Repsol, Argentina y el fastidioso hedor del intervencionismo

21/4/2012 El Confidencial

A Repsol no se le ha expropiado. YPF es una concesionaria de unos activos que pertenecen a las provincias argentinas. Los “recursos naturales” pertenecían al “pueblo” – a los oligarcas, pero eso es otra cuestión- desde hace décadas. Aquí lo que se ha hecho es confiscar a un accionista mayoritario. No se ha expropiado a todos. Se ha confiscado a Repsol y no a su socio y gestor local. ¿Por qué?. No solo es una confiscación, sino una confiscación xenófoba restringida a un país. 

Cuando a Exxon le expropiaron en Venezuela no vi un solo partido político, blog de izquierda o de derecha en EEUU apoyar a Chávez. Me da asco escuchar a IU y a Amaiur apoyar que se confisque a una empresa que genera más impuestos y empleos que ninguna de las aventuras destructoras de empleo y del PIB que ellos hayan promovido o apoyado jamás, directa o indirectamente.

La expropiación llega cuando la economía de Argentina se desploma a pesar de unas cifras oficiales que parecen a simple vista atractivas, PIB creciendo el 8,8%, desempleo del 6,7%, superávit y producción industrial creciendo un 2%. ¿Suena bien, no? Excepto que al superávit oficial de $143 millones en enero le acompaña un déficit fiscal de casi $1.000 millones anuales.

Las cifras oficiales esconden un paro que se estima es varias veces superior al oficial y un empleo subvencionado. De acuerdo a un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), el empleo público en Argentina creció cinco veces más que la población en los últimos quince años. La tasa de crecimiento promedio del empleo público fue del 5% anual, mientras que los habitantes crecieron a razón del 1% anual. En 1997, los empleados del sector público eran 720 mil. En 2011, tras ocho años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, alcanzaron la cifra de 1,5 millones, más del doble. ¿Les suena? Grecia, etcétera…

¿Quién paga esos empleados públicos? Una economía masivamente subvencionada. Un 5% del PIB son subsidios, con un gasto publico que sólo se dirige a pagar una casta política hipertrofiada y a enmascarar el coste real de los bienes y servicios con tarifas injustificablemente bajas, sin invertir un peso en infraestructuras, para tapar el agujero que hace sobre el bolsillo del ciudadano una moneda en devaluación constante y una inflación desbocada, que las cifras oficiales estiman en un 9,7% pero que los analistas internacionales, PriceStats, por ejemplo, estiman en un 30%.

Y a pesar del enorme gasto público (político), el país no invierte en infraestructuras, que están en estado ruinoso, carreteras, oleoductos, los trenes tienen accidentes constantes con víctimas mortales,… Ante tal situación, el gobierno decide no buscar soluciones, sino buscar cabezas de turco, o excusas: las Malvinas, las petroleras, YPF…

Aun recuerdo hace una década cuando, encerrado en el Hotel Alvear de Buenos Aires entre protestas masivas, corralitos y cambios mensuales de gobierno, una escritora comentaba en la televisión local “Argentina tuvo la oportunidad de elegir entre ser y parecer, y decidió parecer”. Y como todos los sistemas subvencionados, cuando se acaba el dinero de los demás hay que buscar alternativas. Re-nacionalicemos lo que vendimos.

La tentación de nacionalizar YPF para seguir alimentando la máquina de subsidios era fuerte, pero no soluciona nada.

La retórica anti-Repsol escondía  cifras que no concuerdan con la versión oficial de que “las petroleras no invierten y se lo llevan crudo”. Por ejemplo, YPF era quien más invierte en Argentina de todas las empresas industriales, y, entre las petroleras, Pan American Energy tiene un 20% de reservas superior a YPF pero produce un 50% menos. ¿Quién es el que no produce o no invierte?. Si añadimos que YPF vendía, por ley, un 40% de su gas a $0.60/mmbtu, o $3.70/barril equivalente, o sea, a perdidas, ¿Quién exprime a quien?

Ni Argentina se podría permitir las inversiones necesarias para desarrollar los descubrimientos recientes en petróleo no convencional, más de $20.000 millones además de los $3.000 millones que YPF invierte cada año, ni podría realizarlas junto a otras petroleras si no permite generar una rentabilidad aceptable a las empresas.

