropas del país sin dejar un contingente de seguridad.

Y se equivocaron. De nuevo. Esta semana volvía a dispararse el riesgo iraquí ante los ataques terroristas en la parte norte por parte de ISIS (Islamic State Of Iraq and Syria), un grupo yihadista que incluso tiene un informe anual de sus logros sangrientos,  como si fuese una empresa de objeto social macabro publicando su memoria anual. Véanlo aquí (http://azelin.files.wordpress.com/2014/04/al-binc481-magazine-1.pdf ) cortesía del Financial times.

Cuando yo viajaba a Irak me decían: “Bagdad es una ciudad cubierta de oro, pero en el sur es donde está el verdadero oro” (petróleo).

El mapa, cortesía de IHS Energy (press@ihs.com), muestra la situación de los campos y refinerías del país.

Los terroristas han tomado Mosul, la segunda ciudad en importancia de Irak, Tikrit, Tal Afar, Dhiluiya y Yathrib. Sin embargo, no han tomado ninguno de los grandes pozos del norte del país, en especial el gigante Kirkuk, en la región de Kurdistán, al que mis conocidos de la zona llaman “el pasaporte de la independencia kurda”, y que hoy produce 260.000 barriles al día. Los terroristas de ISIS no tienen capacidad de ataque a la parte kurda.

La mayoría de la producción de Irak, el 80%, se exporta y más del 77% viene de los pozos del sur del país, donde los terroristas de ISIS no pueden medirse con las fuerzas locales ni los contingentes de seguridad privados, que llegan desde Kuwait City al sur y en muchas ocasiones ni pasan por Bagdad.  No ha habido ningún impacto a día de hoy en las exportaciones, que se hacen en su gran mayoría a través de buques desde el sur.

¿Es una crisis por recuperar el control de las manos de las multinacionales?

Al contrario de lo que se ha comentado en la prensa, el petróleo en Irak no pertenece a empresas internacionales, ni mucho menos americanas. Todos los grandes pozos son propiedad del Estado donde las empresas internacionales, norteamericanas, rusas, italianas, chinas o británicas, trabajan con contratos de servicio técnico, y se les remunera por mantener o aumentar la producción. Es decir, el Estado, sea quien sea, se beneficia de su experiencia en mejorar la productividad, y por tanto no tiene interés en que estas empresas se vayan. Este tipo de contrato es el que ha llevado a que la producción de Irak haya recuperado máximos históricos en tan poco tiempo.

¿Es todo culpa de Bush o de Obama o de Saddam?

Las luchas y ataques entre sunníes y chiitas no son una novedad culpa de Bush o de Obama. En la época de Saddam Hussein ya era una auténtica locura organizar la seguridad para viajar de Bagdad a la frontera con Kurdistán. De hecho, el acceso estaba vetado incluso para muchos posibles contratistas por los constantes ataques.

George W. Bush cometió un enorme error al pensar, como le comentaba Wolfowitz, que al tomar el país iban a ser recibidos como héroes. En el momento en el que la represión del régimen cesó, las distintas facciones empezaron a luchar enconadamente. Un gobierno débil de intereses cruzados sólo redujo la impresión de riesgo. El mismo error que ha cometido la OCDE en Libia y Egipto.

La administración de Obama cometió un enorme error al reducir hasta tres veces la cifra de tropas de contingencia que iban a apoyar al débil gobierno de Al-Maliki. Al reducir la cifra prometida de 50.000 soldados a 25.000 y luego a 3.000, convirtió la ayuda en testimonial, y por lo tanto, rechazada por el gobierno local.

La desvinculación del resto de países de la OTAN del problema de Oriente Medio es parte del desastre. Mientras silbamos pensando que en Irak, Libia o Egipto iban a abrazar el modelo socialdemócrata, hoy, un Al-Assad crecido por la falta de acción de la OCDE en Siria se ha convertido en la plataforma de lanzamiento de un ISIS fortalecido. Así, aumenta el riesgo de que la zona bajo control de ISIS se convierta en un enorme campo de entrenamiento de terroristas internacionales.

Las propuestas de dividir Irak en tres (Kurdistán, un norte sunní y un sur chiita)reforzarían ese riesgo de otro enorme centro de entrenamiento de yihadistas global.

¿Es la crisis por la escasez de petróleo?

Los sunníes y los chiitas llevan peleándose décadas. El problema es más que petróleo… Porque en el mercado de crudo no hay grandes riesgos.

El pasado 11 de junio se reunía en Viena la OPEP. Los análisis independientes (BP Statistical Review) confirmaban que hay petróleo de sobra. Las reservas globales probadas de petróleo han aumentado hasta 1.687,9 miles de millones de barriles en 2013, suficiente para cubrir 53,3 años de producción global.

Los mensajes de los principales exportadores de petróleo se centraban en algunos aspectos que creo que son extremadamente importantes a la hora de evaluar el riesgo geopolítico y no exagerarlo:

  • El mercado está adecuadamente suministrado, y los inventarios almacenados de la OCDE en términos de demanda cubierta a niveles “muy confortables” (2.548 millones de barriles, 55 días, nivel similar a los 55-60 días de media desde hace años).
  • La capacidad excedentaria, es decir, lo que la OPEP puede producir por encima de la cuota establecida de 30 millones de barriles al día, se sitúa en 3,5 millones de barriles al día.
  • Irak ha alcanzado una producción de 3,3 millones de barriles al día, llegando a máximos históricos.

¿Va a llevar Irak el petróleo a 200 dólares por barril?

No es probable. La capacidad excedentaria de la OPEP es equivalente al 100% de la producción de Irak. Con Estados Unidos produciendo a máximos y la producción no-OPEP creciendo en 1,2 millones de barriles al día en 2014, el mercado seguiría adecuadamente suministrado incluso si Irak deja de exportar.

Libia, por ejemplo, ha bajado sus exportaciones a casi cero desde un millón de barriles al día tras la caída de Gadafi y el petróleo no se ha movido agresivamente. El análisis no es “el petróleo ha subido a 114 dólares por barril”, sino “incluso con las crisis de Libia, de Ucrania y de Irak el petróleo solamente ha subido a 114 por barril…” Y además está en backwardation (el precio a futuro es mucho más bajo que el actual).

¿Va a crear una crisis económica el precio del petróleo?

El petróleo no crea crisis. El exceso de crédito y masa monetaria que dispara los precios de las materias primas muy por encima de los fundamentales son los que lo genera. El precio del petróleo es una consecuencia, no una causa. En cualquier caso, la factura petrolera de la OCDE no llega al 5,5% del PIB, muy lejos de los niveles que se suponen de “crisis”. El exceso de suministro también ayuda a mitigarlo.

El mundo lleva funcionando con crisis de este tipo en países productores desde hace décadas. Y el mercado siempre se adapta. Pero vincular el problema árabe sólo al petróleo es un grave error, por parte de todos los gobiernos.

Al final, como decía Ignatieff, nunca existe una solución ideal. Pensar que Estados Unidos va a terminar con un problema de siglos desde el dominio militar es optimista. Creer que Estados Unidos va a poder desvincularse de la seguridad en Oriente Medio y retirarse sin terribles consecuencias para su propio país es suicida.