YPF ya invertía anualmente una cifra equivalente al 100% de su resultado operativo y pagaba un dividendo que se acordó con las autoridades para que la familia Eskenazi, cercana al gobierno, pudiese comprar su 25,4%, que estaba soportado por un préstamo, operación acordada para mantener “la argentinidad” de YPF, pero también para hacerlo atractivo a los fondos de pensiones locales.

Si YPF invierte por encima de sus posibilidades, en una empresa que genera un margen neto inferior al 11%, y ya es una empresa muy endeudada  (79% deuda sobre capitalización 2012), utilizar a YPF como maquina de subsidios es hundirla aun más, y la llevaría a estar en quiebra técnica en 2015. Con un precio del gas y del petróleo limitado por ley y la imposibilidad de exportar, las inversiones en petróleo en Argentina son ya ruinosas, un 10% de ROCE (rentabilidad sobre el capital empleado) comparado con un coste de capital medio del 9%. Y el ejemplo de nacionalizadores compulsivos tipo Venezuela ha demostrado como la producción y la inversión caen exponencialmente cuando un ente estatal opera los campos y las cuentas estatales no mejoran.

Aerolíneas Argentinas se quejaba de que las petroleras “cobran por el fuel más que el coste de extracción”. Toma ya. Las petroleras como ONG.

Cristina Fernández de Kirchner sufre una crisis y no sólo económica, que ha paralizado prácticamente al Gobierno. Marzo y abril se perfilan como meses muy complicados económicamente hablando, e YPF es un buen golpe de distracción. Buscar cabezas de turco.

El problema con el que se encuentra Repsol es decidir qué política tomar. Mano dura, al estilo Exxon o Chevron o continuar con el  estilo diplomático utilizado hasta ahora. Para Repsol, Argentina ha sido un problema desde que se decidió en altas estancias de nuestro gobierno, hace ya más de una década, que era una estupenda idea mantener más del 50% de cuota de mercado en dos países de “alto crecimiento”, España y Argentina, en vez de seguir la idea original cuando se compró YPF, recordémoslo, en un proceso abierto y competitivo por el que el estado argentino ingresó 15.000 millones de dólares y, sobre todo, se aseguró un crecimiento de inversiones. La idea era reducir parte de la posición en YPF, el llamado “modelo Shell”, que es no tener más de un 20% de cuota de mercado en ningún país, para que no te usen los gobiernos como una ONG forzada. Desde entonces, la empresa ha intentado mantener una línea muy política de apoyo a los gobiernos de Argentina, ha reducido su participación en YPF al 57%, y ha intentado apaciguar, trayendo ejecutivos cercanos al gobierno. Pero es complicado, porque la máquina de tragar subsidios no para, y reniega ahora de apoyar hasta a los propios accionistas argentinos y sus aliados, la familia Eskenazi.

Actualización:

Finalmente Argentina entregaba en mayo de 2014 a Repsol en compensacion por la expropiacion títulos de deuda pública argentina («Bonos») por un importe nominal total de 5.317,3 Mn USD , con el siguiente detalle: Valor norminal : 1) BONAR X 500.000.000 USD , 2) DISCOUNT 33 1.250.000.000 USD, 3) BONAR 24 3.250.000.000 USD, 4) BODEN 2015 317.361.184 USD. A los efectos de determinar el paquete complementario de Bonos a entregar por la República Argentina (Títulos Públicos Adicionales), se ha tomado en cuenta el valor de  mercado de los Bonos a 30 de abril de 2014 – calculado por referencia al valor promedio de los mismos durante los 90 días anteriores en función de cotizaciones proporcionadas por cinco bancos internacionales de primer orden–. El conjunto de los Bonos entregados alcanza así el valor de mercado promedio de 4.670 millones de dólares previsto en el Convenio.

En ese marco, Repsol entregó además los escritos de desistimiento de las acciones judiciales, administrativas y arbitrales iniciadas en relación con la expropiación y cuestiones vinculadas. Por otro lado, Repsol anunciaba la venta de su remanente de acciones en YPF, que equivalía a un 11,86%.

Repsol anunció el viernes 9/5/2014 tras el cierre de mercado la venta del Bonar 24 a Morgan Stanley por un importe incluido el cupón corrido de 2.813,6MnUSD. El cierre de la transacción está previsto para mañana martes 13 de mayo, y queda sujeto al cumplimiento de los términos y condiciones habituales en este tipo de operaciones. Asimismo, conforme al  acuerdo suscrito con el comprador, Repsol tendrá restringida la venta a terceros de los restantes bonos entregados por la República Argentina durante un período de 7 días, con ciertas excepciones

Diez mitos sobre la crisis y su solución

28/4/2012 El Confidencial

Ya estamos buscando cabezas de turco. Standard & Poor’s ha rebajado la calificación a España y la culpa es del Boogie. Ya saben lo que digo siempre. Una agencia de calificación es un ente cuya función es cobrarle a Paul McCartney para informarle de que los Beatles se han separado. Siempre actúan tarde, mal y con datos desfasados. Pero no pesimistas. En el caso de S&P, las estimaciones de PIB para España siguen en la parte alta de las estimaciones (-1,5% en 2012 y -0,5% en 2013), mucho más optimistas que Funcas, por ejemplo.

Y en medio del debate, me siguen llegando muchos mitos y excusas sobre la crisis, así que me he permitido recopilar algunos:

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Petróleo en Canarias. Demagogia, más demagogia y el cuento de la lechera

24/mar/2012

El paro en Canarias supera la cifra oficial de 276.000 personas. Un entorno nada problemático en el que es absolutamente ‘normal’ que cuando se anuncian posibles inversiones -no subvenciones, inversiones pagadas con caja libre- de hasta 13.000 millones de euros en Canarias, donde “sólo” hay casi un 30% de paro, se lancen a rechazarlas tanto el gobierno autonómico, como las hordas calentólogas y los despistados aburridos. Al fin y al cabo, España es un ‘gran’ productor de petróleo y no importamos más de un millón de barriles al día.

El estallido de la burbuja inmobiliaria en Canarias, que llevó a crecimientos anuales de la construcción del 10%, se ha llevado por delante 5.400 empresas y 50.000 trabajos. No me extraña, con tal éxito, que rechacen inversiones petroleras. Poca manifestación hubo para evitar enladrillar las islas con hoteles a pie de playa y apartamentos chollo-prix, pero tres prospecciones exploratorias a sesenta kilómetros de la costa soliviantan a todo tipo de partidos, cuando en Tarragona, por ejemplo, se explota a menos distancia sin problema.

El PSOE y Coalición Canaria apoyaban «con los ojos cerrados» en 2011 las prospecciones…. Sin embargo, oh sorpresa… El gobierno canario nos sorprendía el miércoles con las siguientes declaraciones: “El petróleo es peligroso y contaminante”. Qué sandez, típica de la política del “no en mi jardín” de nuestros políticos, que sin embargo no dicen una palabra sobre las explotaciones en el Mar del Norte, a pocas decenas de kilómetros de la Bahía de Vizcaya. Como los anti-nucleares, que piensan que los 58 reactores nucleares de Francia no cuentan. Esta perla del “peligro y la contaminación” la ha dicho la consejera de empleo de la comunidad del 30% de desempleo, que ha generado un aumento anual de emisiones de CO2 de casi el 10% por actividad constructora desproporcionada.

El petróleo no es incompatible con el turismo, sobre todo cuando se explora a decenas de kms de la costa. En Brasil se explora y producen 2 millones de barriles diarios sin riesgo cerca de las costas (Campos, cerca de Rio de Janeiro). Igual en Mexico, Escocia, Ghana, Noruega, etc… Las naciones petroleras con alto turismo han visto aumentar sus ingresos por dicha actividad desde 2001 un 10,2% anual.

Demagogia

Demagogia es hablar de riesgos terribles de derrame cuando en el mundo hay 650 plataformas perforando anualmente en aguas de todo tipo y solo se han producido dos incidentes anuales en tres años. Estamos hablando de un riesgo menor al 0,3%.

Demagogia es hablar de riesgos a las playas al perforar a 60km de Fuerteventura y a 50km del área volcánica, mientras en Tarragona y otras áreas se explota con toda seguridad a 45 kilómetros, o menos.

Pero ojo, riesgo de demagogia hay también al dar cifras de producción de hasta 140.000 barriles al día, casi un 10% de nuestras importaciones anuales, cuando aún no se ha probado la comercialidad de estos pozos y todavía no se han hecho descubrimientos económicamente viables en la cuenca.

Los datos

La exploración en aguas canarias se llevará a cabo en concesiones operadas porRepsol en un consorcio junto a Woodside (30%) y la alemana RWE (20%). Repsol posee un 50% y lleva estudiando la zona desde 2002. Las estimaciones de recursos contingentes, no reservas probadas, es de unos 1.000 millones de barriles de petróleo y 495 millones de pies cúbicos de gas.

El principal prospecto se llama Sandía, (todos los bloques tienen nombre de fruta, plátano, etc.) y se encuentra en una lamina de agua de 930 metros, cuyo objetivo principal supondría perforar a 2.000 metros de profundidad, mucho menos que en Brasil, por ejemplo. La roca del objetivo principal son turbiditas del mioceno, nada de rocas volcánicas como dice algún desnortado, y la del objetivo secundario, arenas cretácicas. Evitando tecnicismos, lo que quiere decir es que son tipos de roca bien conocidos por su similitud con áreas similares en Canadá. Se estiman para este proyecto en particular unos recursos recuperables de 330-500 millones de barriles.

El coste en la fase exploratoria sería de unos 350 millones de dólares para tres pozos. De esa cantidad, un 15-20% se invertiría en empleo y creación de servicios en Canarias. Y si se encuentra petróleo comercial, el plan de inversiones adicionalalcanzaría los 12.000 millones de euros, de los cuales un 20% se destinaría a industria local. Eso si se encuentra petróleo, porque si se encuentra gas probablemente no sería comercialmente viable, pero la inversión local por la fase exploratoria se haría igualmente.

Para desarrollar este proyecto, Sandía, se utilizaría una plataforma flotante (FPSO) como las que se utilizan a diario en Brasil, por ejemplo, y se estiman 20 pozos que, de cumplirse objetivos, producirían 100.000/barriles al día.

Si se producen 140.000 barriles al día, el Gobierno canario recaudaría en regalías, derechos e impuestos unos 3.120 millones, aproximadamente el 30% de su presupuesto. ‘Rechacémoslo’. El proyecto crearía unos 5.000 empleos directos e indirectos sin problema, sin olvidar el dinero que se gastan los ingenieros que vayan a trabajar allí.

Las plataformas no tienen por qué afectar al turismo, sobre todo a 60 kilómetros de la costa, y la seguridad es máxima con los equipos que la industria utiliza, particularmente los de última generación, que son los que se van a utilizar. En Ghana, donde se ha descubierto uno de los mayores pozos del mundo, el turismo ha aumentado un 15%. En Brasil nadie ha dejado de viajar a Rio por perforar en aguas cercanas al turismo. Por darles un caso extremo, ya que estamos lidiando con alarmistas, un año después del derrame de BP en Macondo está todo el Golfo al 100% de ocupación.

No olvidemos que Macondo fue un error aislado de una empresa en una plataforma diseñada equivocadamente. Y Obama levantó la prohibición de perforar en poco tiempo en cuanto se comprobó la seguridad en las plataformas. El propio Obama acaba de aprobar el oleoducto de Keystone en pleno año de elecciones… y nosotros aquí, los mejores, “bueno y qué”, rechazando capital. Según los opositores canarios, imagino que piensan que vamos a reducir el déficit pagando en unicornios.

Desde este momento hasta que se produzca petróleo pasarán unos dos años de burocracia administrativa, que tanto nos gusta, y no se estima que haya resultados del primer pozo hasta 2014. Por eso es imposible hacer un análisis sobre el impacto en valoración bursátil, sea en Repsol o Woodside o RWE, excepto el coste de inversión.

Pero esto no es el cuento de la lechera. Es prematuro asumir 140.000 barriles al día de producción, pero nada desdeñable asegurar inversiones en nuestra economía, que no nos sobran las ofertas. Llevo años diciendo que España solo puede salir adelante si atrae capital y pone en marcha el desarrollo de sus recursos naturales, desde el gas pizarra en Cantabria al posible petróleo en Canarias.

Son inversiones que se pagan con caja de las empresas involucradas, no subsidios, que no restan PIB, como lo ha hecho la orgia subvencionadora y el estropicio inmobiliario, sino que lo crean; que no hunden la competitividad sino que la mejoran, y que mejoran nuestra balanza comercial. Poder ahorrar un 10% de nuestra factura petrolera merece la pena. Si queremos salir del atolladero, todo capital inversor es necesario. Estas inversiones, poniendo el máximo énfasis en seguridad y medioambiente, también.

Austeridad y crecimiento. Un objetivo posible

4/2/2012

El gran debate macroeconómico de 2012 se centra en analizar si los procesos de reducción del gasto público que se están llevando a cabo son compatibles con el crecimiento o, en el peor de los casos, si ese crecimiento peligra por los recortes. Muchos son los economistas anti-austeridad, desde Krugman, que pide más gasto pero también recortes de salarios masivos, o los que alertan de la profundización de la crisis. Me gustaría darles unas pinceladas de la charla que di hace una semana en Austin y Dallas sobre “la austeridad funciona” (Austerity Works) y por qué es en España donde es más relevante.

Austeridad no es antónimo de crecimiento, sino de despilfarro

Lo primero que merece la pena dejar claro es que en Europa no se está llevando a cabo un proceso de austeridad, sino de contención del gasto, moderadísimo en algunos casos como el español o el británico. Reducir el “déficit” del 8% al 5% no es austeridad, es prudencia presupuestaria. No es lo mismo reducir la deuda que reducir el incremento de la misma.

El primer argumento que suelen utilizar los que atacan los programas de austeridad es comparar este proceso con lo que ocurrió en los años 30, es decir, un agravamiento de la crisis. Pero olvidan las diferencias.

En los años treinta se produjo austeridad junto a proteccionismo, una combinación letal que nuestros gobernantes deben evitar. En un mundo globalizado es muy difícil que se pueda llegar al proteccionismo salvaje de EEUU en los 30. Eso si, aquí es donde Europa puede errar de manera grave, ya que el intervencionismo está creciendo, aunque no de manera alarmante.

* En los años treinta los tipos de interés eran extremadamente altos y la capacidad financiera de los sistemas intervenidos era muy limitada. Ese no es el caso actual.

* En los años treinta no se daba un entorno de expansión cuantitativa como el que tenemos ahora. Pero el QE (expansión cuantitativa) americano lo hace la FED directamente saltándose a la banca, e inundando de dinero el sistema, fundamentalmente el financiero. En Europa, esa expansión se esta haciendo usando a la banca, que retiene ese dinero, comprando deuda soberana, sin extender crédito a la economía real.

El aumento de liquidez de Draghi no llega a las empresas y familias. Como me decía este miércoles el primer ejecutivo de una gran empresa española “aquí el credit crunch lo está viviendo la pequeña empresa eficiente, no la administración ineficiente”.

Las razones por la que continuar con el gasto es equivalente a dispararnos en el pie son las siguientes:

Hemos comprobado que el gasto no funciona, repetirlo es suicida. España incrementó el gasto publico en 67.264 millones de euros entre 2007 y 2011, un 6,4% del PIB, para generar una caída del PIB del 3,3% y una caída de la producción industrial de 12,7%, con un aumento del desempleo hasta 5,4 millones de personas. Ese aumento del gasto supuso además un coste de deuda adicional equivalente al 0,3% del PIB. España SA no solo no detuvo la crisis gastando, sino que la acrecentó. Las cifras en España son demoledoras, pero es que en EEUU, Reino Unido y la Eurozona se demuestra el mismo principio, el aumento del gasto no ha generado una décima de PIB.

Siempre les hablo del modelo de saturación de deuda, y hay que recordarlo.Cuando una unidad adicional de deuda no genera PIB positivo, sino negativo. Hemos saturado el dudoso efecto beneficioso del gasto. Un claro ejemplo de este aspecto es el tan famoso como triste Plan E del Gobierno, 13.000 millones de euros, el doble que lo que se espera recaudar con la subida temporal del IRPF, para generar deuda, destrucción de empleo y de PIB.

Hemos probado que la “no austeridad” cuesta demasiado, pero más cuesta el gasto indiscriminado. Yo siempre digo que si Krugman se leyera los capítulos de gasto de de los presupuestos generales del Estado se hacia de la escuela austriaca en un minuto. No solo hablamos de decenas de miles de millones tirados en ciudades del circo y las artes, aeropuertos sin uso, infraestructuras multiplicadas y subvenciones a fondo perdido. El problema es que todos esos gastos no están soportados por un ingreso equivalente, (no tienen ROIC, return on invested capital) con lo cual dejan detrás de los mismos, no solo un valor inexistente, sino una deuda impagable que tendrá que ser cubierta con ingresos de otras actividades, las productivas. Es decir, las infraestructuras y subvenciones “tiradas” no solo son un malgasto, sino que la deuda que dejan supone un robo a las actividades rentables ya existentes… pero además crea un efecto de “no inversión”. Nadie se atreve a poner un duro en una economía en la que los impuestos que se generan por inversión productiva van a cubrir deuda (liabilities) del malgasto improductivo.

Por qué funciona la austeridad:

Libera recursos financieros de actividades improductivas a actividades productivas. Hoy en día el casi el 70% de los recursos financieros a disposición de la banca se usan para comprar deuda publica y financiar gasto de las administraciones. Es el efecto crowding out (acaparador) de un Estado que ya supone más del 40% de la economía del país. Si ese Estado deja de acaparar las posibilidades de crédito, y además deja de gastar en actividades improductivas, la actividad inversora retorna y la actividad financiadora de dicha inversión también. No es casualidad que en Estados Unidos haya empezado a fluir el crédito a la actividad privada creadora de empleo justo cuando el presupuesto del país está secuestrado por ley, como me comentaba un panelista republicano en la conferencia de Austin, Texas.

* Acelera la transformación a una economía de mayor productividad. No es casualidad que la productividad caiga cuando aumenta el gasto público. La mayoría del gasto publico de los planes de estimulo se envía a subsidios y rescates a industrias en decadencia (minería, automóvil, etcétera… cero productividad) y a actividades de bajísima productividad (construcción, obra civil), y acapara unos recursos financieros que imposibilitan la inversión en alta productividad. Si se deja de rescatar al ineficiente con el bolsillo del eficiente, se atrae capital para inversión en alta productividad. Si no, ese capital se desplaza a territorios más atractivos.

Crea empleo, no lo subvenciona. Cuando el Estado gasta en empresas sin sentido e inversiones sin retorno, no crea empleo, lo subvenciona pidiéndolo prestado. Y ese coste viene del bolsillo del trabajador actual y de los impuestos de las empresas rentables, hasta que se acaba el dinero de los demás y la pirámide se desmorona. Cerrando 75.000 empresas y trabajadores autónomos anuales para subvencionar un gasto que destruye empleo a corto y medio plazo.

El aumento del gasto financiero por incremento de deuda ahoga la capacidad de recuperación y además aboca a subidas de impuestos que frenan el consumo y la inversión, además de repeler al capital. Si España se ahorrase tener que emitir deuda para pagar intereses de deuda no haría falta llegar a la situación actual, con la mayor presión fiscal de Europa.

Es relativamente fácil, no solo se dejan de pagar subvenciones inútiles, 22.000 millones de euros anuales, y 6.000 millones de euros de coste de deuda adicional, sino que se atrae capital y se reduce la perdida de ingresos por impuestos (nada menos que 46.000 millones 2007-2011) atrayendo nuevos inversores. Y en vez de cercenar el PIB un 0.3%, se crearía PIB hasta en un 2% anual.

Tenemos que salir de la espiral de gasto, de los favores debidos, del proteccionismo y las subvenciones que rescatan a los improductivos y taponan la innovación y la inversión de crecimiento. España lo hizo, en varias ocasiones, en el pasado. No creo que no podamos hacerlo de nuevo.